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Playa y una pareja joven liberal

en Bisexuales

Este es mi primer relato. No dudéis en comentar y decir lo que os ha parecido!!

 

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Finales de Junio y ola de calor en toda Catalunya, una buena forma de dar la bienvenida al verano, aun las noches calurosas que supone. El fin de semana llegó al igual que el pico de calor, y mis amigos y yo decidimos hacer un día de playa. Me presento, me llamo Jordi (Jorge en castellano), tengo 25 años, mido 1,8, pelo castaño corto, peludo pero rasurado y tengo complexión normal, delgado sin estar fibrado, con el michelín típico de no ir tanto al gimnasio como debería.

 

Generalmente prefiero ir a la playa nudista, donde he iniciado a varias amistades, pero a ellos no les gusta demasiado la idea. El hecho de estar en bolas con gente les incomoda bastante, así que decidimos probar una cala nueva de la costa brava, y así cambiar de las habituales que frecuentábamos. Al hacer tanto calor quedamos en salir pronto, pero Joan como de costumbre, llegó tarde. Llegamos a la playa que poco sitio nos quedaba, pero por suerte, un pequeño espacio lejos de la orilla aun estaba libre. Calor, agua cristalina y verde por las rocas, la típica postal de la costa brava, o el mejor postureo para el Instagram. Y como no, la playa abarrotada, generalmente de gente joven al ser de no muy buen acceso. Y con ello, todo de chicas haciendo topless y/o con tanga. Y con eso empezó el rastreo de mis amigos, los cuales los cuatro estábamos solteros. Toallas, sombrillas, crema solar y para el agua, no había quien resistiera el calor y solo eran las 11 de la mañana. Al ser Junio el agua aun estaba fresquita pero se agradecía. Pude ver que no muy lejos había un grupo de gente tirándose de unas rocas, y decidí ir a investigar con gafas de snorkel. La piedra en si era alta, unos 6 metros, y la profundidad era ideal para saltar, así que decidí ir a buscar a mi amigo David para ir a generar un poco de adrenalina. Al llegar nos lo miramos dos veces, y tras un intento fallido por el vértigo, David decidió cancelar la misión y volverse a la playa. Yo que soy hombre de mar, decidí subir a una piedra un poco más baja pero de más fácil acceso, y tomar el sol allí mientras analizaba la piedra de enfrente para saber por donde subir. Al poco rato de estar así, una voz inesperada me llama la atención.

-       Qué? No te atreves a subir?

Me giré y me encontré a una chica, un poco más joven que yo de unos 23, desde el agua hablándome. No había más gente por allí, así que rápidamente me di por elogiado.

-       Bueno… Lo he estado mirando antes y la verdad que no sabía por donde subir. Tengo que reconocer que me da un poco de vértigo – quizá por que soy bisexual, quizá porque me considero moderno, pero aun no tener pluma, nunca he tenido la necesidad de aparentar o no aparentar debilidad en frente una chica.

-       A mi al principio también me pasaba. Cuando mi padre se compró la casa aquí al lado hacer tres años, me costó varias veces decidirme, quieres que te enseñe como subir? – respondió ella.

Al mantener conversación directa me pude fijar un poco mejor en la chica. De cara era muy guapa, pelo castaño, piel blanca y una sonrisa inocente. Su cuerpo parecía delgado bajo del agua, con un bikini a dos piezas negro. En definitiva, un bellezón de esos de amor de verano. Estuve meditando mi respuesta, quería intentarlo pero no me quería sentir forzado a subir si o si. Quizá medité demasiado ya que no esperó mi respuesta.

-       Venga, si puedo subir yo que soy más baja y floja que tu, un chico alto y fuerte seguro que puede – me dijo giñando el ojo.

A mi como he dicho por “quien los tiene más grandes” no me convencerán, pero un flirteo y piropo hará que viaje medio mundo. Así que sin decir palabra, me levanté y me tiré al agua de nuevo. Al salir a flote y intenté sacar un lado más simpático.

-       Venga va, incluso va a ser divertido. Ve tu delante y me vas indicando por donde poner los pies – le dije con una sonrisa.

-       Esa es la actitud que me gusta – me respondió mordiéndose la lengua.

La roca en si tenia como un escalón natural que permitía empezar a subir fácilmente así que le deje paso, y allí es cuando mi cabeza dejo de pensar en la subida que me venía delante. Al salir del agua agarrándose de la piedra, tuvo que ponerse en una postura en donde quedaba con el culo en pompa, y para mi mayor gratitud y sorpresa, la parte debajo del bikini era tanga. Tenía a escaso metro una chica con una sonrisa entre inocente y pícara, con un cuerpo delgado y uno de los mejores culos que he visto en mi vida. La imagen duró escasos segundos pero se me quedó grabada en la memoria. Y también a mi polla, la cual aun estar el agua fresca, empezó a levantarse poniéndose morcillona. No tengo un gran miembro, unos 16 cm, pero nunca he tenido quejas ya que es cabezona y la disfruto mucho. Al quedarme embobado no me di cuenta que ella me estaba esperando desde un poco más arriba de la piedra.

-       Subes o no? – dijo ella medio riendo.

-       Sí, sí, ya voy! – respondí volviendo en si.

Al subir lo típico, el bañador se queda pegado a la piel, y pude comprobar como ella no perdía detalle tampoco del espectáculo que estaba dando mi polla morcillona. Quizá no era tan inocente como creía.

Subimos la roca con cierta facilidad, mi cabeza solo iba focalizada en el increíble culo que tenía delante. Por suerte mi compañera no se levantó del todo y pude hacer el trayecto tranquilo. No me di cuenta y me encontraba en cima de la roca, y de repente, me entró algo de vértigo, así que intenté focalizarme en dar conversación con ella.

-       Pues la verdad, no era tan difícil como parecía des de abajo – comenté para cortar el hielo

-       Ya to le dije que no era para tanto! No te he visto dudar ni un momento! – respondió ella

-       Bueno, eso era porque tenía una buena guía – dije flirteando

-       Eso y que no me echabas ojo del culo – respondió picarona

El vértigo que tenía se desvaneció y apareció la vergüenza. Mi cara fue un poema ya que ella se echo a reír allí mismo.

-       Hahahah tranquilo no pasa nada. Me gusta lucir mi cuerpo, si no, no lo vestiría. Me llamo Paula por cierto – comentó con una sonrisa

-       Yo Jordi! Encantado de conocerte! – dije mientras me acercaba para darle dos besos.

Es verdad, aun ni nos habíamos presentado. Al hacernos dos besos me encontré de frente con ella y pude apreciar los bonitos pechos que tenía. Esta chica me estaba sacando de mis casillas.

-       Bueno ahora viene lo más divertido, saltar! – siguió en su línea animada

Es verdad, ya ni me acordaba del hecho de saltar. Realmente había saltado otros veranos de rocas, pero nunca de tan alto. Me acerqué para comprobar la altura y mis piernas temblaron.

-       Está muy alto esto, es seguro verdad? – salió mi voz más protectora

-       Si tranquilo, mira abajo, veras como no hay ningún problema con las rocas – respondió

Me giré para comprobarlo y noté como unas manos me empujaban desde detrás. Por suerte pude caer bien y la caída fue excitante. Normalmente estaría enfadado, pero esta vez me sentía más aliviado. Al salir del agua ella me habló.

-       Si no te tiraba no lo habrías hecho tu! Sorry! – dijo con una voz endiablada pero juguetona

-       Ya lo veo ya, prepárate para la venganza! Te la voy a devolver! – respondí

-       Sube si quieres y me tiras tu ;) – respondió Paula

-       No tranquila, prefiero que me vayas indicando tu delante, no sea que me despiste y me de vértigo – dije con también voz picarona. Sabía perfectamente que me refería a verle su culo.

No hubo respuesta, solo vi como de repente cogía carrerilla y saltaba al agua cerca de donde yo. Salió del agua riendo y con un saltillo a lo que me dio mi segunda alegría de la mañana. Había perdido la parte de arriba del bikini con el salto! Tenía unos pecho ideales, de buen tamaño sin ser desmesurados, firmes y con unos pezones pequeños y duros debido del frío.

-       Yo he perdido el miedo pero creo que tu has perdido otra cosa con el salto – no aguanté hacerle la broma

-       Vaya vaya, es verdad, ahora tendrás la duda de si ir delante o detrás de mí – dijo aumentando el descaro

-       Primero tengo que analizar bien la situación – respondí cogiéndola por la cintura y alzándola para poder tener una buena visión de los pechos.

-       Y parecía tímido – comentó separándose mientras me salpicaba agua contra mi con una sonrisa.

-       Subimos otra vez? – intenté frenar un poco la situación

Sin taparse otra vez, cogió y se alzó delante de mí. Al subir esta vez fue diferente. Paula se recreaba mucho más en los movimientos, especialmente en los que le requerían poner su culo a escasos centímetros de mi. Movimientos lentos y con el culo en pompa. Incluso la pillé subiéndose el bikini para que se le marcaran mejor los labios vaginales. Ella quería guerra y la estaba consiguiendo. El efecto frio del agua ya no estaba dando efectos y me erección empezaba a ser a notarse. Por suerte llegamos otra vez a la cima de la roca.

-       Veo que esta vez te ha gustado más el trayecto de subida – dijo Paula señalando a mi bañador.

-       La próxima si quieres puedes probar sin la parte de abajo del bikini también, quizá obtengas el premio entero – disimular ya no estaba encima la mesa.

-       Te tendré que empujar de nuevo para que te tires? – comentó haciendo el gesto de la gallina

-       La venganza es un plato que se sirve frío.

Una vez dicho esto la cogí y la empujé por el mini acantilado, ágil, ella reacciono cogiéndome de la mano y empujándome hacia ella, lo que propició que cayéramos los dos con los cuerpos pegados, pecho contra pecho.

Los dos salimos del agua aun agarrados. No sé si por miedo o por el hecho del placer de estar pegados, aun no nos habíamos separado.

-       Parece que no hace falta que me quite nada para obtener el premio entero – dijo Paula con una sonrisa picara mientras movía su pierna contra mi polla totalmente dura debido al roce de cuerpos

Antes de que pudiera responder una voz masculina entro en acción.

-       Veo que ya has empezado a divertirte sin mi Paula – dijo un chico desde el agua con una sonrisa picara como ella

Laura nadó hacia él y le plantó un morreo como si no hubiera mañana. Yo me quedé descolocado. Era su novio? Después de todo el flirteo que habíamos tenido?

-       Sí, te presento a Jordi. Jordi este es mi novio, Albert. No te preocupes, me puedes seguir mirando las tetas con descaro, tenemos una relación abierta y a Albert le gusta compartir – dijo Paula mientras le plantaba otro morreo al chico.

Yo estaba a cuadros, no sabía donde meterme. Cierto que era liberal y bisexual, pero aun nunca había coincido con una pareja tan abierta. Albert nadó hacia mi extendiéndome la mano. Era el típico surfero con pelo rubio, largo y ondulado, cuerpo atlético y una sonrisa de anuncio. “Dios los cría y ellos se ajuntan” pensé.  

-       Tranquilo, a Paula le gusta mucho jugar y poner a los chicos en situaciones incómodas. Es su fetiche. – dijo simpáticamente Albert

-       Ya lo he notado ya, pero bueno, donde las dan, las toman – respondí desafiante con ella.

-       Ya te ha enseñado como subir a la roca? Fue como empezamos a salir – comentó Albert con voz melancólica

-       Si! Un par de veces! Ahora creo que ya es un hombrecito y puede hacerlo solo pero – me retó Paula

-       Si? Pues venga, que nos lo demuestre – Albert se sumó al reto de su chica

Sin demasiada opción a escoger, me las tuve que apañar sin el culo de Paula delante mío para guiarme. Por suerte, el rollo de esta pareja me tenía la mente ocupada y otra vez me encontré encima de la roca sin darme cuenta. Al mirar hacia abajo para localizar la pareja, tuve que mirar dos veces. Me lo parecía a mi o Paula le estaba haciendo una paja debajo del agua a su novio?

-       Venga salta ya! – chilló Paula.

Sin pensarlo dos veces cogí carrerilla y me lancé.

-       Ves como te dije que estaba listo. Le tenemos que dar un abrazo de graduación!

Y sin mediar más palabra, los dos vinieron hacia mi para rodearme con sus brazos. En ese momento pude comprobar las actividades lascivas de la pareja debajo del agua, ya que con el abrazo, noté como la polla dura de Albert se me clavaba en la espalda, y no era una pieza pequeña. Entre eso y el contacto de los pechos de Paula, estaba fuera de mi y con una considerable erección, la cual la pierna de Paula no perdió ocasión para frotar un poco. Se separaron de mi.

-       Veo que traes gafas de snorkel no? Venga, te enseñaremos una cala secreta – propuso Albert

Yo ya estaba a merced de la pareja y asentí a la propuesta. Quería ver hasta donde llevaban estos dos.

Justo al ponerme las gafas de buceo, pude comprobar la tremenda erección que traía Albert, y lejos de intentar esconderla, se ajustó el paquete para que marcara bien.

Nadamos unos 15 minutos rodeando la costa entre piedras y arrecifes. Era una parte de costa inaccesible a pie debido al acantilado que había, hasta que llegamos a un pequeño golfo.

-       Bienvenido a nuestro pequeño paraíso! – anunció ella.

Era una pequeña playa de rocas, completamente solitario, solo se veía algún barco a lo lejos. Salimos y nos colocamos encima de una gran roca bastante plana, donde nos estiramos a descansar y tomar el sol. Cerré los ojos y disfruté del sol bronceando mi piel. Al volverlos a abrir me encontré en la misma posición a Paula al lado mío, haciendo topless y al otro lado me encontré a Albert, y por mi sorpresa, totalmente en bolas, y con la polla flácida de lado, que le debería medir ya unos 14 centímetros.

-       Parece que mi culo no es lo único que te despista – dijo Paula risueña detrás de mí

-       Hahah no te importa no que tome el sol desnudo? – comentó Albert

-       No, no, tranquilo! Yo suelo hacer nudismo también – respondí quitando importancia al asunto

-       Pues venga únete a él, que aquí no nos ve nadie – me retó Paula

-       Bueno es que ahora no me apetece mucho – intenté salir de la situación

Pero las manos de la pareja fueron más rápidas y con un movimiento rápido me quitaron el bañador y salió a la luz mis 16 cm de dura erección de ver el pollote de Albert.

-       Vaya, parece que no hacía falta que me desnudara del todo para ponerte así, se ve que con Albert tenías suficiente – dijo Paula celosa

-       Es que qué quieres, tu novio tiene una pieza descomunal – decidí lanzarme al rio y seguir la corriente a la pareja

-       Pues un momento que voy a por crema o se os van a quemar las cositas

Paula se levantó y con un movimiento muy sensual como si de una peli porno se tratara y con el culo en pompa, se bajo la parte de abajo del bikini lentamente, dejando ver tu húmeda vagina.

Se dirigió detrás de una roca y volvió con una bolsa llena de cosas. De allí sacó un bote de crema. Por delante era aun más espectacular. Verla desnuda entera, con un poco de bello en su monte venus, hizo que empezara a humedecer con gotas de precum.

-       Mucho hacer nudismo pero la tienes bien blanca – apuntó Paula. Cogió el bote de crema, se hecho en la mano y sin aviso previo empezó a extender la crema protectora por todo mi pene.

La situación era surrealista, con un pareja que justo había conocido, en medio de una cala desierta, con un pibón echándome crema por todo mi pene, y su novio mirándolo con una creciente erección. Paula no perdía detalle. Me extendía la crema con un sube baja sin pausa, la extendía por todos mis huevos, y de vez en cuando subía y con el pulgar jugaba con el precum de mi miembro. Al poco, se levantó y me ordenó que le pusiera crema por las tetas, que no se las quería quemar. Sin pensarlo dos veces, aproveché la ocasión y recorrí ese par de monumentos, con algún pellizco de pezón incluido, al que Paula respondió com un gemido pequeño, hasta que se separó de mi, se echó abundante crema en los pechos y bajo hasta colocarlos rodeando mi polla, donde empezó una sube baja que me llevó a la gloria. A todo esto, Albert estaba con su polla a tope, debería medir unos 21 cm, y al ver tal visión delante suyo, me cogió la mano, me la lleno de crema y se la llevo hasta su miembro, donde empecé a pajearle a gusto. Esa polla era inmensa y yo me estaba apunto de correr. Así que le ordené a Paula que parase y que Albert se levantase. La pareja se empezó a morrear y yo no pude evitar llevarme esa polla hacia mi boca y saborearla. Casi no me cabía en la boca. Albert gemía entre besos de chica. Me cogió la cabeza y me empezó a follármela fuerte. No me cabía entera pero me encantaba que me tratase así. Al poco acelero la velocidad de la follada hasta que empujó su polla lo más adentro que pudo de mi boca y empezó a expulsar chorros y chorros de corrida que fueron directos a mi garganta sin opción otra que tragármelos. Acto seguido Paula se sentó encima mío y empezó a comerme la boca con restos de la corrida de su chico. Al poco Albert se le unió, el cual empezaba a volver a tener su polla morcillona. Al estar Paula sentada encima mío, notaba como su coño chorreante resbalaba por todo mi miembro.

-       Ya no aguanto más cabrones – dijo Paula

Y con eso cogió mi polla y se la metió de golpe dentro suyo. Allí estirados empezó a hacerme unas sentadillas entre jadeos y gemidos. Paula no se cortaba nada en hacer ruido, pero nadie nos podía oír. Me giré para Albert y ya se estaba masturbando con su pene otra vez como una roca. Paula se levantó y se puso a cuatro patas delante de su novio el cual empezó con el bombeo y los gemidos aun más fuertes de ella. Yo me levanté y me coloqué delante de la pareja donde Paula comenzó a lamerme y tragarse mi polla con gusto de se coño.

-       Me voy a correr y quiero hacerlo dentro tuyo – dije en voz alta

-       De cual de los dos te refieres – me respondió Albert con picardía

Paula se giró y esta vez daba su culo hacia mi y allí es donde vi ocasión. Apunté mi miembro hacia su agujero prohibido y lentamente lo fui introduciendo sin más quejas que unos suspiros profundos camuflados con más gemidos.

-       Oh dios sí pétame el culo. Albert nunca puede, la tiene demasiado grande – decía mientras seguía el bombeo

-       No será el único culo que se va a petar hoy – dijo Albert mientras me abrazaba por detrás

Podía notar su dura polla jugueteando con la entrada de mi culo. Sus manos pasaron de mis pechos a unirse al juego hasta que un dedo atrevido se abrió paso en mi agujero. Sus labios se mezclaron con los míos y nuestras lenguas jugaron a su juego propio. A todo eso notaba como el pecho trabajo de Albert se presionaba contra mi espalda, y como el culo de Paula tragaba más a cada empujada.

Me incliné hacia delante para besar el cuello de Paula, lo que dejó vía libre a su novio para jugar con mi culo, el cual ya tenía tres dedos dentro mío, fruto de la excitación del momento. Albert apunto su miembro y lentamente fue entrando dentro mío. Mi culo con un dolor inmenso por ser partido, al poco dejó de doler y pasó a ser la mejor experiencia que había tenido sexualmente en mi vida. Follado por detrás y follado por delante. No aguanté más y descargué como nunca lo había hecho dentro de Paula, la que respondió con una tremenda convulsión fruto de la corrida que ella también acaba de tener. Albert vio la ocasión al separarme de su chica, me cogió de la cadera y me empezó a follar brutalmente sin pasión. Su huevos chocaban contra mi culo y su mano me cogía del pelo como si de una puta se tratara, y eso me ponía mucho. Decidí cambiar de posición y Albert me cogió en brazos, me hizo que le rodeara con mis piernas y sujetado con sus duras manos, me empezó a follar de pie. Paula estaba sentada en una roca metiéndose un par de dedos con tal espectáculo y los chicos nos íbamos comiendo la boca con tal follada. Al poco rato noté como algo caliente me llenaba y la cara de satisfacción de Albert me corroboraba que justo se había corrido. Yo volvía a estar caliente, así que hice que la pareja se pusiera de rodillas y se comieran la boca. Yo me lo miraba de pie mientras me cascaba una paja espectacular. Su manos reseguían todos sus cuerpos. Su lenguas jugaban sin parar. Yo no aguanté más y descargué mi segunda corrida sobre la cara y pelo de la pareja, la cual no perdió ocasión de lamer y tragar toda mi leche.

Después del magnífico polvo, corrimos hacia el agua donde nos dimos un chapuzón para limpiarnos y quedamos en repetir otro día. Al volver a las toallas nos intercambiamos los teléfonos y volví hacía mis amigos.

-       Qué al final has saltado? – Comentó David inocentemente

FIN