miprimita.com

Sin comerlo ni beberlo me convertí en un Don Juan.

en Grandes Series

Era un hijo de puta. Metaforicamente.

Ay el Messenger y la red social Tuenti. Cuantos recuerdos...

Todo empezó cuando mi primo se encontró a unas chiquillas en un blog como usarios recomendadas por cercanía. Ellas eran de la cuidad de al lado. Unas chicas muy monas (para mi todas tienen algo que me atrae).

Empezamos a hablar con ellas por el Messenger y más tarde por el Tuenti hasta que un día quedamos para conocernos en persona. Fué una tarde super divertida. Poco a poco fuimos conociendo a todas las chicas de la ciudad. Unas eran amigas de alguno de los ligues de un amigo, otras eran de otro grupo de amigas que salían con una del primer grupo, y así recursivamente hasta conocer a todo la ciudad. Unas 600 hembras en total a lo largo del tiempo de las cuales me enrollé con prácticamente la mitad. Cuando por casualidad la primera con la que sales y con la que te acabas enrollando resulta ser una de las más guapas y populares de la ciudad, a la cual por casualidad también se muere por ti y resultas ser su primer amor... Con el añadido de ser una ciudad de cotillas, el rumor corre como la espuma. Y más cuando se acaba todo sin pasar nada y la chica también por accidente piensa que no es lo suficientemente buena para ti... Pues la gran mayoría querían sentirse especiales y ser las primeras en ser eleguidas por un gusto tan refinado y una persona tan selectiva. (Eso es lo que debían pensar, porque no era precisamente alguien lanzado, guapo, con una buena autoestima, experencia ni ningún factor que favoreciera estos acercamientos).

Ya os podeis imaginar como se me subio al ser alguien que prácticamente no tenia relaciones, era virgen, siempre friendzoneado, etc.

Pase de ser el menos deseado literalmente en mi pueblo, a ser el más deseado en la ciudad más cercana a la donde yo habitaba.

En cualquier otra persona estos factores no serían suficientes para mantener el mito, pero como yo siempre fuí una persona extremadamente fría y empezaba progresivamente a ser más controlador con mis actos y pensamientos, no se vió en ningún momento nada de babosismo ni nada similar en mi persona. Lo que fué alicience para seguir alimentando el mito. Yo era un chaval, bastante inexperimentado nivel cortito, pero muy inteligente.

Una de las chicas que salía en la foto se llamaba Camila, con la que flirteaba continuamente por Messenger. Siempre con sus trenzitas, bajita, morena, con un cuerpo sexy entre delgada y curby. Muy morbosita y andaba con las piernas juntitas siempre. Sonrisa encantadora, cara muy mona y caracter muy agradable y divertido con sus momentos de protestas riéndose y sin ninguna mala intención.

Siempre me gustó y no me hacía mucho caso, quizás porque la imponía y se cortaba, como creo que en su momento deducí correctamente por el interés que si me mostraba a pesar de lo anterioir y el tímido contacto físico con el que me empujaba muy suavemente.

Por otro lado Adriana rubia natural de altura similar a Camila. Cuerpo curby muy deseable. Su caracter era todo lo que ahora mismo busco. Chica seria, centrada, que sabe lo que quiere y no se entretiene con tonterías. Qué busca una pareja y no fuerza nada ni siente la necesidad de entregarse a nadie. Seria pero nada aburrida, todo al contrario, muy interesante. Compartir cualquier momento sería agradable con ella.

La conocí cuando me mando un mensaje por Messenger.

-Hola.

-Hola quien eres?

-Soy Adriana, amiga de Tamara (la cachonda con la que me líe de primeras y arrancó el mito)

- Qué quieres? (Yo siempre muy borde y sobrado. No me daba cuenta de quien era en ese momento a pesar de haberla visto en el grupo de amigas mientras me observaba liándome con Tamara)

-Presentarme y charla contigo.

-Ah genial.

-Qué tal?

-Pues nada, aquí hablando por Messenger.

-Ya.

-Disculpa no sé quien eres xD.

-Mia soy la segunda empezando por la derecha. -Envia Foto-

-Oh! Ya sé.

-Genial :)

-Olle, qué quieres?

-Me gustas y quería hablar contigo. Estoy con Maria Rande.

-(Me sorprendió que fuese directa y me ponía, asique no dude, la otra chica sabía quien era y que se lo iba a contar por ahí, pero sinceramente me daba igual. Quería recompensar a Adriana por su actitud sincera avisándome porque no estaba segura de si yo tenía algo, y quería avisarme para ayudarme y que no metiese la pata.)

-Tú me encantas.

-...

-Hablamos.

-Espera.

-Me desconecté.

Estuvimos hablando como pareja por Messenger varias semanas sin vernos, pero sin nada de obscenidades. Lo máximo de lo que hablábamos era de besarnos.

Se acercaron las fiestas de Septiembre y quedamos.

Llegué a la fiesta acompañado de mi primo. Estuvimos bebiendo unos tragos, montando en los coches de choque y el saltamontes antes de localizar un grupo haciendo botellón.

Yo ya conocía a unas 100 mujeres de la ciudad, y prácticamente me llevaba bien con el 99% de las chicas independientemente de mis rollos esporádicos con algunas de ellas. Siempre fuí amable y caballeroso y en parte se me tenía mucho respeto por defender a las chicas ante problemas y siempre aconsejar e intentar ayudar, así como nunca tratar mal a nadie.

A parte era sociable con las mujeres a puntos insospechados. En seguida veía a alguien que no conocía e iniciaba la conversación con algo como: "Buaj! Como huele el vaso ese desde la otra acera!, "Iee! Qué se celebra aquí?", "Buenas tardes. (Todo serio a la 1 de la mañana)" o "Si me dices quien eres te digo quien soy". Por poner algún ejemplo de las chorradas que decía, lo primero que me apetecía decir.

Entre eso y que me conocerían la mitad de ellas, me acerqué a unas desconocidas y en 3 segundos ya tenía a una que me conocía gritando mi nombre y saltando encima mía abrazándose. En parte mi presencia ofrecía seguridad, diversión, expectáculos y chismorreos a diestro y siniestro por lo que no eran extrañas esas actitudes de confianza con chicas a las que conocía de más bien poco.

Tras pillar una cogorza bien buena empecé a vagar como un zombie por la fiesta siendo asaltado de vez en cuando por alguna divertida energúmena a la cual no podía sostener y sobre la que acababa callendo y riéndonos ambos como retrasados.

Finalmente me encontré a Adriana muy serena. Con la cogorza que llevaba no tardé en decirle hola con un morreo que hasta la debí emborrachar y con un sonriente:

-Qué tal estás?

-Mejor que tú -sonriendo-. Jesús como vas!

-Voy que no estoy (heché a correr víctima del cuarto de botella botella de Sansón 65 grados de alcohol y la media botella de Bacardi Limón que bajé a morro).

Anduve vagando durante horas hasta que me encontré con Camila.

-Manolo, Andrea te está buscando.

Le planté un morreo que lo flipó. Nos enrollamos durante 10 minutos y le sobé el culo con una pasión con la que jamás nadie lo había hecho ni lo haría ni lo hará en el resto de su vida. No respiró por la boca durante esos 10 minutos que no nos separamos.

-Dónde está Andrea?

-Está 2 calles arriba esperando, quería despedirse antes de irse y me mandó a buscarte.

-Vamos.

-Cómo que vamos?

-Si, acompáñame.

-No quiero verte besarte con ella.

-No la beso, vamos a acompañarla a casa para que no se vaya sola.

-Vale...

Ahí nos fuimos. Yo me apolle en Camila para no tambalearme hasta que llegamos a donde Andrea se encontraba esperando. Le di un buen morreo al llegar mirándole a los ojos a Camila en todo momento.

Cuando paramos agarré a Camila de la mano para que no se fuese tras ver la escena. Y le dije, vente, vamos a acompañar a Andrea a casa, y me siguió.

Al llegar a los dos metros que me separaban de Andrea tras agarrar a Camila, coloqué mi brazo apollado en Andrea mirándola para que solo se fijase en mi. Y con la otra mano empecé a sobarle bien el culo a Camila.

Esta escena fué continua hasta llegar casi a casa de Andrea dónde nos despediríamos con un buen morreo.

Mientrás tanto Camila dijo, bueno, me voy llendo a casa. Entonces paré de besar a Andrea para decirle a Camila, espera que te acompaño ya que me queda de camino, es tarde y quiero saber que llegas bien.

Continué el beso, esta vez sin mantener contacto visual directo con Camila para que no me mostrase un gesto de desagrado y se fuese enfadada.

Tras acabar el beso Camila ya arrancó sin esperarme, yo le dije adios a Andrea, y ella me dijo, "te quiero" a lo que respondí con un y yo con una sonrisa mientras corría dirección a Camila.

Nada más alcanzarla ya estaba fuera del campo visual de Andrea y empecé a sobarle el culo a Camila.

Ella estaba muy enfadada, o no sabría exactamente que sentía en ese momento. Creo que era un sensación como de si ella misma estuviese acabando con todos sus principios haciéndole eso a una buena amiga y sin poder evitarlo. Superada por la situación. Pero ambos sabíamos la atracción que existía. Su cara decía una cosa, pero sus ojos decían otra totalmente distinta.

-No me mires así, le dije.

-Flipo contigo.

-Olle, sabes que me gustas.

-Pensé que te iba a pillar tocándome el culo.

-Nah...

-Me voy a casa.

-Vale, te acompaño si quieres.

-No gracias.

-Por qué?

-Ve con ella.

-Por algo me vengo contigo.

-Olle, no me gustas. No hace falta que me acompañes.

-Vale, te acompaño igualmente psra que no te pase nada que hay mucho loco suelto(justo estaban unos borrachos saltando encima de una botella de cristal que sono e inundo el silencio de aquella recóndita calle). Ella no dijo nada más, pero ambos sabíamos que lo que yo decía era verdad y que yo no tenía malas intenciones. La acompañaría a casa y probablemente ese rollo se acabaría para siempre. Ella sabía como yo era.

Fuimos andando como 300 metros ambos en silencio. Atajando por el camino más corto a su casa nos metimos por un callejón donde dos borrachos estaban bajándole la camiseta a una chica que estaba sentada el bordillo de un escaparate. Claudia ni se inmuto porque solo vió a uno de los chicos y desvió la vista, pero yo vi que la chica tenía la cabeza colgada hacia abajo sin mantenerla por si misma. Estaba sin conciencia y se estaban aprovechando de ella.

Me di dos pasos hacia ellos y le dije al que estaba más cerca, qué cojones haceis? No veis que está borracha?

El primero al que me dirigí se quedó intimidado, no por mi presencia física, si no por mi tono de voz que debío recordarle al tono de voz de alguna figura de autoridad. Se quedó congelazo, pero el que estaba atrás replicó instantaneamente: "Pírate de aquí" acercándose en todo amenazante.

Mientras tanto el más cercano a mi no quería que la escalada fuese en aumento. La situación por un lado era el chico mediando con gestos y palabras poco significativas para la altura a la que ya se encontraba la escalada de actitudes. Por el otro lado Camila temblando casi tirando de mi y diciéndome en voz baja, vámonos, vámonos, vámonos...

El segundo de los tipejos agarró su vaso de cristal y me lo tiró con todas sus fuerzas impactando en la pared a mi lado. Yo con rabia y cegado por su intento de dañarme de una forma que no entraba en mi código de honor de peleas limpias lo agarre por la camisa mientras corría y tirando hacia arriba. El se fué directo al suelo de espaldas con la mano agarrada a mi camiseta, por lo que yo caí también de rodillas y mi camiseta se rompió por la mitad de arriba a abajo.

Ahí me puse encima de el con las rodillas en su pecho y alzando el puño en señal de aviso. Queriendo decir, la siguiente vez no paro. Lo agarré nuevamente de la camisa y lo intenté levantar tirándolo nuevamente hacia un lado. Entonces su amigo me agarró para que no le pegase. El se levantó y se fué en actitud chulesca buscando otra oportunidad de contacto. Yo me quedé quieto retándolo a volver sin dejar de mirarlo y no mostrando ni la más mínima expresión facial.

Ambos se fueron alejando sin parar de amenazar que vendrían con todos sus amigos. Yo no me los creí ni lo más mínimo y llegaron de repente unas chicas que estaban buscando a su amiga. Pensaron que se había peleado con nosotros a primera vista. Pero en seguida le explicamos la sitiación.

Camila tenía sangre en los piés porque del rebote del cristal se le habían clavado unos 4 pequeños fragmentos de cristal en el pie de 1cm cada uno.

Yo se los quité delicadamente y me llené las puntas de los dedos de su sangre.

Ellá estaba muy preocupada por llegar a casa así y con lágrimas en los ojos asique le aconsejé que convenciese a Andrea de que le dijese a la madre de Camila que se quedaba a dormir en su casa.

La intenté convencer de ir al centro de salud para que la mirasen por si cualquoer infección pero no le apetecía.

Nos quedamos hablando durante 1 o 2 horas por la zona y decidimos volver a la fiesta.

Ya casi no quedaba nadie por la fiesta y ambos teníamos frío asique decidimos irnos a la zona de las discotecas. Allí estaba más lleno que en la fiesta.

Pronto encontré a un conocido que se iba con unos amigos a mi ciudad, tras tomarnos una cerveza nos acercaron sin problemas.

Al llegar fuimos directos a mi casa a dónde yo iba a por una camiseta y una cazadora para no tener frío.

Ambos subimos y nos fuimos a mi habitación. Ella parecía muy cansada y no le apetecía que durmiésemos juntos.

Le dije que no le iba a tocar si quería descansar. Se acostó en la cama boca arriba. Yo le di un beso en la frente y me acosté a dormir a su lado. Cerré los ojos y me quede sobado instantáneamente con la cogorza que aún me duraba.

De repenté abrí los ojos en un desvelo. Para mi pasaron dos segundos. Pero debieron pasar entre unos 20 o 40 minutos por el reloj.

No sabía muy bien que me había desvelado hasta que miré hacia abajo y me encontré esta imagen que se quedó grabada de por vida en mi cerebro. Camila en medio de mis piernas con la mitad de mi polla totalmente flácida y arrugada en la boca.

Mi cara de susto hizo que se le helara la sangre. Tardé unos 6 segundos en reaccionar y asimilar la situación un mínimo.

Yo que tengo probablemente el peor despertar del mundo, le hablé con el tono más serio y autoritario que te puedas imaginar. "No me despiertas para chupármela?"

Ella se la saco de la boca y le dije totalmente en serio. "Sigue que no me importa". Y me tumbé mirando al techo.

No sentía casi nada aún casi a dormir y con la borrachera. Entonces la primera imagen empezó a venirme a la mente y me tenía que incorporar sobre mis codos para mirar. El cansancio me podía y la lucha por mirar o acostarme del todo seguía.

Poco a poco me iba empalmando al pensar en esa imagen y a la vez al irse poníendose grandota su boca la apretaba más por lo que a su vez sentía aún más la mamada.

En un par de minutos mi empalme la obligo a cambiar la posición de su mamada desde debajo de mis piernas a ponerse al lado. Empezó desde esa posición chupándome el tronco y subiendo con la lengua fuera de la boca pero mi polla dentro.

La agarré de los pelos y le puse la cara contra mi cuello apretándola. Ella empezó a darme besos y a chuparme la oreja. Tras unos 40 segundos le dije con mi aún tono serio. "Ponme el potorro en la boca".

Ella me miró y al ver que no había ápice de duda en mi tras mirarme a los ojos 4 segundos, me dijo:

-"Cómo?"

-Fóllame la boca Camila.

Se sentó como quien cabalga un pony sobre mi pecho. A lo que le dije:

"Hecha las piernas para atrás, agárrage a mi pelo con las 2 manos y fóllame la boca".

Su espresión era más la de alguien que estaba de aprendiz ante un jefe que la podía hechar a la calle en su primer día que la de alguien que estaba cachonda por follar. Pero su raja húmeda y fría me decía que se llevaba un buen tiempo acostada a mi lado pensando en mamármela y se mojó mientras lo pensaba. Los índices de sus dedos estaban igual. Los notaba mientras se apollaba con sus manos en mi para colocarse.

Se puso encima mía y se quedó quieta esperando a que le diese órdenes.

Me quedé mirándola a los ojos sin decir nada hasta que me dijo un -"qué?" Que prscticamente se le escapó.

-Qué te dije?

Entonces empezó a hacer movimientos pelvicos desde abajo hacia arriba.

Le dije, así no. "Follame la lengua como si fuese una polla guarra".

Empezó a follarme la boca casi por obligación sin ninguna pasión. Pero no pasó ni 1 minuto y cambió su expresión, la postura de su cuerpo, y los movimientos. Se había vuelto la loca desquiciada que yo estaba buscando. Quería verla tal y como era en su interior, sin tapujos, sin miramientos, sin tonterías.

Ella siguió y mi lengua ya se le quedaba pequeña por lo que sus acometidas eran cada vez más pasionales, más cerd das, más lujuriosas. Yo empecé a apretar los dientes de las ganas que le tenía, y ella se restregaba contra ellos sin miramientos.

En ese momento le dije desde sus entrañas "no te corras". Ella paró con su culo en mi barbilla.

Entonces le reñi. "Te dije que no te corrieses, no que parases". En ese momento comprendió lo que yo quería y se volvió loca follándose mi boca y tirándome de mi corto flequillo mientras acometía pegándo sus ricos labios con los mios y restregando su coño hasta mi nariz.

Empezó a soltar gemidos entrecortados casi con rabia hasta que escuche un "aaaahhhhhhh". Medio segundo despues un chorrazo hizo presión en mis dientes y quedó entre mis labios. Se restregó hacia arriba y 3 chorros más por mi labio superior y mi cara.

A lo que yo solté un mmmmm relamiéndome. Levante mi mano poniendo la palma de mi mano subre su barbilla y la puse debajo míai, apreté sus mejillas y le escupí todo en la boca. Entonces bajé a su clítoris, empecé a lamérselo y a follármela con 2 dedos.

Ella se mordió su labio inferior y me agarro la cabeza apretando sus piernas contra mi cabeza. Entonces le agarré los muslos y se los puse en mis hombros. Tal y como la tenía doblada se la metí directa sin agarrarla. Miraba esa preciosa vajina de curby y todas sus curbas mientras la aplastaba follándomela cada vez más fuerte tras cada acometida. Ella no paraba de morderse el labio con cara de placer al notar el calor de mi polla dentro de ella.

Tenía esa cara de niña bueña que no nunca ha roto un plato. Yo le dije, te gusta duro? Y ella me respondió en una mezcla de verguenza y pasión mirándome con esos ojos negros con las pupilas dilatadas y brillantes. "Sí".

 

Yo empecé a entrar y salir con todas mis fuerzas y ella empezó a gemir constantemente de placer. Ella totalmente inocente me dijo "no te corras dentro". Yo la miré transmitiéndole sabes que voy a hacer lo mismo que tú. Ella sabía que la iba a llenar con toda mi leche caliente. La seguí follando y cuando me acercaba a correrme le dije:

-Quieres mi leche?

-Sí. Dame tu leche.

-Tómala toda tuya!

-Um! Ah! Ah!

Camila se corrió medio segundo antes que yo.

Yo me tiré en la cama quedándome boca arriba.

-Puf! Qué calor.

-Abre la ventana.

Abrí la ventana y ambos nos quedamos a dormir. Ella con su mano encima de mi pecho.

Continuará.