miprimita.com

Primer día de vacaciones, trío inesperado.

en Trios

     Abro los ojos lentamente, la luz de la ventana me ha despertado, como siempre, miro la hora en el móvil, las 7:33, siempre me despierto temprano, como desearía poder dormir un poco más, dejo el móvil en la mesa de noche, cierro los ojos y me pongo una almohada en la cabeza. 

     Me siento adolorida por el polvazo de ayer, siento cada músculo de mi cuerpo y me estremezco de solo recordar sus manos recorriendo todo mi cuerpo, su besos húmedos y calientes y su polla palpitando dentro de mi, no puedo evitar sentirme nuevamente excitada. 

     Cojo el móvil otra vez, pongo la ventana de incógnito y busco mi página porno favorita (xnxx), veo la pagina principal y escojo una donde a una chica le dan arrimones en un vagón del metro. Comienzo a tocarme lentamente, empezando por mis pechos notando mis pezones a punto de estallar, bajo por mi abdomen y luego lentamente hacia mi clítoris, me acaricio por encima de la ropa interior, estoy húmeda, y se siente delicioso.

     Después de unos minutos de caricias y varios orgasmos me voy a la ducha, casi por inercia, no sin antes poner la cafetera, italiana, por su puesto, no hay nada que disfrute mas que el olor a café negro recién hecho por la mañana.

     Hoy me he pillado vacaciones, cinco días para mi, para poder descansar, tomar un baño largo, y comer cuando me apetezca, de verdad que necesitaba desconectar de mi silla de trabajo y de lo aislada que me siento en la oficina.

     Bebo mi café mientras veo el Instagram, lo mismo de siempre, mis amigas con hijos posteando fotos de sus bebés, mis amigas solteras de fiesta como es habitual y alguna de las chicas que estudiaron en mi instituto que creen que son famosas. Estoy cansada de lo mismo, necesito respirar, vivir, reencontrarme, la desmotivación me invade y me siento muy frustrada.

     Ato mi cabello en una coleta alta y decido salir a dar una vuelta, a tomar aire fresco, no me he cambiado ni el chándal ni la camiseta de estar por casa, me veo fatal pero no me importa. Mientras voy caminando distraída veo a lo lejos la silueta de un hombre, mi corazón se detiene y siento un nudo en el estomago, es José, hacía tiempo que no le veía, está son su esposa, y ahora tienen un bebé, me sonrojo y trato de calmarme, quiero correr en dirección opuesta, pero ya es muy tarde, están frente a mi.

-Hola ¿qué tal?, que hermoso bebé- Digo sintiéndome inmediatamente falsa. Ella solo sonríe y José contesta -Bien, que bueno verte, ¿qué es de tu vida?- veo de nuevo su mirada brillante y me quedo muda, esta guapísimo, como siempre, no me da tiempo de contestarles cuando su bebé empieza a llorar y mi móvil suena.

 -Salvada por la campana- es mi pensamiento automático, les sonrió y me disculpo por marcharme a atender la llamada, veo como se alejan mientras escucho al otro lado del teléfono la voz de Manuel.

     En menos de 20 minutos estoy en la puerta de su casa, saludo al vigilante, y veo como su mirada se queda fija en mis senos, me gusta que me miren sin duda alguna, cuando llegó a la puerta de Manuel me percato de que no está solo, me siento pasmada al ver a una mujer morena de mediana edad tomando una copa de vino y luciendo y vestido que dejaba ver sus impresionantes piernas,largas bronceadas y torneadas, siento que un calor me invade, estoy excitada.

    Entro al salón como si no pasara nada, pero la verdad sé que es lo que quiere Manuel. Un olor a pino me invade las fosas nasales, la iluminación del salón es bastante cálida, -esta situación estaba preparada no, lo siguiente- pienso. La que no estaba preparada para esto soy yo, un trío no planificado en mitad de la mañana y luego haber visto a José no es la idea que tenía en mente de unas vacaciones relajada en casa, la verdad haberle visto después de tanto tiempo me dejó turbada.

     Fijo mi atención en las piernas de la sexy y misteriosa acompañante de Manuel, ella sonríe, me muerdo el labio casi por instinto, me mira a los ojos diciéndome con una voz cálida su nombre -Elena-. 

     Elena era guapísima, tendría unos 45 años y se veía increíble en ese vestido negro ceñido, un escote perfecto resaltaba sus pechos y unos stilettos color nude le daban una elegancia suprema, llevaba una melena negra y abundante a la altura de la cintura, con unos labios rojos carnosos, ojos de un azul profundo y un semblante sereno y seguro de si.

     Tímidamente me acerco a ella y le doy dos besos, huele a Channel y era de suponer, me pregunto de donde Manuel sacó a esta mujer tan refinada.

     Me siento en el sofá, justo en medio de Manuel y Elena, me encuentro incomoda, la verdad es que quiero irme corriendo.

 -Los tres sabemos porque estamos aquí- dice Elena con una voz pausada y un tono juguetón, Manuel sin esperar si quiera a que ella termine la frase empieza a acariciarme los muslos lentamente mientras me besa con pasión. Extiendo mi mano hacia su pantalón y siento enseguida su polla dura, está que explota, -ya no hay vuelta atrás me siento muy excitada y no voy a parar hasta estar agotados de placer- pienso. 

     Elena se arrodilla frente a Manuel, saca su enorme polla acariciándole lentamente, veo como se humedece la mano con saliva para continuar y yo estoy gozando, comienza a pasar su lengua a lo largo y a hacer movimientos circulares en la punta, siempre ayudándose con la mano, está un rato  así hasta que se la traga por completo. No puedo aguantar más y me arrodillo yo también, le hacemos una mamada entre las dos, hasta que Manuel nos separa bruscamente a ambas y me coge fuerte del brazo dándome la vuelta para que me incline en el sofá y poder penetrarme, cuando la siento por completa adentro, no puedo evitar gemir de placer, Elena se sienta a mi lado y comienza a darse placer disfrutando de la fuerza de las embestidas de Manuel que me coge por la cintura con una mano y jala en cabello con la otra.

     Después de un rato de cambiar posiciones, tener varios orgasmos y ver como Manuel empotraba a Elena por el culo, nos pide a amabas que nos arrodillemos, eyacula de forma abundante y nos cae su leche en la cara y en los pechos. Las piernas me tiemblan, estoy exhausta., un trío no planificado pero sin duda una delicia de mañana.

     Son las 6 de la tarde, no puedo dejar de pensar en José, me muero de ganas de tomar un café con él, de poder conversar un rato largo y saber que ha sido de su vida durante estos años, saber si es feliz o si solo aparenta serlo. De pronto recuerdo que tengo su correo electrónico apuntado en algún cuaderno viejo, comienzo a revolver entre mis cosas hasta que lo encuentro. 

     Para las 8 de la tarde ya no hay nada que hacer, le he escrito para pedirle que nos veamos en algún café del centro, no han pasado ni quince minutos y ya tengo que arreglarme para verle, voy preparada para todo, esta vez no voy a dejarle ir.