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El ajuste de cuentas

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El ajuste de cuentas...

Era mitad de semana y El Amo me había pedido tiempo atrás que empezara con un anecdotario y llegó el día que empezara con esa tarea.

Por un error de precisión, lo que escribí ahí no era lo pedido, y al pasarle el texto, Él se molestó argumentando que no era lo que esperaba, que últimamente venía cometiendo muchos errores de ejecución en mis tareas y que debíamos tener una larga charla.

Acordamos la cita para el día sábado por la tarde y el día llegó, me citó en un punto y de ahí caminamos hasta el punto final.

Llegamos a un sitio ya conocido... Un lugar swinger en el centro de la ciudad, entramos y me preguntó qué si me cambiaría y le dije Si Señor...

- Vaya entonces, ¡aquí la espero!

Me dirigí al baño y me puse el bralette que me había pedido llevar y unas medias con liguero... Eso era mi atuendo y un hilo dental también negro... Porque todo era negro. Llegué a donde se había quedado y como cada vez que nos vemos, le di mi collar en las manos para que me lo pusiera, me puse de rodillas ante Él y con ese gesto de pertenencia que hay cada vez que me lo pone, se acercó a mi y me lo puso en el cuello dejando un tierno beso en la frente al separarse.

Me ordenó "De pie" y salimos de la sala en la que estábamos para entrar a otra.

Como era una sala de cine había demasiada gente, pero localizó un lugar para sentarnos y me llevó ahí, jalándome de la correa que me había puesto en el collar. Llegamos y pasé yo primero a sentarme. Observó el lugar antes de empezar a interactuar y después de intercambiar algunos besos me ordenó que saliéramos de nuevo a la sala anterior.

Estando ahí, me puso de rodillas ante Él y comenzó a cuestionarme...

- ¿Qué ha pasado con sus actos últimamente señorita? ¿Por qué no sigue las indicaciones?

- La mayoría de las veces es circunstancial Mi Señor.

- Pero si usted no me lo hace saber yo tampoco puedo saberlo.

- Si Mi Señor

- Hágame un recuento de sus faltas

Y comencé a hacerle ese listado de faltas cometidas mientras Él jalaba mis pezones a su antojo.

Cuando creía haber terminado de enlistar mis faltas me dijo

- ¿Está segura que son todas?

- Si Señor, son las que recuerdo

- Y ¿qué pasa si yo recuerdo más?

Y me ordenó abrir el compás así como estaba de rodillas...

Se inclinó y comenzó a pasar sus dedos por mi clítoris y mis labios vaginales que estaban ya humedecidos... Sí! Humedecidos, aunque sea que me reprenda hace que me excite y es inminente que me humedezca.

Empezó a frotar mi clítoris con esa magia que sus manos tienen estimulando así todas mis emociones y mis deseos que estaban apunto de ser liberados... Pero justo en el último suspiro de placer, el se detuvo; dejándome temblorosa, ansiosa y caliente... Sabía que lo tenía merecido y no me iba a dar el placer del orgasmo a la primera.

Me pidió que ahora me pusiera en cuclillas abriendo bien las piernas y volvió a meter su mano, esta vez de una forma más intensa, dando ligeros golpes sobre mi clítoris con la palma de su mano, que en un momento me parecieron molestos, pues la forma en la que mi clítoris ya estaba endurecido por el orgasmo reprimido lo hacía muy sensible y entonces dije ¡"ROJO"!.

- ¿Rojo? Su centro de placer ¿rojo?, dijo Él sin apartar sus manos.

-Si Señor ¡por favor! Le suplique hasta que un gemido de dolor salió de mi y entonces me soltó.

- ¿Tiene sed?

- Si Mi Señor

Saca su cartera y saca un billete...

- Míreme... Bajará así como va vestida y comprará una botella de agua.

Tomé el billete me levanté y le dije Si Señor.

Al bajar a comprar me dicen que no podía estar así vestida en la tienda y me regresaron.

Llegué donde Mi Amo de nuevo y me dice ¿¡qué ocurrió!?

- Me han dicho que no puedo estar así vestida abajo Señor.

- Bien, de rodillas y así me espera en lo que vuelvo.

Tomé mi postura y lo esperé.

Volvió con una botella muy fría y lo primero que hizo fue pegarla en mis pezones y en mis brazos, me ofreció de beber y después derramó líquido frío sobre mis hombros.

Era un intercambio de temperatura fabuloso... Todo mi ser estaba muy caliente y el contacto de esa agua fría daba un recorrido de placer extasiante.

¡De pie! Ordenó y así de pie volvió a jalar mis pezones pero ahora con los dientes, la sensibilidad de esa zona estaba a su máximo, era un dolor tan rico que la posibilidad de llegar al orgasmo era casi un hecho.

¡Abra las piernas! Me acomodé y entonces... Volvió a dedearme. Sus dedos entraban con facilidad pues mi humedad era constante, metía sus dedos de una forma brutal, haciendo que mis gemidos expresaran lo rico que movía sus dedos en mi. Sacó un poco los dedos y dio masaje al clítoris y regresando ocasionalmente a meter los dedos. Me tenía loca de placer, sabe lo que hace y cómo lo hace... Mis piernas temblaban y mis rodillas flaqueaban... Y solo decía "Sin moverse" y retomaba mi postura, pero sentía que estaba cada vez más cerca era solo cuestión de un par de movimientos más... Era tan suya, me tenía como quería... Y cuando ya estaba por escurrir de placer... ¡Volvió a sacar sus manos!.

¡Uuffff! Todo mi cuerpo temblaba era como gelatina... Y Él... Solo se echó para atrás en el asiento y veía su obra de arte, con su sonrisa perversa y malévola de cuando se comete una travesura. Esa sonrisa que expresaba "te lo tienes merecido zorra, por desobedecer"

Me acercó un asiento y me dijo descanse en posición libre. Y me deje caer en el asiento inclinando mis codos sobre mis piernas agarrando mi cabeza, y Él... Con todo el amor que me procura, me abrazó, me acarició y besó mi frente.

De nuevo regresamos a la otra sala, no sin antes beber un poco de agua, entramos y encontró un lugar de dos asientos solos para sentarnos. Abajo de nosotros había una pareja y arriba de nosotros también, después de acomodar las cosas me ordenó que se la mamara, y eso... Señoras y señores... Eso si es un premio para mí, no hay nada más delicioso que mamarle la verga a Mi Amo, meterla hasta lo profundo y volverla a sacar, mojársela toda de saliva mientras la envuelven mis labios, quedarme en su punta y succionarla y luego bajar a tragarla toda de nuevo. Puedo estar ahí todo el tiempo.

De pronto me dijo ¡Siéntese! Y me puse de pie, hice mi tanga a un lado y empecé a clavármela. ¡Aaahhhh! Sentir como se iba enterrando en mi era tan reconfortante, después de tener ese par de orgasmos retenidos, sentir como se metía en mí era tan delicioso. Una vez acomodada empecé a darme de sentones, estaba de espaldas a Él y me apoyaba en el asiento delantero, mis tetas se columpiaban cada vez que me sentaba en Él, y sujeto de la pareja de adelante comenzó a calentarse por tenerme prácticamente en sus orejas gimiéndole.

No faltaban los mirones, algunos que se dieron varias vueltas y uno que de plano buscó un lugar cerca para jalársela mientras me veía montarlo.

Pasó una pareja buscando asiento, él venía con la verga de fuera, y al pasar cerca de nosotros se detuvieron y ella empezó a jalársela mientras nos veían, pasaron unos minutos y la chica me dijo ¿Puedo tocarte? Y voltee a ver a Mi Amo y Él les dijo... ¡No! No la puedes tocar.

Siguieron su camino y tomé de nuevo mi lugar al lado de Él... Y en un beso le dije, "Me encanta cuando se vuelve quisquilloso" sonrió y me dijo... ¿Pues es que quién elige? ¿Ellos o yo? A lo que me reí de su comentario tan asertivo.

Volví a mamársela una y otra vez, hasta que de nuevo me sentó... Solo recuerdo... Que después de entrar esa segunda vez, fue ya solo cuestión de un par de movimientos para que empezara a correrme... Y esta vez... Sí me lo iba a permitir, sentía como mis entrañas se encogían cada vez que mi orgasmo se acercaba hasta que ¡uffff! Me hizo retorcerme en su verga dejando que le empapara las piernas, me vine de tal manera que le apretaba la verga con cada contracción resultante del orgasmo. 

Después volví a mi asiento, para mamársela de nuevo, para secársela y dejarla lista para otra embestida más. Me dijo "De rodillas en la banca, con la cabeza hacia los asientos de atrás " seguí sus órdenes acomodándome de rodillas en el asiento cuidando que no se doblara.

En ese posición tenía yo una fabulosa vista, la pareja de arriba cogía también... Y podía ver como la chica se daba de sentones en la verga de su pareja... Ella de frente a él y él con los huevos de fuera del pantalón daban ganas de lamérselos mientras se la cogía... O por lo menos sobárselos mientras continuaba su faena.

Después de estar un tiempo en esa posición pude ver el momento preciso en el que él se corría dentro de ella y después de ese momento la chica se levantó y escurría más hasta sus huevos.

Nosotros también tomamos otra postura… para mamársela Mi Amo se quedó de pie y empezaba de nuevo yo a chuparle la verga para limpiarla de mis jugos.

“De rodillas de nuevo” –ordenó y volvía a la posición anterior y ahora la chica estaba sentada en el lugar que ocupaba antes su pareja, y el chico se había movido al asiento de su izquierda. Ella me quedaba de frente ahora… y era inevitable verla. Estaba de piernas abiertas con la tanga a un lado tocándose el clítoris mientras su pareja le metía un par de dedos. Cuando nuestras miradas se cruzaban ella se mostraba inquieta y algo le decía a su pareja al oído.

Después Mi Amo se acercó y me dijo “haga contacto con una de sus piernas, ella también lo desea”. Y mi mano se fue acercando lentamente hasta que hubo un ligero roce que la hizo voltear de inmediato. Después del sobresalto ella me extendió su mano para tomar la mía con firmeza y acercarme a su entrepierna, fui rozándola hasta que encontré su clítoris y le di un ligero masaje en el.

Lo tenía duro y mojado… puesta como para regalo estaba, y entonces tomé otra posición y tuve acceso a ella, toda lista y expuesta para recibir una buena mamada, y no tuve más empezar a chuparla… Le gustaba sí, era evidente, entre sus movimiento retorcidos y sus “fuck fuck fuck” podía tener mis indicativos de que era de su agrado. Ella interactuaba con su pareja entre besos y miradas. Por un momento Mi Amo me dijo que tocara también al chico, pero solo lo hice un poco por la pierna, el momento era con ella y no quería perder de vista  mi objetivo. Después de estar un rato en la misma posición me hice para atrás y entonces ella bajo a besarme y pude verla completo, era linda, cabello negro largo, de grandes ojos y una boca de ensueño, por lo que su beso resultó de lo más delicioso.

Retomé mi posición para perderme un rato más entre sus piernas y después me invitó a subir a su lado y me dejó su asiento y me dijo “¿Quieres que te chupe yo a ti?” y le dije que si… entonces me puse al filo de la butaca y subí una de mis piernas en las piernas del chico y la otra me la detuvo Mi Amo, ella se quedó en medio y empezó a lamerme el clítoris y no puede más que entregarme al placer que ese movimiento me generaba.

Después de un par de orgasmos provocados por sus artes manuales y bucales Mi Amo me dijo… “a su izquierda” y sabía que era que me autorizaba a tocarlo a el chico también.

El tenía de nuevo una erección firme y muy dura, pareciera que no hubiera tenido ya un orgasmo, estaba listo para seguir en la faena que ahora se tornaba comunitaria, éramos los 4, yo acariciaba su verga y en ratos lo masturbaba con más velocidad hasta que me quitaba la mano, mi cabeza inventó que lo hacía porque estaba por terminar de nuevo, por otra parte Mi Amo, seguía en la fila de abajo, dedeándola a ella y de vez en cuando chupándole el culo mientras Él se masturbaba… y de paso alejaba a los mirones que querían dejar de serlo para convertirse en participantes.

Y ella seguía dándome placer con sus dedos que de momento olvidaba su labor por lo que Mi Amo le hacía mientas intercambiaba miradas y besos con su pareja.

Se volvió aquello una armoniosa comparsa de sensaciones orgásmicas y placenteras que iban y venían según lo que se hiciera por parte de alguno de los 4.

Hasta que de momento el chico me quitó la mano y solo vi que su pareja le daba papel, se había venido por segunda vez… Después de atenderle para limpiarlo ella regresó a mi clítoris y me dio un último orgasmo, ya que después de ese momento le pedía que parara.

Nos reacomodamos Mi Amo subió con nosotros sentándose en mi lugar y yo en sus piernas, y ellos hicieron lo mismo, ella se sentó en el lugar de él y él permaneció parado. Nos dimos un feedback rápido de cómo estaba el entorno cargado de mirones, pero que eso no nos había impedido gozar. Preguntó Mi Amo si iban con frecuencia a ese sitio y comentaron que más bien eran de ambientes más privados, porque luego eso de que la gente quiere meterse sin preguntar no es muy de su agrado. Mientras yo me cambié y salimos del lugar, pasaron al baño ellos 3 y yo los esperé afuera.

Después de despedirnos y hacer un intercambio telefónico para futuras ocasiones, volví a los pies de Mi Amo arrodillándome para que me quitara el collar, me lo entregó en mis manos y me ayudo a levantarme. Nos dimos un último beso fundidos en un abrazo y me dijo al oído… “Se suponía que estaba castigada… y salió premiada” no pude evitar reírme y responderle con ironía… “si así serán mis castigos, me portaré mal más seguido” y de manera instintiva jaló mis trenzas hacia atrás para reprenderme mientras me decía con voz de reto… “¡no sea cínica!”.

Salimos de aquel lugar para volver a casa, con una gran sonrisa por lo que acaba de ocurrir iba a su lado.

La tarde no pude ser mejor…