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Rompiéndole el culo a Mili (45)

en Sexo Anal

Como imaginaran, después de mi última metida de pata (o de verga en el ano de Vane) las siguientes horas y días me las pase intentando contactar a Mili, que nada quería saber de mí. Dejándole mensajes, correos, hasta tratando de usar de intermediario a Guille, ya que Marce molesta conmigo no quiso apoyarme.

Sentí que inconscientemente me había hecho hará-kiri, que yo mismo había boicoteado mi relación para no prolongar la agonía, tras recibir toda clase de comentarios que no funcionaría un amorío a distancia y, bueno, por mis celos exacerbados ante la salida de Mili con ese médico.

Sinceramente, esta vez no me hice tantos dramas como las veces anteriores, ya sentía que la causa estaba perdida, la distancia y el silencio fueron mis respuestas…

Así empezó mi periodo de verga loca, no quería pensar, ni recordar o imaginar lo que estaría haciendo Mili, solo me dedique a tener sexo fácil y rápido con cualquier chica que me diera cabida en el trabajo en el instituto de inglés, evidentemente, teniendo algo de esperanza que Mili en algún momento me perdone. Al menos evité caer con alguna ex compañera de facultad… aprendí mí lección.

Sobre Vane… bueno, esa mujer cambiaba de animo con cada brisa de aire… por momentos podía ser intrigante, seductora, desinhibida y por otros cohibida, al punto de desaparecer. Así lo hizo, ella hacia sus maldades discretamente, pero ahora ante la vista de todos, genero malos comentarios entre los de la facu y bueno… se tomó unos meses sabáticos viajando a Europa a seguir buscando universidades donde estudiar su maestría.

Tampoco es que yo haya vislumbrado algún tipo de relación con Vane, solo me deje llevar. Quien como ella que tenia los recursos para desaparecer… en mi caso, mas bien las cosas en los meses siguientes empeoraron en la economía familiar.

Mi padre se quedo sin empleo y encima con deudas que contrajo intentando salvar un terreno familiar que mi tío administraba de regular a mal. Ahora que tenía tiempo libre, mi padre viajo para intentar reflotar aquella hacienda… me dijo que lo hizo por conservar la herencia de la familia, sin embargo, eso me convirtió en el sostén de mi familia.

Los ahorros que había logrado pensando en viajar a ver a Mili o postular a estudiar allá, se iban dilapidando, tuve que dejar de estudiar inglés. Como dirían, empezó la época de las vacas flacas.

Así sin querer había pasado tres años desde que Mili se fue. Vane a su vez había regresado, estudio una maestría en cualquier cosa, con tal que fuera en Europa y que sus padres no se sientan defraudados. Busco que contactarme y seguir enredándome, pero ya no quería volver a meterme con esa loca caprichosa que tanto lío me causo, estaba mejor con mis relaciones fugaces.

Había tanta mujer cercana a los 30 años en mi oficina, sintiendo que se les iba el tren, y se arriesgaban a todo con tal de atraer a algún joven profesional con algún atisbo de madurez y discreción…

Lo cierto es que también parecían un tanto desesperadas por atrapar a alguien y terminaban espantando gente. A veces se presentaban con una onda en plan de amigos con derecho, uno caía y tras unas semanas se ponían intensas queriendo formalizar y tener hijos. Como verán fue mi época de cinismo también.

Cada que quería torturarme, tras terminar alguna de esas relaciones fugaces, o escaparme mas bien de la trampa que parecían tenderme ese tipo de chicas, iba a visitar a Guille. A que me cuente como le iba a Mili y bueno ver si al menos me había perdonado.

Tras unos meses de soledad, después de que me terminara por correo, por culpa mía… al final Mili termino aceptando a salir con aquel médico. Parecía que era descendiente de padres latinos, un tipo muy correcto y medio nerd, según las referencias que le daba Mili a Guille. Era de esperar, no podía reclamar mas aun cuando yo la empuje a eso con mis metidas de para con Vane, mas aun con todas las metidas de pata en la oficina y el instituto que tuve en esos años.

Mas bien, otra mala noticia, habían desahuciado a la madre de Mili, le quedaban unas semanas, quizás meses de vida. El padre de Mili termino por cerrar todos sus pendientes aquí y se fue a estar con su familia en esos últimos momentos. Aunque sabia que no me respondería, igual le envié un mensaje por correo de apoyo a Mili.

Así, quebrado en la economía familiar y metido en relaciones sin sentido, poco tiempo después me llamo Guille para informarme de que mi suegra estaba en cuidados intensivos, ya agonizante, dando su última batalla, era cuestión de tiempo, horas, quizás días.

-        Ay mierd… pobre Mili… me gustaría estar ahí… aunque no se si me recibiría… dije apenado.

-        En realidad, la última vez, valoro tu presencia en el hospital… me animo Guille.

-        Si, pero mi situación es un desastre (ya sabes el lio que me dejo mi padre), quizás pueda pedir vacaciones… pero como pagaría el viaje y la estadía…

-        Buenooo… quizás te pueda ayudar en los pasajes… tengo algunas millas acumuladas que quizás te pueda transferir para que viajes… dijo modestamente Guille, que en los últimos meses había viajado mucho al extranjero para llevar cursos y ver tecnologías que aplicar al negocio familiar.

-        ¿En serio?... te lo agradecería… le dije incrédulo.

-        Bueno sabes que mis padres no me dan dinero en efectivo para evitar que lo despilfarre, solo me financian algunas comodidades… así que al menos en eso te podría ayudar.

-        Eso es bastante Guille, ya lo demás veré como lo consigo… dije agradecido.

En realidad, las noticias volaban… mientras veía los horarios de mi posible viaje, y eligiendo que riñón vender para pagarme un alojamiento. Recibí un llamado de un numero local, atendí pensando que podría ser un banco dispuesto a ofrecerme un crédito o algo que me permita solventar gastos.

-        Otra ves tu… dije algo indignado.

-        Espera… no cuelgues… dijo Vane tímidamente.

-        Que quieres esta vez…

-        Mira se dé la situación de Mili, me comentaron que te apoyo Guille con los pasajes… déjame apoyarte con el alojamiento.

-        A cambio de que… respondí desconfiado

-        De nada… solo quiero congraciarme por todos los problemas que cause.

A regañadientes acepte su propuesta. Vane tenía un amigo que estudiaba en New York y que estaba pasantía en Europa, así que su mini departamento de estudiante estaría vacío, las siguientes semanas, así que logro que me lo ceda.

Bueno tenía pasajes y alojamiento, lo que me quedaba aun de ahorros para casos de emergencia,  los usaría para sobrevivir allá, esto calificaba como emergencia. Feliz con todo esto… pero como lograr que Mili me reciba sin reproches si ni siquiera me respondía. Pensé que algo se me ocurriría en el viaje, lo más seguro era que sería la última vez que la viera.

Justo antes de salir al aeropuerto, recibí la llamada de Guille… era para darme la noticia del deceso de la madre de Mili, prácticamente en los brazos de ella y en compañía de su padre. Mierd… debería estar allá… me apresure en salir… aunque igual eso no ayudaría a que el avión salga más rápido.

En el viaje apenas si dormí, buscaba las palabras que decir cuando tuviera la oportunidad de ver a Mili, lo repasaba de diferentes maneras, afinando palabras para no meter más la pata. No recuerdo ni donde hice escala.

Al llegar al aeropuerto cruce como zombi la zona de migraciones, masticando mi inglés, me sentía hablando como Tarzán, igual que cuando los gringos intentan hablar español y no conjugan bien los tiempos o verbos. Me sentía tonto, aparte que estaba tan distraído que no prestaba atención a las indicaciones y me las repetían.

Tras varias horas de viaje… al fin creí tener el discurso perfecto en mi mente, recogí la maleta con una sonrisa de alivio, enrumbé hacia la salida a procurar no ser asaltado por algún taxista… mientras caminaba por el pasillo, se me nublo todo… se me cayó la maleta… ella estaba ahí…

Pensé que, tras horas sin dormir, días en realidad por la ansiedad de verla… quizás ya estaba alucinando por el cansancio… estaba a unos 15 metros de distancia, ojerosa, demacrada, pero linda como solo ella… me miraba con pena, rabia, decepción, tristeza…

Por inercia empecé a acercarme, mientras ella también lo hizo rápidamente… no salió ni un sonido de mi boca. Estábamos frente a frente… la gente no importaba… y la primera reacción que tuvo Mili fue la mas lógica… me dio una sonora bofetada… me la merecía.

-        Tu… tu… maldito idiota… tu… maldito… maldito… tu… repetía, mientras golpeaba mi pecho con algunos débiles manotazos que perdían fuerza mientras ella sollozaba.

Termino por hundir su rostro en mi pecho, mientras lloraba desconsoladamente, no solo era por mi estupidez que la decepciona, era también por lo de su madre… la suma de todo. Tras unos momentos de un torpe forcejeo, termino por dejar que la abrace y la consuele.

-        Lo siento… lo siento… por todo… por mi… por lo de tu mama… por todo… lo siento… le repetía mientras una lagrima de tristeza y arrepentimiento por lo hecho, recorría mi mejilla.

Al final de cuentas mi ángel guardián (aunque suene gay), Guille, le había dicho a Mili que estaba en camino para allá. Según el, le movió el piso a Mili saber que, a pesar de mi precaria situación económica, iba para allá por ella… aunque sabia que ella no era libre como antes.

Salimos del aeropuerto, y nos fuimos en busca de su auto… era incomodo, no sabíamos que decir…

-        Deseas que te lleve a algún lugar… me dijo… aunque… uhmmm…

-        ¿Qué cosa?}

-        Bueno… hay una reunión familiar en casa de mis tíos… mi papa va estar ahí, le va dar gusto verte… quizás nos quieras acompañar… dijo con esa cara de no saber si hacia bien o no al invitarme, me imaginaba que en algún momento llegaría su novio.

-        Ah… claro… seria agradable verlo de nuevo… dije, tendría que tragarme el ver al tipo que me la robo, pero había ido por ella para darle apoyo moral.

La incomodidad siguió en el auto, hablábamos de trivialidades y luego el silencio… hasta que se le ocurrió preguntar…

-        Y… ¿Cómo esta Vane?... ¿Cómo les va?... pregunto haciéndose la indiferente.

-        No… ya vas a empezar… que Vane y yo no estamos juntos…

-        Me alegro… es una perr… maldita… con el perdón de las perras… dijo sarcástica.

-        Ya… ósea… no quiero pelear por esto, ya te dije mil veces que la cague, que me arrepiento, que lo siento… no vine de tan lejos para hablar de esto… le dije intentando cerrar el tema.

-        Entonces ¿para qué viniste? ¿qué esperas?... pregunto mirándome fijamente, mientras el semáforo nos daba unos segundos.

-        No espero nada… solo vine porque creí que era lo correcto… no se… es decir, no vine buscando algo… solo quería acompañarte en estos momentos y ya…

-        Esta bien… dijo con mirada y tono melancólico.

Mied… es que esperaba una declaración de amor… o que le diga que fui a secuestrarla… estaba con otro tipo haciendo su vida allá… yo me había convertido en padre de mis padres, ahora debía mantenerlos… ¿qué le podría ofrecer?…

Después de todo también ella estaba vulnerable por lo de su madre y quizás añorando el pasado conmigo, cuando su familia estaba unida, cuando su madre estaba bien… como aprovecharme de eso… pero ese fucking doctorcito se aprovecho de eso, me decía el diablillo en mi hombro…

-        Llegamos… me dijo, mientras yo debatía moralmente en mi cabeza.

Era la típica casa de madera de los gringos, en la que quieres entrar y pasar desapercibido pero las tablas del piso crujen avisándole a todos que llego alguien. Estaban otros familiares de Mili, me presentaba como su amigo de universidad.

-        Vaya… que sorpresa… que gusto verte… me dijo el padre de Mili, que parecía haber envejecido en los últimos meses. Maldita enfermedad que consume la vitalidad de los seres queridos.

-        Es lo menos que podía hacer señor… lamento su perdida… dije estrechando su mano.

-        Gracias muchacho… por alguna extraña razón… a mi esposa le caías bien (a mi no)… dijo intentando bromear, luego me ofreció una cerveza.

Mili me dejo con él, ella andaba ocupada saludando familiares y bueno departiendo recuerdos… hasta que llego el infeliz… lo supe porque la saludo con un beso, un beso que me correspondía a mi… ella avergonzada, sabiendo que los vería, intento esquivarlo…

-        Toma otra… eso debe doler… te ves peor que yo… me dijo el papa de Mili dándome otra cerveza, notando mi malestar por presenciar a su hija con otro.

Aunque valgan verdades, ahora que lo miraba… mierd… era casi de mi talla, color de piel, cabello, contextura… y el rostro, bueno ahí si lo aventajaba… y quería creer que en verga también… pero no lo descubriría…

-        Ay…. Mi hija… tiene malos gustos… se busco uno parecido a ti… me dijo el viejo bromeando, él también se había percatado del parecido.

Tras un rato, me excuse, me despedí, ya se hacía tarde, tomaría un taxi para ir al alojamiento que me había conseguido Vane. Mili se ofreció a llevarme, pero la mirada del novio no era muy satisfecha, igual yo marcaria mi territorio (¿sabría que era su ex?)… al final el viejo de Mili se ofreció a llevarme.

El amigo de Vane me había dejado la llave en el buzón de correo, era un lugar agradable, un ambiente grande (típico en las películas de los gringos) que fungía de sala, comedor, dormitorio, con una pequeña separación que era el kitchenet y el baño a un lado.

Serian mis dominios por unos días. Al día siguiente sería el velorio en la iglesia, el viejo se ofreció a recogerme, creo que se quería mantener entretenido y no lo culpo, para evitar pensar en su esposa. Luego tendría unos días para conocer la gran manzana, quizás serian mis últimas vacaciones en mucho tiempo, al llegar a mi ciudad, a la realidad, seria trabajar como esclavo nuevamente a pagar deudas.

Pensando en esas cosas, me quede dormido… hasta que… escuche un ruido afuera… en principio desperté con la confusión de no saber donde estaba, una vez recordándolo… me entro el natural temor que te meten las películas o series, que en Nueva York roban mucho las casas… a la mierd… que suerte la mia… acabo de llegar y ya me van a bautizar… pensé…

Mire por las ventanas… vi una sombra cerca a la puerta… busque algo con que defenderme… entendí porque el bate de beisbol estaba cerca a la puerta… lo tome, tuve un pensamiento poco racional… y si el novio de Mili nos había seguido y quería darme una paliza… la que se va llevar el, pensé.

-        Déjame entrar… oí tras la puerta.

-        ¿Qué? ¿Qué haces aquí?... pregunte incrédulo, era una voz femenina, ¿era Vane?.

-        Danny… solo… solo déjame entrar… dijo sollozante, esta vez si reconocí la voz y la deje entrar.

-        Pero ¿Qué? ¿como?... dije sorprendido.

-        No digas nada… repuso llorosa, y me empezó a besar apasionadamente.

-        ¿Segura?... respondí maquinalmente entre jadeos.

-        Si…  quiero ser tuya… una vez más… dijo casi empujándome hacia adentro.

Me quito la camisa y empezó a hurgar en mi pantalón, se hacia tan lejano la última vez que sucedió así… por momentos creí que estaba soñando… hasta que su fría mano tomo mi verga que empezaba a endurecer… si era real… estaba sucediendo.

-        Te extrañe tanto Danny… dijo mientras me pajeaba torpemente aun dentro del pantalón.

-        Y yo a ti… Mili… repuse, sin dejar de besarla.

En ese momento dejo de sentirse raro o lejano, se volvió nuevamente familiar, metí las manos por debajo de su vestido negro, tome aquellas gordas nalgas que fueron mi delirio mucho tiempo y que nunca olvide… eso la estremeció de pies a cabeza… más aun cuando recordé su punto débil…

-        Ay mierd… eres un… ohhh…. uhmmm… exclamo Mili retorciéndose de placer ante el beso en cuello que le propine, casi diría que se vino.

Tras eso me beso con más pasión, prácticamente me jaloneo la verga hasta liberarla… ya me había llevado casi a la cama. No dije nada, ella dudo un momento, luego solo se arrodillo y engullo mi verga… aunque no era necesario porque estaba super tiesa… quizás solo quería recordar el sabor o la sensación que le daba… apenas fue un momento.

-        Hey… que… mierd… dije cuando ella me empujo contra la cama.

La deje obrar, quizás ella tanto como yo había pensado ese momento, la deje tomar la iniciativa... se sentó encima mío, hizo a un lado su rop… un momento… no hizo al lado nada… no traía ropa interior… Mili desde que salió de su casa sabia a lo que venía… o sabía que quería venirse conmigo…

-        Uyyy… siiii…. Ohhh… exclamo metiéndose mi verga en su super mojada vagina.

Prácticamente me araño el pecho al sentirse invadida por mi tieso miembro. Sin decir más, empezó a saltar sobre mi verga, luego menear su enorme rabo en mi ingle, mientras yo la sostenía por momentos de la cintura o jaloneaba sus gordas nalgas, lo que la hacía brincar más rápido.

-        Tan dura como siempre… que rico… ummm… exclamaba con los ojos cerrados, disfrutando de su auto castigo.

Luego tomo mis manos y las dirigió a sus redondos senos, entendí la invitación y comencé a estrujarlos, hasta liberarlos… Mili, estaba como poseída… no paso mucho tiempo hasta que comenzó a acelerar sus movimientos…

-        Ay no... no… nooo… auuu… ohhhh…. Uhmmm… quiso evitar no inevitable, pero se vino en un rico orgasmo que me mojo toda la ingle.

Se estremeció casi hasta acalambrarse… arañando nuevamente mi pecho… tras unos segundos se dejo caer agotada sobre mi pecho, aun con mi verga dentro de su tibio interior… después aun jadeante, busco mis labios nuevamente.

-        Como extrañaba esto… me dijo melancólica.

-        Si, yo también… pero parece que no fue hace mucho… le dije para que no siga apenada.

Dio un suspiro… luego un temblorcillo la recorrió al sentir una gotita de leche invadiéndola…

-        Ups… se me escapo… dije avergonzado.

Luego ambos nos miramos y nos reímos…

-        No creas que me he olvidado… me dijo juguetona.

-        ¿de qué?... pregunte.

-        Aun te falta a ti…

-        Ah… no… no es necesario… estoy bien… dije, no quería forzarla a otra cogida.

-        No… no es solo por ti… yo también lo necesito… repuso volviendo a encenderse.

Sin decir más, cogió mi verga con seguridad y la dirigió a su ano… me miraba con una ansiedad y ternura al mismo tiempo, luego se fue insertando con dificultad mi pene cada vez mas duro en su estrecho agujero… ese tipo debía tener la verga flaca o pequeña, me dije, porque a Mili le estaba costando meterse mi verga nuevamente.

Para ayudarse, Mili comenzó a besarme con lujuria, mientras iba abriendo mas las piernas, yo la ayude abriéndole las nalgas y dejando posarse su enorme trasero en mi ingle. Mientras ella seguía forcejando por incrustarse toda mi verga hasta la raíz.

-        Ohhhh… que grande… no entra… ohhh… se quejaba por momentos.

Hasta se despego un poco de mí, prácticamente sentándose por completo, jalonee sus senos… lo que la hizo enloquecer otra vez, dejandose caer por completo sobre mi verga… sentí mi pene completamente absorvido por su esfínter… la tenia incrustada hasta las tripas…

-        Ayyyy…. Ouuuu…. Uhmmmm…. Siiiii… exclamo triunfante, estremeciéndose.

Nuevamente se contrajo, mirando al techo con la boca abierta, pensé que nuevamente había tenido otro orgasmo… ¿seria posible?... ya iban como 3…

-        Wowww… es que esta sensación… uffff…. gemía Mili pensando en voz alta.

-        ¿Qué sensación?... replique para incrementar su morbo.

-        De tu verga llenándome toda… dijo como poseída.

Acto seguido, comenzó a brincar dificultosamente sobre mi duro miembro… era una delicia verla disfrutarlo… morderse los labios, sonreír de placer, casi llorar de dolor… pero aun así seguir… al borde de acalambrarse por lo forzado de la posición para ella, que parecía haber perdido ritmo.

-        Ay Danny… ya nooo… asi nooo… se quejó ella.

Pensé que habría recobrado la conciencia, que se había acordado de su novio, que me dejaría con la verga en ristre y saldría corriendo… pero no fue así…

-        ¿Cómo?... pregunte.

-        Como antes… dijo con voz ahogada, luego agrego con expresión morbosa… como perra… como tu perra…

No tuvo que decir más, la expresión en mi rostro le dio a entender que me moría por cogerla en 4 patas, como la primera vez… ella misma se llenó de energía y se levanto y busco la manera de acomodarse en la cama… para sentirse sometida como una perra nuevamente…

-        Esta bien así…. Exclamaba ella quebrando la espalda, para que me embobara con su estrecha cintura y sus abultadas nalgas.

-        Si… super bien… exclame casi ahogándome con mi saliva.

-        Como la primera vez… que me hiciste tu perra… me susurro.

No necesite mayor invitación, en poco tiempo ya tenia media verga metida en sus tripas, ella se retorcio por lo brusco y desesperado de mi accionar…

-        Ouuu… siii… asi también dolioo… uhmmm… pero sigueee… me animo.

Agarre sus gordas nalgas, las abri y empecé a empujar… sentía que la estaba partiendo, se me hacia como la primera vez que la desvirgue analmente, se hacía difícil, volvía a sentir su estrechez… mi verga también sufría las consecuencias… pero estaba dispuesto a soportarlo.

El espectáculo y el culo valían la pena… ese panorama de 2 grandes glúteos partidos a la mitad por mi verga, sus piernas que parecían haber ganado volumen, me morboseaba más, y su estrecha cintura que parecía querer doblarse con cada inserción, mientras su espalda se contraía soportando mi incursión.

-        Ohhh… siii… asiii… hasta el fondoooo…. Suplicaba como loca.

Temía que los vecinos nos oyeran, estos latinos locos que estarán haciendo dirían y llamarían a la policía… pero ni ellos me lograrían despegar de semejante trasero con el que había soñado y pajeado varias veces.

Una vez que mi verga estuvo clavada casi hasta los huevos, ella se dejo caer un poco aliviada de que al fin todo estuviera dentro.

-        ¿Qué esperas amorrr?... me recrimino Mili, recordando la familiaridad de antes.

Quería que la cabalgue salvajemente como era nuestra costumbre, yo había ido sin mayores expectativas y ahora la tenia atorada hasta las tripas… que más podía pedir… encima estaba haciendo cachudo a ese gringo aprovechado…

Sin más espera, comencé a bombearla armónicamente, hasta que veía que Mili se desesperaba y empezaba a culearme. Bueno, basta de delicadezas me dije… era obvio que ella no pensaba en el entierro de su madre, sino en mi verga enterrada en su ano y la quería violentamente, para olvidarse de todas sus penas… solo quería que mi pene la exorcizara de todo.

-        Ohhhh…. Uffff… asiiii…. Siiii… como perraaa… siii… como tu perra… uhmmm… exclamaba ella.

Ya la tomaba de la cintura y la penetraba con fiereza, cosa que ella parecía agradecer, sus nalgas temblaban armónicamente. Así comenzó a reinar en el ambiento el sonido que tanto nos gustaba, el de su gordo trasero rebotando en mi ingle.

Ya con mas confianza, la tomé de los cabellos y comencé a jalonearla para cabalgarla… ya no quedaban gentilezas o cariños de enamorados que se extrañan… eso se había transformado en un encuentro pervertidamente salvaje… eran 3 años lejos de esos placeres y como si fuera la última vez, queríamos recordarlo.

En algún momento quise cambiar de posición… quizás para que ella no se aburra… porque yo estaba de maravillas martillándole el culo… pero Mili no se dejó cambiar de posición…

-        No, no… Danny… como perra… está bien así... como perra… como tu perra… insistía febril, entre jadeos y gemidos.

Ya me había convencido de que no solo quería complacerme, entendí que era el morbo de ella también, lo deseaba tanto o mas que yo… la había amaestrado tan bien, que solo quería sentirse sometida como una perra…

-        Ayyy… nooo…. Aunnn nooo… ayyy… uhmmm…. Gimio casi explotando, nuevamente comenzó a gotear su vagina, luego un chorro de liquidos.

-        Ouuuu…. Uffff… que ricooo culooo… uffff… exclame sorprendido.

Me vine como caballo, litros y litros de leche caliente vertidos en sus tripas, mientras Mili se contraía deliciosamente, un sinfín de espasmos propios de su orgasmo y de los reflejos que causaba mi verga contrayéndose y escupiendo semen en su enrojecido y destrozado ano.

-        Ohhhh… uffff… que brutal… no masss… ufff… exclamo exhausta entre jadeos Mili.

-        Aun te falta… me atreví a decir

-        Cierto… reconoció casi sin aliento.

Cuando sintió mi verga completamente exprimida en su ano, se despego y busco agradecerle a mi pene como era nuestra costumbre, con una succión y limpieza. Solo que estaba exagerando..

-        Espera… ok… diablos… exclame.

Asi, toda jadeante, Mili se había asido a mi verga como sanguijuela… ya mi pene estaba limpio, sino que se había parado de nuevo… estaba volviendo a sentirme nuevamente a punto de eyacular…

-        Uyyy… ahí viene… le advertí, pero no se quiso despegar, siguió succionando con mayor vehemencia.

-        Siii… siii… damelaaa… susurro pajeando y succionando.

-        Ouuuu mierd… ufff… eres la mejorrr…. Exclame satisfecho.

Mili había logrado sacarme una segunda descarga que inundo su garganta y ella empezó a tragar, luego alejo un poco mi verga e hizo que le salpicara en la cara… esa imagen pornográfica hizo que me salieran unos chorros más, que ella gustosa recibía en su rostro, en sus mejillas, labios y barbilla, hasta en su parpado…

-        Me dejaste seco… dije cansado.

-        Si, tenias galones acumulados del ultimo año… dijo sonriente, con el rostro meloso.

Luego se fue limpiando como gata, absorbiendo aquellas gotas que intencionalmente dejo que adornaran su rostro para mi morboso disfrute. Sabia que ese panorama me excitaba, que estaba haciendo una de mis fantasías realidad. Entre nosotros ya no había vergüenzas o pudores… ella sabia que yo era un enfermo anal y yo sabia que conmigo ella era una perra en la cama.

Me dejo tirado en la cama, mientras se fue a limpiar al baño… tras un rato volvió y se acurruco a mi lado. Ambos semi desnudos, sin ganas de arreglarnos más… era tarde, pero aun así no teníamos sueño…

-        Pero… ¿Cómo? ¿que?... estaba feliz pero confundido, y no sabia como iniciar la conversación.

-        El Danny de siempre… tu y tu manía de querer entender las cosas… me dijo Mili risueña.

-        Olvidé que me conoces mejor que nadie… dije.

-        Es solo que… ay… si fuera por mi… te violaba en el aeropuerto… me dijo bromeando y agrego… pero también te quería matar…

-        Del odio al amor… repuse.

-        Si… en esos limites hemos estado… agrego ella recordando todas nuestras idas y vueltas.

-        Tu culito se sintió tan rico y estrecho como la primera vez… le dije… ¿es que acaso no…?

-        Ayyyy… en verdad quieres saberlo Danny… de mi intimidad… ¿con el?... repuso desganada.

-        Aishh…. Ciertooo… olvídalo… dije intentando no meter imágenes en mi cabeza.

Nos reímos un rato, luego nos quedamos en silencio… mientras nos acariciábamos mutuamente, quizás queriendo detener el tiempo… hasta que ella rompió el silencio y retomo la conversación…

-        No… en realidad él nunca me lo hace por ahí… confeso apenada.

-        ¿Por qué?...  ¿es gay?… dije burlonamente.

-        No… es médico… dice que muchos gérmenes, bacterias, etc… agrego Mili aburrida.

-        Bahhh… no sabe de lo que se pierde… que desperdicio… dije dándole un palmazo a sus enormes nalgas.

-        Quizás él tenga razón… un día se te va caer el pene por tanto meterlo por ahí a tanta loca… me dijo bromeando.

-        Que exagerada… repuse a la defensiva.

-        Ay Danny… no soy tonta… hasta acá se oyen los rumores… me dijo incrédula.

-        Son solo rumores… dije.

A pesar de todo, ya no eran reproches de Mili, no eran celos, bueno, si a medias… pero ambos entendíamos la situación, no teníamos ya derecho el uno sobre el otro… cada quien había seguido su camino. Éramos como amigos que sabíamos que esto era pasajero y que lo habíamos disfrutado, sin dramas, ni nada… ya no estábamos para eso… quizás habíamos madurado a la fuerza por el tiempo transcurrido y por la situación.

Nuevamente nos sumimos en cariños y silencios…

-        ¿Qué pasaría si vengo a estudiar aquí?… le dije animándome a retomar la relación.

-        No lo hagas… me dijo tornándose seria.

-        ¿Por qué?... replique.

-        No sería buena idea… repuso alejándose, sentándose al lado mío para vernos frente a frente.

-        Se que la malogre… estaba celoso y ebrio… pero estoy dispuesto a hacer todo lo que sea necesario para empezar de nuevo… le dije, sentándome también.

Nos quedamos mirando, en silencio, esperaba una reacción de ella, una respuesta, un perdón, una explicación para su tajante negativa… por momentos ella quería decir algo y luego se desanimaba, parecía que no sabia como decirlo… hasta que finalmente lo soltó...

-        Tengo cáncer… musito procurando no quebrarse.

-        ¿Que?... repique incredulo.

-        Tengo leucemia… me confeso.

-        Nooo… te hiciste el examen y salió negativo… le dije negándome a creerlo.

-        Danny… eso fue hace 3 años… 3 años… repitió, como si fuera una vida.

Me dejo pasmado… quería preguntar como y cuando, pero no tenia mucho sentido. Solo la abrace mientras una lagrima caía de su rostro y del mío… tampoco quería que me viera llorar… ya alguna amiga de trabajo me había comentado que en cada generación el cáncer se va presentando cada vez mas temprano.

-        Como ves… me saque la lotería… me dijo intentando bromear llorosa.

-        No digas eso… repuse, estaba destrozado.

-        Me lo detectaron hace unas semanas… agrego tras un suspiro.

-        Vas a estar bien, lo bueno es que seguro lo han detectado a tiempo… te voy a cuidar y todo va salir bien… intente animarla.

-        Dannyyy… sabes que te quiero… te amo o te ame antes y siempre te amare por las locuras que hicimos y vivimos… pero se cómo es esto… ya lo he visto… mi padre lo vivió… no se lo deseo a nadie… me dijo.

-        Pero no es tu decisión… es la mía… agregue tercamente.

-        Se que me amas, como para venir hasta acá… y con eso me basta… pero no puedo ser egoísta y pedirte que te quedes aquí a luchar conmigo, sin saber que va pasar… cuando tienes tu familia allá que depende de ti… ¿Quién se hará cargo de ellos?... ellos te apoyaron para que tengas una profesión, es momento de que los cuides a ellos…

-        Pero y ¿tu?… intente refutar.

-        Yo tengo mi padre y familia acá… y a Paul, que me quiere y cuida… me siento una mierd… por hacerle esto… pero eras tú, como no caer contigo... dijo sonriendo con melancolía.

Mierd… maldit… fortuna… se me acabaron los insultos por decir… quería ser un héroe para ella, pero tenia razón… como abandonar a mis padres por cuidarla a ella… la salud de mi madre a raíz de las deudas de mi padre empeoro. Mi padre no era un mal hombre e hizo lo que creyó correcto para su familia, pero termino hipotecando mi futuro. Mientras el seguía batallando en la hacienda campestre para sacarla a flote, pero aún no rendir frutos, apenas para sobrevivir.

-        No… no quiero que se acabe así…dije quebrándome.

-        Tienes que dejarme ir… como yo te deje ir… no voy a regresar, ya inicie mi vida acá y lo que me quede de ella aquí, voy a seguir trabajando mientras pueda y el tiempo dirá… me dijo.

Permanecimos en silencio, aferrados el uno al otro, quizás recordando cada una de las travesuras que hicimos en todos los rincones posibles de nuestra ciudad, casa, universidad, club, etc.… ahora hasta internacionalmente. Se fue a su casa, al día siguiente me recogería su padre para ir al cementerio.

De la ceremonia no hay mucho que decir… volví a ver a Paul, supuestamente el doctorcito que me robo Mili, sin embargo, en realidad siempre supe que yo la perdí. Ya no lo miraba con ese odio territorial, sino en parte pensaba que quizás era lo mejor para Mili ahora.

Ahora que veía a Paul si parecía un nerd bonachón, en fin, ¿cómo criticar a Mili?… alguna vez una amiga me decía, que algunas chicas guapas tras malas experiencias con chicos, tendían a buscar lo seguro, quizás alguien no tan agraciado o sociable, pero de buenos sentimientos que les de confianza que no les será infiel… ósea Paul debía agradecerme por eso.

Esos días pasaron rápido… a decir verdad aprovechamos que Paul andaba de guardia, para salir a pasear… la estatua de la libertad, el empire sate, time square, central park, etc… y aprovechando algún que otro intermedio para la “despedida definitiva” como siempre, volvimos a nuestra época de universidad y locuras… siempre la última vez que lo hacíamos era la definitiva.

Hasta que llego el momento de despedirnos en el aeropuerto, esta vez no hubo tanto drama como la vez anterior… era como un hasta luego de unos amigos que alguna vez se amaron. No había el estrés de pensar en cómo seguirán las cosas… nos despedimos en buenos términos, con un halo de melancolía… fue una buena manera de cerrar aquel capítulo de mi vida.

De cuando en cuando mantenía contacto con ella, por correo y llamadas por fiestas y saber cómo íbamos cada quien, con la familia, las parejas que teníamos, los estudios, el trabajo, ponerla al día de los chismes de los compañeros de la facu… y bueno… aunque siempre lo evitábamos, al final siempre llegábamos a su enfermedad.

Sabía que, aunque ella estuviera mal, no me lo diría, para no preocuparme... y nunca lo dijo.

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