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Camarera Caliente

en Hetero: General

Me llamo Eliza, mido 1,60; de ojos verdes oscuros, tez blanca, labios gruesos y rosados, pelo largo y castaño suelto; voy vestida con un top blanco de tiras que deja ver levemente mi abdomen y una mini falda azul que me llega poco mas de los muslos; físicamente soy delgada, de pecho uso una 95 y mi culo es redondo y no muy grande.

Trabajo de camarera como siempre trato con muchas personas a diario, algunas groseras, otras amables, unas que ignoran y solo quieren el café con el periódico, y otros que intentan ligar con una siempre que pueden. Pues bien, yo en mi trabajo veo todo tipo de hombres… Los que más me gustan son los que se ven rudos, pero que se ve a leguas que tienen lo que una mujer necesita. Y más en un día tan estresante como el de hoy en el que no hay tiempo ni de respirar.

Cuando veo que todas las mesas están atendidas el jefe me llama a la barra, dónde ahora debía quedarme. Comienzo a limpiar la barra mientras veo los clientes que hablan en las mesas y en las sillas que hay un poco mas alejadas de la barra, me detengo en un hombre joven con pelo castaño, tez morena, ojos color miel, llevaba puesta una camisa de manga corta blanca con unos dibujos de puma, unos pantalones vaqueros azules agarrados con un cinturón negro, físicamente esta musculoso no demasiado pero lo suficiente como para notar lo trabajado que lo tiene.

Me acerco a él, me pide un café americano con hielo; mientras preparo el café le doy pequeños vistazos y noto como me observa fijamente sin sacarme los ojos de encima cada movimiento que hago, yo solo ante tal intimidación sintiéndome nerviosa y con un gran peso encima de hacerlo bien que no se me caiga nada dado que cada rato lo observo y le sonrió.

Vuelvo dónde él con el café y un platillo con unas galletas de manzana, mientras lo dejo en la barra me inclinó un poco dejando ver el escote y sonrío mirándole a los ojos.

Pasan diez minutos y repaso las mesas que van quedando vacías, ya apenas hay clientes por no decir que esta todo el local vacío… Excepto aquel hombre que no había dejado de mirarme.

Cuando por fin me queda solo una mesa por recoger se me cae una de las cucharillas al suelo, dejo la bandeja con los vasos en la mesa y me agacho a recoger la cucharilla y cuando me intento levantar siento una presión en la espalda, giro la cabeza y veo que es aquel hombre que tenía su cuerpo pegado al mío. Sin ningún reparo me voy subiendo sin alejarme ni un centímetro de él.

Sin dejar de mirarle noto como me presiona contra la mesa quedando totalmente inmóvil, a su merced, no me salía una sola palabra cuando de pronto siento como comienza a deslizar una mano por mi muslo repetidamente sin llegar a sobrepasar la falda, me dejo llevar y me acerco todavía más si es posible mi culo a su entrepierna mientras disfruto las acaricias.

Llevo mis manos a su cuello mientras dejo salir leves gemidos, cada acaricia va adentrando más bajo la falda casi de inmediato noto como agarra uno de mis pechos por encima del top, sin poder aguantarlo suelto un gemido aún más alto, noto como comienza a ponerse duro su pequeño amigo en mi culo.

Comienzo a moverme rozándolo al son de sus caricias, me levanto la falda quedando en hilo, ahora sus dos manos se centraban mis muslos apretándome más a su cuerpo, escucho como gruñe cada vez que nos rozamos con furor, me giro quedando cara a él con sus manos ahora en mis nalgas dándole un masaje y de vez en cuando una nalgada que me hace soltar unos quejidos que cada vez se hacen ver como gemidos. Sin esperarlo siento como uno de sus dedos comienza a jugar con la entrada de mi vagina, siento como mis flujos mojan el fino hilo y cada roce se hace más placentero.

Me agarro a su cuello sintiendo que voy a caer en cualquier momento de tanto que me tiemblan las piernas mientras me folla con sus dedos, los mete y saca cada vez más rápido, pero de repente se para cuando por fin sentía que iba a culminar.

Su mirada fija en mi y una sonrisa traviesa se dibujaba en su cara, me levanta y me deja sobre una mesa cercana acostada, veo como me va sacando el hilo todo impregnado de mis fluidos, me abre las piernas quedando en medio de ellas, comienza a jugar con sus manos de nuevo en mis muslos cierro los ojos nuevamente esperando impacientemente mas acaricias, pero lo que siento ahora es como sus dedos juguetean con la entrada nuevamente a la vez que siento como da pequeños lametones en mi clítoris haciendo que me estremezca, de vez en cuando para los dedos y mete ferozmente la lengua haciendo que gima como nunca, cada embestida con su lengua me acerca al clímax.

Nuevamente siento la frustración de quedarme con las ganas de llegar al clímax una vez más, cuando escucho como se saca el cinturón abro los ojos, agarra mis manos y las pasa por encima de mi cabeza y me las ata de forma que no pueda moverlas quedando totalmente expuesta a él.

Le miro fijamente como se desabrocha el pantalón y en un rápido movimiento deja a la vista su grandioso miembro que sinceramente estaba deseosa de probar, sentirlo en mi vagina, en mis manos , en mi boca….

Sin hacerse esperar como si leyese mi mente comenzó a acariciar mi vagina con su miembro dejándola totalmente mojada de todos mis fluidos y de una sola embestida lentamente se fue introduciendo en mi interior, gemí por tal placer que estaba sintiendo con cada pequeño roce que sentía en ese momento era el paraíso no podía parar los gemidos. Comenzando lento embistiendo una y otra vez cada embestida mas ruda, a la vez que placentera, en las paredes retumbaban mis gemidos y sus gruñidos, con cada embestida sentía que me iba a venir en cualquier momento.

Cada vez más y más rápido a la par que rudo, sentía que me partía en dos sin poder pararlo gemí una última vez a la vez que sentía como que me venía aun penetrada por él, pero todavía no terminaba...Aún no lo hacía, salio de mi no sin antes quitarme el top y el sujetador.

Desnuda ante el me bajo de la mesa y me puse de rodillas quedando su miembro delante, se veía totalmente delicioso con mis flujos, sentí un impulso y comencé a dar pequeños lametones en la la punta mientras comenzaba a acariciarlo con mis manos lentamente de abajo hacia arriba, lamía y besaba la punta arbitrariamente sin parar el vaivén de mis manos, queriendo esa delicia blanca sobre mi boca, comente a ser más brusca metiendo completamente el pene en mi boca, sacándolo y metiéndolo, dando lametones y algunos besos desde la punta a la base mientras mis manos jugaban con los testículos.

Tras un par de lametones comencé a chupar mas rápido quedando totalmente llena de semen, boca, tetas, torso, todo lleno comencé a jugar con el semen hasta no dejar rastro de él, saboreando aquel manjar.

Me levante quedando frente a ese hombre, me quito el cinturón de las muñecas, me quede viendo como se ponía bien la ropa y me dio una nalgada, se desapareció de mi vista dejándome sola, sin saber si lo volvería a ver.