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Geraldine es sorprendida

en Transexuales

Hola soy Geraldine Márquez, ya antes había desplegado mis letras en esta página con un relato que titule “Fantasia arruinada...pero compensada”. Mis intenciones siempre han sido claras, mi familia jamás debe conocer este aspecto de mi vida, para ellos sigo siendo hombre con gustos naturales de hombre y así quería que se quedara, bueno ahora al relatar lo siguiente obviamente ya no es realidad. Pero piénsenlo, el que me descubriera un familiar no fue malo ya que de ser así ni siquiera estaría escribiendo esto, así que lo que están por leer es una historia de satisfacción.

Resulta que hace poco reapareció en nuestras vidas cercanas mi padrino Gabriel (el apadrino una celebración religiosa tradicional aquí cuando era niño) ya que él vivía en otro estado de la republica desde hace años y escasamente recibíamos alguna llamada desde allá. Pues el ausente padrino de esta niña hermosa reapareció comentando que había juntado buen dinero y quería hacerse con un patrimonio aquí para de el vivir por lo cual dijo necesitar algunas ayudas de mis padres y sobre todo una ayuda importante mía…el compro un edificio abandonado a una hora de mi casa en una localidad apenas naciente que llevaba años sin haberse concluido. Al parecer uno de sus mejores amigos por problemas económicos no pudo seguir pagando la conclusión del edificio así que mi padrino Gabriel retomaría todo ello.

Pero ¿Qué pintaba yo en ese asunto?, bueno no están para saberlo pero yo tengo estudios de arquitectura así que mi padrino me pidió ayuda para el diseño de interiores y conclusiones técnicas que le faltaban al edificio. Sin más me apunte a ello sabiendo que era un trabajo de confianza.

Pues a los pocos días del retorno de mi padrino Gabriel fuimos los dos hasta el edificio aquel, yo no recordaba precisamente llevarme muy bien con él o ser muy cercanos pero ahora parecía una persona muy amable y abierta al dialogo y durante ese tiempo nos comenzamos a llevar muy bien. Llegamos al inmueble y nos encontramos con el señor Darío, el anterior dueño del edificio y viejo amigo de mi padrino. Era un señor desaliñado la verdad,  de una edad un poco más avanzada que la de mi padrino (o al menos más acabado que él), vestía una camisa arremangada y algo roída, pantalones  color café descolorido y sinceramente el señor olía un poco a alcohol.

A pesar de las apariencias poco presentables del señor Darío era un señor muy agradable, de aquellas personas que da gusto conocer y tratar. Nos mostro el edificio a los dos, pues al parecer mi padrino igual no sabía nada de lo que había comprado, confió mucho en su amigo y acepto hacerse cargo de la obra y de ahí obtener ingresos posteriores.  Y a decir verdad no erro, pues la obra estaba bien solo hacían falta algunos detalles a completar y por supuesto hacer el trabajo de diseño interior.

Antes de retirarnos el señor Darío me externo la invitación a ir cuando quisiera para hacer lo pertinente, tomar medidas, fotos o lo que fuera necesario a lo cual por supuesto agradecí. Sin más nos fuimos y en el camino mi padrino me platico que aprovecharía para visitar a un “viejo amor” que tenía a las afueras de la ciudad, pero me dijo que a su regreso ya quería ver algunos avances del trabajo, no me pidió algo específico, solo que de verdad pusiera manos a la obra.

Y así lo hice, esa misma tarde comencé a generar bocetos preliminares e ideas desglosadas para mostrar lo que era posible llevar a cabo ahí. Pero no quería quedarme en solo eso, al otro día pretendía ir a tomar fotos y medidas para hacer algo más detallado. Ya sin mi padrino, al otro día fui muy temprano al edificio para hacer aquello. El Sr. Darío me recibió muy bien (aunque nuevamente iba desaliñado, pero al menos con una camisa distinta jaja). Vaya que hubo bastante confianza que el propiamente me entrego una copia de las llaves del lugar, me dijo –para que entres y salgas cuando gustes y no tengas que venir a tocarme-.

Inmediatamente al estar dentro del edificio supe que era el sitio perfecto para ir a vestirme de niña y simplemente hacer sesión de fotos sin ser molestada, tenía la llave, mi padrino no estaría, el Sr. Darío me dio libertad de venir y podría hacerlo sin que se diera cuenta.

Emocionada acabe mi trabajo allí y regrese a casa para prepararlo todo, ese mismo día mas tarde volvería para sacar a Geraldine de nuevo.  Prepare algunos looks pues quería hacer un extenso set de fotos con atuendos distintos, así que lleve una maletita algo pesada. Tome un taxi hasta allá sin que nadie de casa me preguntara a donde iba, eran casi las 5 de la tarde así que había muy buen tiempo para divertirme.

Llegue y en efecto estaba solitario, se veían luces en la casa del Sr. Darío pero imagine no se daría cuenta de mi presencia allá. Era ideal, la parte donde si había instalación eléctrica daba al otro lado donde estaban puros lotes vacios, así que los escasos vecinos del frente de la obra no se darían cuenta si me quedaba hasta tarde.

Me cambie y comencé mis travesuras, primero un set de fotos vestida con un short corto de mezclilla y una blusa blanca de flores anaranjadas. Luego probé con un vestido negro algo entallado que tenía poco de haber adquirido. Me estaba excitando mucho y no quería masturbarme aun, quería disfrutar mucho más así que trate de calmarme un poco con las fotos y las insinuaciones sexuales que tomaba en fotos. Fue en ese momento que solo me quede vestida revisando mi teléfono celular.  Me dieron casi las 8 de la noche cuando quise retomar ello y fue que me puse un vestido corto, pegadito de rayas negras y blancas horizontales con tacones negros altos.

Las fotos estaban saliendo genial y nuevamente incremento mi emoción por estar haciendo eso en ese lugar, algo que sin planearse tanto salió y funcionaba perfecto. Quise tomar una foto de frente, enseñando mi caramelito erecto recargada en el marco de una puerta desde un ángulo bajo. Coloque la cámara que había llevado en el soporte y tome la foto, al notar que se había hecho la captura me acerco a la cámara y reviso si salió bien la foto y si, la foto salió muy bien en mi pose a excepción de que justo detrás de mí se notaba un rostro mirándome…era mi padrino.

Juro que se me doblaron las piernas al ver eso y al voltear no pude evitar caerme, mi padrino estaba detrás de mí viéndome vestida de niña, en su recién adquirido inmueble.  Empecé a sudar y a  temblar, me quede en el piso atónita en verdad porque no me lo esperaba.

-¿Puedo preguntar, porque?-, dijo mi padrino con una expresión seria.

No sabía que responder, solo agache la mirada aun tirada en el piso.  Al no tener respuesta, mi padrino Gabriel empezó a hablar.

-Darío me llamo, me dijo lo que estaba pasando- y ahí apareció el señor Darío atrás de mi padrino, era todavía peor la vergüenza, según yo estaba segura en el edificio sin que nadie se enterara y resulta que si me vieron. No sabía cómo pero me quería morir ahí mismo.

Mi padrino prosiguió, -me llama alterado y me dice “Oye, le das trabajo a tu ahijadito y yo con confianza le doy llaves del edificio y este cabron mete a una prostituta, no manches Gabo”-

Yo mirándolos con pena y si, aun en el piso veo como ahora el señor Darío complementa, -Yo vengo cada día por la noche a revisar que desde el otro lado nadie se meta, ya varias veces he sacado vagos de aquí y ahora debo cuidar más, por eso entre y al llegar aquí vi que andaba una vieja paseándose aquí dentro y por eso le hable a él”.

Y sin poder decir nada mi padrino dijo ya con una expresión distinta –y mira, resulta que no metiste a una puta, la puta eres tú-, en cuanto termino de decir aquello ambos se soltaron a reír.  Me sentía avergonzada, un poco dolida por la caída y con mucha incertidumbre de que sucedería después. Era inminente que ahora mis padres se enterarían y no sabría lidiar con ello.

Los dos en el marco de la puerta observándome, yo aun tirada en el suelo, por un momento se quedo todo en silencio. Solo quería pararme y salir corriendo. Pero antes de hacer nada, el señor Darío sonrió y comenzó a tocarse el pene por encima del pantalón –Yo no sé tú Gabo, pero esta puta se porto mal, se metió sin consentimiento a tu edificio y creo que tiene que pagar- a lo cual contesto mi padrino –Aun es tu edificio, todavía no te he dado el dinero de la venta-. Ambos se tocaban sus bultos y me veían lascivamente, y en otro momento yo habría sentido excitación por ello pero me sentía aun desconcertada por todo ello, solo veía con cierto temor ese escenario.

-Bueno, entonces castiguémosla ambos, hay que enseñar a esta zorra quien manda, además tanto quería venir aquí así, pues que aprenda a recibir su merecido- . Y ambos se acercaron a mí y sin dejarme levantar se fueron sacando sus penes del pantalón.

Quedaron alrededor mío con sus vergas aun en crecimiento, me las ofrecían pero yo seguía algo atontada por todo ello. Y alcance a hilar palabra y tuve que preguntar obvio –Oye, no le dirás a mis padres de esto verdad- pero lo dije con voz de niño, a lo cual tuve respuesta, -no les diré nada si nos complaces rico esta noche- y en eso me jalo del cabello y me dijo –y no hables así, habla como mujer, como la puta que estas personificando, no me excita que hables como cabron-

Me soltó del cabello y empezó a darme ligeras cachetadas en mi mejilla derecha –órale puta, mámame la verga-, -seguro le encantan las vergas a esta puta, si no porque se viste así- dijo el señor Darío. Y ahí empecé a reparar en que ese momento ya no era de vergüenza y ganas de salir de ahí, ya era un momento digno de mis fantasías, era excitante y mas al percatarme de que el señor Darío tenía muy bien guardado su premiesote, desaliñado y poco presentable pero tenía una vergota gorda y larga de unos 18 cm.  Mi padrino, algo más corto de unos 13 cm y normal de tamaño también me ofrecía ya su paleta de carne.

Ambos erectos y a mi disposición, debía cambiar mi actitud rápidamente y aprovechar.  Me abalance a la verga del señor Darío y comencé a mamarla. Tenía un sabor fuerte, pero adoraba estar lamiéndola como si nunca antes hubiera mamado una verga. Mi mano izquierda aprovechaba para masturbar a mi padrino que solo veía con placer como metía y sacaba la verga de su amigo en mi boca.  Toco el turno de mi padrino, su verga menor pero aun así dura tenía un sabor menos agresivo que la del señor Darío. Una a la vez, tomaba las vergas maduras en mi boca para saborearlas, por alguna razón el sabor fuerte del señor Darío me ponía mas cachonda así que abarcaba mas en mis lamidas, recorría su tronco completo, también bajaba a chuparle los huevos que igualmente succionaba con mi boquita.

No podía más de la excitación, me levante y me subí el vestido –Bájenme los calzones y cójanme por favor- indique con la voz más depravada que pude, a lo cual recibí respuesta del señor Darío –claro que si mamacita, yo ahorita mismo te reviento la cola-. Era increíble la calentura que ya se vivía ahí dentro del edificio a medio construir, lo que paso a ser una sesión de fotos se convirtió en un lujurioso encuentro sexual que iba aumentando de nivel.

El señor Darío me puso de espaldas a un marco de ventana donde logre apoyarme de brazos, parando mi colita sentí como me bajo los calzones y me escupió en el ano, -ahora si vas a ver lo que es bueno pinche puta-, y sin piedad me metió su vergota de un solo empujón lo cual me hizo gritar y arrepentirme por unos segundos de haber solicitado queme cogieran. El tipo me tomo del cabello y jalo mi cabeza hacia atrás mientras comenzaba su ir y venir dentro de mi culito. Insisto, al principio me dolió y me arrepentí de ello, pero poco a poco sus embestidas me comenzaban a devolver el placer y depravación.

Por momentos sentía caricias y nalgadas aunadas a las embestidas, era mi padrino que no quería quedarse fuera así que él se encargaba de manosearme y nalguearme mientras un señor Darío ya muy sudoroso y exaltado continuaba con el vaivén poderoso. Esa sensación de exaltación del señor Darío era evidente, estaba por correrse. Ahora un poco decepcionada de la rapidez del evento sentí como mi ano sonaba como botella recién descorchada, la vergota aquella había salido de mi interior dejando un rastro de leche a su paso y un dueño vetusto cansado por aquella faena.

Pero la espera fue corta, ya que mi padrino se coloco detrás de mi y tomándome de la cintura me la metió igualmente de un solo golpe, aunque esta vez ya no dolió pues el paso del animalote anterior había abierto campo suficiente. No por ello dejaba de gozar con el mete y saca que ahora mi padrino me daba, la sensación de estar siendo follada ahí mismo por dos maduritos a su vez el pensar que era miembro de mi familia aquel señor que ahora poseía mi culo me generaba excitaciones muy grandes.

Yo seguía gimiendo y dando ligeros grititos, rogando por más dureza en las embestidas, suplicando aquel individuo me nalgueara nuevamente mientras su verga me invadía, ya no había el temor e incomodidades iniciales, el placer inundaba mi cuerpo y me sentía la más puta entre las putas. Pero es de imaginarse que dos señores ya maduros tendrían cierto límite.

Escuche como mi padrino bufaba y sentí como chorros de sudor caían sobre mi trasero, mi padrino casi se recargaba en mi espalda dándome los últimos vaivenes anales para anunciar su corrida. Nuevamente una carga de leche tibia abordo los pliegues e interiores de mi colita dejando así culminada la sesión sorpresiva de sexo aquella noche.

Nos quedamos en aquella habitación descansando casi en silencio, sudando y reponiéndonos. He de confesar que por mi hubiera gozado en una segunda ronda pero mis dos amantes lucían cansados, es como si hubieran descargado una energía sin liberar desde hace tiempo. Realmente no sé si sean hombres activos sexualmente pero vaya que me hicieron gozar.

Cuando ambos se repusieron y reacomodaron sus atavíos tuvieron la disposición de hablarme, primero mi padrino –si no quieres que les diga a todos de tus gustitos mas te vale darme las nalgas cuando yo quiera, estamos-. Yo solo asenté con la cabeza sabiendo que eso para mí sería problema, al contrario, ya tendría fijo alguien que me cogiera. Pero no solo el tuvo motivos para seguirme follando, el señor Darío también dijo –y de mi no te salvas putita, yo también voy a querer cogerte de nuevo, y no solo yo. Tengo 2 amigos que viven aquí cerca y sé que les gustan las zorras como tú, un día vamos a venir todos a romperte la cola y vas a hacerlo cada que se nos antoje, tu secretito seguro vale mucho así que tu decidirás-

Ambas “amenazas” para mi eran motivo de cachondeo y lujuria, los mire a ambos y les dije –claro, mi culo es de ustedes, pueden cogerme cuando quieran, yo seré su puta-. Me sentí demasiado aventada diciendo eso pero en verdad estaba excitadísima y el solo pensar que podría ser más seguido Geraldine con sexo seguro me emocionaba más.

Esa noche más tarde todo volvió a la normalidad al llegar a casa, era el inicio de algo fantástico en la vida de Geraldine. De momento aun no ha ocurrido algo más antes de relatar esto, pero en cuanto suceda seguro habrá más de Geraldine por aquí. Espero les haya gustado este relato, quizá no sea la mas dúctil con las palabras pero trato de expresar lo mejor posible esas vivencias. Besos y abrazos