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La ilusa mujercita 11

en Dominación

He estado una larga temporada sin publicar relatos de esta serie por distintos motivos

He cambiado de mail y de nick pero soy el mismo autor de los relatos anteriores, si queréis leerlos, asunto que recomiendo para enganchar con este y los que vendrán, buscad el nombre NewWriter o poned en Google La ilusa mujercita y aparecerá en los primeros resultados de búsqueda.

Espero que os guste este y los anteriores

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Después de nuestro último encuentro ella se fue a su casa oliendo a sexo y orina y según me contó, al llegar tuvo bronca con su madre por ir vestida de esa manera y por oler como olía.

La verdad es que fue un fallo mío, no me di cuenta de que esa vestimenta y ese aroma podría traerle problemas en casa

 

Tenía muchas cosas en la cabeza esos días aunque no es justificación para mi error y así se lo hice saber a ella

 

Yo: Ana, antes de que me cuentes la discusión con tu madre quiero que sepas que ha sido culpa mía, debería haber previsto las consecuencias que podría acarrear la forma en la que llegaste a casa, te pido perdón para que veas que reconozco mis errores y, que aún siendo tu Amo, puedo ser benévolo y comprensivo.

Ana: ¿te puedo tutear?

Yo: claro, ahora esto es una conversación de amigos

 

Ana: OK, pues la verdad es que me has liado una buena, aunque no toda la culpa es tuya

Yo: ¿ah, no?, ¿por qué dices eso?

Ana: yo también he tenido parte de culpa, le he dicho cosas a mi madre que no debía haberle reprochado

Además, estaba cabreada por que te vas y no me das una buena corrida antes de irte y considero que hoy te he decepcionado un poco, lo noté en tu comportamiento y en tus miradas.

Yo: no te voy a negar que has estado un poco rebelde y desobediente, pero de ahí a decepcionarme...ni mucho menos, en el corto tiempo que llevamos de relación, de entrenamiento, has llegado a un punto, a un nivel que no creí que alcanzarías tan rápido, así que olvida ese pensamiento.

 

Ana: gracias, necesitaba oír algo así

Yo: cuéntame como fue la bronca

Ana: vale

 

Pues abrí la puerta y mi madre estaba en el salón, fui a darle un beso como hago siempre que llego a casa pero en cuánto me vio se puso histérica preguntándome, interrogándome, llamándome de todo.

Quería saber por qué iba así vestida, por que olía a orina, que había hecho con mi ropa... Todo eso llamándome puta, guarra, zorra...y demás lindezas.

 

Yo: ¿y que le dijiste?

Ana: me arrepiento, pero lo primero que le dije fue que si ella hubiese sido más puta, guarra, zorra, seguramente mi padre no se hubiera ido, tema que no tiene nada que ver con el motivo de su ausencia, me salió así y lo siento mucho.

Yo: la verdad es que te has pasado

Ana: lo sé y no estoy orgullosa

Y no he podido ni disculparme, en cuánto le dije eso me dijo que me diese una ducha y me fuese a mi habitación, que ya hablaríamos más tarde cuándo me calmara y no pareciese una puta de polígono.

Me trata como si fuese una adolescente

Yo: Vives con ella, bajo su techo, aunque no lo creas justo tienes que respetar sus normas

Ana: lo sé

Y ahora, ¿qué le digo?

 

Yo: lo primero y más conveniente es pedirle perdón, para ella no habrá sido fácil criarte sola y al verte llegar así pensaría que no lo está haciendo bien.

Ana: tienes razón, en cuánto salga de la ducha hablaré con ella y me disculparé

Y así lo hizo, se duchó, se puso un pijama que le había regalado su madre y que sabía que le gustaba mucho y con el rabo entre las piernas fue de nuevo a hablar con ella.

Le contó el motivo por el cual había llegado de esa guisa a casa, lógicamente sin contarle todos los detalles ni, aunque le habló de mi, decirle que tipo de relación teníamos pero si le puso al corriente de que existo.

También le contó que no lo estaba pasando bien con su novio, ex-pareja ya aunque su madre no lo sabía, y que se encontraba en una época en la que se sentía perdida, sola y que yo la había ayudado mucho para descubrir quién era y que quería.

Y bueno, entre charlas, preguntas, respuestas y reproches por ambas partes, parece que las cosas se calmaron un poco, aunque su madre le dijo que me quería conocer, hablar conmigo para saber quién era ese hombre que ayudaba tanto a su hija.

No me hacía ninguna gracia tener que conocer a su madre, me parecía que era dar un paso demasiado formal pero tenía que asumir las consecuencias de mi error, sino que ejemplo le estaría dando a mi sumisa, podría perderme el respeto y eso no iba a suceder.

Cómo me quedaban un par de días para irme, concertamos la cita al día siguiente, ya que en mis últimas horas en la ciudad tenía otros planes con Ana.

Llegó el día de conocer a la sujeta que trajo al mundo a mi sumisa, a mi putita, a mi zorrita

 

Después de darme una ducha, vestirme muy informal ya que no quería que la diferencia de edad entre Ana y yo se notase mucho, tomarme un café y repasar mentalmente los pasos a seguir y lo que iba a decir ante su madre, cogí el coche y me acerqué a su casa.

Llamo a la puerta, me abre Ana, le doy dos besos y me invita a pasar

Se nota en su preciosa y aniñada cara que ha pasado mala noche, lágrimas y ojeras no hacen justicia a su belleza natural.

Disimuladamente le doy una bala vibradora controlada a distancia cuyo mando tengo yo, ya sabe lo que tiene que hacer y mirando a su madre se excusa diciendo que va al baño.

Disimuladamente le doy una bala vibradora controlada a distancia cuyo mando tengo yo, ya sabe lo que tiene que hacer y mirando a su madre se excusa diciendo que va al baño.

Su madre estaba sentada en un sofá que está ubicado en el centro del salón

La miro y ahora sé de dónde sacó Ana su belleza

Me dirijo hacia ella y me presento, le tiendo la mano pero la ignora, tampoco me dice su nombre, se ve que no tiene muy buena opinión de mi lo cual es natural, al fin y al cabo soy un "maduro" que se está tirando a su hija.

Y de pie frente a ella de repente y sin previo aviso me espeta con voz y actitud de hembra que está protegiendo, defendiendo a su cría:

Madre: ¿qué cojones te traes con mi hija?

 

Ante esa pregunta y el tono con el que la formuló, y además, particularmente, no me gusta andar con rodeos ni mentiras ni perder el tiempo pensando o inventando excusas o respuestas, así que simplemente le conté toda la verdad.

Le expliqué como conocí a su hija, lo que hablamos antes de conocernos, las prácticas que hemos realizado, las situaciones en la que he puesto a su ojito derecho, excluyendo las más fuertes...etc., si quería respuestas las obtuvo con creces.

Antes de contarle todo, Ana ya había salido del baño con lo que ya llevaba dentro de su coño el juguete que le entregé y estaba sentada al lado de su madre, situación que no desaproveche para jugar con el mando de la bala vibradora.

Mientras mi zorrita se iba mojando y encendiendo, poniéndose a 100, intentando disimular su calentura, su madre no se enteraba de nada debido al enfado que tenía y a la estupefacción que la dominaba escuchando mis palabras.

Si no fuera por sus insultos hacía a mí que profería de vez en cuando, casi podía decir que estaba en estado catatónico.

Aunque era un escenario incómodo para todos, al recordar todo lo hecho y vivido con mi zorrita no pude evitar tener una erección, y debido a que estaba de pie enfrente de su madre debería haberse dado cuenta, pero a causa de su estado no sé si se habría percatado de mi situación.

Ana si lo notó y me lo hizo saber con una mirada, una sonrisa y repasando sus labios con la lengua

Todo acabó con más insultos y amenazas y con mi expulsión de esa casa, la cual por una parte agradecí

 

La bronca siguió entre ellas dos hasta que Ana decidió cortarla en seco y marcharse de casa al menos por esa noche

 

Antes de irse se vio obligada a darle a su madre mi número de teléfono

 

Llaman a la puerta, voy a descubrir quién es y es mi putita

 

Quiere pasar la noche en mi casa por motivos obvios

 

Veo que está destrozada por todo lo vivido y solo le digo que se de una ducha y se vaya a la cama

 

Pasan unas horas y voy a la habitación a comprobar que todo va bien y ahí está ella, con su pelo moreno suelto destacando sobre su piel blanquecina, desnuda completamente con lo que puedo contemplar totalmente el esplendor de su bonito, pequeño y generoso cuerpo, estirada en la cama boca arriba con las piernas ligeramente abiertas, como si su estrecho y depilado coñito buscase aire para poder respirar.

Sus pechos firmes y no muy grandes, descansando sobre su caja torácica parecen estar desafiándome cuando se mueven al ritmo de su respiración.

Es una imagen preciosa la que tengo ante mis ojos, a veces me pregunto por que he tenido tanta suerte de encontrar una chica así.

No lo puedo evitar y contemplando su cuerpo vuelvo a tener una erección y cómo no quiero despertarla para que me ayude con mi excitación, decido masturbarme hasta eyacular sobre sus pechos.

Extiendo mi semen por ellos con la yema de los dedos viendo como sus pezones responden a mis estímulos y los restos que me quedan en las falanges los dejo sobre sus labios, cuando se despierte tendrá un sabor de boca que reconocerá fácilmente.

Ya al día siguiente, (el último antes de irme de viaje), preparo el desayuno para Ana y el mio, quiero que empiece la jornada contenta y que se olvide, en medida de lo posible, de todo.

Se levanta de la cama y aparece en la cocina desnuda, tal y como durmió

Se acerca a mí y me da un morreo casi violento, parecía que quería castigarme por algo y sin decir nada se aparta de mi y se sienta a desayunar.

Yo: Joder, ¿y ese morreo?, casi me arrancas un diente je je

Ana: Era para que saborees tu lefa, no se que perversión o que guarrería me habrás hecho mientras dormía pero me he despertado con sabor a tu leche en mi boca.

Yo: ¿ya te has acostumbrado al sabor de mi néctar eh?, necesitaba descargar y no quería despertarte, estabas preciosa durmiendo desnuda.

Ana: ¿y yo cuando podré descargar?, a pesar de lo de ayer estoy salida perdida, mojo cada braga o tanga que me pongo, no sé si aguantaré sin masturbarme.

Yo: si te portas bien y cumples con lo que te tengo preparado hoy para ti tal vez puedas correrte, depende de ti

Ana: por muy imposible o increíble que me parezca lo haré, lo necesito

Yo: perfecto, pues vamos a desayunar y no comas mucho que tienes el postre bajo la mesa

 

Después de comérselo todo nos fuimos a dar una vuelta, a comer fuera, a hablar de lo ocurrido y de mi viaje, y así estuvimos hasta que el día empezaba a dar sus últimos coletazos antes de morir, dando paso a la noche.

Y aquí comenzaba mi nuevo plan, mi nueva fantasía, otra perversión

Cómo ella aún no podía ni quería volver a su casa fuimos de compras para llevar a cabo el siguiente paso

Escogí un conjunto de lencería rojo, compuesto de un sujetador cuya copa solo cubría la mitad de sus senos y el resto se intuía a través de sus transparencias.

El tanga era minúsculo ya que era tipo c-string

También llevaba ligueros negros que sujetaban unas medias del mismo color rematadas en su parte alta con un lazo rojo y por abajo terminaban en unos zapatos en tonos carbón de tacón alto.

Toda esa vestimenta la escondía un abrigo largo que finalizaba a la altura de sus rodillas

Y así vestida y después de sacarle unas fotos nos montamos en el coche y nos dirigimos a una conocida zona de prostitución de la ciudad.

Ella no sabía nada, no le conté que quería llevar a cabo y al llegar a ese lugar y observar el panorama me preguntó que debía hacer.

Ella no sabía nada, no le conté que quería llevar a cabo y al llegar a ese lugar y observar el panorama me preguntó que debía hacer.

Yo: quiero que esta noche seas una puta de verdad, la zorra de todos, con una condición, no pueden follarte ni puedes mamársela, podrán tocarte, meterte dedos en coño y culo y tienes permiso para pajearlos, pero nada más.

Cuando notes que vas a correrte sácale los dedos de tu interior y prueba otra técnica, ese placer solo lo obtendrás conmigo.

Quiero que dejes claro todo desde el principio, diles que son las reglas de tu Amo y si se ponen pesados o agresivos te vienes directamente hacia aquí y bajo ningún concepto te subas en un coche, ¿entendido?

Ana: entendido Amo

Yo: venga lúcete un poco, que te vean y se paren a preguntar

No les cobres, diles que lo haces para satisfacer a tu Señor, acepta lo que te den si consideran que deben hacerlo

Ana: Perfecto Amo, sólo le pido un favor, coja mi móvil y grabelo todo, quiero que mi madre tenga motivos para llamarme puta.

Me dejó mudo, no me esperaba eso pero no iba a desaprovechar la ocasión

Y sin mediar palabra, sin torcer el gesto, sin mirar atrás, se dirigió hacia donde no había ninguna prostituta e inició su cortejo sexual.

Tuvo bastante éxito, unos 15 coches pararon para hablar con ella, sólo la mitad aceptaron las condiciones impuestas por mi y por suerte ninguno se puso pesado ni agresivo.

Los 7 que aceptaron, como me contó ella más tarde, le metieron los dedos unos en el coño, otros en el culo y algunos en ambos orificios, todos consiguieron su paja.

Al acabar había conseguido 200 euros, no estaba mal para unas pocas horas teniendo en cuenta las condiciones impuestas

Yo: muy bien zorrita lo has hecho de maravilla, quédate con el dinero te hará falta para tus gastos mientras te quedas en mi casa ya que no creo que quieras volver a la tuya.

Yo: muy bien zorrita lo has hecho de maravilla, quédate con el dinero te hará falta para tus gastos mientras te quedas en mi casa ya que no creo que quieras volver a la tuya.

Ana: Gracias Amo

¿Puedo pedirle que me folle?, me han puesto mas caliente aún, casi no consigo controlarme y por muy poco no me corrí con alguno de ellos.

Yo: lo siento pero no tendrás mi polla dentro de ti antes de que vuelva, tranquila que no nos vamos de aquí hasta que explotes, no sin que te retuerzas de placer.

Ana: ¿y que tiene pensado?

Yo: Túmbate boca arriba encima del techo del coche y mastúrbate hasta que te corras, hazlo como quieras tienes via libre pero no reclames mi polla.

Dicho y hecho, casi no me dejó acabar la frase y ya se estaba subiendo al coche

La verdad que no tardó mucho en llegar al orgasmo debido a todo el deseo que tenía contenido, y cómo siempre fué un clímax brutal, uno más de los suyos, con espasmos y contorsiones imposibles, con jadeos y gritos descontrolados, con chorros de placer saliendo de su interior, acabando con su característico "desmayo", ni se percató de el revuelo que había causado y la multitud de hombres y mujeres que consiguió congregar a su alrededor.

Una vez acabado el espectáculo y comprobado que sólo yo era poseedor de un testimonio gráfico o visual del momento, la multitud se dispersó y aproveche para cogerla en brazos e introducirla en el coche, ya que ella no era capaz de moverse, sus orgasmos intensos la dejan "muerta".

Arranqué el coche y nos fuimos de ahí, se durmió al momento y al llegar a casa la volví a coger en brazos y la metí en la cama.

Al día siguiente me iba y aún me quedaba un asunto pendiente

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Si os ha gustado la continuación hacedmelo saber y sigo con la historia

Como digo siempre las críticas, ideas, sugerencias y elogios son bienvenidos