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Mi fantasía es... -Introduccion

en Hetero: Infidelidad

Hola lectores. Después de muchos años de ser lector asiduo de esta página, me apetece dar el paso de participar en ella, a ello se suma, que mis inquietudes sexuales van en aumento. Mi relato, y si mi animo a seguir, los próximos van a ser una mezcla de realidad y ficción, aunque esta ficción no va a dejar de ser lo que me gustaría que acabara pasando.

Asique sin más, comienzo:

Mi nombre es Pablo, soy un hombre de 26 años, de un pueblo en la provincia de Granada. Físicamente me definiría como normal, estatura media, ojos marrones complexión fuerte y bueno, no calzo mal la verdad, unos 18 centímetros, y de un grosor normal.

 La historia comienza con mi paso a la Universidad, había tenido experiencias sexuales previas, de hecho, perdí la virginidad con unos escasos 18 años, con mi novia de entonces, que rondaba aquella edad, aquel mismo día (y puesto que no había dolor, ya que le rompí el himen con unos dedos bastante salvajes) follamos tres veces. Si bien se trataba de una relación a distancia, cuando nos veíamos abundaba el sexo, yo siempre he estado muy cachondo, y tuve experiencias varias, sexo en público, con gente rondando… etc. Sin embargo, esa relación acabe mal y me costó un tiempo recuperarme.

Llego así mi tercer año de universidad, y tras prácticamente un año echar un buen polvo decidí registrarme en distintas apps de ligar, teniendo un éxito moderado y echando algún que otro polvo y, sobre todo, mucho cibersexo (grandes pajas cayeron por esa época).

 Sin embargo, con una de las chicas que conocí así la cosa fue distinta. Estaba claro que ambos buscábamos algo más que sexo, y de hecho nuestras conversaciones eran muy castas al inicio. Y quede por primera vez con ella, su nombre es Sara, mide cerca de 1,60, es rubia, muy delgadita, pero fuerte, practica ballet y tiene un vientre plano y duro, de pecho pequeño, pero con uno culo difícil de definir, no puedo evitar morderlo cada vez que lo veo, espero que os hagáis una idea.

Nos conocimos poco a poco, hasta la tercera cita no nos besamos y fue la cuarta la que será la protagonista principal de este relato.

              Era un día de abril, Sara y yo habíamos quedado para dar un paseo, era la 4ª vez que quedábamos y hacia escasos días que nos habíamos liado por primera vez, recuerdo mis dudas al verla bajarse del autobús urbano, ¿un pico, dos besos, ¿qué hacer? Me decidí por el pico, y la pille desprevenida, sin embargo, tras la tensión inicial no tardamos mucho en empezarnos a comer la boca cada vez que había una excusa, y así el plan de dar un paseo por la tarde se alargó hasta unas cervezas, con su tonteo y besos y acabar cerca de la 1 de la mañana.

Íbamos caminando de vuelta a su casa camino por el cual se encuentra la mía, un poco borrachos ….

-Oye me hago mucho pis- me dijo Sara

-Si no te puedes aguantar paramos en mi piso, que no hay nadie y no pasa nada- le conteste yo, aunque alguno podáis pensar lo contrario por mi cabeza en ningún momento pasaba subir a mi piso a follar, sin embargo, no hizo falta….

-Bueno, no se…. bueno venga vamos- me contestó

Sara y yo entramos a mi portal y subimos al piso, por el camino en el ascensor nos liamos de forma bastante sensual, entrelazando nuestras lenguas, de forma comedida, no sexual. Una vez llegamos al piso, se lo enseñe grosso modo, acabando por mi dormitorio donde la espere mientras iba al baño.

Yo estaba sentado al borde de la cama cuando llegó Sara del baño, se detuvo frente a mí y poniéndome las manos en la cabeza comenzó a besarme. Esta vez los besos no eran como antes, si no que había un ansia, ella no paraba de besarme repetidamente, jugábamos con nuestras lenguas, nos mordíamos los labios. La situación se tornó en algo muy erótico.

- ¿Estas seguras de esto? - le pregunte entre beso y beso (bastante ridículo en el contexto, pero yo solía ser muy tímido) 

Por respuesta se limitó a recorrer mi boca con su lengua

- ¿Seguro? - repetí

Aquí la respuesta fue aún más obvia, Sara se sentó sobre mis piernas, con su pelvis a escasos centímetros de la mía, comenzamos a desnudarnos poco a poco, le quité su blusa y deja al aire su sujetador y abdomen, recuero ver su vientre tan plano y definido, no pude más que bajarme a besarlo mientras, botón a botón, desabrochaba mi camisa. Con ella tumbada en la cama y yo sobre ella, le quite el pantalón dejando a la vista el cuerpo casi desnudo de la que sería mi novia. Yo me quite los pantalones.

Pasamos unos minutos besándonos de arriba abajo, restregando pelvis contra pelvis, hasta el momento en el que Sara metió la mano en mi bóxer y agarro mi pene, no hizo falta mucho más, yo baje su tanga y deslice mis dedos en su interior, el momento de masturbación mutua fue muy escaso, ella estaba muy mojada, y yo muy duro. Sin más fue a la mesita de noche, y mientras ella se desnudaba completamente cogí y me puso un condón.

Cuando me gire y ve a Sara desnuda en mi cama, no pude más que morderme los labios, como pensaba era de una piel pálida, pecho pequeño, con dos pezoncitos igualmente pequeños, un abdomen plano con unos abdominales incipientes y un coñito arreglado, con el vello muy corto, y muy recogido.

Poco a poco puse mi pene erecto a la entrada de su coñito- aún recuerdo la sensación -, y poco a poco la penetre, era probablemente el coño más estrecho que me he follado nunca y a la vezz uno de los más humedos.Una vez dentro y encima suya empecé a bombear, de manera lenta, con cuidado, mientras no parábamos de besarnos,(al contrario que nuestros polvos posteriores este fue muy silencioso, no queriamos despertar a mis compañeros), solo se escuchaban sus gemidos bajos en cada acometida de mi polla.

Seguimos follando sin variar de posición, hasta que fue poniendo mas  y mas cachondo y subiendo el ritmo, y a los pocos minutos, subiendo asi cada vez mas el sus gemidos, hasta que finalmente comenzo a temblar mientras se corría por primera vez.

Ya fuera por los nervios o por el preservativo, aun me quedaba cuerda para rato, y no pareció que ella tuviera problema en seguir…

-Túmbate- me dijo Sara

-Como- le pregunte yo

-Túmbate bocarriba- me dijo mientras poco a poco se ponía en posición de cabalgarme.

Una vez posicionados, cogió mi polla dura, y se la metió dentro de un tirón- esto se ha convertido en una costumbre, dejo que sea ella la que coloque y meta mi polla dentro suya- a partir de ese momento comenzó con un sube y baja que yo, hasta entonces, solo había visto en el porno.

Mi polla entraba y salía de su coño al ritmo que ella marcaba, sin pausa, pero sin prisa, muy lubricado, y clavándose poco a poco, mientras veía su cuerpo firme y su cara de goce…

-Me voy a volver a correr y quiero que te corras conmigo- me dijo.

-Mmm, me tienes a punto de explotar- dije por única respuesta.

Sin más, Sara aumento el ritmo de su cabalgada, y comenzó a correrse, yo no pude aguantar más, y me corrí desmesuradamente dentro de su coño –con el condón puesto-. Y así, entre jadeos y tras dos orgasmos suyos acabo nuestro primer polvo.

Poco después, Sara y yo oficializáramos nuestro noviazgo, y con el trascurso del tiempo, daría lugar a las experiencias que serán, en verdadero objeto de esta serie, recuerdos sexuales, fantasías muy cerdas y cuernos. Pero todo esto, será objeto de otros relatos.

P.D: Muchas gracias a los que habéis llegado hasta aquí, es mi primer relato, y como tal imagino que tiene muchos defectos, quizás y el principal, poco sexo explícito, pero se trata de un capitulo introductorio antes de entrar al verdadero contenido de la serie, mis deseos de ser cornudo.