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Desde que estudio la universidad me vine a vivir a la ciudad. Vivo en un departamento con dos amigas pero ellas suelen irse los viernes o fines de semana. Yo no soy tan alta mido 1.57 m y peso 48 kilos, soy bajita y delgada con el cabello algo corto pero siempre me saco provecho y una de las ventajas es que los chicos grandes pueden cargarme y clavarme en su verga a su antojo mientras disfruto de cogidas salvajes, debido a que vivo cerca de la universidad varios alumnos y profesores viven en otros edificios cercanos al mío suelo oir como cogen día y noche mientras yo solo me puedo tocar hasta que me corro, uff en fin no puedo distraerme ya casi acabo la universidad y no quiero atrasarme.

Yo hacía meses que no tenía sexo y me hacía falta una buena y riquísima verga cabezona.

Al inicio del semestre llegó un profesor nuevo a la escuela, es algo joven acaba de terminar la maestría según supe, me gustaba mucho, es muy extrovertido y aunque a mi no me da clases las chicas siempre hablan de él, es un tio muy caliente. Se viste muy formal, es alto y de complexión media y siempre huele delicioso,  siempre que puedo le veo el bulto, mmm me calienta mucho.

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Uno de los tantos fines de semana que me quedé sola decidí limpiar mi cuarto, usualmente abro la ventana y me pongo short justo y una playera delgada sin bra para que quien guste me pueda ver, pero ese día vi que en el cuarto piso del edificio de enfrente ya no estaba el letrero de * se renta* , sí era el profe lo vi subiendo algunas cajas y muebles, sabía que era mi oportunidad para que me diera una cogida.

Me las arreglé para encontrarmelo en la universidad y en el jardín del edificio para que me ubicara y despertara su morbo de profesor, yo usualmente lo saludaba.

Pasaban los días y yo siempre dejaba mi ventana abierta para que me viera cambiarme e incluso había puesto un espejo en mi mesa de trabajo que me permitía ver su ventana sin que él lo notara pero jamás lo vi asomarse.

Mi escritorio está junto a la ventana pegado a la pared para no distraerme, ahí me gusta trabajar en ropa interior sexy y algunos vecinos y sus hijos suelen pajearse mientras estoy ahí, a mi eso me gusta, me calienta, e incluso tienen binoculares para verme mejor.

Se me estaba olvidando todo mi plan con tantos exámenes pero un viernes me quedé sola y decidí estar en ropa ide encaje mientras avanzaba mi tarea y se me ocurrió ver el espejito y ahí estaba él, observandome desde el fondo de su cuarto, decidí provocarlo un poco, tiré un boli y lo levanté sin pararme de la silla, solo me inclinaba para que él pudiera ver mi culin de estudiante.

Me puse audífonos y comencé a moverme lento y me acomodaba, me inclinaba para que viera mi chocho, entonces decidí mover la silla un poco hacia atrás, metí la mano en mi  braga y comencé a tocarme, me abrí de piernas lo mejor que pude y subí una al escritorio, lo podía ver en el espejo, estaba masajeando su verga, me desabroché el bra y seguí tocandome mientras me pellizcaba los pezones, me encantaba que me estuviera viendo, veía como frotaba su verga a mi velocidad, era umm delicioso, yo gemía y me retorcía sobre la silla, era rico, entonces comencé a meterme los dedos y a gemir.

Estaba muy exitada, seguí tocandome rápido, lento y gimiendo, lo veía de cuando en cuando bien atento a mis movimientos, mientras segía moviendo su mano con desesperación, me pellizcaba los pezones umm era deliciso, me corrí, supongo que el también, al terminar me saqué el bra y continúe haciendo mi tarea así.

Ese día no tuve mi rica cogida pero después de 3 intentos logré que me la diera.