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Mi hermana y la paja (relato 13)

en Amor filial

¿Encontraste ya a la Actriz clon? – Preguntó Laura

¿Eing? – respondí sin levantar la vista del móvil

- A la tía porno que se parece a mamá. Me digite que buscabas una que se pareciese.

- ¡Que va! Por alguna razón las actrices porno maduras van todo operadíssimas, con tetas superellenas, esos labios de besugo y… que no. Que envejecen muy mal o creen que así gustaran mas al personal. Y la única que dices, joder, esta está de puta madre, es Dana Vespoli.

- ¿Quién?

- Una actriz, pero no se parece a mamá. Solo es que me gusta por su naturalidad.

- Pues yo he encontrado una – Sonrió

- ¿A sí? Quien cuenta, cuenta.

- Pero no es porno.

- Ah, bueno – dije desilusionado. – ¿Bueno quién es?

- Abigail Spencer, o como se pronuncie.

- No tengo ni idea de quienes

Laura sacó su móvil, busco en internet y me enseñó la galería de imágenes de google.

- Bueeno... tiene un aire. Se parece un poco. – Le dije pasando imágenes. – Mamá tiene más caderas. Pero la cara si se le parece. También tiene el pelo más largo. Aaaa y la sonrisa, ahora sí, tienen la misma sonrisa – Le dije devolviéndole el móvil

 - Espera – interrumpí.

Volví a recoger el móvil, copié el nombre del buscador y me metí en xvideos a buscar su nombre

- Bingo   Exclamé,

No hay famosilla que no tenga un sextape.

- Meh, tampoco es gran cosa la verdad. Se toca un poquito y se le ve el potorro, pero de muy mala calidad. – Dijo mi hermana.

- Ya bueno…  ¡Pero eh! ¿Qué tal la experiencia incesto-lesbico que te marcaste? ¿Estaba bueno el chocho de mamá? ¿A que sabía?

- Pues a que va a saber, pues a chocho

- Que gilipollas eres a veces eh, no te cuesta nada explicar

- Es que eres un pesao. – Me interrumpió. – El viernes que viene hemos quedado con verónica y su novio.

- ¿Que? –

- ¿Que de qué?

- Que porqué hemos quedado y por qué he quedado yo con tus amigos?

- Porque fuiste tú que me digite que querías una cena romántica conmigo en plan novios.

- Si cojones, pero contigo. CON TI GO, a solas. En plan novios no con otros que no conozco de nada y que encima tengo que hacer de hermano. No de novio

- Es que no eres mi novio.

- Ya, pero quería comportarme como tal en la cena. Y baah.. que paso no voy.

- Vaya que si vienes. Además, ya saben que vienes

- ¿Y qué pinto yo ahí? Nada. No me apetece nada ir a conocer a tus amigos, y pasar un rato con ellos. No me vas a convencer por mucho que digas por mucho que insistas y por mucho que...

Llegamos pronto al restaurante el viernes por la noche. Entramos en el restaurante y el camarero nos acerca a la mesa que teníamos reservada.

- La verdad es que estás muy guapa hoy.

- Gracias – Y medio se sonrojó.

La verdad es que estaba realmente deslumbrante. Acostumbrado a ver la en pijama, o ropa de andar por casa, verla ahora de punta en blanco me hizo ver lo realmente guapa que podría llegar a ser.

Para ser de noche hacía ya mucho calor. Era propio de la estación del año. Laura me sorprendió con una camiseta de tirantes de hilo, donde enseñaba lo justo y marcaba lo suficiente. Una falta media corta floral preciosa.

Realmente estaba espectacular.

El camarero nos sirvió la carta de bebidas.

Tras esperar 15 minutos, que con la compañía de mi hermana se me hicieron supercortos llegó Verónica.

 - Perdón por el retraso – Dijo acalorada - al Final miguel no viene,

- ¿Y eso? –Dijo Laura

- Cosas de su madre que está un poco pachucha.

- ¿Bueno, habéis pedido ya?

- No, siéntate –

Madre mía que tía mas alta. Que debería medir, ¿uno ochenta, uno noventa? Aparentemente era bastante más alta que yo.

Era de la nueva generación de mujeres altas como pinos. Eso sí, plana por delante y por detrás.

En comparación con Laura que media apenas el 1,60 era como poner a Argon al lado de Frodo Bolsón.

En la mesa, Laura y verónica se sentaron juntas y yo me quedé enfrente de mi hermana.

Durante la cena se habló de todo. Bueno, ellas hablaron de todo yo intentaba ser simpático y me involucraba en muchas de las conversaciones. Verónica al principio me pareció un poco tonta, pero por suerte fue una mala impresión.

Pasaban los minutos y cada vez me hacía mejor. Tenía algo en la sonrisa que me gustaba mucho. Difícil de ver en las mujeres y que para mí es algo que me gusta mucho. Es que tenía los dientes blancos y la encía oscura. Un contraste precioso. No dejaba de mirarle la boca al hablar y  a fijarme cuando mi hermana la hacía reír.

Miré hacia abajo al notar un golpe en la pierna

Era el pie de Laura. Miré extrañado a mi hermana. Ella me devolvió la mirada en plan... No digas nada.

La conversación seguía su ritmo. Trajeron el segundo planto y...

Miré hacia abajo, porque ya no eran golpes Laura se había quitado la zapatilla y me estaba rozando la pierna de abajo a arriba con su pie.

Levanté la ceja y la miré. Ella hacia como si nada hablando con Verónica.

¿En serio Verónica no se daba cuenta?

El pie subió y se posó en mis pelotas. Di un respingo.

- ¿Todo bien? – Me preguntó la amiga

- Sisi solo me ha entrado un poco de hipo.

- Aaaaaahh bueno,  en mi pueblo dicen que lo que va mejor es beber 7 sorbos de agua. Seguidos. Prueba, prueba.

Y para disimular tuve que beber.

- y?

- Ya se me ha pasado, gracias

- Que majo es tu hermano - La dijo verónica a Laura a la vez que seguía con la conversación.

Pero el pié no lo había quitado de la entrepierna y se me estaba poniendo morcillona.

- Bueno, voy al baño un momento – dije a fin de calmarme un poco porque me estaba poniendo perraco.

- ¡Voy contigo! – Exclamó Laura a la vez que se levantaba de la silla de golpe.

- nono, no hace falta. Si yo...

- Qué coño, tengo que hacer pipí y no se done están los baños, así le preguntas al camarero que me da vergüenza.

Tras preguntar llegamos al rincón donde estaban los baños, había que entrar en un pasillo, y estos daban a dos baños, el de chicos y el de chicas.

- Espera un momento aquí. – Dijo entrando al baño de chicas.

- Pero que cojo.. – Pensé

Salió a los segundos me cogió por la nuca y me besó extremadamente apasionada. Arrastrándome hacia el interior del baño.

Yo le seguí la corriente porque estaba super caliente. Ella me apretaba polla, nos metimos en uno de los baños que había, que por suerte estaban limpios. Cerré la puerta y cuando iba a echar el pestillo ella me lo impidió.

- Déjalo así, sin pestillo, es más emocionante.

A sabiendas de la erotización que le suponía a mi hermana el hecho de que nos pillaran follando, lo dejé tal cual ella me dijo. La puerta cerrada, pero sin pestillo.

Se giró en redondo. Se levantó la falta y sorpresa, no llevaba nada más. Se escupio en los dedos y se mojó el chocho. Con la otra mano cogió mi polla que ya me la había sacada y empezó a frotarla contra su coño. Entonces sacó culo, lo apretó contra mi pelvis y mi polla la perforó.

Laura se tapó la boca con la mano para no hacer mucho ruido y yo, cogiéndola por la cadera empecé a bombear.

El chocho caliente y húmedo facilitaba mucho las cosas. Me encantaba sentir y ver como los labios acompañaban mi polla al salir y como se retraían al metérsela.

Separé nalgas como siempre, y disfrute del agujero del culo. ¿Soy el único que le gusta ver el agujero del culo de la que se está follando? ¿Soy el único que le gusta la naturalidad de las cosas como que tenga el culo blanco perla por no darle nunca el sol?

Que gustirrinín daba follar en un baño de un restaurante. Esto habrá que repetirlo.

Empecé a bombear más rápido. El miembro entraba y salía ya de un chocho cachondo sin dificultad. Era un polvo de aquí te pillo y aquí te mato. Sin preliminares ni ostias.

Aumenté el ritmo. Laura no conseguía amortiguar bien los sonidos que se le escapaban de la boca. Volví a aumentar el ritmo. Los cachetes de las nalgas vibraban al chocar con la pelvis y empecé a notar que me venía. El cosquilleo en la polla. Ese subidón por la barriga y ese golpe de la puerta en la espalda.

- ¿Laura? – Escuché. Yo no podía parar y seguí bombeando, me iba a venir.

- Pero, ¿Estáis follando? – Dijo Verónica. Me giré y vi la cabeza asomada de la amiga de mi hermana.

Laura se giró se zapó de mí, se bajó la falda medio avergonzada (seguro que estaría fingiendo) y empezó a tartamudear excusas nerviosa.

- Bueno, no no, es no.. no es lo que .. no es lo que parece.

-¿Y que se supone que tiene que parecer?. Si le veo la pilila a tu hermano.  – Dijo terminado de entrar en l baño apretándonos más los tres.

Yo me mantuve callado.

- Yo es que..

- Lo sabia – Sabia que había algo entre los dos, pq sino no es normal esas miraditas en la cena. Esa forma de hablaros, y las caricias con los pies. ¿Acaso creíais que no me iba a dar cuenta?

- Puesss…

- Además que no es normal yo con mi hermano me llevo a matar y vosotros os tratáis como novios. Y…  - Miró la polla que aún estaba fuera

- Perdón – Y me la guardé como pude, ya que al estar empalmada costaba de meterla dentro de los pantalones.