Desde siempre, ya desde la adolescencia siempre me gustaron las mujeres muy maduras y con carne. A pesar de haber tenido pareja de cuerpo con unas curvas normales y de más o menos mí edad siempre admire a las mujeres mayores.

Ahora con  mis 50 años me surge una aventura con una separada de 70 años. Nos conocimos hace años a través del Messenger y fuimos ganando en amistad con el paso de los años. Ella vive cerca de mí y como yo ahora no tengo pareja pues de vez en cuando nos tomábamos algún café, de ahí a dar algún viaje para que ella hiciese gestiones ya que no tiene carnet de conducir.  Este verano un domingo de agosto nos fuimos a comer a la costa y ella quería algo más. Nunca en estos años dejamos de hablar de sexo, es más, me resultaba fácil tener conversaciones calientes con ella. Ella es la típica madura entrada en curvas sin ser gorda, con  tetas normales, redondas y un poco caídas con unos pezones muy duritos, sus piernas grandes y robustas y por supuesto un gran culo de grandes cachas. Una tarde que me invitó a su casa me enseñó fotos de cuando era joven y en el sofá ella se arrimaba mucho rozándome con su teta. Deseaba meterle la mano entre sus piernas y así le acaricie la pierna. Ella no solo se dejó tocar que me besó metiendo su hermosa lengua hasta mi campanilla. Ya era imparable y mis manos ya sonaban sus tetas por encima de su vestido. Le quité la blusa por la cabeza y su sujetador azul sostenía sus dos hermosas tetas. Ella desabrocho su sostén y ya nada me paró para chuparle sus hermosos pezones. Ella me sobaba la polla por encima del pantalón que yo tenía a reventar. Ella me paró y me dijo vamos a mi cama y la seguí y allí nos quitamos los pantalones y nuestra ropa interior y me tumbo en su cama. Llevaba mucho tiempo esperando esto, me dijo y sus manos cogieron mi polla y comenzó a besármela y se la metió toda en la boca. Me hizo una mamada maravillosa, se notaba su experiencia después de tres maridos. Le dije que parara un poco o me correría pero me dijo que quería tomarse toda mi leche y sin más me corrí en su boca y se lo tragó todo. Luego me besó y pude degustar el sabor de mi corrida en su boca. Luego la acosté a ella y le volví a comer las tetas, ella gemía y fui bajando por su hermosa barriga.  Me encantan las barrigas, esa piel tan suave me vuelve loco. Seguí bajando y pude ver una hermosa mata de pelo con canas cubriendo su chochito que me puse a besar como un loco. Luego lo abrí con mis dedos y se lo comió todo. Chorreaba, metí dos dedos dentro de su cueva caliente y mojada mientras se lo comía del clítoris hacia abajo y hacia arriba. Ella pedía más y más. Me pedía a gritos que me la follara pero yo aún quería más coño y por supuesto culo. Abrí sus dos cachas y le pasé la lengua por su ojete cerrado y marrón. Ella intentó sacarme de su culo, diciendo eso no, pero al rato gemía y pedía mi lengua cada vez más adentro de su ano. Le metí un dedo y pude notar lo cerrado que estaba pero con mi lengua ella se relajó y ya me cabían tres dedos. Le dije, ¿Quieres que te folle?. ¿Pídemelo?. Sí, hijo de puta, FOLLAME, mira cómo me tienes. FOLLAME. Dirigí mi polla a su incandescente como y entro toda sin dificultad.  Que caliente estaba la vieja, se notaba que tenía muchas ganas. Mientras me la follaba me comía sus tetas, se las apretaba,  nos besábamos. Le dije que quería verle el culazo y la puse a cuatro patas y la volví a insertar. Su ojete precioso invitaba a meterle los dedos y se los metí mientras  le jodia el chocho. Quería follarle el culo pero mi corrida era ya imparable y le dije dónde quieres mi leche putita. No lo dudo y me grito, dentro, hazme tuya. Soy tu mujer, tu puta. Escuchando esto me corrí dejando toda mi leche dentro del veterano coño. Nos tumbamos en la cama a abrazados y seguimos un buen rato acariciándonos y besándonos. Ahí nació una relación con una diferencia de 20 años pero que me hace feliz. En otra ocasión si os gustó os cuento cómo fue nuestro primer anal. Espero que os haya gustado. Para comentar o ponerse en contacto conmigo hs-25@outlook.com