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Cogiendo en el parque

en Zoofilia

Hola a todos, primero que nada creo que les debo una disculpa a quienes estén al pendiente de lo que escribo pues prometí escribir más frecuentemente pero unos cambios en mi horario de trabajo me lo impidieron, así que me temo que no podre mantener esa promesa aunque si tratare de no dejar de escribir dentro de lo posible.

Como ya se habrán dado cuenta tras leer el título de mi historia esta se desarrolla en un parque el cual se encuentra cerca de mi casa y de vez en cuando llevo de paseo a Max ahí; el cual también de vez en cuando utilizamos para hacer unas cuantas travesuras. Para que se den una idea de la ubicación les describiré un poco como es el área, es un parque lineal conformado en su mayoría de áreas verdes, con una pista de tartán para correr que rodea el parque, con unos cuantos juegos como columpios y resbaladillas, hay una intersección que separa los juegos de una cancha de futbol y unas gradas que también están rodeadas por la pista de tartán, cerca de la cancha hay más áreas verdes y especificando un poco hay un lugar que está cubierto por arbustos y árboles, el cual funge como mi escondite dado que hay poca o nula visibilidad a lo que pase detrás ya que los arbustos son altos y densos además de que los árboles ayudan dando sombra. Lo que leerán será la última vez que lo lleve para tener acción hace ya un mes más o menos.

Ese día yo me vestí para salir a correr un poco con Max, me puse una blusa stretch sin mangas (la cual hace resaltar mi cintura y pechitos) junto con licras a media pierna bien entalladas (para lucir mi culo) junto a una mochililla donde llevo alguna que otra cosa, sin nada debajo ni bra ni pantis. Eran cerca de las 9:30 am había unos chicos de preparatoria en la cancha jugando, yo y Max estábamos dando unas vueltas por la pista mientras yo esperaba a que otras personas que corrían cerca de nosotros se salieran de la pista o se sentaran a descansar para así irnos a nuestro escondite sin que nadie se percatase para pasarla bien. Cuando sucedió y ya estando detrás de los arbustos solo tome un poco de agua y le compartí a Max a la vez que le quitaba la correa diciéndole “Hora de cogerte a tu mami, y tú sabes muy bien cómo”, mientras me deshacía la coleta que tenía para dejarme el pelo suelto como a mi macho le gusta.

“A ver esa verga mi amor…vamos a ponerla dura para mami” le dije mientras estando sentada a su costado comenzaba a masturbarlo con unos rápidos movimientos de muñeca, que sirvieron muy bien para sacar esa preciosa verga roja que tiene y que siempre me excita ver aun sin estar en su verdadero tamaño, por esa razón me saque las tetas bajando el escote de la blusa y enseguida se las di a lamer diciéndole “Ten mi bebé chúpaselas a tu mami”, Max no dudo en obedecer y comenzó a lamerlas haciendo que mis pezones se pararan mientras yo solo observaba encantada. Sentí como mi entrepierna se mojaba ligeramente entonces yo agarre su hocico y lo lleve a mi cara para darnos apasionados lengüetazos mientras me tocaba excitada las tetas, luego de un rato el dejo de lamer y comenzó a gruñir muy suavemente pues esperaba algo más que solo eso y yo le dije “Si ya se, ya se, tú lo que quieres es una buena perra…bueno vamos a prepararte para ella”.

 Me recosté en el pasto y me acomode debajo de su pene lista para devorarlo, le sujete el nudo que aun escondía en su funda mientras cerrando los ojos comenzaba a introducir y saborear su verga  recorriendo la punta con mi lengua mientras masajeaba su nudo y bolas, poco a poco me la iba tragando más y mientras lengüeteaba el tronco de su pito sentía como este crecía y se endurecía a la vez que se escuchaban los pasos de la gente por la pista lo cual me calentó aún más provocando que usara mi mano libre para introducirla entre mis licras y meterme los dedos. Después de un rato haciéndole una mamada lenta y sabrosa Max lanzo los primeros chorros de lubricante los cuales me tome, ya que no quería sacar su verga de mi boca mientras los escurría para no manchar mi blusa (además de que me gusta tomármelos) y con su verga venosa y libre de lubricante ya fuera de mi boca le dije “Ahora si ya puedes montar a la perrita que es tu mami”.

Tras eso me levante del suelo, pero aun sentada apoyándome en un brazo seguí escuchando a la gente correr esta vez con más frecuencia lo cual no hacía más que incrementar el morbo de la situación,  ya que me excita de sobremanera el pensar que estoy a prácticamente nada de ser descubierta, tanto es mi morbo que sin darme cuenta empecé a dedear mi puchita por ese simple hecho, y Max que de seguro percibió mis feromonas de hembra lista para aparearse puso su hocico en mi entrepierna olfateando agresivamente y gruñendo un poco y en voz baja dije “Mmmmm …Quieres comerte tu premio ¿Verdad?" Lo acaricie y empuje más hacia mi entrepierna “Si se nota que tienes mucha hambre…hambre de una buena puta”. Luego me baje un poco la licra para que pudiera reclamar mi vagina, y enseguida sentí sus bigotes raspando mi pubis depilado, mientras su lengua se deleitaba con el premio de verdad.

Mientras lamia mi puchita y poco a poco se abría paso entre los labios de esta yo me volví a recostar en el pasto, escuchando como la gente corría, como los muchachos de preparatoria sacaban de la cancha el balón para ir a recogerlo a una distancia que apenas era prudente, y Max ni se inmutaba pues a él no le importaba que lo vieran hacer algo con su hembra, en cambio yo temblaba un poco por obvias razones pero a su vez me calentaba demasiado que incluso gemía levemente y más al sentir su lengua lo más adentro que podía estar ya, entonces solté un grito ahogado pues me encanto ese sentimiento y le dije “Eres el mejor perro de todos, y tu mami te va a recompensar…abriéndose de piernas para ti”, entonces empecé a retirar su cabeza de mi entrepierna aunque el hizo ruidos como si le molestara incluso ladro pero enseguida lo calle para que nadie fisgoneara mientras el, irritado gruñía exigiendo mi colaboración y yo me empezaba a acomodar pues no me le iba a negar a mi querido macho.

Me puse de rodillas para empezar a acomodar la licra para que pudiese penetrarme y mi macho enseguida me busco la espalda intentando montarme con desesperación mientras yo no podía hacer nada más que intentar quitarlo, pero él no quería pues yo era su perra y tenía que dejarme montar, lo cual me llevo a levantar un poco la voz y regañarlo “¡Tranquilízate Max! Ya deja de molestar” le dije enojada y por más que sea su perrita sumisa sabe que cuando le regaño debe de calmarse. Después de que se calmara un poco se puso a chillar como si me estuviera pidiendo perdón mientras yo me bajaba la licra hasta debajo de las nalgas y esta vez le dije en un tono cariñoso “Ya bebé, ahora si ya métele la verga a tu perrita”.

Entre chillidos Max se acercó a mí y gire la cabeza hacia tras para verlo y alcance a ver su verga aun venosa y dura después de todo y mordiendo mis labios mire hacia el frente de nuevo, entonces sentí como mi macho daba un brinco y luego se aferraba a mi cadera jaloneándome para ensartarme su jugoso miembro que yo tanto quería adentro. Así fue como sin apenas esfuerzo me logro meter ese pedazo de verga que tiene mientras yo solo me limitaba a gemir y hacer gestos resistiendo las ganas de gritar, pues frente a mi observaba siluetas de gente corriendo y las escuchaba platicar de sus asuntos, todo mientras yo gozaba las rápidas embestidas que mi perro me daba y en voz baja le dije a mi macho “Dame esa verga, no pares hasta que me dejes preñada” y entonces el gruño y busco morder mi cabello para demostrarme que ahora él mandaba, cada que ladraba o gruñía muy fuerte yo solo lo tranquilizaba haciendo levemente “Shhhh” y el entendía que no quería ruido por lo que solo se dedicó a cogerme.

Max empujaba con fuerza a su perrita y yo solo disfrutaba cada metida, a su vez mi macho me jaloneaba el cabello con su hocico y me trataba con rudeza, yo me aferraba al pasto pero el placer era tanto que terminaba por arrancarlo y continuamente soltaba gritos ahogados sin la libertad de la que gozo en casa de expresar mi pasión al tener a mi mascota dentro mío. Luego de eso sentí como su nudo ya intentaba entrar para atorar a la perra  pero no podía darme ese lujo pues sea como sea prefiero no correr riesgos innecesarios, así que con una mano detuve la bola para que no se introdujera a mi vulva y dije “Vamos mi amor ya lléname de lechita, la quiero en mi” el jalo mi cabello y puso una pata en mi espalda y en cuanto yo me incline para demostrarle mi sumisión puso la otra también, y entonces masajeando su bola le dije “¡Ya estas a nada! Ándale échame tu leche, quiero que me dejes cargada” pues ya sentía su miembro palpitar dentro mío y evidentemente no tardo en consentir a su puta.

Chorros de leche tibia me llenaban mientras yo buscaba mi mochililla que había dejado por el suelo pero cerca mío para poder agarrar papel con el cual limpiarme su leche antes de que empezara a escurrirme y llenara mis licras, era difícil estando sometida y con solo una mano pero lo logre y mis licras apenas y se llenaron de un poco de leche. Mientras me limpiaba el me la saco y se alejó un poco para limpiarse y cada que el escuchaba que alguien  pasaba se ponía alerta levantando sus orejas y gruñendo un poco y yo entre risas le dije “Si mi amor protege a tu perrita, que nadie venga a quererla preñar…solo tú puedes hacerlo”.

Ya después de eso solo me asegure de estar lo más limpia posible y que mi macho no tuviera su exquisita verga de fuera para poder irnos como si nada hubiera pasado. SI hubo gente que noto que estuve ahí escondida con mi amante un rato y me miro con ojos raros, pero no me importa al fin y al cabo no es la primera vez que lo hacen aunque sí creo que debería ser un poco más cautelosa próximas veces.

Y eso vendría a ser todo esta vez, de nuevo lamento no escribir tan seguido como me lo había propuesto pero nada puedo hacer al respecto más que prometer por lo menos un relato al mes siempre y cuando me muestren apoyo en comentarios y no me abandonen. Espero que hayan disfrutado del relato y que comenten que les pareció, de verdad me gusta leer sus opiniones aunque no siempre pueda complacer a todos trato de hacer lo mejor que puedo: sin más me despido ¡Bye!