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Nuria y los negros

en Dominación

Nuria, una mujer de cuarenta y dos años, con cuerpo grueso y una vida feliz, jamás creyó que aquella oferta de trabajo la llevaría a donde la llevó, y que cambiaría su vida de esa forma.

Era maestra, pero llevaba mucho tiempo en paro, estaba claro que no estaba hecha para ser ama de casa, su vida de soltera era algo aburrida, sobre todo porque todas sus amigas ya tenían o novio o marido.

A pesar de que no tenía mal cuerpo, no tenía suerte en el amor, bien es verdad que en el terreno sexual había hecho de todo, no le había dado miedo meterse una polla en la boca y en el culo por muy grande que fuera, así que se había corrido con toda práctica sexual conocida.

Es más, meses antes de aceptar aquella oferta de trabajo, Nuria tuvo la suerte de saborear un buen rabo, fue una noche detrás de unos contenedores, con un tío del tínder, él quería una mamada, correrse dentro de la boca de una madura, y ella accedió, saboreando todo el cuerpo de aquella polla, su sabor, sus venas gordas.

Y tragó y sintió los disparos de corrida del pene dentro de su boca saciada de miembro.

Pero vamos al meollo de la cuestión.

Nuria vio la oferta en internet, era en su misma ciudad, se necesitaba a una profesora para dar clases en el CIE, a jóvenes extranjeros.

El trabajo era por la tarde, casi noche, desde las seis hasta las nueve.

Como era en su cuidad, no le fue difícil averiguar mas sobre el trabajo, pronto llegaron a ella rumores como lo peligroso que era.

Para empezar, estaba en el peor barrio de la ciudad, conflictivo, tomado por las bandas, y luego gente le decía:

--Todos los profesores que han ido allí han acabado dimitiendo, los alumnos son lo peor, pero luego sales y ves a latin kings o cualquier otro y te da un miedo terrible.

--La última profesora lo dejó porque al salir casi la violan, si no llega a subirse a su coche...

Nuria entonces pensó en no coger el trabajo, pero después se decidió, nunca le había dado miedo nada, necesitaba el dinero, y además pensó que no sería para tanto, la gente solía estigmatizar a esos inmigrantes.

Envió el curriculo esa noche, después se fue a la cama, pero no podía dejar de pensar en lo que la gente decía, que esos negros eran ladrones, violadores, la idea de ser agarrada y forzada la excitaba un poco, sobre todo porque hacía mucho tiempo ya que un hombre no la tocaba, no le comía las tetas y el coño y se la metía hasta hacerla gritar de placer. Entonces  tuvo un sueño súper erótico, soñó que entraba a aquella clase el primer día, había muchos negros, pero no era jóvenes, era más del estilo de Idris Elba o The Rock, la rodeaban, le arrancaban la ropa y ella misma se tumbaba sobre la mesa del profesor, deseando ser tomada como una furcia, y la penetraban por turnos, uno, después otro, y otro, se corrían dentro de ella y en sus tetazas.

--Ah--gritaba de placer--Si, cuanta polla negra, que gusto, siii.

Se despertó sudada, excitada. ¡Necesitaba correrse! Salió de la cama y se quitó el camisón, se quedó solo en bragas, su cuerpo era de reloj de arena, muslos carnosos y culo algo gordo, que no obstante solía gustar demasiado, o eso le habían dicho, tetas grandes, más grandes que la de una mujer de su edad, pero que atraían la vista de todos los hombres, sobre todo si llevaba un buen escote, sus pezones anchos de aureola rosada parecían dos tartas que decían cómeme, devórame y lámeme con tu lengua, su coño era depilado, a ella le gustaba así.

Sacó su vibrador y se quitó las bragas, encendió el ordenador con el fin de entrar en internet y buscar un buen video de gran bang interracial, y así, se sentó ante la pantalla y se metió el dildo hasta el fondo de su sexo, gimiendo y gritando de placer hasta que se corrió, soltando grandes chorros de flujo sexual caliente.

Al día siguiente la llamaron para una entrevista.

En la entrevista de trabajo no le dieron muchos detalles, dar clases de cultura general a esos chicos, y que cuando podía empezar, parecía que temieran que se echase atrás, pero cogió el trabajo.

Así, y ya llegamos a lo excitante de la historia, Nuria fue un lunes a las seis de la tarde y entró en la clase, miró a sus alumnos, todos africanos,  tal y como le habían dicho, salvo por un detalle, ninguno era menor de edad, al parecer se había equivocado y los menores estaban en otro aula, pero no le dio importancia a ese detalle, el trabajo sería el mismo.

--Buenas tardes chicos--saludó simpática--Me llamo Nuria, voy a ser vuestra profesora.

Propuso que cada uno se presentase, eran unos nueve en total, la mayoría dóciles, que solo querían aprender para poder encontrar un trabajo y no ser devueltos a África, pero notó que los más gallitos eran tres, uno llamado Mohamed, otro Basil y otro Walid, además habían formado pandilla donde parecía que Mohamed, el más espabilado de todos, era el líder.

Nuria supo que seguramente debería aguantar alguna rebeldía por parte de ellos, pero jamás creyó que días después sería violada por los tres.

Nuria tenía una moto para ir a trabajar, una vespino, pues el único coche de la casa se lo llevaba su marido, y con ella iba a todos lados.

--Profesora, ¿Está casada?

--No, ¿Por?

--No, por nada--sonrió Mohamend.

--¿Y tiene novio?

--Chicos—cortó ella—Venimos a estudiar, vamos.

--Eso es que no.

Y todos reían, Nuria lo tomaba como una broma.

--Venga, no os entretengáis--decía--Que el examen es mañana.

Y así alguna que otra vez, pero nada realmente amenazante.

Hasta que una noche de viernes, al finalizar las clases, Nuria cogió su moto, una vieja vespino que usaba para moverse porque no tenía carnet de coche, y arrancó, antes de poner rumbo a casa vio como Mohamed y su pandilla se alejaban por un camino de tierra, sabía que llevaba a un viejo polígono abandonado, con naves vacías, era un sitio peligroso para ir, donde había peleas, drogas, violaciones…

Violaciones, se excitó un poco sin querer, necesitaba ya un rabo, uno de verdad y no de plástico, y este fin de semana esperaba encontrarlo, es más, estaba dispuesta a ir directamente al centro desde allí si era necesario.

Llevaba una camiseta roja de tirantes y unos vaqueros apretados, un atuendo bastante sexy en una mujer como ella, con un culazo glorioso y follable.

--Puta moto—dijo al girar la llave--Arranca.

Puso, como decimos, rumbo a casa, con cada bache sus tetas botaban dentro de su camiseta, iba tranquila, abrió las piernas y movió la moto para que pasasen por todos los altos del camino, con cada bache su sexo sentía el devenir de la geografía excitándolo, se mordió el labio inferior, no era la primera vez que se corría conduciendo esa vieja moto, tomando cada bache como si botase sobre un hombre, y ya estaba a punto de tener un pequeño orgasmo cuando, al pasar por una calle vio que una figura salía por su derecha, era otro camino que llevaba al mismo polígono vacío, era Basil, que la llamaba.

--Profesora, ¡Venga, deprisa!

Paró la moto a su pesar.

--Puto negro—pensó—Que querrá, no saben hacer nada…

--¿Qué ocurre?

--Walid se ha hecho daño--dijo el extranjero--Estábamos haciendo park court en el viejo polígono y se ha caído.

--Si es que ese sitio es muy peligroso--dijo ella.

--No sabemos qué hacer y no nos dejan tener móviles, venga, por favor.

Nuria ni si quiera desconfió, esos chavales se habían ganado su confianza, y al chico se le veía preocupado, si le dejaba ahí y luego era todo verdad, podría tener problemas.

--Sube--le dijo.

Basil subió a la moto tras ella.

--Me dan un poco de miedo estos trastos--dijo.

--Tú agárrate bien que no te pasará nada.

El chico se agarró a sus caderas, ella notó como las apretaba con sus manos, pero no se molestó.

Durante el camino, que fue muy corto, Nuria no pudo evitar sentir algo extraño, ¿Extraño? No, estaba cachonda perdida, Basil se agarraba a sus cadera, por encima de sus vaqueros apretados, y ella no era de piedra, recordó aquel sueño donde era penetrada por manubrios negros y estuvo a punto de parar y comerle el rabo allí mismo, darle una buena lección, pero era indecente porque era su alumno, y además Walid estaba herido-.

Cuando entraron en el polígono, algunos vagabundos que allí vivían se asomaron, nunca habían visto una mujer como aquella allí.

Al llegar a la nave, vio que esta era pequeña, la puerta estaba abierta y metió dentro la moto, Mohamed esperaba, cuando bajó de la moto vio que Walid salió de un cuarto.

--Walid--dijo--¿Estás bien?

Entonces Mohamed se acercó por delante y Basil por detrás.

--¿Que ocurre?

Mohamed sacó una navaja de resorte, Nuria retrocedió, pero Basil la sujetó, entonces sintió el filo de la navaja en el cuello.

--Quieta--dijo Mohamed--Quieta, pivón.

--¿Que hacéis?--preguntó ella con miedo.

--Solo queremos divertirnos un poco--dijo Basil.

Y le dio una palmada en el culo.

--Tanto enseñarnos tu culazo por encima de estos vaqueros--dijo Walid--Ya te tocaba enseñarnos algo más.

--Dejadme--pidió ella--Dejadme y no le diré nada a nadie.

--¡Cállate!--dijo Mohamed--Te crees que puedes ponernos ojitos sin más. Como no obedezcas te corto el cuello y te dejo aquí tirada, van a creer que ha sido un vagabundo de esos guarros, así que ya sabes.

Nuria cayó, ¡Se había metido en la boca del lobo! Y ahora no tenía escapatoria, y si, había fantaseado con esa idea, pero estar en ella realmente, físicamente, era muy, muy diferente

--Por favor--suplicó.

Como si no la hubieran oído, comenzaron a tocarla, sus tetas, grandes y esponjosas, su culo, carnoso y marcado. Nuria se quedó paralizada, temiendo que si se movía le cortarían el cuello.

La manoseaban sin miramientos, apretando sus tetas, sus glúteos.

--Venga, vas a chupar, guarra--dio la orden Mohamed, que estaba claro que era quien había orquestado aquella depravación

Sin dejar de amenazarla con la navaja, llevaron la mano a su bragueta y se sacaron las pollas, Nuria sintió como un respingo al verlas.

--Coño--dijo, pero no la oyeron.

Sus penes eran gruesos y morenos, más dignos de un caballo joven que de un hombre, aunque este hombre fuera negro, todavía no estaban erectos del todo y ya eran enormes, tubos de carne calientes, Basil puso las manos en sus hombros y empujó para abajo, poniéndola de rodillas quisiera ella o no, quedó rodeada por aquellos extranjeros excitados, que apuntaban a su cara con aquellos pollones, Nuria temblaba, su coño había empezado a latir nada más ver esos nardos, le daba igual lo que ella quisiera, eran pollas, y eran para ellas, así que iba a chupar, a succionar cada uno de esos nabos, y después, seguramente y si nadie lo evitaba, a ser violada por esos chicos, que apenas tenían la madurez.

--Oh, joder—gimió con una voz temblorosa.

--Cantimplora de la buena--dijo Mohamed--Para la madurita blanca.

Rieron, comenzaron a golpearle la cara con esas porras medio blandas, las mejillas, la boca, Nuria notaba lo caliente que estaban, hablaban en su idioma, seguramente planeando como iban a reventarla con sus miembros en la violación que se le venía encima.

Entonces empezaron a tocarla de nuevo, bajando sus manos por su cuello y su pecho, metiéndolas entre su escote, les bajaron los tirantes de la camiseta y el sujetador, dejando sus atractivos hombros al descubierto.

--Chupa, chupa, chupa--le exhortó Mohamed, que parecía el líder de aquel grupo.

Nuria vio como con la mano libre cogía el nardo y se lo acercaba a la cara, apretó un poco la navaja contra su cuello, como amenaza, sabía que tenía dos opciones, o chupar o recibir una navajazo que posiblemente la mataría.

Abrió la boca como la más sumisa de las mujeres, el nardo entró en ella, estaba sucio y caliente, el glande tocó su lengua, notó su sabor, el sabor de un pene extraño, comenzó a chuparlo, sabía que ya era inútil resistirse, hacerse la decente, el filo en su cuello lo cambiaba todo, por no halar de lo puta cachonda que estaba sin quererlo reconocer, así que comenzó a mamar con los ojos cerrados, esperando, ansiando la lefada dentro de su boca.

La polla se puso todavía más dura, ya estaba erecta del todo y le pareció demasiado grande, algo exagerado, pero su boca todavía podía abarcarla.

--Mmmn.

Le bajaron la camiseta hasta la cintura y uno de ellos tiró de su sujetador, rompiéndolo, así que sus tetas ya estaban libres, salieron bamboleándose con sus tremendos pezones.

--¡Joder!—gritó Walid--¡Menudos melones!

Comenzaron a apretarlas a acariciarlas, a pellizcar los pezones, a usarla como a una fulana.

La polla se ensalivaba con cada chupada de Nuria, la cual ya se había abandonado, ¿Para qué luchar contra lo inevitable? ¿Para qué ignorar lo que el cuerpo le pedía?

Walid dijo algo en musulmán y llevó la cabeza de la guarra a su polla, Nuria ni siquiera cerró la boca, le tocaba a él, recibió su olor a sexo y su sabor a deseo.

Chupó mientras gemía, cachonda como una zorra de un harén cualquier de la tierra de esos violadores.

--Mhnmm, mhnn,

Después de unos minutos le tocó a Basil, el cual tampoco tenía mal rabo, en el momento de lamer con su lengua la punta del jugoso glande Nuria se dio cuenta de que ya no tenía la navaja en el cuello, pero no hizo nada, el no tenerla allí no significaba que pudiera escapar, y quería aquello, necesitaba esos nardos dentro de ella, así que continuó chupando, disfrutando.

Cuando se cansaron de recibir mamadas, la pusieron de pie y la rodearon, Mohamed se colocó tras ella y sus dos amiguetes delante, uno a cada lado, como si cada uno tuviera una teta, comenzaron a tocarlas, a apretarlas.

Mohamed comenzó a palpar su culo por encima de sus vaqueros, marcado bajo la tela como si no llevase nada.

--Que culazo--dijo.

Le dio dos cachetadas, le hizo daño, notó la mano debajo de su culo por encima de los vaqueros, casi en la concusilla, subió por la raja del culo, que a pesar de estar oculta se marcaba bastante bien.

--Ah--gimió.

Basil, que se había adueñado de su teta izquierda, llevó la mano a su sexo y, con dos dedos, apretó la tela como si quisiera atravesarla y hurgar en su coño.

--Oh, chicos....

Walid cogió su tetaza derecha y la apretó, lo alzó hacia arriba y rodeó el pezón con la boca, Nuria lo miró impresionada, con la boca abierta y el ceño fruncido, sintiendo la saliva mojar y gotear el pitón erecto que ya era el pezón y el seno.

--Ahaa. Mhnn.

Mohamed desabrochó el botón de sus vaqueros, se pegó a ella, haciendo que notase su nardo erecto detrás y metió la mano por debajo de sus bragas de encaje, los otros se apartaron y el líder comenzó a sobarla a la vez que la masturbaba.

Nuria no sabía cómo describir lo que sentía, los dedos negros exploraban su interior sin miramientos y hacían que su coño gotease, a la vez las manos estrujaban sus tetas con fuerza.

--Ahaa, Ahaa.

--Grita, puta, grita--dijo uno de ellos.

Se retorcía de placer mientras era masturbada como una cualquiera, con los ojos entrecerrados y mordiéndose el labio, deseaba correrse, sentir un orgasmo allí, en aquella sucia nave.

--Aha, Ahaaa—gritaba.

Se corrió, mojando los dedos negros que la asaltaban, todo su cuerpo tembló.

Mohamed dejó de sobarla y agarró los pantalones vaqueros por sus caderas, los bajó deprisa, incluido el tanga de encaje, y el culazo de Nuria quedó libre, como ofreciéndose a ellos.

--Joder que popa--dijo Basil.

En ese momento el último reducto de mujer decente que quedaba en ella hizo un escueto acto de presencia.

--Esperad--dijo--Podemos...

Pero ya era tarde, el líder Mohamed se la metió, lo hizo sin avisar y abriendo su sexo con aquel estupendo badajo.

--Ahaa--gritó Nuria con la mirada hacia el vacío.

Le impresionó aquella penetración, de golpe y de una vez, el nardo duro llegó hasta el fondo de ella, jamás una polla había cogido tanto recorrido dentro de su cuerpo.

El moro agarró sus caderas y comenzó a follarla, moviéndola adelante y atrás, Nuria gemía con cada pollazo, el sonido era excitante «chop, chop», como en una película porno, sus pechos bailaban con el movimiento, su líquido bajaba por sus muslos desnudos.

Los otros dos menas se masturbaban como locos, su violador le dio dos cachetadas en los glúteos, ofrecidos carnosos ante él.

Walid no puso más y se acercó a ella, apretó su pecho derecho con fuerza, estrujándolo, Nuria se mordió el labio gozosa, miró a Walid, el cual, al ver su rostro de placer, sabía que había sido domada.

Puso la mano en su nuca e hizo que se agachase, Nuria quedó en un ángulo de unos noventa grados, sin dejar de ser usada por su coño, vio que la polla de Walid, tiesa, iba hacia su boca, y la engulló sin ningún pudor.

Entonces ya estaba recibiendo por su sexo y su boca, mamando y saboreando ese nardo, gimiendo cuando el badajo se lo permitía.

--Aug, augh.

Hilos de babas caían al suelo desde aquel oral, el sabor a carne negra la estaba volviendo loca, notaba sus venas duras, su punta caliente.

--¿A que sabrá su corrida?--se preguntó.

Y solo el imaginárselo hizo que se corriera otro poco.

--Ahaghghaa.

Mohamed sacó entonces su pene de su coño y Walid liberó su carnosa boca, Nuria se relamió las boceas de babas con sabor a nardo africano.

--Que rico, mujer--dijo Mohamed—Mira como te gusta. Venga va, ahora por el culo

--No--dijo Nuria--no, no no...

--Si, va, no seas monja, te la meto, te la meto.

Nuria sintió miedo, hacía años que no recibía anal, pero al parecer su culazo lo requería, si no, la noche no estaría completa, y las veces que lo había recibido había salido satisfecha, sintió la punta de la polla negra buscando la entrada de su culo, con su punta pegajosa.

--Bueno... vale...

--Ábretelo--dijo Mohamed--Abre el culamen.

Nuria llevó atrás sus manos y separó sus carnosos y suaves glúteos, Basil y Walid se aceraron para tocarle las tetas, colgando como pellejos de vino.

Mohamed penetró su culo como había penetrado su coño, con hombría y sin cuidado.

--Ohooo--gritó Nuria.

El rabo entró sin detenerse mientras Nuria sentía que se moría de dolor, sin embargo su sexo goteó de placer al sentirlo, al ser forzada analmente.

La polla llegó casi al fondo, Mohamed gimió y empujó de una.

--¡Joder!-.gritó Nuria--¡Coño! ¡Qué dolor!

Sin moverse, Mohamed la abrazó por detrás y comenzó a sobarle las tetas, a besarle el cuello y a masturbarla, Nuria gemía dolorida, pero no quería que se detuviera.

--Date prisa--apremió Walid--Que nosotros también queremos joderla.

Entonces el negro y violento amante agarró a Nuria y la llevó a la cama, se tumbó boca arriba y, ella sobre él, comenzó a follarle el culo, Nuria gritaba, ¡Que sensación de dolor y sumisión tan excitante! casi había olvidado el paraíso de placer que significada el anal.

Sus gritos llenaban toda la nave.

--Ahaaa, ahaaa.

Con sus piernas hacia arriba, sus vaqueros bajados hasta los tobillos y sus deportivas moviéndose frenéticamente, sentía el nardo romper su culo, y las manos del chico acariciaba sus tetas y su clítoris.

-Mhmmm--se revolvió.

No sabe cuánto duró aquello, pero le supo a poco, conforme era penetrada, violada, usada, su cuerpo se excitaba más y más, hasta que por fin se entregó al orgasmo.

--Mhmm, ahaaaa,

Y pidió lo que tanto estaba deseando.

--Si.

--¿Sí?--peguntó Mohamed--¿Te mola?

--Oh, sí, cojones, si, vamos. ahaa. ahaa.

De su coño salieron chorros de corrida, comenzó a convulsionarse como la mayor de las zorras, gritando y suplicando que no parase como una posesa, Mohamed tuvo que sujetarla para que no cayera al suelo de las convulsiones, él también iba a correrse.

--Toma--dijo--Oh, sí, toma, tomaaa.

Y se corrió dentro de su ano, Nuria sintió el semen caliente, era agradable, una pera de placer masculino.

Después el tipo se giró y, de lado, salió de ella, Nuria sintió el ano liberado, la dejó y se quedó tumbada sobre la cama, con las piernas fuera, todavía moviéndose de placer.

--Ah, cabrón--gimió--Que cabrón eres...

Los negros se desnudaron por completo y después se acercaron a ella, Nuria no hizo nada, miraba a un lado, a la pared, como anonadada, le quitaron los pantalones y el tanga y Basil se puso sobre ella, Nuria le recibió, sabía que le tocaba, puso sus piernas sobre sus caderas y rodeó sus manos sobre sus hombros.

--Me toca, me toca--dijo el negro--Si, profe, por fin te cojo...

--Vamos, venga--dijo Nuria, aceptando aquel nuevo miembro.

El pene entró decidido dentro de ella, otro nardo negro y descomunal.

--Ahaaa--gimió ante otra nueva polla.

El negro comenzó a follarla, era como un animal, Nuria gritaba con cada pollazo, la cama se movía cada vez que aquel nardo entraba en su interior, arrancándole placer y más placer, sus manos intentaban agarrarse a su espalda, como si se fuera a caer aunque estaba bien segura, sus piernas se estiraban con cada empujón de aquel extranjero.

--Ahaa, ahaa. Que fuerte...

Los otros dos hablaban entre ellos en su idioma y se reían.

Entonces Walid se acercó a su amigo y le dijo algo en árabe, el tipo agarró a Nuria y se levantó Nuria, sorprendida, se tuvo que agarrar a él para no caer al suelo, el mena se giró y se tiró sobre la cama, Nuria quedó sobre él, aquella postura le supuso mejor, más excitante, y comenzó a moverse sobre aquel nardo como una zorra profesional.

--Ohoo, sí que sabe--dijo el que la follaba.

Nuria gemía moviéndose, sus tetas botaban descontroladas con cada cabalgadura, se corría a los pocos minutos, una y otra vez, haciendo que se mordiera el labio de gusto, que acariciase su cuello...

Walid se acercó a ella por detrás, Nuria sintió su mano en su espalda y como hacía que se tumbase, le ofreció su culo.

Nunca la habían penetrado por sus dos agujeros, la idea le hizo sentirse especial, como una puta de lujo elegida, sintió el nardo en la entrada de su culo, mientras el otro se detenía al final de su vagina, latiendo caliente, y al sentirse penetrada analmente un escalofrío la recorrió de arriba a abajo.

--Ah, que... Mhnmmm... gusto...

Nunca creyó verse así, usada de esa forma, el placer le era ahora indescriptible, las dos pollas entraban en ella deprisa, abriéndola, arrancándole pequeños orgasmos, sus tetas colgaban sobre la cara de aquel negro, el cual a veces sacaba la lengua y las lamía, o las succionaba, Walid abría su ano lo hacía a lo bestia, salvajemente, y le daba cachetes en sus nalgas haciéndola gritar.

--Mas, maaas, joder...

Apenas podía articular palabra del gusto que sentía, su sexo goteaba, sus pezones, erectos, estaban ya babeados por la boca de aquel animal.

Entonces sintió que iba a correrse definitivamente, el orgasmo mayor, y se dio cuenta de algo.

--No te corras dentro--le dijo a Basil--No te corras dentro de mi...

Pero esos indeseables no atendían a peticiones, y menos de una guarra como lo era ya ella, pronto sintió que iban a rellenarla, y luego lo supo porque se lo dijeron, por si le quedaba alguna duda.

--Aquí llega, puta--le dijo Basil, con su boca manchada de saliva de tanto comerle las tetas--Te vamos a dar corrida de negro, si, te va a gustar, ya lo verás.

--¡No!--dijo Nuria.

Pero ese no era en el fondo un sí, quería correrse ya, y si ellos se corrían dentro de su cuerpo usado, pues le daba igual, le daba igual ser obsequiada con aquel semen caliente, como si fuera una yegua para sementales.

--Ahaaa, ¡la ostia!, siii,

Y los tres comenzaron a gritar, Nuria sintió como Walid se corría, como le daba todo su semen caliente,

--Ahaumm.

 Y, sin dejarla apenas asimilarlo, su sexo se llenó se semen, fue un chorro largo y pastoso que casi la hizo desmayarse, sintió un orgasmo que la convulsionó de placer, la dejó sin habla, sin fuerzas.

--Ahaaa, ahaaa, siiii, si, ¡Sí! ¡Coño! ¡Qué corridas!

Los menas continuaron follando sus agujeros una vez se habían corrido, Nuria se tumbó sobre su amante, y se dejó follar, con la boca abierta y los ojos enturbiados, el cuerpo repleto de sudor, el pelo pegado a la frente... era como si no quisieran echar fuera ninguna gota de su esperma, como si todo fuera para ella.

--Mira tú público--dijo Mohamed.

Nuria miró la puerta, dos puertas grandes abiertas de par en par, atontada, ¿Qué público? vagabundos la miraban, muchos de ellos se masturbaban, con sus pollas sucias y tiesas fuera de sus sucios pantalones, pollas enormes y venosas, se sintió avergonzada, pero casi de repente aquello, ser observada por muchos mirones, la puso más cachonda.

Después la apartaron y la dejaron sobre la cama, boca arriba y exhausta, con el semen blanco saliendo de su sexo y su ano y sus piernas todavía temblando por tal follada.

--Si quieres les invito--dijo Mohamed señalando a los mendigos, que eran al menos diez.

--No...--dijo Nuria exhausta—Solo nosotros.

Estuvo tumbada, descansando de los pollazos, unos minutos, se preguntó qué pasaría de quedarse preñada de uno de esos negros, la vergüenza que le supondría, y las conversaciones horribles que tendría si, por algún casual, tuviera que denunciar el hecho.

--Te dejaron embarazada.

--Si.

--Porque te violaron.

--Si.

--Te sujetaron entre todos.

--No, pero había una navaja.

--¿Y te amenazaron con ella?

--Si.

--Los acusados dicen que te pusiste sobre uno de ellos y que decías si y pedías más. ¿Es eso verdad?

--Si... pero es que tenía miedo.

--¿Continuaban amenazándote con la navaja?

--No, ya no.

--¿Y no intentó huir entonces?

--Es que... estaba desnuda...

--¿Te rompieron la ropa?

--No... me la quitaron...

--¿Y no se resistió entonces?...

Y sería algo así, y al final Nuria tendría que decir esa verdad que ni siquiera ella querría oír.

--Me dejé, me tocaron y me excité y desee esas pollas, me dejé porque quería, y me follaron por todos lados y me corrí muchas veces y fue el mejor sexo de mi vida y lo haría de nuevo porque joder, follar con tres negros fue lo mejor...

Así que decidió no decir nada, dejarlo pasar, ya vería lo que haría si aquello tenía consecuencias.

Se sentó en la cama, los chicos la miraban.

--Que--dijo Mohamed--¿Te atreves con otra ronda?

Nuria negó con la cabeza, pero no muy convencida.

--Mira que cara de gusto tiene la tía--dijo Basil--Si es que si pruebas con un negro ya no quieres otra cosa.

--No ha sido para tanto--dijo ella.

--Pero si estas sudadas como una puta--dijo Basil--Tú quieres más, lo sé.

--No--dijo ella tajantemente--Más no, por favor.

--¿Y si llamo a otros tíos y te follan aquí mismo?--preguntó Walid.

Nuria se imaginó la imagen.

--Mejor no--dijo.

Los tres rieron.

--Pero hacía mucho que no te follaban como una perra—sonrió Basil.

--No se…Si, mucho

--Así que te ha venido bien los polvazos--dijo Mohamed--Si, te hemos dado lo que no tienes en casa.

Nuria no respondió a aquello, ¿Qué podía decir? Era cierto, le habían dado lo que tanto había ansiado, y había disfrutado como nunca.

--Todavía tenemos manubrio para darte—dijo Basil--¿Te hace? Venga, ven.

--Oh, no puedo más—dijo Nuria.

--No seas monja—dijo el negro, agarrándola del brazo.

La puso a cuatro patas sobre el colchón, todos los mirones jalearon de repente, Nuria cogió aire, no estaba en condiciones de exigir nada, Walid se puso tras ella y penetró su coño de golpe.

--Ahaa—gritó la mujer de placer.

Se escucharon jadeos, Nuria se dejó llevar por el goce, sintiendo aquel enorme manubrio dentro de su sexo, siendo empujada hacia delante.

No sabe cuándo ocurrió, pero de repente estaba rodeada de gente, eran los mirones, los vagabundos y mendigos de fuera, que se acercaron al no aguantar más no participar en ese acto.

--¡No!—gritó--¡Fuera!

Pero no atendían a razones, y menos de una guarra como ella.

Uno vagabundo con barba cogió su mano derecha y la llevó a su polla, una magnífica tubería de carne venosa y sucia.

Alguien se puso delante de ella, era un tipo con un largo largo, delgado, palpitante.

--Estoy en un lío—pensó Nuria.

El vagabundo agarró su cabeza con ambas manos y, básicamente, le violó la boca.

Ninguno de los negros hizo nada, solo rieron.

Nuria sintió la suciedad del miembro en su boca, formidable, durísimo, llegaba hasta el fondo de su garganta, comenzó a mamar resignada mientras Walid penetraba su culo ya domado.

El vagabundo al cual masturbaba se corrió sobre ella, en su cara, sintió los disparos calientes y asquerosos en su piel, que no obstante la excitaron más, Walid rellenó su culo de semen y dejó paso a Basil, aunque ella estaba siendo tan usada que bien podría haber sido otro de aquella caterva de salidos.

Le manoseaban y pellizcaban las tetas, haciendo que sus pezones se pusieran mucho más erectos de lo que estaban, Basil empujaba con fuerza trepanando su carnoso culo, Nuria gemía con cada empujón, sintiendo como su ano se abría y cerraba con ese tronco negro, pero no se la oía siquiera porque tenía un pollón enorme en su boca, un rabo de mendigo el cual seguramente jamás se había visto en una como aquella.

--Que asco—pensaba.

Pero su coño goteaba por sus muslos y a cada rato sentía el hormigueo del orgasmo menor, y entrecerraba los ojos sumida en el placer.

--Mhmmnm.

El miembro de su boca se hinchó y recibió un regalo en forma de semen blanco y desconocido, le supo amargo, lo sintió bajar por la garganta, cuando el hombre sacó la polla Nuria escupió asqueada, pero otro tipo se puso delante de ella y abrió su boca, para recibirlo, otro pollón se metió dentro de ella.

Basil sacó el nardo de su culo y lo metió en el coño, y comenzó a follarla, entró a la primera por lo lubricada que la profesora puta estaba, la folló con violencia, gimiendo, no tardó en correrse abundantemente dentro de ella.

Otro tipo sacó el nardo de su boca y comenzó a eyacular, se corrió en su cara, su pelo, su cuello. La movieron de repente y la pusieron boca arriba, su boca quedó libre.

--¡Virgen santa!—gimió--¡No os cansáis, dejadme ya!

Pero la idea de acabar ahora le supo mal, su cuerpo no la obedecía, deseaba más pollazos.

Vio como Mohamed acercaba su nardo a su boca y lo deseó, mucho más grande y extraordinario que el de cualquier vagabundo.

--Aquí va, profe—dijo.

--Ahaa—abrió ella la boca para recibirlo.

La polla le supo extraña, goteaba precum y sabía que pronto recibiría la corrida de aquel negro.

Un tipo con barba y tripa gorda se dispuso a follar su coño, apretó sus tetazas al metérsela, empujándola con fuerza, y siguió dándole empujones violentos, casi la estaba matando con ese pollón, pero a Nuria le gustaba, además, ahora sus tetas se veían mejor y todos podían disfrutar de ellas.

Nuria comenzó a pajear a Walid y Basil, que a pesar de haberse corrido sus pollas podían darle una nueva lechada, jamás en toda su vida había estado tan excitada, tan puta, no dejaba de correrse, no se reconocía allí, en esa ola de sudor y semen.

Los vagabundos que estaban manoseando su cuerpo follado la rodearon y comenzaron a masturbarse mientras escupían en su sucio e indecente cuerpo, Nuria gimió ante el tacto de los esputos sobre ella.

--Toma, profe—gimió Mohamed agarrando su cabeza—Siii, que bien, te quiero, puta, sii.

Se corrió en grandes cantidades, pero no dejó de mover la cabeza adelante y atrás y el semen salió de su boca disparado, no obstante si pudo tragar algo, porque fue rápida, le gustaba tragarlo y lo hizo, su sabor era intenso, era algo cremoso, que se metió entre sus muelas, mojó su lengua y bajó por su garganta llenándola, como marcándola.

Dio un grito cuando su boca quedó liberada, se tumbó exhausta mientras sentía como el barbudo se corría dentro de ella, cuando se apartó el semen goteó de su sexo al suelo.

Otro ocupó el lugar de su coño y fue embestida de nuevo, ella gritaba porque ahora podía hacerlo, uniéndose a los demás gritos y jadeos.

--Ah, ah, no puedo más, cuanto… va a durar…

 Walid yBasil, que estaban siendo masturbados por ella, se acercaron a su boca, uno por cada lado, Nuria la abrió para recibir el semen de ambos, que no tardó en llegar.

--Si, tía—gritó Walid—Trágalo, trágalo.

Las dos pollas se corrieron como grifos, llenaron su boca abierta y después mancharon toda su cara, su cuello y su pelo.

--Pollas negras—pensó ella en medio de aquel salvaje placer—No puedo dejar de mamarlas.

Inmediatamente, seguramente cachondos de mas al ver ese bukake, los demás comenzaron a correrse sobre ella, llenando sus tetas y su vientre, su coño y también fue rellenado por dentro por última vez. ¿Última vez? Pensar eso le hizo sentirse infeliz.

Cuando todos descargaron su semen sobre ella, la dejaron, Nuria se quedó allí, tumbada, follada, llena de corridas ajenas por todo su cuerpo, por dentro y  por fuera, entonces se dio cuenta de lo que había hecho.

--Dios—pensó--¿Por qué he hecho esto? ¿Yo no soy así?

Los mendigos se marcharon, quedaron de nuevo los cuatro solos.

Los negros se vistieron y se acercaron a ella, Nuria se sentó en aquel roído colchón.

--Guau, que bien a estado—dijo Mohamed—Ves como no era para tanto.

--Que puta te ves, profe—dijo Basil—Así, toda cogida.

--Quiero limpiarme e irme a casa—dijo ella—Por favor.

--Si, claro—dijo Mohamed.

Ya la habían usado, y ahora estaban muy amables.

La condujeron desnuda a un rincón y allí vio un bidón viejo con agua, que sería de lluvia, se lavó lo que pudo, pero en su pelo todavía quedaron algunos restos de semen, después se vistió.

--No le contéis esto a nadie, por favor—dijo—Yo no suelo ser así.

--No te preocupes—dijo Basil—Será nuestro secreto, a nosotros tampoco nos conviene que se sepa.

Nuria quiso creerles, arrancó la moto y se fue a casa, le dolía todo el cuerpo, lo peor es que tuvo que pasar por delante de los mendigos que la habían follado, los cuales se reían al verla.

Durante todo el camino en su cabeza se repetían las escenas de las que había sido partícipe, anal, vaginal, oral, corridas monstruosas sobre su cara, entendió por que había tantas actrices y actores porno, personas adictas al sexo, ese placer no se sentía en ningún lado, ella, mismamente, sabía que, a pesar de que en ese momento decía: ¡Ni loca! Mañana mismo, su surgiera esa oportunidad, aceptaría y volvería a dejarse follar y correrse una y otra vez.

 Al llegar a casa se desnudó por completo y se duchó bien duchada, quitándose ya todo rastro de semen pegado al cuerpo, después se metió en la cama dispuesta a dormir lo poco que quedaba de noche.

--Ya es oficial—dijo—Soy una puta.

Pensó que, a lo mejor, los chicos se la jugarían, pero no fue así, las clases siguieron normales, los cuatro hicieron como si nada hubiera pasado, “Si profe” “Corríjame esto, profe”, en cierto modo a Nuria la decepcionó eso, cuando Mohamed, por ejemplo, acudía a su mesa, ni la miraba siquiera, pero sabía que era mejor así.

Fue un milagro que no se quedase preñada, pero así fue, tuvo suerte, disfrutó del mejor y más violento sexo, le gustó y no se embarazó.

Después de un año los chicos se marcharon y llegaron otros, y Nuria con el tiempo les olvidó.

Pero supo que esa noche su vida cambió, desde entonces follaba y mucho, como quien se encontraba y era de su agrado, probó muchos, muchos penes, no necesitaba novio, necesitaba pollas, eso era lo que quería, pollones que la follasen, nada más.