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Resarcimiento Familiar. Epilogo

en Amor filial

Habían pasado más de dos meses desde que habían sufrido el asalto de los cinco ladrones y violadores. Benito estaba sentado en el salón con su madre, mirando el reloj y pensando una y otra vez como resarcir la afrenta. Dos meses atrás, era un chico y ahora se sentía un hombre completo…, el hombre de su madre que debía vengarlo. Había encontrado una nueva forma de ver la vida y el sexo… el que le proporcionaba su madre a raudales. Por supuesto, eso no era lo que ella le dijo cuando se la follaba. Él quería un "Lazo emocional" y su nueva situación, aparentemente podía entregarle el estatus de macho alfa del clan… O tal vez fue sólo que le gustaron más sus grandes tetas moviéndose mientras la follaba a todo tren. Su hermana también tenía buenas ubres pensaba, una talla 100 entre las copas C o D. Nunca hasta ahora pesó en ello, pensaba que su culito redondo era suficiente para llevar excitarse, junto con sus piernas largas y sexy. Su madre estaba profundamente ofendida que su padre pensara lo mismo de la hija. En un momento de lucidez pensó que Beatriz sería una buena alianza para vengar a la familia, pese a que la madre no estuviese de acuerdo arriesgando tanto con esos hijos de puta, pero Benito se sentía un monstruo depredador de mayor calado. Una tarde de confidencia con su hermana se planteó volver a ver a los violadores y devolverle la moneda en forma de venganza. Acaban de follar y la idea de resarcirse con aquellos hombres que los maltrataron con toda impunidad, le pareció la mejor manera de explayar las grandes tensiones que sufrían dentro de casa…. Eso le dio a entender su mala conciencia, donde por el contrario lo que le importaba a Beatriz, no era su orgullo mancillado por los violadores, sino el cipote de Benito que era bestial, le dio a entender que no se lo merecía, más desde que se tiraba con toda naturalidad a su madre con el beneplácito del cornudo de su esposo. Ella deslizó sus dedos fríos por su vagina, pero no logró recrear la sensación que el enorme falo de Benito le produjo…, más bien encontró todo el asunto bastante molesto. Pero esa noche cambiaría todo. Ella era una mujer muy orgullosa, Beatriz no iba perder una gran oportunidad para poder realizar su tan esperada venganza familiar, junto a su hermano y en tal aventura puede que obtuviera algún rédito… El Resarcimiento por la afrenta sería total, esos delincuentes se toparon con la horma de sus felonías al dar con la familia equivocada.

BEATRIZ los oía fornicar como conejos, y para chantajearlos decidió poner tres diminutas cámaras inalámbricas, que transmitían una señal en vivo desde el baño, la sala de estar y el dormitorio de Benito hacia su ordenador portátil… las mismas que utilizó en grabar a su padre follándosela. Las imágenes la iba guardando para cuando sugiera la ocasión, ella las visualizaba muchas veces, le gustaba verles teniendo sexo como animales salvajes. “Nunca tuvo nadie con ella sexo tan duro como ese”, pensó mientras encendía su portátil y reprodujo una de las muchas grabaciones de las noches salvajes de su madre fornicando con su hermano. También nunca había probado el sexo anal, a pesar que se lo habían pedido específicamente sus últimos novios muchas veces… a ella no le agradaba mucho. Pero, por supuesto, Benito no se cortaba en follarse por el culo a su madre, como hizo en aquel claro de bosque el día de la TRAGEDIA. Ella había estudiado cuidadosamente su comportamiento y parecía que Benito había adquirido algunas nuevas desviaciones y fetiches después de entrenarse como fornicador. También cambió costumbres cotidianas…, la primera era menor y sin importancia, Benito renunció a orinar de pie y ahora se sentaba cada vez que él usaba el inodoro, las otras eran partes cruciales para su plan maestro de abolir a los delincuentes. En tanto se deleitaba viendo la grabación de la cámara de dormitorio de Benito… la follaba al estilo misionero, el tono cambió de repente.

Marta estaba sobre su hijo y parecía como si lo estuviera dominando. Ella le hizo lamer su coño mientras la madre acariciaba el hermoso pollón erguido de Benito, y le gritó  con furia cuando él llegó al orgasmo…, eyaculo demasiado pronto accidentalmente. La tercera y última parte era la más importante. Benito y su perra habían acordado una forma de negación del orgasmo, al menos una vez a la semana como un desafío de su autocontrol. Todos los sábados realizaban algo que su madre describía como "LA CONSTRUCCIÓN DE LA TENSIÓN". Marta usaba unas esposas sexuales para sujetar a Benito a la cama con los dos brazos y las piernas extendidas para luego dejar la casa durante unas horas e ir de compras o tomar unas copas antes de regresar para permitirle a Benito descargar su abundante carga seminal en su coño. Benito y su madre follaban como locos en el cuarto de él otra vez, aquella tarde de primavera. Ya habían llegado a la parte de su rutina donde Benito es totalmente dominado, así en poco tiempo llegó la parte de la "CONSTRUCCIÓN DE LA TENSIÓN" como ella lo llamaba. Una gran sonrisa apareció en el rostro de Beatriz cuando su madre se levantó de la cama y sacó cuatro juegos de esposas forradas de terciopelo color rosa del cajón al lado de la cama, esposó a Benito y se largó. Esa tarde iba a ser la oportunidad de follarse a su hermano, llevaba demasiado tiempo en el dique seco desde que su madre le prohibiera cortadamente follarse a su esposo, su propio padre. Sin novio y con 20 años, las feromonas se transpiraban por cada poro de su piel….

BEATRIZ, se puso sólo las bragas y la bata de casa por encima… se dirigió al cuarto de Benito. Cuando llegó lo vio acostado y esposado de pies y manos. Se fijó que tenía una buena erección entre sus piernas que no trataba de disimular, ni podía. Se sentó a su lado en la cama. Benito quedó con los ojos como platos cuando entró en su cuarto…

¿Qué haces aquí…? Decía mientras no paraba de mirarle el escote de la bata.

Disimuladamente lo fue aflojando para que lo viese mejor, de modo que de tanto aflojarlo, al final se quedó una teta al aire sin decirle una sola palabra…, solo actuaba para su excitación. Tenía a su hermano muy excitado, lo que le animó a lanzarse hacia él con desparpajo.

Benito veo que no le quitas ojo a mis tetas, ¿te gustaría chupármelas cariño? Se sorprendió un poco con la propuesta pero no tardó ni un instante en acercarse a él  y ponerle en su boca el pezón de la teta que tenía al aire…, la apretaba ligeramente. Su pollón seguía aumentando de tamaño y es una verga de las no se está habituado a ver. En contraprestación Beatriz se decidió a tocarle el cipote y huevos con delicadeza, comprobando que toda la erección era real… – ¿Que pedazo de polla tienes Benito? Déjame vértela nene. ¡Enséñasela a tu hermanita! Dicho y hecho. Dado que él no podía ni quería resistirse, y aquel impresionante miembro le quedó a la altura de su cara, inhiesta, dura y flamante como un tronco de acacia…  – ¡Tremenda! ¡Cómo me gustaría tener una así cada noche en mi cama!

 – Bea tú ya tienes una cada noche. La de papá…sé que folláis.

¿De verdad? Hace mucho tiempo de eso ¿Sabes Benito? Ayer cuando gemía metiéndome mi consolador estaba pensando en tu polla. La verdad es que desde que me violaste no me la he quitado de la cabeza que me vuelvas a follar con este mostrenco de verga que Dios te ha otorgado. Me encanta tenerla tan cerca de mí…, dentro de mí. Él se puso un poco nervioso, avivado y ansioso… le cogió aquella preciosidad y tras unos meneos arriba y abajo frotando su prepucio, dejó el glande descubierto y se lanzó a comérselo, la metió en su boca con voracidad. Él cerró los ojos. Le temblaban algo las piernas mientras su hermana chupaba con fruición cerrando sus labios fuertemente contra el duro mástil de musculada masculinidad… y le acariciaba entre las piernas subiendo hacia sus testículos, un par de huevazos que debían de ser una central lechera….

Bea ¿qué me haces?  Se apoyó en su cabeza acariciándole el pelo suavemente.

– Disfrutar yo y hacerte disfrutar a ti cariño. Olvidemos que somos hermanos, pensemos que somos un hombre y una mujer dándose placer mutuamente con sus cuerpos.

 – ¿Y si aparece mamá…?  

– Tranquilo, papá estará en Madrid todo el día hasta la noche y mamá se ido de compras, así que tenemos un par de horas para nosotros solos. ¡¡Pensemos sólo en gozar el uno del otro!!

Estás muy salida Bea…

– No sabes cuánto nene, tengo el coño que me arde ¡Tienes que regármelo YA!

Se quitó la bata para ofrecer a su hermano el cuerpo que había espiado tantas veces en el cuarto de baño bajó el agua de la ducha, y visto desmadejado en el claro del boque. Le soltó las esposas y acto seguido se levantó con sus fuertes brazos y la llevó al centro de la cama. La recostó y le quitó las bragas. La acarició, primero por el cuello, besándole la boca y entrelazando sus lenguas. Luego le lamió las tetas apretándome levemente los pezones con sus dientes. Fue bajando con su lengua y llegó a la entrada de la vagina. Notó que estaba mojadísima y le guiñó un ojo a su hermana. Le gustaba que se hubiese puesto así por su culpa. Le empezó lamiendo por fuera en círculos, mientras le metía un dedo. Luego sacó el dedo y le metió la lengua introduciéndola y sacándola como si la estuviese follando. ¡Le estaba estremeciéndola de placer! Para soportarlo le agarraba la cabeza con fuerza contra su conejo hambriento, empapando su cara de flujos que mojaban la vulva al completo. Cesó de lamerme y se erguió frente a ella con todo ese rabo mirando al techo, con una curvatura perfecta…, acercó su enorme polla al coñito, que para entonces ya estaba totalmente abierto y lubricado…, se la metió lentamente mientras le sujetaba la cintura. – ¡Aaahh! Chilló de placer sin importarme que la oyesen los vecinos, más por el gusto de tener aquel pollón dentro de ella que por el miedo a que le doliese. Cerró los ojos y lo dejó hacer. Él empezó a moverse metiendo y sacando el badajo desde el capullo hasta las mismas pelotas. Su primer orgasmo tuvo lugar a los dos minutos de estar follándola…, sus tetas rebotaban a cada embate, se estaba comportando como el semental que ella esperaba. Le asaltó una duda… tal como la follaba, como era que hace unos dos meses era virgen

 – ¿A cuántas chicas les has follado con esta polla, hermanito?

Ya sabes que solo a ti, a Vero y a mamá, pero contigo estoy sintiendo más placer que con ninguna otra. Tu cuerpo es perfecto y follas muy bien.

– Claro que sí. No olvides que soy tu hermana mayor y te lo tengo que enseñar todo. Disfruta todo lo que quieras de mi cuerpo hermanito.

– ¿Y tú a cuantos te has tirado…?

– Unos cuantos, pero ninguno con una verga tan recia y potente como la tuya. ¡Vamos nene sigue! Ya lleva cerca de ocho minutos penetrándola con dos orgasmos de parte de ella, cuando se empezó a convulsionar él, aceleró sus acometidas y

 – Me corrooo. No aguanto más Bea. ¡Que gustooo…!

– Sí Beni sí, córrete dentro de mí. Como me gusta que me folles cariño. Eres ya todo un hombre… ¡Cuánto gusto me has dado…! Esto es mucho placer para un solo polvo.

Después del ejercicio realizado no les quedó más remedio que reposar un rato, se tumbaron abrazados en su cama y charlaron sobre un montón de cosas. Pasados dos horas y media llegó la madre y Benito volvió a fornicar con ella…, demostró que era un semental como la copa de un pino el muy cabrón. La mañana transcurrió sin más incidencias después de todo…. Comieron y luego se fueron a la piscina…  Le pareció acertado, pero la madre retorció el morro temiendo dobles intenciones con su mi hermano, y acertaba. Ya en la piscina, ahora ya sin disimulo, le mostraba su cuerpo sin ningún reparo y él se tumbó muy pegadito a ella pasándome sus manos por la ingle en un rincón oscuro bajo unos arbustos. Fueron a nadar juntos para rebajar el calentón,  cuando estaban a una distancia prudencial se besaban y metían mano entre la multitud. Ella le agarró de la polla y lo masturbó jugando. Él le metió un dedo por el culo y otro por el coño moviéndolos al mismo tiempo. Al volver a casa…

 – ¿Quieres que te enseñe una chica con la que me gustaría follar…?  

– Claro que quiero, le dije mostrando curiosidad por conocer las conquistas de mi hermanito pequeño. Le mostró en su teléfono móvil una foto de una chica muy guapa… – ¿Cómo se llama tu amiga? le preguntó.

 – Ella es Raquel la novia de Pedro.

– ¿Me estás diciendo que te gustaría follarte a la novia de tu mejor amigo?

 – No exactamente, ¿a qué no adivinas de quien esa polla que se ve allá al fondo?

Bueno, ¿no me digas que es la tuya?

Pues sí.

 – Desde luego sois un par de gamberrillos. Mira que follaros a la misma chica y al mismo tiempo.

– No a mí no me dejó mojar el muy majadero, solo se la folló él, yo solo me hice una paja viéndolos. Pero para sus adentros pensaba… Hay que ver la buena polla que tiene también su amigo, y lo bien que las usan los muy cabrones.

Como el día había sido bastante ajetreado se sentaron a ver la tele en el sofá mientras esperaban a que llegase el padre. Al disponer de descodificador de satélite, Benito insistió poner algún canal porno. Evidentemente su hermana tuvo que ceder y éste eligió una película en la que la mayor parte de las escenas eran entre chicas.

¿Te gustaría follar con otra chica? Preguntó Benito.

No, le respondió tajantemente. – Yo no soy lesbiana.

– Seguro que sí te gustaría, lo que pasa es que no has tenido ocasión de hacerlo con la adecuada. Dicen que las mujeres son las que mejor saben satisfacer los deseos sexuales de otras mujeres...

– No Benito, a mí me gustan los hombres…te aseguro que lo intentado con otra chica y no me gusta para nada, le decía acariciando la polla por encima del pantalón.Él a cambio le dio un beso en la boca y sus lenguas se acariciaron durante un buen rato. Además de sobarle los pezones provocando su inmediato endurecimiento. Estaban casi desnudos, cuando escuchamos abrirse la puerta de la entrada. Era su padre que llegaba de trabajar. Rápidos como un rayo se adecentaron la ropa y cambiaron de canal.

– Hola chicos, ¿qué tal habéis pasado el día?

Bueno, lo hemos pasado lo mejor que hemos podido. O sea madrugando poco y piscina por la tarde. Agotador papá. ¡¿Y tu viaje, bien…?!

– Si bastante bien, menos mal que conducía Javier.

Cenaron a la llegada de su madre, los cuatro de familia juntos en casa se armonizaban en sus diferencias, especialmente entre el matrimonio… luego volvieron al salón a ver otro rato la tele. Beatriz se había puesto una camiseta que le cubría poco más que sus braguitas para estar más cómoda. Marta en su sillón, Fermín y Beatriz sentados en el sofá grande y Benito en el pequeño. Esa ubicación le permitía a Benito contemplar perfectamente la entrepierna de su hermana. Le notaba excitado. Fermín en cambio, estaba atento a la tele, pero la madre no les quitaba ojo….  Sin que se diese cuenta nadie, Beatriz guiñó un ojo a mi hermano y, al mismo tiempo que me mordía el labio inferior, fue separando poco a poco sus piernas para excitarlo más. Su padre se estaba quedando dormido, la madre se había ido a descansar tras un día agotado en la clínica dental, y muy contra el gusto de Beatriz le dijo que me fuera para cama que al día siguiente tendría que madrugar. Benito se quedó un rato más viendo la tele. Alrededor de la una de la madrugada la chica todavía seguía sin pegar ojo. La culpa la tenían los pensamientos en su hermano y los ronquidos del padre en la habitación de al lado. Benito todavía continuaba en el salón porque la tele estaba encendida. Pensando que quizá se hubiese quedado dormido fue al salón para decirle que se acostase. Acercó la cabeza a la puerta sigilosamente y vio algo que le excitó un montón… Su hermano se estaba masturbando con una escena porno en la que dos chicos se follaban a una chica, uno por delante y otro por detrás. Aquella escena de su hermano haciéndose una paja en el salón, provocó en su coño un estado latente tremendo. Se acercó a él y le dio un beso en aquella enorme polla que tanto le gustaba. Incluso se la metió en la boca un instante. Benito no se extrañó, comenzaba a estar a acostumbrando a tenerlas a su disposición.

Cariño es tarde ya, porque no te vas a dormir, le dije picarona. Salieron juntos del salón en dirección a la habitación… ella delante y Benito detrás. Al llegar su hermano la sujetó por detrás apretándole las tetas.

Bea  ¿recuerdas la chica de la foto de mi móvil?

– Sí, ¿por qué?¿Sabes que fue lo que más le gustó aquel día?

– ¿El qué?Que le diera mi amigo por el culo y se dejara hacer. Nunca antes lo había hecho y desde aquella Pedro me dice que no para de pedírselo… ¿A ti te han follado el culo?

 – Pues… Claro que no, mintió un poco sofocada por lo que le estaba contando y porque le estaba acariciando el coño por encima de mis bragas. Ante esta respuesta, Benito bajó el pantalón sin calzoncillos, y apartándome las bragas, acercó la punta de su polla a la entrada del culito.

Se podía ver dentro de la habitación, a sus padres durmiendo plácidamente. ¡Si supiera lo que le estaban haciendo sus hijos! Fermín roncaba como un bendito y Marta dormía de lado mirando al lado contrario a la puerta. Su hermano fue metiendo su enorme polla en el culito. Su primera sensación fue de dolor y contuvo como pudo sus deseos de gritar, pero una vez que él inició el mete saca su culo empezó a lubricarse con su saliva y su polla entraba y salía sin dificultad provocándole un gran placer. Benito tenía su boca cerca de las orejas de su hermana, le oía respirar profundamente cada vez que la penetraba. Le gustaba y a él también.

 – ¿Y si se despertasen papá o mamá?

¡Calla Benito y sigue con lo que estás! No creo que se sorprendan, ya me has follado… ¡Todos hemos follado con todos en esta puta casa! Por eso no creo que se sorprendan…

– Y papá te follara por delante y yo por detrás como en la película de la tele y mamá me chupara los huevos.

– Calla Benito…, le susurraba ella.

Beatriz se corrió, no sólo por el placer que le producía Benito, sino por el morbo de tener a sus padres al otro lado de la pared, y pensar que podía despertarse viendo lo que estábamos haciendo sus hijos. Benito cesó la penetración anal y desde atrás le metió la polla en el coño mojado. Por ahí sí que le entraba sin dificultad la tranca de su hermano. Se volvió a correr enseguida…. no imaginaba que estuviera tan salida y necesitada de polla, o la de su hermano tenía algo que le tocaba el punto G con facilidad. Él al oírle gemir cuando me corría, también se excitó y  se corrió dentro de ella de nuevo. Fueron al cuarto de baño a refrescarse un poco aquella calentura que les había producido el vendaval. Cuando Beatriz salió, su hermano ya se había metido en el dormitorio y ella se metió en su cama…, ahora sí que no tardó en quedarse dormida. Así transcurrió aquella semana entre polvo y polvo.

Al cabo de los días su padre dio muestras de querer saltarse la prohibición de follarse a su hija, impuesta por Marta… le ofreció solo 250 € de los 300€ que teníamos estipulados como tarifa, pero poco importaba porque nunca llegaría a comprarse el coche de sus sueños con lo que sacase de su padre, no obstante su coño pedía verga diaria y su padre estaba dispuesto a dársela. Tras una larga  conversación le excitó la idea de follárselo… Pareciese que llevaban años deseando hacerlo perdiéndole el miedo a la madre. Cuando le metía la polla, su cerebro imaginaba la de su hermano, la tarde prometía porque al poco rato su padre le largó una fantasía que deseaba cumplir…

Oye Beatriz, hay una cosa que siempre he deseado pero nunca me he atrevido a pedírtelo.

¿Cuál tu fantasía papá?

– Me dejas que te ate las manos a la cabecera de la cama y te vende los ojos para hacerte gozar sin que tú puedas ver lo que te hago...

La dejó de piedra, el mismo fetiche de su esposa con su hermano… ¿Qué le pasaba a esta familia…? Mostró algo de indecisión ante esta inesperada propuesta pero él insistió por lo que ella accedió. Fue al trastero y volvió con dos trozos de cuerda y un pañuelo grande. La ató al cabecero, le dio un beso en la boca y luego le cubrió los ojos. Acto seguido le destapó completamente quitándole la sábana. Luego empezó a recorrer su cuerpo con la lengua. Se paró en sus pezones acariciándolos con sus manos al mismo tiempo y luego bajó hacia su coño metiéndome la lengua y moviéndola de forma que la hizo estremecer varias veces. Tenía ganas de acariciarse a sí misma pero las ataduras se lo impedían.

– Espera un momento, le dijo su padre.

Cesó en sus caricias y había silencio en la habitación. Pensó que estaría preparando algo que le provocase más placer. Al cabo de un par de minutos volvió a acariciarla. Esta vez empezó desde sus pies hacia arriba. Las caricias en sus muslos le gustaron tanto que le provocaron un pequeño orgasmo. Luego le levantó el culo y acercó su polla a la entrada del coño. Se debía haber cerrado un poco porque en la primera embestida le costó entrar. Luego ya fue lubricándose gustándole mucho. Le acariciaba las tetas. En un momento dado pensó sin decir nada… “Si las manos de mi padre sujetan mi culo mientras me folla. ¿De quién son las manos que me acarician los tetas?” Verbalizó sus pensamientos y su padre le quitó la venda de los ojos. Efectivamente había cuatro manos. Pero no en la disposición que había pensado Beatriz. Su padre era el que le acariciaba las tetas, en tanto quien se la follaba era… ¡Su hermano! El padre había dejado que su hijo follase a su hija delante de sus narices. Le soltaron las ataduras la abrazaron los dos hombres.

– ¿Te gustaba cariño? Espetó Fermín. Puso cara de estar confundida y entrecortadamente…

– Sí, claro que sí, pero… es que sois un par de cabrones los dos.

 – No digas nada. Te explicaré… cuando estabais jodiendo la otra noche, os espié desde la puerta entreabierta, así que quise unirme a vuestra fiesta y de paso darle una alegría al chaval quitando hierro en nuestras relaciones familiares…

Me ha gustado mucho que os entendáis tan bien…, mi hermano está bien dotado y utiliza muy bien su polla. Me gustaría seguir follando con los dos, siempre que mamá no ponga ninguna objeción.

De momento no sabe nada, pero pronto se lo diremos….

Su hermano se puso detrás y el padre delante. Los dos le fueron metiendo sus pollas por el agujero que tenían más accesible. Le parecía imposible que una mujer pudiese sentir más placer que el que esos dos hombres le estuvieron dando durante unos minutos. Se intercambiaron los puestos. Les hizo sendas mamadas a los dos y al final acabaron corriéndose dentro de su coño, primero el padre y al cabo de unos minutos más, Benito. Le caló los 18 cm en su coñito cedido por Fermín y vació sus cojones hasta la última gota de su engrudo espermático. ¡Qué gusto le habían dado los condenados a la chica!

 – Ves Benito, ahora si tienes mi permiso y beneplácito para follar a tu hermana cuando quieras, a solas o juntos, pero prefiero que lo hagamos los dos juntos. A ella le encanta como has podido comprobar cuando la empalan dos tíos a la vez.

Al día siguiente, las cosas continuaban igual con la diferencia que la madre se apuntó a la fiesta ¡No salieron de casa en todo el día! Follaron varias veces y acabamos exhaustos los cuatro. Con esta nueva perspectiva de la familia, la madre tomó la determinación de comprarle el coche directamente a Beatriz…

– Vas a dejar de prostituirte con tu padre. Te voy a comprar el coche con la promesa que respetarás el “Estatus Quo” de esta familia y que recuerdes quien te subvenciona tu buena vida…Dicho y hecho, Benito y Beatriz se aliaron para cerrar el círculo de deshonor producido por aquello tres asaltantes, ladrones y violadores….

Era el fin de semana planeado, que ambos hermanos decidieron tomarse el fin de semana para hacer juntos un viaje cultural y estrenar el nuevo coche, para extrañeza de sus padres. En pocas horas se plantaron en la zona del desaguisado, no era la primera vez que lo hacían, pero ese fin de semana no era para planear, sino para actuar. Rondaron la zona durante la mañana, hasta al restaurante bar donde pararon antes de aquella noche trágica. Esa misma mañana salió de casa precipitada…, tomo su bolso en donde estaba las llaves de la casa de su madre, tomo las llaves de su coche y salió de la vivienda con un rápido "adiós mamá". A mitad de camino por las escaleras recordó el ordenador portátil de su habitación aun seguía reproduciendo la grabación de una noche particularmente salvaje, tal vez si su madre entraba lo encontraría, pero ella no podía correr el riesgo de perder el tiempo y además su hermano lo esperaba en el garaje con todo preparado, tal vez su madre no sabía mucho de ese tipo de cosas. Entonces vio entrar al líder Billy el niño con su acólito Saúl, los dos que violaron a su madre en primer lugar…, aun recordaban como los manipuló para sacarles toda la información, especialmente a Benito. Esta rabioso, pero contuvo su animadversión hacia aquel hijo de puta. Esperaron a que salieran y seguirlos, en un momento dado se separaron y Billy el niño entró en una casa ruinosa y unos metros más allá Saúl se introdujo en una caravana que utilizaba de vivienda. Era como si el propio destino hubiese decidido que ambos personajes estaban ahí pare recibir un merecido castigo. La oportunidad no podría haber sido mejor. Beatriz miró el reloj de nuevo. Casi las 22:00 horas en una cálida noche de sábado. El momento perfecto para la venganza perfecta.

Se detuvieron en la calle de su destino, pero no bajaron del coche, en cambio, ella sacó su teléfono y la app live feed y conectó la cámara que lograron colocar en el interior de la casa. Beatriz poseía unas esposas auténticas de policía, de un novio que era guardia local, se las echó en el bolso. Esperaron pacientes que se tomara la cerveza que habían adulterado con somnífero e hiciera su efecto. Benito condujo hasta ahí rápido y salió de su coche. Era hora. Ella consiguió la llave oculta en el tronco hueco de un árbol donde había visto que la dejaba Billy el niño para que sus amigos pudieran entrar libremente a su casa… con la llave de repuesto ese cabrón, debía darse cuenta que fue un error muy grande confiar en sus amigos dejándoles poder entrar libremente. La puerta de la vivienda se abrió de manera muy fácil. Se aseguraron para abrirla tan lenta y silenciosamente como le fue posible. No quería que el individuo les notara antes de que se revelaran ante él. Poco a poco se abrió paso por el pasillo hasta el dormitorio, donde el evento principal de la venganza de esa noche se llevaría a cabo. Abrió con cuidado la puerta de madera y asomó la cabeza por la abertura. Billy el niño estaba sobre la cama con los ojos cerrados, la sólida torre de una polla dura como piedra estaba completamente erecta y palpitante como si estuviera dispuesto a correrse…, en la televisión una peli porno y la cerveza acabada. Entonces entraron en la habitación. Abrió los ojos. En primer lugar, él estaba sonriendo medio adormilado…, de una manera rápida lo esposaron a la cama antes de que pudiera reaccionar,  pero cuando se dio cuenta quien exactamente estaba delante de él, la sonrisa murió. Él frenéticamente miró a su izquierda, luego a la derecha, como si no supiera ya que sus manos y pies estaban esposados a los fuertes postes de madera de la cama.

– ¿Qué hacéis en mi casa? ¿Qué queréis? Preguntó. Tenía la intención de sonar amenazante, pero con él estando completamente desnudo y completamente desvalido, no habría funcionado, aunque su voz no se hubiese agrietado….

No mucho de verdad, dijo Beatriz colocando el bulto que llevaba en el suelo…

¡¡Sólo nuestra venganza!! Continuó Benito.

No tenían claro si los recordaba, pero eso ahora daba igual, el violador tragó saliva… Mirar muchachos. Dijo. – No seáis malos perdedores. Elegí a tu madre sobre ti y eso es todo. No debe haber sentimientos hostiles. No me gustan las jovencitas….

– No lo sé, dijo Beatriz.  – Poniendo su mano alrededor de la enorme erección. ¿Tal vez puedas amarme por una última vez?

– ¿Vais a iros si te digo que sí? Ella parpadeó.

Nunca pensé que volvería a verte, pero ahora que estoy aquí viéndote tan asustado me apetece sentir esa polla en mí.

Benito no se creía lo que estaba escuchando de su hermana, Billy el niño suspiró y Beatriz intentaba hacer de aquello un ambiente sexy dominador sin saber cuál era el motivo…

– ¡Vete a la mierda! Beatriz negó con la cabeza mientras el hombre amordazado e indefenso dijo…. 

– Bien, hacer lo que queráis conmigo hijos de puta.

Ella se apartó soltando su verga para desempaquetar las cosas dentro de la bolsa que había traído con ella. A medida que su rostro sonriente apareció sobre el final de la cama, ella sostuvo una pinza castradora en su mano que hizo estremecer al joven semental al verlo. Beatriz pensaba aplicar sus conocimientos prácticos de ayudante de enfermería en quirófano con aquel monstruo criminal… 

– ¡Whoah!" gritó Billy el niño. – ¿Qué estás planeando hacer con eso?

¿Qué qué pienso hacer con esto…? La sonrisa en su rostro se hizo más amplia que antes. – Te voy a castrar. ¿De qué otra manera pensabas que íbamos a conseguir nuestra venganza? A mi familia no se le toca y te vamos a demostrar lo implacables que somos… – ¡No puedes estar hablando en serio! El gran jefe controlador se acojonó al ver que todo aquello era en serio, máxime cuando Beatriz hacía los preparativos y el hombretón no obtuvo respuesta, en cambio. Beatriz abrió las mandíbulas de su dispositivo para revelar dos cuchillas afiladas. – ¿Te gustan? Preguntó ella, jugando con el aparato… – Lo modifiqué yo misma. Con estas cuchillas afiladas, cortar a través de tu piel será muy fácil.Ella se puso delante de Billy el niño y se inclinó, poniendo cuidadosamente los dos huevos de tamaño medio de ese cabrón, entre las dos cuchillas afiladas.

JA, JA, MUY DIVERTIDO,  Billy el niño gritó histéricamente. – Todos nos hemos divertido ya muchos. Puedes parar ahora. Ni siquiera me importa si esto termina en el internet. Ha sido una muy buena broma, lo entiendo. ¡Ahora por favor para! Sintió el frío metal de las cuchillas tocar la parte superior de su escroto.

En todo esto Benito observaba impasible con media sonrisa al ver cómo era castrado el violador de su madre, su amada madre a la que tanto deseaba follar en cuanto volviese a casa…. – ¿Se siente como una broma para ti? Dijo Beatriz mientras apretaba lentamente las mandíbulas de la pinza y apretando hasta aprisionar los huevos de Billy el niño. Una delgada línea entre el hombre y eunuco se interponía ante ese macho violador. – ¡Oh! que será del Billy el niño violador de mujeres indefensas. ¿Debo empujar con más fuerza? – Por favor, no, le rogó el acojonado hombretón. – ¿Qué fue eso? ¡Sí por favor! bueno, aquí tienes.

 Ella aumentó la fuerza de sus manos y brazos. Una gota de sangre corría por el escroto de Billy el niño. – Argh... ¡Por favor ya parar! ¿Por qué? ¿Por qué haces esto? Benito lomiró perplejo…

Porque violasteis a mi madre y me obligaste a hacerlo yo mismo ¡So cabrón! Dijo. Nos quisisteis joder la vida y ahora lo pagareis todos… nosotros no tomamos a la ligera esa clase de ofensas, ¡no  como tú!

– Por favor... Por favor no, se lamentaba. – Por favor... No me los cortes, los necesito... Beatrizhizo una sacudida repentina y Billy el niño podía sentir las cuchillas empujando presionándose con fuerza en sus partes íntimas, mientras lentamente perdió la sensibilidad en esa región. Solo sentía el dolor que venía de allá abajo.

La sonrisa de los hermanos se hizo aún más amplia al ver el rostro de aquel animalito. Ella levantó el gran escroto de Billy el niño mientras los sacudía de nuevo, el hombretón podía ver sus huevos en movimiento sujetas por aquellas cuchillas, de pronto las cuchillas se cerraron y sus huevos cayeron sobre la cama cortados por las cuchillas….

Lo hiciste bien Bea,  dijo Benito mientras sacaba lentamente uno de sus huevos cortado de su funda protectora de piel…

No gritaste o luchaste. Todo ha ido mejor de lo que pensé.

Yo... Yo... Billy el niño estaba a punto de desmayarse. Apenas podía verla poner sus amados huevos en un gran tarro con un líquido ligeramente verde dentro. Entonces, Beatriz se acercó, le dio un beso en la nariz y le cubrió la cara con una servilleta… Lo siento Hijo de Puta, dijo ella con satisfacción mirando hacia atrás al tarro con su hombría… – Pensamos guardar un recuerdo de esto y no se lo dirán a nadie… mucho menos a la policía, de lo contrario mi hermano vendrá a rajarte la barriga como tú nos amenazabas… estoy segura que lo vas a recordar todo muy bien. Sonrió al ver la pequeña figura de porcelana donde sabía que ella había plantado la cámara, a continuación, ella puso todo lo que trajo con ella de nuevo en el bolso… – Cuando tus amigos regresen a verte, ninguno de vosotros tendrá una pista de donde se fueron tus huevos, ella dijo al Billy el niño inconsciente en la cama. Por un segundo, pensó en cortarle su todavía erecto cipote que se veía muy apetitoso, pero se lo pensó mejor. Mejor dejarlo con él para recordarle que ya no le servirá para nada….

Eso te enseñará a no joder a las personas horadas y buena gente como nosotros, proclamó finalmente Benito antes de salir de aquella vivienda.

Salimos y nos dirigimos al vehículo, esa noche montaríamos guardia dentro de él…  La conversación se tornó trivial y mi falda se remangaba cada vez más de los movimientos de acomodarme dentro del asiento, la falda se subía más y más.

Estás preciosa con esa falda. Dijo Benito mirando sus muslos descaradamente.

Tú que me miras con buenos ojos.

– Sobre todo cuando te has subido al coche, hay si te he mirado.

– ¿Y te ha gustado lo que has visto?

 – No me ha dado tiempo de tomarle el gusto, pero me gustaría verlo con más tiempo. Beatriz se subió la falda quedando sus muslos quedaron a la vista… – Un poco más arriba, dijo él, mientras apoyaba sus brazos en la ventanilla. La falda quedó casi como un cinturón y su tanga quedó a la vista. – Eso está mejor, tienes unas piernas preciosas.

Bajó su mano hacia los muslos de su hermana, cuando sintió su contacto abrió las piernas, sus dedos llegaron en un segundo a su coño por encima del tanga, lo retiró y empezó a masajear el clítoris con sus dedos. Beatriz se dejó hacer cerrando los ojos mientras un gemido salía de su garganta. Al poco Benito se posó sobre ella haciéndola notar sus labios sobre los de ella. Beatriz reaccionó rodeando su cabeza con sus brazos…, lo apretó contra mi boca con todas las ganas de comérselo. Benito retiro su mano del coño y dando la vuelta al coche se sentó al lado de Beatriz. Volvieron a besarse y la mano de Benito fue de nuevo a su coño, estaba excitada, demasiado excitada y no tardó ni dos minutos en correrme con sus caricias. La venganza de ese desgraciado la había puesto a tono y necesitaba soltar tensiones con un buen polvo, solo Benito estaba allí completamente disponible y sin ningún pudor de follarse a su propia hermana otra vez…. Metió sus dedos dentro de ella mientras con la otra mano sacaba su polla del pantalón… las manos de Beatriz fueron hacia la verga inhiesta de su hermano, la acarició y unos instantes después bajó la cabeza. Se la metió en la boca mientras giraba su cuerpo para que él siguiera tocándola, sobándola sin raciocinio. El ruido de un vehículo hizo que pararan,  cuando el vehículo se marchó Benito le dijo su hermana…

¡Vámonos a al hotel!

– No, quiero que te corras aquí. Además no es conveniente que nos vean en el pueblo.

– Pues aquí también pueden vernos.

– No, no creo… ¡Hagámoslo aquí Benito! Quiero sentirte dentro de mí YA.

Beatriz se cambió de  asiento y se sentó encima de él, besó su boca de nuevo comiéndole la lengua al tiempo que Benito dirigía su polla al coño de su hermana…, retiró el tanga a un lado y su polla entro de un golpe dentro de ella. La chica comenzó a mover sus caderas para sentirla en todo su esplendor realizando pequeños movimientos circulares. La chica sentía la dureza de aquel vástago endurecido de casi 20 cm de longitud y recio como un mostrenco. Él se dejaba llevar, era ella quien se lo follaba, se sentía mojada, excitada, deseosa de volver a correrse. Los movimientos de la cadera de Beatriz se hicieron más rápidos, sus manos buscaron las tetas de su hermana y las libero… su boca llego a ellas, las mordió buscando sus pezones. Entre tanto ella rodeó su cabeza con sus manos y besó su boca entre gemidos de placer. Se hallaba tan avivada, que en tan solo tres minutos empalándose en la verga de su hermano comenzó a correrse entre convulsiones y esténtores, se reflejaban en una mayor penetración y fricción entre ambos cuerpos… sin llegar a acabar pareció relajarse su cuerpo para sentir la corrida, mientras él golpeaba mucho más rápido y culminar el orgasmo de Beatriz entre suspiros sin dejar de besarle. Ya más relajada apoyó su cabeza en su hombro. Él la saco del coño para soltar un chorrito de fluido en la exuberante corrida que tuvo su hermana, el mástil largo y empezó a rozar su culo de ella y una vez acabada,  levantó su cuerpo y cuando la punta estaba entre sus labios vaginales justo en la bocana de su vagina, se dejó caer sobre la verga de Benito…, la polla entro en su coño como un misil en el agua, dándole un placer inmenso. Se hizo hacia atrás Beatriz y su mano volvió al clítoris mientras la polla le bombeaba en lo más hondo de su coño… Benito ya no pudo aguantar mucho más, pero fue delicioso sentir su leche dentro de ella. El chico emitió un gruñido de desahogo profundo mientras descargaba de su primer lechazo, los siguientes chorros de lefa se fueron vaciando hasta llenar el coño enjuto de su hermanita. La corrida fue muy larga. Por ser tan larga, su hermana continuaba succionando su polla con la boca de su coño, extrayéndole el semen chorro a chorro hasta la última gota en un ordeño atemporal…, mientras lo hacía se hallaba abrazamos comiéndose las bocas en plena vorágine de lujuria… así le había viciado su madre y de esa manera le encantaba culminar cada polvo…, comiéndole la boca a la hembra que inseminaba. En esa ocasión fue el turno de Beatriz, ella percibía el esperma caliente en el fondo uterino, y él como su hermana lo acumulaba en lo más íntimo de su vagina de nuevo. Durante más de dos minutos su polla seguía dentro de ella sin atisbo de bajarle la dureza. Ya cumplida la inseminación, la sacó mientras su lengua se arremetía en la de Beatriz de nuevo…

¡Eres maravillosa!

Seguro mamá no pensara lo mismo si se entera.

 – Porque se va a enterar, ¿cuánto tiempo hace que no disfrutas tanto? 

Mucho. Aunque con papá follaba a menudo, pero no es igual, porque todo era un negocio. Contigo he disfrutado…, tú me has hecho correr dos veces, él la mayoría de las veces ni siguiera una.

Supongo que él dirá lo mismo de ti…, esto ha sido mucho más que sexo, y lo que tú tenías con papá es algo parecido a lo que tiene mamá con él… un matrimonio. En esos casos parece que se hace por compromiso.

 ¡Pues más quiero más sexo! Beatriz  volvióde nuevo a su asiento y dirigió su boca a su polla, se la metió con lujuria y empezó a mamarla de nuevo, en poco tiempo estaba erguida de nuevo como un tronco de ciprés….

¡Quiero correrme en tu boca!

 – ¿Quieres que sea un completo, me has follado el coño, me has follado  el culo con tu dedo y ahora quieres mi boca?  Pues te voy a dar ese placer nene. Siguió chupándola hasta que su corrida llego a la garganta de Beatriz…, no paró hasta sacarle la última gota apretando con mis labios su polla y con la mano sus huevos a modo de esponja.

¡Esto hay que repetirlo!

– No lo dudes, pero la próxima vez será en una cama en casa…, quiero desnudarme para ti. Desde ese día serían mucho más amantes, un hallazgo para Beatriz que tendría que compartirlo con su madre, con la que ya tenían un compromiso casi de matrimonial. Sin embargo ella solo buscaba sexo, de todas las maneras posibles. Lo más curioso es que con sus novios disfrutaba mucho más sabiendo que en un calentón tendría a Benito dispuesto en casa. 

De madrugada, sobre la cinco, la suerte estaba echada de nuevo con el resto de los delincuentes… encontraron a Saúl y a los dos hermanos mongólicos volviendo de la taberna medio borrachos. Beatriz se puso un vestido corto y se maquilló en el espejo del coche, se pintó los labios de rojo y se puso una peluca de su madre pelirroja y su perfume barato…. Beatriz era alta y me veía bien en busca de Saúl, Leonardo y Bizco, estos dos primeros ya no estaban en el bar. Se acercó a Bizco, él la miró y le entró. Muy coqueta hizo que le siguiera, el hombre se paró y ella caminó apresurada saliendo del bar con Saúl detrás contorneando su cintura a modo de flautista de Hamelin. Caminaban por un sendero con arbustos para seguir por el bosque hasta llegar a un claro, lo suficiente lejos del pueblo. Se detuvo sabiendo que andaba cerca Benito, se miraron y el delincuente mongolito le dijo…

– ¡¿Perra te gustaría que te follara?! Beatriz le contestó…

 – Si me gusta tu verga… podría  querer follar contigo…, él se desabrochó el pantalón. Beatriz veía que iba demasiado rápido así que sacó unos benjamines del bolso y le dijo… – Espera primero brindemos… Una de ella contenía el somnífero, con la dosis suficiente para inmovilizarlo, pero no dormirlo le dio dos tragos y se la acabo. Beatriz hizo como que se quitaba la ropa pero pronto cayó el  gran cerdo. Benito salió de los matorrales y lo desnudaron, rompieron la ropa con un cuchillo muy bien afilado y lo amarraron de pies y manos. Aun consciente quedó asustado mientras le suplicaba que le harían… 

Lo mismo que nos hicisteis en el claro del bosque hace unos  meses… ¿lo recuerdas? Una familia de padre y madre con dos hijos. Violasteis a mi madre sin compasión, la misma que no tendré contigo. Dijo Benito.

Le pusieron una mordaza en la boca y prendieron una fogata con un palo a arder. Al rato con la punta ya a rojo vivo… – Ahora vas a sentir que es que te metan algo por el culo, como tú hiciste con mi madre.

El carbón al rojo vivo se lo metió Benito por el ano… – ja ja ja ja reía Benito. El hijo de puta se retorcía como vil gusano mientras intentaba gritar con un trapo en la boca… Lo embestía duro y sacaba y metía, el tipo se retorcía luego apagó Beatriz unos cigarros en su asquerosa humanidad y con el bisturí de cirujano le cortó la polla y los huevos. Fue la parte favorita de ambos hermanos, pues se sacudía como cerdo en matadero gritaba y gemía lloraba y suplicaba. Ya sin fuerzas le quitaron la mordaza y le metieron su verga en la boca. Sus ojos se pusieron blancos y su cara roja se asfixiaba y poco a poco debió de morir. Los hermanos lo dejaron allí retorciéndose. Por primera vez se excitaron viendo a esos cabrones, al sentir placer de veros morir.

Se encaminaron a la caravana donde dormía la mona Saúl y Leonardo, atrancaron la puerta y las ventanas, rociaron de gasolina el exterior y vertieron parte en el interior por una rendija. Pusieron la leña que tenían almacenada fuera alrededor de la caravana y finalmente le prendieron fuego. Era increíble ver como se movía aquel ataúd en llamas…, pronto se asfixiaron y se quemarían lentamente… parecía un accidente, cuando los descubrieran estarían lejos de los cuatro cadáveres. Solo quedó un quinto que no participó y dada su imbecilidad profunda no se hallaba con ellos. Hicieron desaparecer su peluca y ropas…. La noche era cálida como antes y el viento estaba pasando por el cabello largo oscuro de Beatriz, alborotándolo. Ella respiró hondo y esperó, unos momentos viéndolos arder…, un grito heló la sangre de los hermanos. Con ello se cerró el Resarcimiento familiar… una mujer inclemente y un hombre implacable irrumpiendo en aquella noche de otro modo pacífica. Beatriz miraba orgullosa a su hermano, sabían que habían hecho un gran trabajo esa noche, un acto que los hacía cómplices de por vida, no solo por poner fin a las andanzas sexuales que acababan con vida serenas de familias comunes y felices con la castración e incineración, sino por la compenetración sexual entre los hermanos. Fueron prudentes de no darse a ver, a conocer y actuar de manera sibilina…la policía no haría mucha investigación sobre cuatro delincuentes recurrentes, sin arraigo familiar conocido.

Esa noche llegaron a casa agotados, sus padres no preguntaron donde estuvieron solo se agradecían que todos se hallaban en el hogar sanos y salvos…, Beatriz sintió paz y satisfacción, Benito igual en la misma medida, con la diferencia que él ahora percibía el halo que le otorga la naturaleza al macho alfa, ese poder sobre ambas hembras para aparearse con ellas a su entera complacencia dentro del hogar. Se metieron a bañar y se fueron a dormir. Unos días después se conoció la noticia dos personas encontradas calcinadas en una caravana vivienda en medio de un bosque…, todo hecho cenizas, sólo los huesos quedaron poco reconocibles. Dada la zona fueron identificados y publicaron sus imágenes, el periódico sobre la mesa del desayuno impactó a Marta, de inmediato sospechó de sus hijos como autores, pero no replicó haciendo comentario alguno, solo afloró una sonrisa de satisfacción de saber que su hijo e hija eran tan implacables como ella, pese a haberles prohibido volver a hablar de aquella noche y olvidar la tragedia…, ELLOS COMO HIJOS DE SU MADRE NUNCA OLVIDAN Y NUNCA PERDONAN. Se sospechaba deuna mujer pelirroja que había sacado del bar a Bizco, encontrado en el bosque muerto, maniatado y con su propia polla en la boca, castrado…, pero nadie sabía quién pudo haber sido…aquella acción no era cosa de una chica joven, mucho menos cuando lo relacionaron con una muerte similar de un colega suyo apodado “Billy el niño” cuyo cadáver con los genitales cercenados, dieron la pista de ser una ajuste de cuentas con poco recorrido en la investigación. La familia gozaba de la venganza…  En el desayuno quedaron Benito y Marta…

 – ¡¿Fuisteis vosotros verdad?!  Benito le sonrió y  jamás se habló más del tema.

Beatriz preñada de Benito. Con una altura aproximada de 1,7m, el cuerpo un poco delgado, el pelo oscuro… mi mirada no mostraba timidez. Lo que más me gusta de mi cuerpo son mis ojos verdes brillantes. Mi hermano tenía los ojos verdes como yo pero más oscuros… con una altura en torno a 1,85 m a sus casi 18 años y su pelo color negro y un cuerpo atlético se puede decir que es muy atractivo. Practica una sola actividad deportiva fuera de casa, el tenis. Estar en el equipo de la federación en el club de tenis le hacía ganar amigos y la atención de muchas chicas de alto nivel. Cuando comenzamos nuestra etapa en secundaria, mamá decidió conseguir un trabajo mucho más lucrativo que la de higienista dental… como comercial de la empresa dental en la que trabajaba, asesorando a las diferentes franquicias. La llevó por el país entero durante años estando mucho tiempo viajando, cosa que ella odiaba, sin embargo lo hacía porque le apasionaba su trabajo y el sueldo extra. Benito celebraba cada viaje que hacía mi madre ya que no solo podía hacer lo que quisiera, sino lo más importante, con quién quisiera. Ciertamente Benito soportaba a los chicos entrando y saliendo constantemente de mi cuarto. Y para ser sinceros, no estábamos en silencio. Sin embargo a los chicos que me ventilaba con facilidad en mi habitación se podían ignorar fácilmente, un poco más difícil de ignorar era a ese chico que a partir de los 16 años comenzaba a tener un cuerpo perfecto andando por casa sin camiseta. Nunca había tenido un novio como él, y mucho menos había visto un muchacho con una verga de tales dimensiones cercanas a la de Benito, todo un portento de cipote, así que esto era un poco embarazoso para mí. Por alguna razón desconocida, empecé a disfrutar de las imágenes de él en mi cabeza cuando se follaba a mi madre o a mí cuando no me lo estaba follando, así que ya por entonces con la nueva situación familiar me centré en mis estudios y en sofocar mi calentón con Benito que lo tenía dispuesto las 24 horas en casa. Dejaba de escuchar mi música cuando mi hermano estaba practicando sexo. Estudié los ruidos que hacía. Yo probablemente sabía más sobre sus “sesiones” que él. Y mientras que lo oía, era difícil no tocarme a mí misma. Comenzaba tocando solo mi clítoris con los dedos, pero eso no era suficiente, así cuando tenía oportunidad me lo tiraba sin más… El sábado, antes de que mamá regresara comenzó como un día normal. Me desperté con mi enorme camiseta, sin pantalones (porque odiaba dormir con ellos), y bajé por las escaleras hasta la cocina por un plato de cereales. Benito estaba sin camiseta, sentado comiendo sus cereales. El tomó una cucharada de su plato y a continuación…

 – Buenos días Cenicienta ¿seguro que has dormido lo suficiente?

– No me llames así, le dije mientras vertía la leche en mi bol.

Me senté frente a él, apenas logrando contener el impulso de mirar sus pectorales bien tonificados. Comimos en silencio y cuando terminados de fregar los platos, sonó el timbre. Me acerqué a la puerta y la abrí. No me sorprendió ver a una de los amigos de Benito. Cuando me volví para avisarlo, vi como él recorría con sus ojos mis piernas, en ese instante las mariposas empezaron a revolotear por mi barriga. Alrededor de las 18:00, empecé a prepararme ya que iba a acompañar a mi hermano a una cena con su equipo de tenis en el club. A estos eventos solían ir los padres, pero como mamá estaba fuera, me presté de acompañante para que no fuera solo. Como este era un evento bastante importante decidí desenterrar un vestido de lo más profundo de mi armario. Aunque era estrecho, no era nada incómodo, además era un poco corto pero no excesivamente. Poseía un escote suficientemente grande como para lucir  un collar con una esmeralda roja, que realzaba mis ojos y mi pelo. Me maquillé, peiné mí ondulado cabello y me puse mis zapatos de tacón, que me hacían parecer casi tan alta como mi hermano. Miré el reloj, eran solo las 19:24, lo que significaba que podía ir abajo y relajarme durante unos 15 minutos. Al bajar las escaleras, pude sentir los ojos de Benito sobre mí. Caminé despacio y me senté frente al sofá a ver los cotilleos de “Telecinco”. Por el rabillo del ojo, pude ver sus ojos viajando sobre mi cuerpo…

Tal vez deberías quedarte en casa, Cenicienta. Yo puedo ir solo,  a lo que le respondí con una sonrisa reconfortante…

 – ¡De ninguna manera! Voy a apoyarte, para eso me he arreglado así…. Él se relajó un poco, pero no parecía a gusto.

Rápidamente me levanté, apagué el televisor y cogí un abrigo con mis llaves. Nos metimos en el coche y fuimos al club. En el banquete había la comida habitual que preparan las madres. Tomé algunos de las empanadas caseras que alguien había llevado. Me senté en una mesa sola, pero pronto se sentaron a mi lado dos amigos de mi hermano. No había ninguna duda de lo que querían, mientras me miraban las tetas y me decían…

Bea te vemos hoy diferente.Antes de que las cosas fueran a más, Benito se acercó y se dirigió a ellos…

 – Es mi hermana, no una puta que puedes pagar en un bar. Los amigos se apartaron y empezaron a hablar acerca de las más recientes clasificaciones de tenis. Yo continué comiendo. En nuestro corto viaje de regreso a la casa, Benito me dijo… – Por esto no quería que vinieras.

 – ¿Qué quieres decir? le contesté…

Te veo tan sexy con ese vestido… estaba seguro que algún baboso te molestaría. Me sonrojé ante eso, y él siguió adelante…

 – ¿Tú… tú crees que soy sexy? Miró de forma traviesa poco después nos detuvimos justo delante de la puerta de nuestra casa… – ¿Qué te gustaría de mí? Le pregunté mientras me bajaba del coche.

Me gustaría que…. Él abrió la puerta principal y me susurró… – Me gustaría que no fueras mi hermana.

Y entonces él se fue para su habitación. Subí las escaleras, agotada por el día y me dejé caer en la cama. Pronto me quedé dormida. Me desperté unas tres horas más tarde y oí unos ruidos procedentes de la planta baja. Yo todavía estaba con el vestido puesto, me encontré solo a mi hermano con sus bóxers por los tobillos, masturbándose con una de mis películas grabadas en mi cuarto, donde mi padre me follaba duro. Su respiración era muy intensa mientras gemía. En ese momento notó mi presencia…  

¡Joder! Bea! Hizo una pausa en el vídeo y se volvió hacia mí. Sus 18 cm de recia polla estaba completamente erecta apuntando al techo. Intentó explicar cómo consiguió esas grabaciones, pero no lo hacía bien…

– Benito… Todo está bien, sólo cálmate y dime cómo has conseguido esos videos de mi ordenador. 

– Sé que es raro, pero… Desde que sé que follas con papá me intrigó ver lo que tienes en tu ordenador…ugh… No puedo creer que esté diciendo esto. Cada día me pareces más atractiva que no puedo… solo de pensar cuando andas por casa, con esa camiseta que apenas te cubre el culo… es que… no puedo dejar de pensar en ti.  Yo no entiendo lo que está pasando… yo pensaba que follando con mamá me quitaría el sexo de la cabeza pero cuando te vi con ese vestido….

 – Yo he estado haciendo lo mismo, le interrumpí, de forma chocante. – Me masturbaba pensando en ti cada vez que follabas en la habitación de al lado.

En ese momento me interrumpió besándome los labios. Ahí estaba yo  besándome con mi hermano en medio de la sala de estar. Y lo mejor era que lo disfrutaba. – Benito… gemí cuando sentí su mano coger la cremallera de mi vestido y tirar hacia abajo.

Bea, no pasa nada. Lo quieres, lo quiero. Solo somos un hombre y una mujer explorando la atracción entre sí.

Pellizcó mis pezones, haciéndome gemir…Me empujó contra la mesa hasta que me tumbé encima de ella, y empezó a lamer mis pezones duros. Contenta que mamá fuera, de lo contrario ella se habría despertado con mis fuertes gemidos. Me pasó la lengua arriba y abajo por mi barriga antes de llegar a mi ropa interior. En ese momento, yo estaba muy mojada, él lentamente bajó su boca sobre mi coñito centrándose en mi clítoris.

¡Ahhh! Beni! Ni siquiera sabía lo que estaba haciendo. Mi mente estaba completamente en blanco. Todo lo que sabía era el placer que sentía. Y cuando él deslizó su dedo dentro de mí, perdí el control al completo de mi pasión. – ¡Beni! ¡Joder Benito, por favor! Sacó su lengua de mi clítoris para mirarme…

¡Dios, estás tan jodidamente caliente! Se lanzó sobre mi coño de nuevo, lo comía con tal devoción que noté mi primer orgasmo. Yo estaba justo al límite cuando escuché… – ¡Vamos! ¡Córrete para mí, hermanita! El placer recorrió todo mi cuerpo.

Nunca antes me había sentido tan bien. Los dos estábamos jadeando. Se bajó los bóxers. Después de semanas escuchándolos a él y a mamá gimiendo mientras follaban, ahora era yo la que iba a ser follada. Me mostró su polla espléndida completamente tiesa presta a follarme. Vacilante extendí la mano y la noté muy caliente. Poco a poco empecé a mover mi mano hacia arriba y hacia abajo, ganando velocidad poco a poco. Se apoyó en la mesa y cerró los ojos.

 – ¡¡Joder!! Así de sencillo, Bea! Viendo mi oportunidad, me puse la punta de su polla en mi boca y mi lengua se arremolinaba al alrededor de su glande. Sus ojos se abrieron de golpe y sus caderas se aproximaron a mi boca.

Bea, advirtió. – ¡Eres… Ahhh, joder! ¡Vas a hacer que me corra si sigues así!

En ese momento introduje toda la polla que pude en mi boca y después de unos segundos más mamándosela, me posicionó a su gusto para metérmela en el coño de un solo envión hasta las mismas pelotas. Se sacudió violentamente haciéndome sentir sus huevos en mi coño y tras unos pocos minutos se corrió en el mismo útero. Me hizo notar sus aldabonazos de leche dentro del fondo uterino… Él me miró a los ojos mientras mi coño se tragaba su semen chorro a chorro, podía percibir aquel esperma caliente inundarme las entrañas…

¡Por favor, Dios, no dejes que esto sea un sueño! dijo Benito como si mirara hacia el cielo…

No lo es cariño. Es real. Me estas follando y corriéndote dentro de mí. Cuando acabó su interminable inseminación, me levanté, recogí la ropa y me dirigí hacia las escaleras… – ¿Vienes o qué? Le guiñé un ojo y comencé a caminar a mi habitación….

Al día siguiente mamá estaba en casa y nuestro padre no tardaría en llegar de la central de Madrid, otra vez todos juntos en casa. Tras aquel afortunado encuentro con Benito pasaron cerca de 15 días cuando noté que se retrasaba la menstruación, me hice la prueba de embarazo ¡No podía ser! Estaba preñada de mi hermano. Tardé semanas en coger el valor suficiente para comunicar mi preñez y decidir querer tener ese niño. Todo el miedo que tenía lo alivió mi madre, reconfortándome diciendo que tendría al bebé y todo quedaría en secreto en casa, indistintamente si el progenitor era su hijo o su esposo. Mi padre estuvo de acuerdo, un nuevo secreto familia más no sería nada difícil de asumir a esas alturas….

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En el registro civil... en estado. Estoy deshecha, salgo del registro civil y soy un mar de lágrimas, el que debería ser el día más feliz de mi vida solo es en realidad un día desdichado más. Estoy embarazada de cinco meses y acabo de registrar a mi primer nieto, fruto de la relación entre mis hijos Benito y Beatriz, al mismo tiempo que he dado parte de la defunción de mi esposo muerto en un accidente de tráfico. Nunca pensé que una cuarentona se pudiera quedar preñada, por eso no tomaba las precauciones debidas. Todo es una locura que empezó cuando cumplió los 18 años mi chico…. Ese día Benito, mi hijo quiso festejar en casa su cumpleaños con sus amigos del club de tenis. Siempre fui de darle los gustos a mi Beni desde que somos amantes, ahora es mi debilidad y en este caso no iba a hacer excepción, le iba a permitir hacer dicha fiesta. En cambio mi marido, que después de relegarlo en mi cama no se llevaba bien con él como es de esperar, le negó el permiso diciéndole que esto no era una cantina de mala muerte. El pobrecito de Benito me pidió que tomase la decisión de dejarle hacer la fiesta… no siempre lo traté bien como se merecía, pero había cambiando tanto que no le podía negar. Para mi queda la desdicha de mi vida, aún soy joven, me conservo muy bien y me gusta el sexo bien caliente…, sin embargo mi esposo hace meses que le dejo que me toque… he tomado a Benito como sustituto…,  hacía cinco años que no tenía un orgasmo hasta que me folló mi hijo.

En tiempo record limpié todo, abrí las ventanas y me pegué una ducha, Fermín se marchó casi directamente a la cama y no sospechó nada.  Eran como las 2:00 de la madrugada, vestía un camisón blanco y una tanga del mismo color, estaba en la cocina con la tele encendida, sin poder dormir y maldiciendo mi suerte. De pronto siento el ruido de la puerta principal al abrirse…, era Benito dirigiéndose a su cuarto para a dormir después de acercar a su casa en coche a varios de sus amigos. Hubiera preferido me desnudase y me dedicase todo el amor que tiene para mí. Un calor me invadió el cuerpo hasta perder el control, metí una de mis manos debajo de mi tanga y me empecé a tocar a un ritmo frenético, mientras con la otra la metía por debajo de mi camisón…, y pellizcaba uno de mis pezones. Al cabo de unos minutos había acabado pero no estaba satisfecha, poseída por una atracción descontrolada fui a la habitación de mi Benito, a medida que me acercaba, escuché sus jadeos en pleno acto de pajeo… me acerqué lo más posible a la puerta,  con tanta mala suerte que abrí la puerta. Al verme descubierta improvisé mi papel de madre castradora…

¡¡Benito!! Como es posible que no me digas nada…, ya no tenemos confianza o qué. Benito no entendía nada, con su prominente tamaño de cipote apuntando al techo. Habrá salido a mi familia, porque su padre no se caracterizó por ser precisamente un tipo bien dotado, el tamaño de esa verga es descomunal…

– Mamá, me estás regañando y no me quitas la vista mi polla…, tomando valor para decir una gran verdad.

Aquel comentario me descolocó, me sentí descubierta, desnuda en mis intenciones. Me dejé caer cerca de él en su cama. Benito me abrazó y al moverse sentí un leve roce a uno de mis tetas que me erotizó de una manera que ningún hombre lo hacía igual. Poseída, sin voluntad, aproximé mi mano a su rabo, rozándolo, buscando claramente su contacto. Benito, mi nene, aquel a quién cambié sus pañales, limpié sus mocos, acompañé a la escuela, era tan solo, en ese momento, el objeto sexual más apreciado. Ansiaba sus labios recorrer mi cuerpo y en especial mis zonas erógenas…, deseaba al borde del éxtasis disfrutar su vigoroso pollón…. Mis tabúes habían desapareció, fueron borrados de un plumazo por mi deseo el día que me violó en le claro del bosque. Al reaccionar me doy cuenta que no solo me permitía que "roce" su polla sino que además, invadidos por un silencio cargado de tensión sexual, le sustituí en su onanismo. A medida que lo masturbaba me entregué por completo a sus apetencias, me empezó a besar apasionadamente y sus manos jugaban con mis tetas estrujándolas y pellizcando mis pezones erectos… ansiaban ser acariciados. Desesperada me abalancé sobre su verga para chuparla, besarla y disfrutar cada centímetro de su grueso y duro tallo. Algo me vuelve a la realidad pero lo reprimo.

¡¡Joder mamá!!! Nadie me la chupa como tú, comentario que callé cruzándole mi dedo índice en sus labios pidiéndole silencio. 

A esa altura ya no era más su madre, era su amante, su perra, una mujer bien zorra que iba a amarlo como hombre… lo había transformado en mi macho. Con buen ritmo en mis mamadas le arranque unos buenos chorros enormes de su esperma. Hambrienta, tragué sin dejar cada chorro, cada gota. Segundos más tarde, con grata sorpresa, siento un empujón contra un mueble, Benito con fuerza me sujetaba manteniéndome obligada a quedar agachada, como buscando algo sobre ese mueble y con todo mi coño esperando ser abordado por detrás. Ese trato violento me calentó aún más, jamás lo hubiera esperado de mi Benito hasta el día que mi violó, pero era indudable que sabía cómo tratar a una mujer y dominarla hasta darle placer a su madre sin culpas ni tapujos. No lo esperaba pero deseaba ese trato. Compuesta a cuatro patas, me presté a ser su perra, todo en mi cuerpo ardía en deseos de tener a mi joven semental de nuevo dentro de mí…. Violentamente me penetró la  vagina que, húmeda hasta la saturación, esperaba todo el poder de ese pedazo de endurecía daba partirme en dos. A esa altura estaba transformada, gemía, gritaba, resoplaba, y volvía a gemir y gritar como una descosida notando como mi hijo me cosía a pollazos sin reparar en nada. Me resultaba difícil disimular mis reiterados orgasmos al sentir su polla reverdecer cada terminación nerviosa de mis paredes vaginales, electrificándome como una PUTA  en celo. Mis tetas alocadas, acompañaban sus sacudidas con un movimiento pendular arbitrario, sus manos me tomaban de mi ancha cintura, su cuerpo chocaba por mi trasero haciendo que se moviera en olas fluctuantes en un chapoteo intenso ¡Chas, chas! Sus huevos aporreaban mi coño sin cesar a cada envión del bálano al fondo de mi útero ¡Mi chico era una bestia follando! Hundía la cabeza en la almohada, mis tetas posaban sobre las sábanas y el muchacho me empalaba sin compasión matándome a pollazos. Notaba sus ganas de demostrar lo buen macho que era, y lo estaba consiguiendo. Mis sensaciones eran brutales con sus manos asiéndome fuertemente del culo, la verga frotándose rabiosa dentro de mi vagina, y sus jadeos demostrándome las ganas que me tenía, sin contar al glande tocar la dureza de la pared vaginal al tiempo que sus pelotas aporreaban mi coño. Minutos más tarde llegó el su momento culmen, aceleró la embestidas atormentado mi coño con largos y fuertes pollazos profundos que me partían en dos, esos arrebatos de pasión notando su recia verga me avivan al punto hacerme sentir la mujer más dichosa del planeta, una hembra, su madre amante y su PUTA…, de pronto noté como llenaba la vagina de todo ese néctar de vida, del que sus gónadas no tiene medida ni contención llegando a eyacular cantidades ingentes de leche. Percibí el primer chorro de lefa, seguido de otros dos grandes chorros espesos y contundentes que fueron llenando mi fondo uterino… Un minuto después acabó de convulsionar y de inseminarme como una perra, pues dejó su polla un minuto dentro acariciando todo mi cuerpo, besándome y amasando mis tetas, antes de extraer su verga impregnada de fluidos propios y míos… del mismo modo que los sementales hacen con sus Hembras Perras. Nos quedamos mirándonos sin desear entender nada, como madre e hijo se acababan de amar entregándose uno al otro cual dos esposos recién casados, vivaces y lujuriosos…, el morbo del incesto nos mantenía felices y unidos… hacía meses que las folladas con Benito eran intensas y acababan entre gemidos tan ostentosos que nadie de aquella casa era ajeno a su conocimiento… Benito era el nuevo macho alfa del hogar donde cubría a ambas hembras, era el pago que Fermín, mi esposo. Debía pagar por sus años de devaneos impropios de alguien normal, por sus vicios y por la falta de respeto a su esposa e hija. Después de esas impetuosas folladas, me quedaba a dormir con mi hijo…

Los días pasaron sin reprimir ese instinto salvaje que despertamos cada día, cada noche con deseos de acabar soltando todas las tensiones que el mundo externo nos soliviantaba…, y sin querer, nos fuimos enamorando de ese hombre, no solo yo sino también mi hija, hermana. Sabía que mi chico era el progenitor de la panza de Beatriz, mi hija engendraba en su vientre a mis primeros nietos…, dos mellizos de una atacada. Eso despertó mis ansias de ser madre. Debió de ser la envidia o simplemente el deseo de volver a ser de nuevo joven engendrado otro hijo en mi panza, lo cierto es que me arrastró a fornicar con más frecuencia con Benito…, el más fuerte y potente de los dos machos disponibles en casa, sin duda el chico se alzaba cual semental y macho alfa. Cuando mi esposo supo de mi preñez…, con la evidencia que me había preñado Benito, no lo pudo soportar entrando en cólera. De nada le sirvió, más que para el arrebato, sabe que los tres somos implacables y nunca damos una batalla por perdida, si mis hijos mataban por su madre como lo hicieron con aquellos violadores de poca monta, no dudarían en acabar con mi esposo si no se amoldaba a las nuevas circunstancias…. Al cabo de unos días se marchó de casa humillado, ultrajo y solo. De él me enteré por un periódico que había muerto en un accidente con una jovencita, probablemente una puta… el entierro fue discreto. Poco tiempo después de parir mi tercer hijo, Beatriz quedó de nuevo preñada de Benito..., por supuesto que lo nuestro no se hizo público, evitando el desprecio de familiares y amigos. Ahora vivimos los 7 en casa, con el negocio en muy buen estado bajo mi mano férrea y mis hijos a mi lado aprendiendo y gestionando las diferentes secciones de la empresa. Ni que decir tiene, que Benito sigue siendo EL HOMBRE, cada día más de su hermana que mío, pero no me quejo…, dedica unos excelentes polvazos a su madre, a veces tres semanales en casos excepcionales.

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