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La casi universitaria en el Cercanías valenciano

en Confesiones

No hay nada como subir al tren de cercanías en verano. Al menos en territorio valenciano. Según el rato, eso puede oler muy mal porque hay mucho que no se ducha y mucho también (Sobre todo extranjeros) que se ponen todo el bote de crema del sol. Pero también es un escaparate de chicas de toma pan y moja. Shorts que liberan sus piernas y concentran culos, sandalias, tops, camisetitas con escotes generosos, camisetas que hacen del sideboob un arte... La verdad es que es difícil que no se te ponga dura cuando subes en el momento adecuado. Y cuando te toca una al lado... joder. A mí eso me ha pasado hoy.

Iba yo hasta Valencia capital desde mi pueblo, Burjassot. Cuando subí, subimos pocos, y pudimos apropiarnos de esos lotes de 4 incluso algunos de los que ibamos solos. En la siguiente, sin embargo, ya subió mucha más gente. Y a mí me tocó durante casi una hora una chica en bikini dispuesta para ir a la playa. Bueno llevaba unos shorts también, pero tapaban lo mismo que unas braguitas prácticamente. Me puse bastante contento solo con verla pero tuve miedo de que me gustara una niña, que últimamente crecen mucho y tienen las tetas como mi cabeza. Por suerte, esta iba hablando al móvil y me enteré que ya iba a empezar la universidad. Así que asumí que era de las que ya tenían 18 años y me dispuse a tirarle miraditas por todo el cuerpo en cuanto colgó y centró su mirada en el móvil. Llevabamos ambos auriculares y me creía que estaba a salvo tan aislados en nuestras canciones pero algo se debió oler cuando pasó el revisor y le pidió el billete.

Le di el mío al empleado del tren y ella me puso el pie en la polla preguntando dónde estaba el suyo. Yo pude disimular la sorpresa fingiendo que no había oído por los auriculares y no porque no me esperara para nada eso. Pero el revisor nos dejó para que aclararamos y me dijo bien claro: "oye, chaval, me has estado repasando de arriba a abajo durante los 15 minutos que llevo aquí y yo creo que eso hay que pagarlo. No he comprado billete y ahora me lo vas a pagar tú". Me gustó lo de chaval (le saco siete años) pero por unas vistas no me planteaba pagar una multa de un billete bastante grande. Total que cuando volvió le dijimos que se le debía haber caído del bolsillo de ese short tan corto, ella se volteó un poco para ponerse en pompa tocándose el culo para que viera el bolsillo y nos creyó para coger otro ticket normal. La verdad es que la chavala tenía pinta de saber apañárselas.

Cuando se fue me dijo que me había portado bien y que muchas gracias. Pero yo le seguía cogiendo los pies que me había puesto en la polla y se los empecé a restregar por mi aparato. Ella apretó para estrujarla y cuando me incliné del dolor -bueno, molestia- me pegó una bofetada en la cara. No era sonora, pero sí dio placer. Me dijo que ahí mandaba ella y que si quería algo tenía que lamerle los pies primero. Por suerte los tenía bonitos y ultimamente estoy obsesionado con ellos con una pequeña esquizofrenia: por lo general no me gustan nada, pero los bonitos me parecen muy sexys. Y así los tenía esta morenaza. Me los llevé a la boca y se los estuve lamiendo por la planta y la parte que se va hacia la pierna. Me fui chupando dedo a dedo y luego cambié de pie. Ella seguía con el móvil y daba la sensación de que me ignoraba aunque a veces resoplaba para contenerse. A mí se me estaba poniendo dura y lechosa, entre el placer de chupárselos, de estar humillado por una chica de -espero- 18 años y por el temor a que me grabara haciéndolo. Al menos, en el set de 4 asientos de al lado solo había un par de negros del top manta y unas alemanas cincuentonas que pasaban de todo.

Cuando los negros se bajaron me pidió que me abriera la cremallera, que ya estaba lista para hacerme una paja con los pies. Aquello fue delicioso, pero cuando se bajaron las alemanas se agachó, se recogió el pelo, abrió la boca, me la cogió con la mano... y se subieron un par de chavales de colegio. Todos con la misma pinta de guiris insoportables que hablan a gritos en un idioma que a saber. Mi ama se rio, me la guardó rápido y se sentó de nuevo volviendo a poner sus pies encima de mi polla. Por suerte, los chavales se volvieron a bajar en la siguiente y mi deseada esta vez sí se agachó rápido y empezó a lamer. Al lado no se sentó nadie, y ella pudo seguir a lo suyo. Me mordió un par de veces la muy hija de y me sonrió a continuación cada vez, pero la mamada dio un buen chorro de leche que se tenía que tragar porque no tenía otra opción. No llevabamos papel higienico ni clinex ni nada, y yendo en bikini se le iban a ver pegajosas. Pero antes de eso, abrió la boquita, se mojó los dedos y se bañó las tetas por dentro del bikini. Verlas lavaditas con esos pezones tan rosaditos impidió que se me relajara para guardarmela y aquello seguía duro como una piedra. Le pedí el número y me lo dio. Comprobé el whatsapp y su cara coincidía. Lo que también coincidía con mi cara era la del chico que le lamía los pies en la foto que me envió en cuanto nos despedimos con un buen beso que me permitió sobarle bien el culo.