Era un sábado por la mañana, estaba planeado el encuentro, ninguno sabía que esperar. Por un momento pensamos que no pasaría nada, pero no fue así. Eso hizo todavía más excitante el encuentro. Llegamos al motel. Nada espectacular, sólo lo necesario para unos momentos de pasión y placer...

Al principio sentí nervios, hacía mucho que no tenía un encuentro así. Respiré profundo mientras el me tomaba por la cintura y comenzaba a besarme lentamente, probando por primera vez el sabor de sus besos, sintiendo su lengua tocando la mía tímidamente. Al principio.

Después el beso comenzó a ser más intenso y excitante. El beso se convirtió en toqueteo, sobre la ropa, el tocaba mis senos y yo tocaba su pene.

El deseo se volvió tan fuerte que nos quitamos la ropa, tímidamente, apagamos la luz, y continuamos besándonos y tocándonos, ahora ya sin ropa...

Le dije que se acostara y comencé a hacerle sexo oral, primero lamí sus testículos, los metí en mi boca, succionándolos suavemente, primeo uno, después en medio de los dos testículos, luego el otro, succionándolo suavemente, para esto yo ya estaba muy excitada y ya me había venido por lo menos dos veces, continué lamiendo su pene, desde los testículos hasta la punta. Lamiendo como si fuera una paleta deliciosa, mmm, mientras me mojaba una vez más, solo de sentir su pene en mis manos, caliente, erecto, duro, después lo metí en mi boca, primero con los labios cerrados, como forzándolo a entrar, lo metí hasta el fondo de mi boca, lo metía y sacaba lentamente, una y otra vez, una y otra vez, después rápidamente, adentro, afuera, adentro, afuera, mientras yo sentía como me mojaba una vez más, frote su pene en mi lengua, lo mame, lo saboree...

Entonces yo ya no aguantaba más y quería tenerlo dentro...

Me acomodé lentamente, primero lo froté en mi vagina, se sentía caliente, duro, y yo con eso me mojé una vez más.... Aaaaa!!!!

Entonces por fin lo metí en mi vagina, hasta adentro, todo, podía sentir como me venía sobre él.

Me acomode para moverme hacia adelante y hacia atrás, y en cada movimiento me mojaba cada vez más.

Después cambiamos de posición, yo estaba cansada entonces me acosté y el se puso sobre mí, metió su pene en mi vagina y sentí como me mojaba con sentirlo dentro...

Yo le tocaba los brazos mientras el lo metía y sacaba rápidamente, yo gemía de placer...

Después me puse a gatas y el detrás de mí, lo acomodo, y empezó a moverse tan rico que yo terminaba una y otra vez, hasta que el también terminó dentro de mí...

Cuando terminó dentro de mí, sentí como como se mezclaban nuestros líquidos, calientes, sentí como el explotaba de placer y yo tenía un orgasmo, esa sensación fantástica de querer gritar, reír y llorar al mismo tiempo, de satisfacción infinita, que te hace sentir más feliz que nunca en la vida, ese instante mágico...

Terminamos al mismo tiempo, nos relajamos al mismo tiempo. Nos recostamos para recuperar el aliento y nos quedamos sin hablar pensando en lo mágico de ese momento...