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Los viajes de Ash Katchup

en Parodias

LOS VIAJES DE ASH KATCHUP

Capítulo 1

Érase una vez, hace relativamente poco tiempo, en un pueblo muy, muy lejano…….llamado pueblo Paleta………..

Las siete de la mañana. Suena el despertador para un esperanzado joven que, lejos de conformarse con ser un simple niño más, ansía hacerse con el título de campeón de la Liga Pokémon………….

-Venga hijo, levántate- dijo la madre. La mujer, de unos cuarenta años, lucía un hermoso vestido color lila que resaltaba sus grandes pechos, ciñéndose a su trabajado cuerpo. Sus hermosos ojos grises se fijaron en el despatarrado cuerpo de su hijo sobre la cama.

-Ya vaaaa- contestó Ash, con la voz cortada y desanimada.

-El prof. Oak no espera, hijo. Está en su laboratorio con tu rival, que se te ha adelantado, y a este ritmo se va a quedar el mejor pokémon.

La madre de ash miraba a su pequeño preocupada. Se veían encima del escritorio los muchos pañuelos manchados que ash usaba al terminar de masturbarse, pensando en ser el mejor entrenador, mientras que los demás chicos de su edad, como era normal, pensaban en que les comieran la polla.

-¡No!. Mami, eso no puede ser. El prof.Oak sabe que yo seré el mejor entrenador de pokémon del mundo, y el mejor entrenador necesita del mejor compañero pokémon a su lado.

-Claro, hijo- contestó su madre. (Más le vale a ese viejo gruñón, después de la cantidad de veces que se la he chupado), pensaba la madre.

Así, Ash Katchup se levantó al fin de la cama rumbo al laboratorio del anciano profesor. –Mi rival es un cabrón. Siempre se me adelanta- iba pensando, mientras se terminaba por el camino su desayuno, con la mente decidida y el corazón en la mano.

Capítulo 2

El Prof.Oak miraba hacia la puerta impaciente. Había quedado con el muchacho hacía ya media hora. El no acostumbraba a esperar a nadie más de los debidos diez minutos de cortesía, y le molestaba sobremanera que el que le hiciera esperar fuese un chaval pre púber con pinta de subnormal y con la gorra hacia atrás. Él era un reputado profesor y su tiempo era muy valioso.

El timbre de la puerta vibró con fuerza. Oak miró raudo por la pantalla del telefonillo.

-Buenos días profesor. Soy Ash

-Adelante hijo, ya era hora. (Si no fuera por las mamadas de tu madre, hacía ya tiempo que te hubiera mandado a tomar por culo), pensaba para sí.

Ash abrió la puerta y avanzó raudo a través del portal. Iba vestido con una chaqueta roja sobre una sencilla camiseta azul, y con su gorra del campeonato pokémon del año pasado sobre su deformada cabeza. Nada más mirar al viejo profesor, se le iluminaron los ojos. Sobre la mesa, tres pokeballs puestas en fila. El chico se detuvo en frente, y esperó a que Oak hablase.

-Bienvenido, Ash. Como ya sabes, soy el Prof.Oak, el más brillante y reputado científico pokémon de la región de Kanto. Como es costumbre en Pueblo Paleta, cada niño y cada niña que cumpla los doce años viene aquí a conocer a su primer compañero pokémon, con la intención de iniciar un viaje lleno de aventuras y experiencias por el mundo que le irán cambiando y ayudando a crecer, aprendiendo de su entorno y a adaptarse a las situaciones más difíciles. Con tu compañero, descubrirás la lealtad y el amor por los pokémon y por lo que representan, tanto para ti como para los pueblos adonde vayas. A su vez, tus pokémon aprenderán de ti, y evolucionarán conforme al aprendizaje recibido. Es muy importante que trates a tus pokémon con amor y respeto. Si ellos se sienten queridos, jamás te abandonarán, y sus poderes, al igual que tu personalidad, crecerán y se desarrollarán como un equipo. Recuerda mis sabias palabras.

-Si, Prof.Oak

-Aquí tienes tres pokebolas, pero tu rival y mi nieto, Gary, ya ha reservado una para sí, al igual que las otras dos a su vez también lo están para otra gente.

-Pero entonces, ¿me quedo yo sin compañero pokémon?

-Tienes a tu compañero pokémon esperándote en casa de tu madre, pero tienes que elegir sabiamente entre una de las tres pokebolas

-¿A si?- Contestó Ash sorprendido.- ¿Qué tres pokebolas?. En casa no hay ninguna pokebola ni pokemon, profesor.

-Te equivocas, jovencito- replicó Oak con el dedo, enfadado. - Se las dejé ayer por la noche a tu madre. Tres pokebolas chinas dentro de su coño, esperándote a que elijas una.

-Pero, Prof.Oak, ahí dentro no me está permitido mirar

-Chico, déjame que te cuente una cosa. Hace ya mucho tiempo que meto mi pequeña polla en el hermoso y apretado chichi de tu madre, y he de decir científicamente que cada día me gusta más. Además me la he follado por el culo y por la boca, al igual que ella a mí. Lluvia dorada y sadomasoquismo, beso negro y blanco, aunque nunca coprofilia, que es bastante desagradable. Tu madre es una vieja zorra muy sabia y experimentada, y será ella la que decida al respecto, no un niñato con cuatro pelos en los cojones.

-Perdone mi osadía al contradecirle, profesor. Usted es el maestro y yo el aprendiz que sueña con ser campeón. No volverá a pasar

-Eso espero, jovencito- dijo Oak con enfado.

Ash salió del viejo laboratorio del anciano profesor camino de su casa. Nada más llegar, vio que la puerta del portal estaba entreabierta, y se escuchaban unos gritos agudos procedentes del interior. Con valor, el joven entrenador cruzó el umbral de la puerta. Las luces estaban apagadas, pero se dejaba vislumbrar al fondo, donde la habitación de su madre, una tenue luz roja parpadeante. A medida que se encaminaba hacia la habitación, los gritos se iban acrecentando. Cuando se asomó por la puerta, el horror se dibujó en su cara.

La escena no podía ser más extraña y desalentadora para el chico. Veía a su apetecible madre despatarrada sobre la cama, desnuda, con sus enormes tetas apuntando al techo. Sus ojos desorbitados, mientras que sus labios susurraban palabras apenas audibles. Sus manos agarradas sobre los cabellos de un muchacho con los pelos de punta que no cesaba en su tarea de comerle el coño de forma ávida y enérgica. Movía la lengua abarcándolo todo, penetrando en ocasiones con su lengua suavemente, llenándose del agradable sabor interno, retornando después a la tarea inicial. De repente el chico metió dos de sus dedos dentro del húmedo coño y sacó una de las pokebolas chinas de dentro, la cual se separó y se abrió con un tenue estallido de luz blanca, dejando entrever a un pokémon tipo agua en su interior. La madre empezó a gemir furiosamente.

-Aaaahhhh siii, Gary, ¡te ha salido Squirtle!.......Enhorabueeeena, no pares, mmmmm…….cariño, el clítoris……..¡no olvides el botoncito!.

El muchacho esbozó una leve sonrisa mientras los ojos se clavaban en los de la mujer. Ajeno a lo que sucedía a su alrededor, clavó sus dedos en los muslos y exploró con su lengua más profundamente.

Gary aceleró el ritmo de la lamida, centrándose ahora en el abultado clítoris. Notaba como las piernas de la mujer convulsionaban, y sus gritos, que ahora llenaban la habitación, eran ahora entendibles: -Sí, chico , si……tu sí que sabes cómo….(suspiro)….. hacer un buen…….(gemido)……no como el inútil…….(suspiro)……..(gemido)…….Gary, Gary, Gary….¡Maestro de pokémon!.

Uno a uno, cuatro intensos chorros llenaron la cara del joven Gary, quien no paró de lamer y relamer el coño que tenía delante.

Y de repente, Squirtle aprendió……….¡Pistola de Agua!.

Capítulo 3

Ash no pudo más que salir rápidamente de la habitación. Unas pocas lágrimas empezaban a asomar por sus entristecidos ojos. Corriendo abrió la puerta que daba a la calle y se refugió en el peldaño contiguo a su edificio.

-Gary es un cabrón- pensaba- ¡Y un follamadres del demonio!.

Minutos más tarde salió Gary de la casa. Miró desde la distancia a Ash, sonriéndose.

-¡Aprende, Ash, de lo que es un futuro maestro Pokémon de verdad!

-¡Yo te daré una lección!- contestó el muchacho, son los ojos enrabietados y el ceño fruncido.

-Pero Chaval,¡ si ni siquiera tienes un compañero pokémon a tu lado!. No me hagas reír.

-Te prometo, Gary, que te lo voy a hacer pagar.

-Claro, Ash, lo que tú digas. Yo de momento me voy a Ciudad Verde, a enfrentarme a mi primer entrenador de gimnasio. Tú sigue aquí lloriqueando. Podrías aprender de tu madre, toda una tigresa cuando hace falta. Volveré de vez en cuando por aquí para follármela.

Dicho esto, Gary volvió sobre sus pasos y se encaminó hacia el norte, cruzando la hierba alta. Ash entró a su casa con pasos lentos. Su madre estaba en la cocina, ya vestida, mirando a su hijo con cierto pesar.

-Ash, cielo- dijo la madre- estas cosas pasan. No tienes que tomártelo así.

-Mamá, ¡es mi rival!. No puedes hacer eso….-contestó Ash.

-Cariño, deberías aprender más de Gary. Todo pueblo Paleta sabe que él es un triunfador. Tu, sin embargo, cielo, eres virgen todavía, y ya va siendo hora de que espabiles.

-¡No soy virgen!-dijo el joven, enfadado.

-Cariño, soy tu madre, no tienes de qué avergonzarte.

-Bueno vale, lo soy- dijo el muchacho.- Es que me siento intimidado por las mujeres, mami. Ellas no me desean y me tratan mal.

-Cielo, eso es por tu actitud derrotista. Ya verás que cuando consigas a tu compañero pokémon y viajes por el mundo, irás pareciendo un muchacho más interesante. Y si te quitaras esa gorra vieja de la cabeza, verían tu hermosa cabecita

-Ni hablar. Esta gorra es del campeonato del año pasado, no me la quitaré jamás. Y yo no quiero parecer interesante….¡Quiero ser el campeón de la Liga Pokémon!.

-Vale hijo, como quieras- contestó la madre decepcionada. –Pero para cuando te vayas, tendremos que hablar de algunas cosas. Por ejemplo, a medida que vayas enfrentándote a entrenadores pokémon por ahí, irás ganando dinero. Yo puedo gestionar tu dinero desde Pueblo Paleta, si me dejas. Será más cómodo para ambos, y así no te lo gastas todo de un tirón. También necesitarás ropa de abrigo y mantas para las zonas del norte, más frías, y una tienda de campaña decente para poder acampar con comodidad.

-Me parece bien, madre- dijo el joven.

-Hijo, antes de follarme a Gary, llamó el Prof. Oak a casa. Me dijo que te dijese que hay un pokémon libre para ti si así lo deseas. Uno tipo eléctrico.

-¿De verdad?- Contestó Ash eufórico.- ¡Marcho para el laboratorio inmediatamente!.

-Una cosa más, Ash. No he querido decírtelo hasta ahora, porque me daba miedo, pero creo……….que ya es hora de que sepas quién es tu padre.

- ¿Es el Prof. Oak?-dijo Ash con un cierto brillo en sus ojos.

-Siento decepcionarte, hijo, pero no. Los espermatozoides del viejo no valen una mierda. Lentos y perezosos como su dueño. No. Tu padre se fue hace años en su propio viaje pokémon. Él sí que era un macho digno de ese nombre, alto y bien dotado. Es también tu deber encontrarlo.

-Alto, y bien dotado- pensaba Ash.- Poca información para cuando pregunte por todo Kanto.- Con todo esto en su cabeza, el joven se colocó la gorra con la visera hacia atrás enérgicamente, se levantó de la silla y puso rumbo a ver al anciano profesor. Estaba ya deseoso de saber qué pokémon le tenía reservado, y si encajaría con su forma de ver las cosas.

Capítulo 4

Oak se sentó en la silla de su despacho. Abrió su terminal pokémon, y deslizó el ratón de su computadora hacia los archivos de las cámaras de vídeo ocultas que tenía distribuidas por todo el laboratorio.

Hizo clic sobre el primer archivo. Este se abrió, y el profesor se relajó cómodamente sobre el respaldo, imaginándose de antemano lo que iba a vislumbrar, ya que era hoy Martes.

Antes de darle al play, comprobó que estaba solo en su despacho, y que el pestillo estaba echado sobre la puerta. Una vez comprobado, inició el reproductor de vídeo.

Todo parecía transcurrir como de costumbre. Cada uno de sus ayudantes en sus puestos de trabajo. El ayudante del Prof.Oak, que se parece a Nobita, el de Doraemon, estaba ocupado examinando las habilidades telequinéticas del joven Abra que llegó la semana pasada desde Ciudad Azafrán. El joven prof. Elm, que estaba de visita en Kanto, le supervisaba. Luego estaban las ayudantes Nancy y Emily, que estaban preparando unas pociones sanadoras para las 11 de la mañana, que era cuando la enfermera del centro pokémon de Ciudad Verde había quedado en venir con un pokémon que padecía terribles sufrimientos.

Oak centró su atención en las ayudantes, mientras lentamente iba liberando su miembro del pantalón. Nancy era rubia, de ojos verdes claros y nariz respingona. De una figura considerablemente bien torneada destacaban unos hermosos pechos bien marcados tras su ropa de ayudante. Era tímida y coqueta, siempre mirándose en el reflejo de cualquier superficie que le permitiese contemplar su belleza. Emily por el contrario era morena, de ojos avellana claros y labios prominentes. Lucía unas buenas tetas que no tenían nada que envidiar a las de su compañera, pero además tenía en su trasero la joya de la corona: un precioso culo ancho y respingón el cual dejaba babeando a quien disimuladamente le echara el ojo.

Oak ya no quería esperar más y adelantó el vídeo hasta las 11, que era cuando les hacía la visita la sexy enfermera de Ciudad Verde. La mujer llegó puntual. Tras los saludos de cortesía dejó la pokeball con un Gyarados en su interior que sufría de malformación y atrofia. De inmediato, el ayudante de Oak, el Nobita, se dispuso a examinarlo en el tanque de observación. La dulce enfermera se giró mirando disimuladamente a las dos ayudantes y les guiñó un ojo, señal inequívoca de lo que Oak, que llevaba ya semanas espiándolas tras las cámaras, sabía que pasaría entre ellas.

Con la excusa de buscar ungüentos para complementar las pociones que habían estado elaborando, las muchachas se dirigieron al almacén más retirado que estaba en el ala oeste del laboratorio.

Las tres llegaron dentro y, tras comprobar que no había allí nadie más que ellas, cerraron la puerta despacio y pusieron el pestillo de seguridad.

-No sabéis cuánto os he echado de menos- dijo la enfermera, aproximándose lentamente hacia ellas. – Últimamente nuestras visitas se prolongan cada vez más en el tiempo.

Nancy abrazó a la dulce enfermera por las caderas y la trajo para sí, mirando sus preciosos ojos celestes. Acortaron distancias y ambas se fundieron en un apasionado beso. Emily se acercó por detrás de la enfermera y empezó a besarla el cuello mientras suspiraba. Las manos de la enfermera fueron a parar a las tetas de Nancy, mientras que giraba la cabeza para besar a Emily y saborear su lengua, quien la correspondió de igual forma. Nancy empezó a subir el vestido de la enfermera mientras besaba todo su cuerpo ahora ya en ropa interior. Emily entonces empezó a descender por su espalda, llegando hasta su culo, dejando suavemente sus labios en su ano, el cual empezó a besar por encima de las bragas.

-¡Chicas!- Exclamó la enfermera- esperad, me ha parecido oír algo.

-Amores, vamos dentro, que estaremos más cómodas- dijo Emily entre besos.

Ambas mujeres se retiraron un poco. De inmediato reanudaron la tarea. La enfermera le retiró el sostén a Nancy, liberando sus pesadas tetas, las cuales se lanzó ávidamente a chupar. Emily le fue retirando lentamente las bragas a la enfermera mientras se dedicaba a besar sus piernas. Sus manos empezaron a acariciar el suave coño de la chica, el cual llevaba a medio depilar por los lados y con un bello triángulo en el pubis. Nancy mantenía la cabeza de la enfermera mientras ésta le comía las tetas, pasando de un pezón al otro alternativamente. Se incorporó después y ambas se fundieron en un beso lento mientras Emily empujaba por los hombros a la enfermera indicando que se tumbase en el suelo. Nancy pasó de la lengua de la enfermera a la lengua de Emily a la vez que desnudaba a su compañera por completo.

Emily entonces se sentó encima de la enfermera, dejándole todo su coño al alcance. La enfermera de inmediato sumergió su lengua dentro de su coño. Con la primera lamida se llenó del intenso sabor y olor de Emily, quien soltó un pequeño gemido. Nancy se lanzó a devorar las tetas de Emily algo impaciente, mientras empezaba a frotar su coño sobre la pierna de la dulce enfermera, la cual estaba boca arriba.

Nancy se retiró por un momento, quitándose de arriba, momento que aprovechó Emily para agacharse y alcanzar el coño de la enfermera y así empezar un apasionado 69. La enfermera gozaba con cada lamida de Emily, mientras que ella metía su lengua más profundamente y la paseaba despacio, explorando toda su cuevita. Con las manos sobre las nalgas de Emily, la atrajo más hacia sí para disponer de mejor acceso. Emily por su parte hundía con desesperación su lengua en la poblada vagina de su amiga, pasando de los labios al clítoris alternativamente. Ambas mujeres parecían perfectamente acompasadas a los ritmos de la otra, moviendo sus pelvis  y gimiendo con la boca llena. Nancy mientras tanto se masturbaba al lado presenciando tan linda escena. Ver a dos mujeres dándose placer mutuo era algo que la encendía demasiado. Las dos chicas empezaron a aumentar el ritmo y a gemir más escandalosamente. Emily se centró únicamente en el clítoris de la enfermera, lo que ocasionó que se tambaleara a la próxima llegada de su orgasmo. La enfermera a su vez aumentó sus caricias bucales en respuesta, lo que ocasionó que entre gritos ahogados por sus propios coños ambas mujeres llegaran a un intenso orgasmo mutuo. No dejaron de lamerse todos sus flujos y saboreando cada rincón hasta que tuvo que intervenir Nancy apartando dulcemente a Emily de encima para besarla, y probar el coño de la enfermera en los labios y lengua de la chica. Nancy se colocó rápidamente encima de la enfermera a la cual no dejó cambiar de posición. Emily a su vez se tumbó sobre el frío suelo apoyándose en una pared cercana. La enfermera empezó a degustar la vagina de Nancy, mientras ésta iba descendiendo entre las grandes tetas de Emily, pasando por su ombligo decorado con un piercing, con el cual se entretuvo un rato, hasta llegar a su entrepierna.

Nancy sumergió la cabeza entre las piernas de Emily y se dedicó a comerla el coño, mientras recibía las caricias de la enfermera en el suyo. Emily, aún excitada por el último cunnilingus, empezó rápidamente a gemir de nuevo. La enfermera se incorporó un poco y se puso de cuclillas detrás de Emily, acariciando con sus manos sus suaves nalgas y reanudando sus lamidas metiendo la cabeza en medio. Desde atrás tenía mejor acceso a la vagina de Nancy y mayor dominio a la hora de comérsela, por lo que se esforzó en darla absoluto placer con cada recorrido a través de su vulva, con la lengua entre sus labios y besando su clítoris. A los pocos minutos, nuevamente entre sonoros gemidos los orgasmos se fueron sucediendo uno tras otro, dejando a las chicas exhaustas.

El Prof. Oak hacía ya tiempo que se la estaba meneando totalmente excitado como un perrito. Con su mano izquierda atrajo hacia sí la ristra de pañuelos que había dejado cerca para cuando llegase el momento.

Esta vez fue Nancy quien se colocó detrás de Emily.

-Quiero probar su ano, cariño- dijo Emily.

-Nancy, te advierto que no estoy recién duchada- dijo Emily mientras retiraba su boca del coño de la enfermera

Sin mediar palabra, Emily fue sumergiendo lentamente su lengua, primero alrededor de su ano, para después empezar a presionar con ella la entrada en su anillo marrón. Dirigió su mano derecha a pasar sus dedos por el coño, para que no quedara desatendido. Emily regresó al coño de la enfermera reanudando su tarea.

Poco a poco, Nancy empezó a introducir la lengua dentro de su recto, el cual se dilataba poco a poco

a su paso. De inmediato empezó a percibir en sus papilas gustativas el aroma amargo de su interior, cosa que la excitaba aún más. No pudo evitar dirigir su mano izquierda a su propio coño para darle atención. Emily empezó a gemir como loca con el coño de su amada enfermera en su boca y la lengua de su amiga en su ano, y empezó a venirse. Nancy entonces retiró sus dedos de la vagina de Emily y utilizó ambas manos sobre sus cachetes para abrir mejor el ano, el cual ya dejaba pasar su lengua sin problemas. Nancy se hundió lo más que pudo dentro del ano, llegando a introducir su lengua por completo dentro, la cual empezó a mover en círculos despacio. Esta vez fue ella misma la que sin tocarse llegó a un explosivo orgasmo que le nubló la vista.

Oak empezó a convulsionar y a expulsar chorros de semen mientras contemplaba tan precioso espectáculo. Rápidamente usó uno de sus pañuelos para limpiarse el rabo y se dirigió al baño más próximo a asearse, no sin antes cerrar el vídeo y apagar su computadora.

El profesor pasó las dos horas siguientes revisando informes sobre posibles apariciones pokémon en su despacho antes de recibir la visita de un emocionado Ash Katchup que venía a por su pokémon prometido.

-Buenas noches, profesor

-Buenas noches, joven Ash. Supongo que vienes a por el pokémon que le dije a tu madre que tenía para ti.

-Así es- contestó Ash.

-Ven conmigo.

Ambos se dirigieron hacia la sala de entrenamiento, lugar donde el profesor mantenía a los aspirantes pokémon a la espera de un entrenador que los aceptase. Con el brazo le indicó al joven que se sentase mientras que él iba al PC de Bill a recuperar su pokémon. Ash se preguntaba qué clase de pokémon eléctrico sería, y de qué nivel. Esperaba que no fuese uno con un nivel muy alto, pues él no disponía de medallas y éste no le haría caso, ni uno demasiado débil que no pudiese combatir.

Al rato, el prof. Oak regresó con un pokémon a su lado que miraba enfurruñado.

-Ash, éste es Pikachu, pokemon tipo eléctrico y ratón. No es un pokémon fácil de encontrar, por lo que espero que sepas apreciar su valor. No le gustan las pokeballs, por lo que te acompañará en tu viaje a pie.

Pikachu miró a Ash con desconfianza. Ash alargó su brazo con la intención de acariciarle, ante lo cual Pikachu apartó su cabeza.

-Bueno- dijo el Prof.Oak.- Te costará un poco ganarte su cariño, pero estoy convencido de que con el tiempo seréis grandes compañeros. Y ahora, Ash, debo pedirte sin más ceremonias que te encamines en tu nueva aventura. Mi sobrino, Gary, ya te lleva suficiente ventaja, y de seguir así ganará el juego.

-Gary es un hijo de puta- añadió Ash.

-Lo sé, hijo- dijo el prof. Oak. – Por eso debes andarte con cuidado. El primer gimnasio pokémon está en Ciudad Verde, el primer pueblecito al norte de aquí. Cuando cruces por la hierba, ten cuidado, pues hay un montón de pokémon salvajes, y otras cosas, que están esperando a viajeros incautos.

-Lo tendré, profesor.

-Ten. Te voy a dar unas pocas pociones para el camino, para que tu Pikachu no se te debilite en el primer combate que tengas. También te voy a dejar unas cuantas pokeballs para que atrapes más pokemon. Recuerda, Ash, el secreto de todo campeón pokémon es ser valiente y no mirar atrás. Si tomas una decisión, síguela hasta el final y no dudes de ti mismo. ¡Mucha suerte, joven aspirante!.

Capítulo 5

Ash salió del laboratorio con su pikachu siguiéndole detrás. Caminó hasta detenerse en la hierba alta que delimitaba el alcance de su pueblo. Miró un momento hacia atrás contemplando el lugar en el cual había pasado su infancia, y al cual tardaría en regresar. Con miedo retornó su mirada hacia la hierba, pero no sin menor decisión se atrevió a dar un paso hacia ella, y luego otro, y otro, mirando hacia el horizonte preguntándose qué aventuras le esperarían allí……………..