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Deseo aprender con mamá… el inicio.

en Amor filial

 

Mi madre me educó sexualmente, algo que debería haber sido cosa de ambos padres, fue ella la que se encargó de la teoría y posteriormente la práctica… con mamá di mis primeros pasos en el sexo. Debería darme un poco de cortedad, pero ya no, ahora al cabo de los años de lo ocurrido. Lo recuerdo con verdadero placer… de ahí que cada vez que veo en la red una foto de una señora madura, y rellenita con todas sus curvas finamente pronunciadas, recuerdo ese lance repetido después una y otra vez pero sin un compromiso fijo más allá del amor filial exacerbado.

Yo fui un chico tardío en cuanto a mis relaciones sexuales, tuve algunas oportunidades pero mi timidez evitó que las cosas se consumaran, pese a mi buena dotación viril, de dimensiones fuera de lo común, muy por encima de la media. Sin embargo temía que los comentarios desfavorables incrementaran la inseguridad en mí mismo. Por esta razón mi mayor satisfacción hasta mis 18 años fueron las pajas realizadas en las formas conocidas, a cualquier hora en cantidad y lugar. Pero siempre buscaba una buena razón para ello o miraba las fotos y videos porno de internet, o me hacía de alguna vieja revista que papá guardaba celosamente en un cajón de su armario a modo de colección. Otra ocasión que no desperdiciaba era cuando mis padres se dejaban llevar por la pasión, mirando a través de los diversos puntos de observancia distribuidos por casa.

La historia de hoy es acerca de mi madre.Por entonces yo tenía 14 años en pleno despertar sexual, ella rondaba los 35 con una constitución más bien rellenita de estrechas caderas que le hacía un culo bien grande pero nada ostentoso y apetitoso al 100%, esa típica medida proporcionada de 100/70 entre las cadera y la cintura, de las mujeres idóneas para la procreación.Sus tetas también eran grandes e igual de apetecibles o más, con un gran oscuro pezón café en el centro de una aureola de excesivo tamaño. Mi padre es un hombre de negocios, algo mayor que ella, que por motivos de negocios se ausenta muy a menudo de casa… es mayor que ella unos 12 años, nunca le dio problemas con otras mujeres pese a viajar constantemente por requerimiento de su trabajo. Tal vez por no estar casi nada en casa, a mí siempre me parecía que no la satisfacía como era debido para una hembra de ese calibre, por eso más de una vez me pajeé pensando que cualquier día la sorprendería masturbándose o ella a mí ayudándome a terminarme la paja… algo así. Aquella idea me nublaba las neuronas fijándome más de lo debido en sus movimientos, en su trasero con ropa ligera por casa, en bikini cuando estábamos en la playa o en la piscina…

Lograba espiarla cuando se cambiaba, lo cual me daba bastantes razones para mis momentos onanistas. Ya tenía bien medida las horas del baño y siempre me las arreglaba para estar allí, frente a la puerta para nada más sentir correr la cortina, pegar mi ojo por el ventanuco o el filo que dejaba con la puerta entreabierta… casi nunca cerraba la puerta. Así esperaba pacientemente a que ella volviera a abrir la cortina para comenzar a secarse y verla completamente desnuda, de frente a mí y pasándose la toalla por todo el cuerpo. Esto me calentaba sobremanera y a veces me sacaba la verga allí mismo…, me pajeaba delante de la puerta estrellando mi leche contra el suelo, puerta y pared o reteniéndola en mi mano. Como ya dije mi madre es de medidas exuberantes, pero nunca lograba ver claramente su coño por más de unos segundos, esperaba algún recrearme por más tiempo, pero sé que era una utopía. Tenía un ancho triángulo de vellos que iba desde un poquito más abajo del fino pliegue que se hacía la barriga al capuchón del clítoris, el resto lo tenía depilado natural. Los años pasaban y yo cada vez era menos cauteloso en mis seguimiento a mamá…pese a tener novia a la que solía manosear sin lograr el fin último, ni siquiera ver su coño algo que me obsesionaba cada día más. Todo eso me tenía subyugado a la vez que cohibido con las mujeres, atento y deseoso de poseerlas, especialmente a mi madre…, No me pregunten por qué, pero la mujeres MILF me ponían cardiaco, y las prefería a cualquiera de mi edad.

 

*****

 

Vencida Por El Deseo de ser tomada por mi hijo, no pensé en las advertencias sobre los riesgos que ello conllevaba. Me dejé llevar al ser el centro de su atención. Y sí, tengo que reconocer que desde que mi marido me había comentado que nuestro hijo me miraba últimamente con cierta fijación. La forma de cómo lo hacía sin perder de vista el culo con excesiva atención y seguimiento, me llamó la atención… alteré algo mis comportamientos desde entonces para verificarlo. Aunque, quizás por mi educación judeocristiana colmada de puritanismo que nos han enseñado antes los tabúes, que el disfrute en libertad del pensamiento sexual, me negaba a aceptar que eso pudiese ser así, se lo negaba a mi marido y rechazaba creerlo. Lo cierto es que en un principio empecé a hacer cosas para probar si eso era cierto, quizás inconscientemente. Me di cuenta que cada vez me paseaba por casa con menos ropa cuando estaba Ciro…sin querer me dedicaba a controlar sus reacciones, sus miradas, en fin a tratar de saber si se fijaba en mí como decía su padre.

Una mañana todas mis dudas desaparecieron. Como todos los días me había levantado a preparar el desayuno. Alberto, mi marido, estaba en el baño afeitándose y Ciro entró como siempre a la cocina a desayunar, me dio un beso y se sentó a la mesa. Siempre solía ir en slip y camiseta. Como ya he dicho, vestía muy ligera de ropa por casa de manera automática, donde la naturalidad no levantó nunca ningún tipo de lascivia en mi hijo, o eso quería creer… Últimamente solía ir muy cómoda a cualquier hora, para contrarrestar el encorsetamiento de la indumentaria del trabajo.  Recuerdo que llevaba una bata corta de raso que me llegaba justo debajo las nalgas, atada con un cinturón y, aunque suelo dormir con bragas, las había echado al cesto de la ropa sucia y no llevaba nada. Lo cierto es que me pasé buena parte del tiempo agachándome a coger cosas de los armarios inferiores de la cocina…, si lo hacía de frente Ciro podía verme las tetas por el escote abierto de la bata, tengo además una talla 100D, es decir unas buenas tetazas, y si lo hacía de espaldas le dejaba ver todo mi culo, y esa parte del coño que se ve. Además desde atrás se marca muy bien mi vulva con una piel de pigmento más oscuro…, para rematar poseo un pubis de vello negro arregladito, recortado y rasurado en forma triangular indicando donde hay que perforar.

Al irle a servir el cacao y las tostadas, le ofrecí la vista de nuevo de mis tetas que asomaban por la bata medio abierta, y vi como una de sus manos estaba debajo de la mesa. Tuve la tentación de mirar donde estaba la mano de Ciro, pero me arrepentí vedándome la curiosidad. Desayunamos charlando con mi monologo, porque él se dedico a tomarse el desayuno rapidísimo, mucho más ligero que otras veces. Mi marido y su hijo se cruzaron, le preparé el café a Alberto y de seguido fui a ver como estaba el chico…, nerviosa y excitada salí rápidamente de la cocina, con la excusa de ir a buscar a Alberto para hablar con él antes de que se marcharse al instituto. Creo que la excitación también me recorrió como un latigazo como a él, sobre todo cuando vi a través de la rendija de la puerta como su mano agarraba su pedazo de mástil frente al espejo del aseo, ¡Con razón en la cocina parecía querer romper el slip! Me quedé un rato observando a Ciro sentado sobre la taza del váter con esa inmensa verga que se gasta, dejándome sorprendida. Toqué la puerta y pronto se repuso para calzarse sus calzoncillos…

- ¡¿Te ocurre algo cariño?! ¿Puedo ayudarte en algo…?

- No me pasa nada mamá, me marcho al instituto no quiero llegar tarde a la parada del bus.

Salió a su cuarto para vestirse sin mirarme…. A su edad, los no menos de 18 cm de verga que le calculé, se puede decir que es un cipote muy grande, mayor que el de su padre ¡Menuda bestia! Se me estremeció todo el cuerpo cayendo en un sofoco que me recorrió desde mi coño a la cabeza… Esa mañana cuando me quedé sola en casa, de aquí para allá no hacía otra cosa que pensar en el pollón de mi hijo y en lo que me decía mi marido sobre cómo le excitaba a Ciro. El chico está muy bien dotado, y hasta dudo si es hijo de mi marido, pues pasados cinco años de follar a pelo no pudimos tener hijos naturales hasta que tuve una aventura con Benjamín, un comercial en prácticas de aquella época. El chico fichó por otra firma y se marchó  a Argentina. Nunca nadie sospechó que Ciro no fuera de Alberto, hasta yo tengo mis dudas…. Ahora con 18 años estaba en todo su edad de máximo desarrollo sexual en plena adolescencia con las hormonas alborotadas…, por lo que su atracción hacia mí casi la veía natural al verme aún muy joven, más cerca de mi hijo que de su padre.

Sin darme cuenta, sentada en la taza del baño, me sorprendí con la bata abierta, tocándome, con mis labios abiertos, húmedos y mis dedos jugando con mi clítoris pensando que allí mismo, había estado un macho con una musculada virilidad que palpitaba por mi conejo. Me miré en el espejo que ocupa todo el frente del baño, me vi las inmensas ubres con los pezones rosados duros y excitados, me los acaricié. Venciendo la vergüenza de pensar que estaba así por la excitación producida por mi hijo, y no sé si siendo consciente al sentirme el objeto de deseo un hombre tan joven que quería follarme, que podía hacerlo con tan solo haberse atrevido. Husmeé entre la ropa usada del canasto que solemos tener en el aseo para cuando nos cambiamos, y Eureka encontré un bóxer de mi chico con el premio de una lechada. Nada más olerla me excité con una punzada en mi cabeza y en mi coño que me electrizó todo el cuerpo. Estos pensamientos y el aroma a semen de Ciro, me llevaron a percibir la deliciosa sensaciónde mis dedos metiéndose en mi vagina una y otra vez, cual si se fuese la polla de mi retoño.

Fantaseaba que entraba y salía de mi interior en aquellos momentos, que me estaba follando con el ímpetu de tan sagrada juventud… con la fuerza, con el ardor de un chaval tan potente en plena efervescencia sexual. No tardé en sentir un orgasmo intenso, profundo y muy rico cuando imaginé la leche caliente de mi hijo llenándome la vagina. Abrí los ojos y de nuevo me miré en el espejo, con mis pezones aún duros y excitados, abierta de piernas y notándome muy mojada. ¡Sentí la sensación de ser una zorra pervertida…! Pero desde aquel día, desde aquella mañana, mi cabeza no hacía más que pensar en eso, buscando el aroma de sus eyaculaciones.

Por supuesto no le comenté nada a Alberto, me daba una vergüenza tremenda tan solo reconocer que tenía razón, mucho menos el contarle que me excitada con mi niño como pocas veces había sentido en mi vida, ¡¡Me había masturbado pensando en él follándome, y dejando toda su leche dentro de mí!! ¡Joder, solo el hecho de pensar en tener su lefa en mi coño me excitaba sobremanera! A partir de aquel día todo cambió en mí, ya no podía dejar de pensar en mi primogénito, no podía dejar de pensar en aquel hombrecito que tenía en casa convertido en todo un macho, me masturbé un montón de veces pensando en mi hijo follándome en diversas situaciones. Creo que hasta mi relación con Arturo cambió. Ahora era mí retoño el que despertaba mis instintos animales, el que hacía que me mojase casi todos los días, el que había renovado mis ganas de sexo olvidadas desde mi lejana juventud, el que había mejorado mis polvos con mi marido…

*****

 

¡¿Qué opinas de mi polla mamá?! Preguntaba al espejo aquella mañana que me levanté más tarde de lo normal, eran casi las doce del mediodía y estaba agotado, los recuerdos de la noche anterior me habían dejado atónito y más cansado de lo normal, las pajas que me había hecho también tenían algo que ver con mi cansancio. No me atrevía a salir fuera de mi dormitorio por cortedad de ver a mi madre de cara, la cosa me impactó más de lo que jamás hubiese creído y estaba convencido que ya no miraría a mi madre con los mismos ojos, después de verla follar por primera vez como una perra salida en celo, comiéndose el rabo de papá, machacándole la polla salvajemente y dejándose follar en las más diversas posturas posibles para la flexibilidad de ambos. Mi madre, se puede decir que es una mujer normal y corriente, una mujer guapa para su edad con una sexualidad desbordante…, sin embargo ya no la veía exactamente como a mi madre, aunque lo fuese tras verla follar…

… Mi madre estaba completamente desnuda a cuatro patas encima de la cama, detrás de ella mi padre, Ella es todavía una mujer muy apetecible, por eso me parecía extraño que pase tanto tiempo sin que mi padre se la folle. Viste de forma muy sexy, bastante extremada, suele vestir escotes generosos, insinuando un precioso canalillo y unos pechos voluminosos que son un regalo a la vista de cualquier hombre. Utiliza maquillaje para arreglarse, es presumida y se pinta las uñas de los pies y de las manos. Aunque no es baja ni mucho menos, suele utilizar muy a menudo zapatos de tacón. Siempre me ha fascinado contemplar su hermoso culo…creo que le gusta que la miren. En verano y ya desde hace ya algunos años ella toma el sol en toples en la terraza de casa que da a su dormitorio. Furtivamente yo la espío, camuflándome entre las cortinas de la ventana del piso superior, procurando no ser visto. Desde entonces no puedo dejar de pensar en las imágenes que se grabaron en mi mente…pude observar como a mi madre la ponían fina filipina…y en honor a la verdad debo deciros, que me hubiera gustado ser yo quien la jodiera, como vi que la jodían. Ese fin de semana, yo, me ausenté de casa al irme de excursión con unos compañeros, pero el tema se nos torció debido a unas tormentas de veraniegas, y volví a casa el sábado al atardecer en lugar del domingo como, en principio estaba previsto.

Abrí la puerta de casa sin pensar más en ello…vivimos en un dúplex…y tal como entré me encontré en el mueble del recibidor, dos copas de cava medio llenas…Algún instinto se despertó en mí, y sin saber muy bien porque, cerré la puerta sigilosamente. Rápidamente, el silencio de la casa, se vio interrumpido por ruidos confusos que provenían del piso superior, eran gemidos. Subí las escaleras con sumo cuidado, la puerta de la habitación de mis padres estaba entreabierta, supe con claridad, que los gemidos provenían de la estancia… A partir de ahí no pensé demasiado, tan solo sé que quería ver lo que ahí dentro ocurría, y me asomé discretamente. Creo que en principio esperaba encontrar a mis padres follando de manera normal, pero lo que vi fue radicalmente distinto… mi madre estaba completamente desnuda a cuatro patas encima de la cama, detrás de ella su esposo se la estaban follando salvajemente!!! El hombre le daba fuertes y rápidas embestidas, a las que mi madre respondía con sonoros gemidos, pude ver como sus hermosas tetas se zarandeaban con violencia, y también pude ver como papá se abalanzaba sobre ella y la sujetaba por las tetas, mientras se la seguía follando. Mi madre cada vez gemía y gritaba con más energía. Nunca vi a mi padre tan fuerte follando a mi madre. A esas alturas yo ya me había empalmado completamente… desde mi posición y gracias a unos espejos que hay en un armario de la habitación, podía ver todo el espectáculo sin ser percibido…, Me excitó tremendamente escuchar como mi madre le pedía más a marido…

– Más, más, no pares, por favor!!!!   Sí, sí  ¡Fóllame, fóllame…!

Escuché y contemplé como mi madre tuvo un orgasmo tremendamente escandaloso, pero papá aún no se corrió, era incansable, y sin parar le dio la vuelta, le abrió las piernas, y de un solo golpe la volvió a ensartar con suma facilidad. Mi madre se volvió como loca, y gritaba y le arañaba la espalda mientras el otro no paraba de follarla con fuerza… A esas alturas, yo ya me estaba pajeando. Después el empezó a decir…

– Por el culo, por el culo… ¡Quiero darte por el culo!

– No por el culo no… dijo mi madre con debilidad…

Pero no se resistió en absoluto, y sin más mi progenitor la volvió a sacar, la volvió a colocar a cuatro patas. Pude ver como mi madre se sujetaba las nalgas, para que su marido la enculara… ¡Y vaya si la enculó! Le metió bien despacio la verga, pero pronto sus zarandeos volvieron a hacerse fuertes y rápidos… y mi madre disfrutaba de lo lindo. ¡Qué morbo! Mi padre la sujetaba del culo y se la metía hasta los huevos una y otra vez, el chasquido era tremendo y los gemidos de mi madre enloquecedores.

– ¡Me voy a correr nena! ¡Aaaggg!  Pude escuchar como ella gritaba mi padre. No pude aguantar más y me corrí justo en el momento que lo hacía mi padre dentro de mi madre también. Me retiré, de nuevo sigilosamente… y decidí volver más tarde a casa… ¡Desde ese día sueño con follarme a mi madre con mayor ímpetu! Por eso salí de mi habitación coartado no se me notara en la cara. Mamá acababa de llegar de la compra, vestía una falda larga de esas muy finas con colores estampados típicos del verano, la tela era realmente fina, se le transparentaban todas las piernas al trasluz y cuando se agachaba se le marcaban las braguitas, unas bragas que no le cubrían todo el culo. El borde de la prenda íntima se dibujaba perfectamente en su cuerpo y daban ganas de arremeter contra ella, aunque fuese mi propia madre. Se encontraba muy contenta, supongo por lo satisfacción sexual después de la gran follada nocturna con su marido, tras meses sin haber tenido sexo a excepción de sus dedos y del pequeño dildo oculto a los ojos de su esposo entre su ropa interior. Se le veía alegre y muy viva, las tetas se le movían más de lo normal o me fijaba demasiado en ellas. Me pasé el día mirándola y observándola con detenimiento, su cintura en contraposición a su trasero bien puesto, sus tetas, su boca y todo su cuerpo, no se me escapaba detalle, pasándome imágenes de la pareja en pleno coito.

Se cambió en su dormitorio varias veces durante el día y siempre que podía me acercaba para poder pillar algo, en mi casa nunca hemos tenido la costumbre de cerrar las puertas si nos cambiamos de ropa de calle por la de estar en casa, así que ese día la vi varias veces en bragas y sujetador, su culo bien apretado a unas braguitas blancas finitas y sus tetazas bien colocadas dentro del sujetador. Mamá suele ponerse un pantaloncito corto  tipo leggins, y aquí es donde marca de verdad su impresionante figura, con sus piernas al descubierto y con una blusa de considerable escote, que te deja ver todo el canal de entre sus ubres. Mi madre está buenísima y parece que cada día lo está más, ¡¡Qué suerte tiene mi padre de poder follársela cuando quiera, joder!! Estuvimos casi todo el día en casa haciendo labores típicas de limpieza, mamá empinaba su culo a menudo para agacharse o enderezarse, sus tetas se colgaron y se balancearon ante mis ojos más veces que de costumbre, mi polla permaneció en un estado de erección casi todas las horas del día.

Al principio me daba corte e intentaba disimularlo, pero al final de la tarde ya me daba igual y lucía mi paquete por casa como si tal cosa, sin preocuparme de nada…, de todas maneras mamá también se lucía ante mí y no se cortaba un pelo en sentarse en el sofá y quedarse con las piernas abiertas, aun llevando el pantaloncillo corto marcándose toda la vulva y le pronunciada raja de su coño, ¡Me mataba! Así pues pasó el sábado y llegó la noche del mismo. Le dije a mi madre que no tenía pensado salir porque no me encontraba muy bien y porque últimamente siempre íbamos al mismo sitio, así que propuse comprar una película de internet y verla los dos juntos. (Mi padre se había marchado de viaje de negocios como de costumbre para varios días, anoche fue el polvo de despedida), después supe que el alcohol del cava y una pastilla azul de viagra hicieron aquel milagro… Bueno es caso es que nos acostaríamos y yo esperaría a ver si mi madre volvía a masturbarse pensando en la noche anterior con su marido. Cenamos como de costumbre, y puse la película, mamá no dejaba de levantarse para hacer esto y lo otro, el simple hecho de ver su culo cómo se despegaba del sofá ya me la ponía gorda, así que podéis imaginaros cómo tenía la polla a ciertas horas de la noche, parecía que me iba a estallar dentro de mi pantalones cortos. El dolor de huevos era impresionante… Mamá se sentó por fin junto a mí, dejando un hueco entre los dos, hay que señalar que el sofá es bastante amplio, y sin contarse un pelo me dijo…

¿Te pasa algo hijo?

No nada por qué lo dices mamá

¡No lo sé cariño pero me tienes preocupada, llevas todo el día en un estado que no parece normal!  Me dijo esto último señalando a mi entrepierna con la vista.

Yo me puse nervioso, colorado, con un sofoco que no me tenía, me miré a mi bulto inocultable y sonreí intentando excusarme… ¡Lo siento mamá, pero es que no sé qué me pasa, llevo todo el día así y…!

Mamá me cortó preguntando… ¿…Es esa la razón por la que no sales esta noche?, ¿hay alguna chica que te trae de cabeza, Verdad?, cariño es normal que a tu edad tengas tanta energía… ¡¡Venga cuéntame!! ¿Cómo es ella? Me quedé perplejo y no sabía qué decirle...

¡No si el problema no es una chica, es que…!

¿Nene, no tomarás drogas?, como yo me entere que tomas algo te la cargas para el resto de tu vida.

¡No de verdad mamá!, no digas tonterías qué voy a tomar drogas. Además ¿conoces alguna droga que tenga estos efectos? Mi madre se calmó un poco y me sonrió…

¡Venga! Pues entonces cuéntame cómo es ella. Tiene que ser muy bonita para que te tenga así todo el día ¡Vamos cariño cuéntamelo! Mamá me picaba como juguetona ante la conversación.

¡Bueno la verdad es que hay una mujer que me trae loco y no sé cómo decirle… pues eso que me gusta mucho!

¡Pues hijo ve al grano y díselo! Parece mentira con los tiempos que corren y tú vas a ir de cortado. Ánimo cariño. Sí yo estuviera en tu piel se lo diría y ya verás que cuando te vea cómo eres se le quitan todas las dudas.

No sí yo ya lo intento pero llegado el momento se nos corta el rollo…

¡A claro no llevas condones! Pues hijo no te preocupes, compraré una caja hoy mismo, si me dices cuál es tu tamañoMi madre me estaba aconsejando de cómo entrarle a una mujer, de cómo entrarle a ella misma sin que ella lo supiera y pidiéndome saber el tamaño de mi polla…¡Una XXL por lo menos mi vida! Por lo que puedo percibir no estás mal dotado… ¡Ya me entiendes!  Le seguí el juego entonces a mamá…

¡Pues no te entiendo mamá, explícamelo mejor! Se quedó mirándome con cara de extrañada por mi repentina respuesta…

Hijo pareces bobo… ¡Pues nada hijo que a una mujer le atraen las cosas grandes y tú pareces que la tienes bastante recia, y eso a cualquier chica le va a gustar! Mamá se sonrojó un poco, pensé que era hora del ataque.

¡Tú crees mamá que la tengo grande!, ¿Cómo puedes saberlo sí no me la has visto?

¡…Pues porque se nota cariño, se nota que tienes una buena…!

¡¿Una buena polla?! ¿Quieres decir que parece que tengo una buena polla? le dije yo completamente desinhibido controlando la situación, mamá se quedó un poco cortada ante mi directa y al ver que no reaccionaba le dije ¿Te gustaría verla… y así me confirmas sí tengo una buena polla, te gustaría vérmela mamá? Mi madre se giró hacia mí y me dijo…

¡Pero que te has creído que soy una cualquiera…, soy tu madre y no cualquier chica de discoteca! ¿Cómo te atreves a decirme eso?

¡Yo sólo pregunto joder!, como dices que te parece que la tengo grande pues yo te propongo que sí quieres verla para poder decir sí la tengo grande o no de verdad y ya está ¡hostia! Me hice un poco el enfadado, el ofendido ante mamá, mi madre se sintió un poco culpable…

¡Bueno cariño no te enfades! Que igual tú te has explicado mal y yo lo he entendido peor. A ver hijo, ¡Sí me la vas a enseñar sácatela ahora antes de que me arrepienta!

¿De verdad quieres vérmela?  Dije un poco serio siguiendo con el medio enfado…

¡Sí cariño quiero verte tu polla! ¡Venga sácatela y a ver sí es tan grande como parece! Y de paso me hago una idea del tamaño de condones que he de comprar…

Mamá ya se estaba poniendo un poco impaciente, así que aproveché el último cartucho…¡Mamá no quiero que lo hagas porque yo me vaya a sentir mejor, o para que a mí se me pase el enfado, sí te la enseño es porque tú quieres verla para tu información, porque tú deseas ver los empalmada que la tengo ¿vale?

Mi madre se incorporó hacía mí con un gesto condescendiente y me dijo mirándome a los ojos… ¡Ahora mismo me vas a enseñar ese cipote que tienes! Deseo ver sí es tan grande como parece o no, y no te preocupes porque estoy deseando pegarle un vistazo a esa polla tan gorda que escondes ahí y si hace falta medirla para ir segura al súper a por tus preservativos.

Yo nunca había oído decir a mamá palabras como “cipote o polla” y eso me dejó alucinado, yo tenía el miembro viril que me iba a estallar de lo rígida y gruesa que lo tenía, y entonces algo nervioso y muy decidido me cogí la goma de los pantalones cortos y empecé a bajármelos, mostrando los calzoncillos del tipo slip totalmente levantados debido a mi erección. Mi madre soltó una exclamación al ver el paquete cada vez más grande y cada vez más cerca. Mi madre se levantó y me dijo… ¡Espera un momento!

Se acercó a correr las cortinas del balcón para que nadie pudiese ver nada, su culo se movió como nunca, creo que lo hizo a propósito para encenderme más aún, se volvió a sentar y clavó sus ojos en mi paquete… ¡Venga sácate la polla de una vez!

Esas palabras me la pusieron más gorda aún y me bajé lentamente el slip, dejando al aire mi polla de 18,5 cm, repleta de venas y con un capullo que ni yo mismo me lo había visto así de grande y brillante con todo el prepucio remangado. Mamá cuando me la vio toda tiesa, ya que mi verga salió disparada hacia fuera como sí de un muelle balancín se tratase, totalmente hinchada y dura, pegó un grito y se echó las manos a la boca, se levantó sin quitar los ojos de mi polla y se encaminó hacia el pasillo dándome la espalda después se giró con las manos en la boca aún y sin pestañear me miraba a la cara y a mi polla…

¡Madre mía hijo mío pe…! ¿Pero tú te has visto? ¿tú te has visto cómo estás? Se sentó de nuevo mirándome con verdadera devoción… ¡Pero hijo mío qué polla más grande tienes! Es preciosa mi vida ¡Qué gorda la tienes y qué grande! ¡Ay Dios mío qué cosa más hermosa y cómo se te pone! No me lo puedo creer mi vida, ¡No me lo puedo creer!  

No sabía qué decir, estaba tan alucinado ante la reacción de mi madre que no sabía qué hacer…no sabía qué pensar, si actuaba o sobreactuaba para acentuar mi ego… ¡Anda que tu amiga estará contenta con esa pedazo de herramienta, se lo va a pasar pero que muy bien! ¿Y ella qué dice de esto?, me refiero a lo grande de tu rabo.

A ella le pasa lo que a ti mamá, se quedó alucinada, ¿te gusta mamá? ¿Te gusta cómo se me pone?

¿Qué sí me gusta? cariño, pero sí tienes algo que muchos hombres adultos ya desearían tener y ya no te digo a las mujeres. Madre mía las puedes volver locas, mi vida, pero locas de verdad. ¡Pero tienes que utilizarla con cuidado con esas niñas, con un pollazo las puedes partir hacíneles mucho daño!

Me quedé mirándole a los ojos y después los bajé tímidamente diciendo… Primero tendrán que querer ellas follar conmigo…

– ¡Cómo no van a querer hijo, tienes una polla maravillosa! Solo te falta aprender a utilizarla bien…

Estuve un minuto más con la polla al aire, mientras ella hablaba de las bondades de mi rabo y lo que podría hacer con una mujer que la supiera valorar…, mamá no acababa de creerse que su hijo calzara semejante tamaño de nabo, finalmente me ordenó que me la guardara y acabamos de ver la película, aunque a partir de ese momento ya nada sería igual. Mamá me preguntaba una y otra vez cosas como sí siempre se me ponía así de grande, sí me dolía cuando empalmaba así, sí me molestaba bajo la ropa, sí quería que me comprara ropa interior distinta para mayor comodidad, que debía desahogarme periódicamente o si me dolerían los huevos…cosas así antes de acostarnos. Ya la película acabada y sin apenas prestarle atención, me pidió que se la enseñara de nuevo, pero esta vez no estaba tan empalmado, se la enseñé flácida, pero al sacarla y de sólo pensar que era mi madre la que estaba delante empecé a empalmar de nuevo…, comenzó a crecer ante sus ojos, cosa que mamá celebró gritando y no dando crédito a sus ojos… ¡Uuuhh! Pero hijo mío se te pone dura tan solo con enseñármela ¡¿No me digas que yo?!

¡Joderrrr mamá eres una mujer y no suelo enseñar mi polla así porque así…, pues claro que se me pone tiesa al enseñártela, es más se me pone como nunca! Al fin y al cabo tú eres una hembra y yo un macho.

Mi madre se dio la vuelta negando con la cabeza… ¡No me lo creo Ciro, no me lo creo! ¡¿Cómo se te empalma con tanta facilidad, acabas de sacártela normalita y en nada se te ha puesto enorme, con tan solo enseñármela?! ¡No quiero ni pensar sí…!

¿Sí qué mamá…?

¡Nada, nada cariño vete a dormir, que yo me voy a la cama ahora mismo!

Nos fuimos cada uno a nuestras habitaciones, yo salí a los pocos minutos cuando todo estaba a oscuras y de puntillas me acerqué a la puerta de la habitación de mis padres, antes de llegar ya escuchaba los jadeos y gemidos de mamá. Busqué una buena posición en la terraza, enfocando a la cama de matrimonio para poder otear en la penumbra como se estaba masturbando, con gemidos más fuertes que la noche anterior cuando la follaba mi padre…, mi polla la había puesto cachonda. Sus metidas se volvieron escandalosas y por lo que crujía la cama, se percibía estar dando unos botes impresionantes sobre ella.

A los diez minutos se corrió gritando contra la almohada…, y yo me corrí justo después sentado en el suelo a la vez que la escuchaba. Estuve tentado en entrar varias veces pero tenía miedo ante una negativa o por el circo que mi madre pudiera montarme, quería estar seguro que sí entraba ella acabaría metiéndome en su cama y gozando conmigo, pero era demasiado arriesgado, supongo que habría más ocasiones para ello, así que pensé en intentarlo en otra ocasión. Mi madre ya me había visto la polla, se había excitado con ella sin duda, así que no me sería difícil mostrársela otra vez queriendo darle a entender que era ella la causante de semejante erección y supongo que al final sería ella misma la que haría algo al respecto, o me la follaba o me mandaba a paseo, apuesto por lo primero como así fue.

*****

Desmontando mi sistema de espionaje. Unos días después de mostrar mi verga a mamá para obtener su opinión, se estaba duchando y entré sin llamar con la excusa de mear, pero a los pocos segundos me la estaba pelando… me descubrió, increpándome muy duro por lo que hacía…, pero no tenía tiempo para ello. Me dijo que hablaríamos más tarde,  temí que le dijera algo a mi padre liando la cosa, le rogué que no lo hiciera pero ella solo se limitó a responderme que hablaríamos más tarde…

¿Mañana tienes clases?  Me preguntó sabiendo que era la semana blanca y esos días no es obligatorio asistir a los eventos que se preparaban en el instituto.

Resulta que ella no trabajaba esa mañana ya que tendría el turno de tarde…, yo sí tenía que acudir a clase, pero le dije que no. Esa noche apenas dormí, no podía pegar los ojos pensando en que mi madre le comentara la travesura a mi padre. A la mañana siguiente me levanté muy temprano pero no salí del cuarto hasta percatarme que mi padre se hubiera ido al trabajo. Entonces salí como siempre, en rota interior. Mi madre se encontraba en la cocina y llegué por detrás depositando un beso en su cara y dándole los buenos días…

¡¿Vas a desayunar!?, me dijo después de devolverme el saludo…

Prefiero que hablemos. Anoche no pude pegar un ojo pensando que se lo dirías todo a papá…

No cariño, lo de tus pajas mirándome desnuda y erecciones, lo podemos arreglar entre tú y yo. Toma un poco de café y sentémonos aquí en la mesa a conversar.

Ella me empezó a preguntar por qué hacía aquello, que desde cuando la espiaba…, qué sentía con eso de mirarla…, que si no tenía novia, que si no había tenido relaciones…, que si me masturbaba mucho…, que cuantas pajas me hacía…si lo hacía con frecuencia…. Yo le dije toda la verdad y su cara iba cambiando de la severidad a la comprensión.

Así que mi vida, eres un poco tímido con las chicas, dijo. Pero esa pena no es por el tamaño de su polla  ¿Por qué no es nada chica, Verdad? Así es más o menos,me dijo señalando un espacio entre sus dedos índices. ¡¡Erecta está claro!! Espetó orgullosa de su retoño… – ¡Y tienes el prepucio suelto¡

Bueno, creo que sí

¿Cómo que creo? Si o no, la cabeza te sale toda con facilidad ¿No?

Mi madre me hablaba con toda naturalidad dándome total confianza, como nunca imaginé tratar el tema con ella, sin embargo me sofocaba hablar así de tales intimidades con una mujer, a parecer lo reflejaba en mi cara caliente y mi madre me preguntó… ¿Es que te avergüenzas de hablar de estas cosas con tu madre?

Si un poco, le respondí.

No tienes por qué cariño, conmigo puedes tener total confianza en todo. Ya te puedes imaginar que sé bastante sobre el sexo. Debes saber que tu padre no ha sido el único hombre con quien he follado en mi vida, y además ya me has visto desnuda y yo te visto tu rabo ¿o no?

Si claro mamá yo… Sin dejarme explicarme…

¿…Y te has pajeado viéndome? Seguro que lo has hecho muchas veces pensando en mí…

Sí, algunas veces, le dije de sopetón queriendo liberarme de toda aquella tensión ejercida en la entrevista donde sustituir muchas por algunas…

¿Y te gusta lo que ves mi vida…?

Sí como no…, pero de verdad me tienes que perdonar mamá, tampoco he visto mucho, solo un poco. Tus vellos púbicos, tus tetas…

¿Y qué esperabas ver?

No sé, siempre se espera ver algo más.

¿Cómo qué?

No sé, es que nunca he te visto más allá de los vellos, ya te dije, nunca he tenido relaciones con una mujer, y a las que he tocado no las he podido ver porque nunca se han desnudado, ha sido por debajo de la falda y apartándoles las bragas nada más…

¿Si me ves bien completamente desnuda te tranquilizarás o te vas a poner peor?

Yo no entendía donde quería llegar mamá pero si noté que sus piernas se abrieron dejando ver el interior de sus piernas. Mi madre usaba unas bragas normales que hacía bonitos sus muslos. Se expandían oteándose en el mero centro una vulva depilada en su derredor sin vellos que pudieran sobresalir por allí, ella ya se cuidaba de ello. Mi mirada se clavó en aquel lugar y mi verga comenzó a subir precipitadamente.

Tal como estaba en calzoncillos, traté de esconder el bulto sin mucho éxito, pues evidentemente mamá se había dado cuenta de inmediato… ¿Te gusta mirar no? 

Sí, es una pena que no pueda quedarme un poco más mamá…, me voy a mi cuarto.

No, no te vayas cariño, si quieres mirar, puedes mirar lo que desees.

Y acto seguido abrió más las piernas. Mi polla se acabó de empalmar con una rigidez insólita, hasta el punto que se salió por la bragueta del interior como un resorte entre dos de los botones centrales que prácticamente reventó. Yo traté de esconderlo pero mi madre me detuvo la mano diciéndome…

Déjala a la pobrecita, se sentía mal de estar ahí prisionera en un lugar tan reducido, se acercó al borde de su silla y extendiendo una mano la tomó. Yo no podía creer aquello, pero me dejaba hacer… en acércate mi niño, que tu madre te va a enseñar lo que querías ver y lo que esas niñas ingratas no te dejan…, yo también quiero que lo veas para que me des tu opinión, y de paso nadie pueda engañarte nunca más.

Me puse de pie frente a ella, y de una vez comenzó me la agarró con decisión, y mirándome con una sonrisa pícara olía mi verga, yo alucinaba… ¡Ummm! Mi vida huele muy rica ¡¡…Te pajeaste anoche!!

Negué con mi cabeza mintiendo, porque de mi boca apenas podía salir una sola palabra… Pues huele a macho, a leche de semental…, así que no estarías muy calmado y alguna paja te hiciste ¿Verdad cariño?

Bueno…, sí, respondí tímidamente.

¿Cuántas te hiciste?

Dos… Recuerdo no poder contenerme y esparcir por toda en las sábanas adrede, pensando en que ella lo vería.

¡¿Solo dos?! ¿…Y en quién pensabas granuja?

En ti, en quién si no…

¿De veras mi niño? Pensabas en mamá cuando te hacías unas buenas pajas en mi honor ¡Ummm…! Y no en esas estrechas niñas tontas…

Ya no dijo nada más, pues se la metió en la boca y comenzó a chupármela con parsimonia lujuriosa…me mamaba la el glande como si de una chupa chups se tratase. Sentía sus labios envolver mi glande, mi tronco con una presión fascinante entre sus dedos, a veces notaba que me hacía daño pero aguanté estoicamente, no fuera a ser que se arrepintiera de darme el mayor de los placeres recibidos hasta ese momento. Me hizo una mamada espectacular, era la primera vez en mi vida que me chupaban la polla, pero no me corrí por temor a incomodarla. ¡Me sentía un tanto cohibido! Eso ayudó a retener mi leche.

Ven cariño, vamos al cuarto, me dijo con una voz susurrante que me helaba la sangre a la par que aumentaba mi calentura, apenas podía creer aquello y casi me opongo a seguirla, de manera que ella tuvo que girarse para repetírmelo con ese tono insinuante imposible de decirle que No… Vamos, ¿Es que no quieres venir?

Sí, sí claro que quiero mamá, pero estoy confundido…

¿Confundido por qué? ¿Es que acaso no soy tu madre, la mujer que más te quiere y te querrá en toda la vida? Las madres debemos educar y enseñar a nuestros hijos las cosas de la vida…. O será que… ¿Acaso tú ya sabes cómo va esto…y me has engañado?

No mamá perdona, no es eso, ¡Yo nunca te engañaría! Es que yo no me imaginaba que las madres también enseñen la parte práctica del sexo a sus hijos…

Bueno mi vida, a decir verdad no es lo más común, pero no creo que sea yo la primera ni la última que lo haga en este mundo…, y si a ambos no parece bien ¡¿Qué mal podemos cometer?! …A ti te apetece mucho follarte a mamá y a mí sentir a mi hijo como goza con lo más hermoso de la vida.

La miraba estupefacto con los ojos que me salían de las órbitas, con la cabeza dándome mil vueltas perdido en un mar de contradicciones… No quiero que tengas dudas de nada en lo que yo te pueda educar, o en lo que te pueda ser útil en la vida… En definitiva eres un hombre con una verga y yo una mujer con un coño como cualquier otra persona… ¿Y cuál es uno de sus más agradables usos…?

No contesté, me pareció una pregunta retórica, además me encontraba abrumado, excitado e ido. La sangre no recorría mi cerebro, se encontraba toda concentrada en mi polla. A pesar de las palabras de mi madre no estaba muy convencido que estuviéramos haciendo algo que se encontrara dentro de los cánones establecidos por la sociedad, algo que aceptara mi padre y mucho menos me cabía en la cabeza que ella misma fuera quien lo estuviese proponiendo…

(Debe tenerse en cuenta de que estamos hablando de finales del año 2018, donde si bien se están experimentando profundos cambios sociales…, la crisis ha dejado su huella en todos los aspectos de la vida..., cambiando el pensamiento de la juventud y de los adultos. Si bien los adolescentes vivimos en un mundo imaginario cercano a un video juego, donde lo digital se confunde con la realidad, en una esfera social sin futuro plena de apatía cuyos referentes surgen de internet como los “youtubes” o “influencer”. Y los mayores intentan reinventarse en nuevos ambientes menos cáusticos, más prácticos llegando a lo pragmático y seguro, tanto en el aspecto laboral, económico y social. Aun estando en el siglo XXI las cuestiones relativas al sexo son un tema medio vetado en gran parte de las familias por falta de formación de los padres a la hora de afrontar el tema, con lo cual se le deja ese trabajo a las clases de tutoría del instituto cuando las hay, y sobre todo los amigos que nos instruyen con mayor o menor acierto aportando detalles en internet principalmente, todo ello nos arrastra a tener una idea errónea de lo que es el sexo para el otro participante en el mismo).

Nos dirigimos al cuarto dejándome pasar a mí primero, y tras entrar ella justo a mis espalda, cerró la puerta con seguro, pues aunque a esa hora no se esperaba a nadie en casa, de pronto mi abuela podía pasar por allí al vivir cercana a nosotros, además de estar en la ruta al supermercado y ella tener llave de casa.

*****

 

Mi primera lección práctica con mamá. Una vez dentro ella se quitó la bata que traía y deslizó las bragas de algodón blanco hasta que las sacó por sus tobillos quedando completamente desnuda. Toda esta operación la realizó de espaldas a mí pudiendo apreciar su estrecha cintura respecto a sus amplias caderas y sus enormes nalgas donde ya comenzaban a verse las marcas de los años con la piel de naranja, una piel plagada de vetas claras surcando su tersa dermis. Yo miraba, me imagino con asombro, porque casi despierto cuando la escuché decirme.

¿Te gusta lo que ves cariño? 

Al reaccionar ya la tenía de frente a mí a tan solo un metro. El espectáculo no era la primera vez que lo disfrutaba pero jamás como ese día, a solo un par de pasos de mí, desde donde la podía oler, saborear, intuir su dulce aroma a mujer…

¿Ves aquí estoy? ¿Te gusta como es tu madre…? Repitió ¿Qué quieres hacer conmigo o aún no te atreves a pedir nada? Vamos, anda  ¿Quieres que me perfume…?

No, quédate así, no quiero que te perfumes pero sí que te pintes los labios rojos…, me atrevía a decir para continuar…Déjame ver si el olor es igual al que siempre me imagino cuando me hago una paja pensando en ti.

– ¡Querrás decir oliendo mis bragas…!  Quedé asombrado con ese flash. –  Bueno también.

– Quieres que te cuente un secreto… La miré intrigado, se acercó a mi oído y susurrándome, su aliento me hizo sentir un cosquilleo que me estremeció, más cuando me dijo… – ¡Yo también me he hecho más de una paja oliendo la leche que dejas en tus calzoncillos…! Eres un guarrete ¿Lo sabes? Sobre todo cuando llenas todas las sábanas de semen. ¡Espero que a partir de ahora controles más tus corridas!

Supe en esos momentos que yo no tenía secretos para mi madre, miré hacia su coño y como ya dije anteriormente, su conejito formaba un maravilloso triángulo grande cortado por una raja sustancial que lo partía en dos, dejándose un precioso triángulo recortado de vello como indicando donde hay que meter la verga. Los pliegues de sus labios vaginales envolvían su clítoris en un perfecto encaje entre los muslos. La cantidad de vello no era mucho y bastante diáfano, muy diluido dándole un tapiz oscuro a su pubis, lo suficiente para delinear bien aquel lugar del amor y el placer. Entonces vi como ella se tumbó en la cama, subió las piernas, las flexionó y por primera vez en mi vida vi una vagina de mujer en todo su esplendor, no solo vi sino que lo olí, porque el olor que de ella emanaba se podía percibir perfectamente en el ambiente de lo mojado que estaba aquel chocho calenturiento. Creía vivir en una nube o en un video juego, sin embargo todo aquello no era una realidad virtual.

Ese es el mismo olor que tanto he deseado tener de ti, mamá.

¿De veras…?  ¡¿Tanto me deseas?! Por eso me robabas las braguitas usadas y te corrías en ellas…Me dijo con la mirada pícara, le sonreír tras haberme pillado infraganti, así que ella generosa me invitó a desnudarme…. Pues entonces venga, termina de quitarte el bóxer y acércate…, pon tu cabeza entre mis piernas y llénate de él, hoy vas a probar mis fluidos de la misma fuente… ¡Mira como está mamá de caliente y mojada por ti!

Me sentí desinhibido después de llenar mis pulmones con aquel olor agridulce de su flujo, de sus hormonas de hembra en celo y todo lo demás. Miré detenidamente aquella vagina, sus labios grandes, muy grandes, rosados, húmedos, metí mi cabeza y siguiendo un instinto salvaje comencé a chupar y a oler aquel chocho de color oscuro e interior rosáceo por donde debí salir de manera natural hace ya 18 años, y si todo iba bien entraría la parte musculada más dura y caliente de mi cuerpo. Ella se retorcía gimiendo muy queda al principio, luego fue subiendo el tono a la vez que el ritmo de sus caderas aumentaba, comenzó a decirme entre dientes…

No pares, lo haces muy bien mi vida, pareces un experto…, así, más arriba, busca el botón de mi clítoris, así. ¡Ahhhhh! Ahí mismo remanga el capuchón y mámamelo duro por favor ¡No pares! Sube cariño, sube a comerte la pepita de tu madre, ¡¡Chuuuuuupa me… laaaaa … pe..pi.. ta!

Tomó mi cabeza por la nuca con sus manos y comenzó a frotar su conejo contra mi boca primero y luego contra toda mi cara. Mi boca se llenaba de coño, su vulva tierna y suave era una gelatina que nunca se acababa por más que me comía, su clítoris se había espigado pareciendo un pistacho en lo duro y en el tamaño al que mi lengua dio un severo castigo. Recorría toda su raja con mi lengua lamiéndole el chocho encarnecido, y en el momento de cruzar por su entrada le clavaba la lengua follándomelo, insertaba lo más que podía mi lengua en su conducto atiborrándome del coño de mamá bebiéndome sus fluidos. Sentía el calor húmedo en mis morros, mi nariz y barbilla impregnados de flujo, mientras ella gemía desaforadamente agitando sus caderas con un ritmo intenso que acompañaba a mis lamidas profusas y contundentes. No puedo decir cuantos minutos pasaron, me parecieron muy pocos cuando de repente sentí como si me hubieran derramado un vaso de agua tibia a la cara. Mi madre sollozó, gimió y convulsionó elásticamente a la par que sus flujos saliendo intensamente en severos chorros, como si se estuviese meando en mi cara…

¡¡Asiiiiiiiii, así, qué bien lo haces, así!! ¿Te gusta? ¡Así me estoy corriendo cariño…! ¡¡Me has hecho correr como nunca granuja!!  Así ¡Ummmm! ¡Qué bien has aprendido en las películas porno!

Se estremeció y me asombró de lo que sabía de mí. Apretó mi cabeza contra su vagina que casi muero ahogado tragándome sus inagotables chorros de flujo liviano, y tras tres o cuatro convulsiones y medio litro de néctar licuado se relajó, soltó mi cabeza y quedó extenuada en la cama…

¿Te ha gustado cariño? Me preguntó….

Sí claro, que me ha gustado, ¡¿Cómo no gustarme lo que siempre he imaginado?! Pero creo que más te ha gustado a ti.

Ven acuéstate a mi lado por favor mi rey.

Así permanecimos un rato hasta que se recuperó…, su respiración estaba agitada casi tanto o más que la mía, con la diferencia que yo no me había corrido aún y mi verga estaba que echaba humo de lo calentorra que se hallaba. De repente se incorporó, se arrodilló en la cama poniéndose a cuatro patas, levantó bien el culo poniéndolo respingón y me dijo… ¿Te gusta mi culo…?

–  Sí, claro, le digo a doña Sofía. Es el culo más atractivo que conozco y con el que más veces me he corrido en mis pajas.

¡¡Pues si te gusta tanto hazlo tuyo!! ¡Haz todas tus fantasías realidad con el culo de tu madre…!

La vista era impresionante, aquel culo magnificado por la posición dejaba ver el estrellado ano marrón y grande latiendo por las contracciones musculares que mi madre realizaba a modo de cebo para que al macho exaltado de su hijo le apeteciera probarlo. Metí allí mi cabeza y aspiré de su aroma intenso a hembra en plena efervescencia…Los labios de la vagina le colgaban como dos orejones, habiendo adquirido ya su color púrpura formado una increíble raja donde se intuía el agujero de entrada a su gruta del placer, por donde mi padre se la trincaba desde hacía más de veinte años, aunque ahora menos o más bien poco la follaba si exceptuamos la última gran follada…

¡¡Vamos cariño métemela!!  Me dijo suplicante, esa mujer necesitaba ser follada con urgencia, anhelante de la herramienta perfecta que yo poseía.

Las ganas dispuestas y la ocasión idónea… ¿Por dónde quieres que te folle mamá…? Dije ingenuamente despistado por aquel culo…

¡Métela en el coño de mamá de una vez por todas! Su coño se abría y cerraba hablándome…alucinaba. No te apetece por el culo…

¡¡Ni se te ocurra!! No es el momento para darle por el culo a tu madre. Hoy vas a aprender a follar dándole de comer un buen Nabo a mi conejo…

Y así fue, puse mi glande apoyado entre aquellos labios húmedos y de un solo empujón toda mi verga se fue adentro sin que se escuchara un solo quejido de mi madre. Su coño se tragó mis casi 19 centímetros de rabo tieso de venas sobresalientes, pude comprobar que su fondo era importante, tal vez pudiera albergar una de mayor calado seguro, pues ni se inmutó habiéndosela insertado hasta el corvejón haciendo tope mis huevos en su mullida vulva. Cuando la sintió completa dentro de ella suspiró y se balanceó metiéndosela más diciendo…

Ahora muévete, así, sácalo todo y vuélvelo a meter.Ella era en realidad la que me estaba follando moviendo su cuerpo contra el mío…Así nene, me vuelves loca, rómpele el coño a tu madre ¡¡Me tienes más caliente que una estufa!! ¡! So cabrón!¡

Y volvía a hundirse entre mis muslos engulléndose todo el falo de su hijo una y otra vez con la confianza de dos amantes que se conocían de tantos otros polvos…. Me parecía imposible estar viviendo aquello y escuchar a mi madre decir aquellas cosas, empotrándose mi cipote hasta las misma trancas, en un chapoteo de nuestros cuerpo que se asemejaba al palpitar de las palomitas reventando de calor…, pero no paraba de follármela, tenía el eterno efecto de estar punto de correrme, la sensación me daba por imaginar que sería una larga y fluida corrida de leche espesa y cuantiosa. Cuando sacaba la verga del coño miraba como este se quedaba dilatado y podía observar en su interior, mi glande y tallo estaban llenos de sus fluidos blanquecinos del ajetreo, de la cual un hilillo corría desde el chocho de mi madre hasta su extremo inferior donde se hallaba el clítoris y de ahí goteaba sobre las sábanas. Aquella imagen me calentó mucho y mientras la escuchaba casi chillar…

¡Nene dale placer a tu madre…! ¡Fóllame y no la saques hasta que te corras bien dentro!

La volví a clavar como un animal presto a inseminar hasta atorarle el fondo de su conducto vaginal. La clavé  agarrándola fuertemente de su gran culo, después la trabé sobre las caderas más delgadas y de mayor agarre se cabe. Notaba todo mi cuerpo tenso, con mis glúteos apretados empujaba contra las nalgas de mi madre que se ondeaban a cada empellón de mi pelvis frente a ellas. Sin duda, el mejor culo para gozar y el más conspicuo coño para un hijo es el de esa madre a la que te puedes follar… acogedor, cariñoso, sumiso y tragón. No pensé en su fertilidad o en la posibilidad de dejarla preñada. El caso es que se dejó follar a pelo sin condón… ¡¡Joder cómo es eso de ponerla entre los labios vaginales y clavarla hasta dentro en tanto dé de sí haciendo tope en los huevos!! 

Ya imaginas, en nada arremetía como una máquina metiendo y sacando el pistón a todo gas para adentro sin contemplaciones. La sensación era única follándomela y notando la calidez de su esponjosa y lubricada vagina en mi capullo… se me puso a reventar al notar lo mojada que ya estaba, entrando los casi 20 cm de estoque con facilidad pasmosa. Percibía como se abrían sus paredes internas frotando mi sensible glande, metiendo y sacando sin cesar, su mirada apenas se cruzó con la mía un par de veces, tal vez un poco avergonzada de darse al instinto animal que llevaba dentro queriendo salir. Yo la besaba en el cuello, la cara, los ojos cuando se volvía hacia mí, y hasta me atreví a morrearla, fue cuando abrió un poco la boca para darnos la lengua por primera vez. Llevaba doce horas sin eyacular y en poco más de cinco minutos no pude contenerme, intensificando mis metidas enérgicamente para acabar una buena lechada toda para adentro en lo más hondo de su útero, de forma que no hubiese posibilidad que se le saliera una sola gota. La inserté hasta la raíz…

Te estás corriendo mi vida, mi rey sigue así de caliente, ¡¡Vacíate en mi coño!! ¡Llénalo de leche! Así, que bien se siente tu lefa ardiendo, ¡¡Dios mío que gusto, que placer!! ¡Dios perdóname, pero eres mi hijo y mi es mi deber enseñarte a follar…! ¡Y a ser buen macho!

El subidón de adrenalina era morrocotudo, mi corazón casi se me sale del pecho por la boca de la emoción… que me cubrió cada rincón de mis músculos de dopamina, especialmente mi cabeza en el momento en que me corrí salvajemente. Pegué un grito de verraco en el matadero al tiempo que soltaba mi primer chorro de leche en el fondo de su coño. Joder era la primera vez que me corría dentro de un coño, y éste mira por donde, era de la mujer más deseaba por mí… mi propia MADRE. Abrió los ojos cuando percibió el primer lechazo y el segundo que suelen ser los más copiosos, mirándome me sonrió dando su beneplácito a la follada con inseminación profunda en su útero ¡Eso me tranquilizó! porque pensaba que había hecho una aberración corriéndome dentro de ella como un pervertido sin haberle pedido permiso para vaciarme en su coño ¡Joder mi primera eyaculación dentro de mi propia madre! No me lo podía creer, estaba como soñando en esos instantes de furor soltando mi lefa dentro de esa mujer que tanto me excitaba… y no corriéndome en una paja pensado en ella…

–  Así, dame duro cariño, dame más leche, más aún. No pares hasta que me llenes el útero… así.

Mi madre percibía cada aldabonazo de esperma espeso lanzado contra su pared vaginal, en la misma entrada de su útero depositaba la implacable y abundante corrida de mi vida.

¡Así mamá, gracias por dejarme correr dentro de ti! Necesitaba tanto que fuera así, que mi leche sea ahora toda es tuya es muy importante para mí. Gracias.

Lo sé cariño por eso te he permitido que te corrieras dentro. ¡Al menos la primera vez debe ser así…!

No comprendí los motivos de su razonamiento, solo sé que fue la corrida más larga y exuberante que he tenido en mi vida, pues pese a haberme corrido la mantuve unos segundos dentro, donde mi madre con su maestría me masajeaba la polla engullida en su chocho con contracciones musculares de sus paredes internas, nunca imaginé que eso se podía hacer, y allí estaba la señora de la casa sorbiendo mi falo con su coño. Cuando el tamaño de mi verga disminuyó, una vez descargado la fui sacando de su apretada vagina, ambos nos pusimos a mirar a la expectativa como extraía toda la tranca impregnada de flujo y esperma espeso, y de lo dura que aún la tenía. La cantidad debió ser tanta que tras mi capullo salió un reguero de leche que mojó todo su coño, parte cayó en las sábanas donde mi padre duerme habitualmente. Se salió de aquel zulo apretado que tanto placer me había acabado de dar, ella lo contrajo primero y luego lo dilató desmesuradamente provocando desde su interior la salida de un hilo de leche formando un borbotón entre sus grandes labios vaginales. Al poco tiempo se levantó precipitadamente y se agachó en el piso, se escuchó el sonido del aire que salía de su coño dilatado al verse comprimido para adquirir de nuevo su estado natural otro, y de inmediato un torrente de leche cayendo al piso…

 ¡Madre de Dios, cuanta leche me has metido en el coño hijo! No puedo contenerla toda en el interior de mi coño….Cuando se levantó me inquirió diciéndome… ¿Te ha gustado?

Mucho, le respondí, pero… ¿Y por el culo…?

No, eso después no seas vicioso, por hoy es suficiente. Recuerda que te estoy enseñando lección a lección como madre tuya que soy.

¿Y cuándo será la próxima?  Le pregunté impaciente…

–  Eso no tiene fecha, tienes que ser paciente así no es como se enseñan estas cosas, deja que la inspiración baje y el momento lo permita…, tu padre también tiene derecho a disfrutar de su esposa… ¡No soy una máquina!

No tuve más que darle la razón, mi madre no era una zorra a la que se le puede estar follando dos o tres veces al día, tenía que servir a dos hombres y ella era la que dosificaba la cantidad y el momento oportuno.

–  De pronto te permitiré que sigas mirándome sin necesidad que te escondas por toda la casa…, y me gustaría saber si te haces pajas pensando en mí, pero por ahora no va a haber más en unos días, me has dejado el conejo muy bien alimentado por unos cuantos. Y hablando de pajas ¿Por qué no vas y te haces una pues mira como tienes esa verga aún?

Si es que estoy muy excitado mamá, con ganas de más… ¿Tú no me la harías? Sería como hacerlo otra vez sin necesidad de penetrarte….

Bueno, pero una y no más.

Se incorporó, me llevó hasta el baño, se sentó en el inodoro desnuda, cuando la presión hizo que saliera la mezcla de leche y flujo vaginal. Sin hacer caso omiso al derrame, tomó mi verga por debajo del glande entre sus manos y comenzó a acariciarla, la olía, le pasaba la lengua lamiendo el capullo, el orificio por donde salía mi semen…, la movía y así poco a poco se fue acercando de nuevo la corrida. Los huevos subían y bajaban al son de su masturbada cuando no los asía con la otra mano apretándolos al punto de escurrirlos como una esponja. La paja no me duró mucho más que el polvo…

Ya mamá, ya viene, muévela más, así, que bien lo haces…, ya viene mami…

¡Échala en mi cara y en mi boca hijo! 

Se posicionó bajo mi polla con la boca abierta pajeando sin parar con toda precisión, así  sentí como me invadía la ganas de desahogarme, corriéndome de nuevo en aquel nuevo torrente de leche desde lo más interno de mis huevos. Un primer chorro fue a dar de lleno en la cara de mamá, el segundo, aún potente, grueso y espeso lo dirigió hacia su boca a fin de no desperdiciar la oportunidad de saborear mi esperma, y un tercero a sus tetas y siguientes borbotones también. Me había vaciado por segunda vez gracias a los favores de mamá, que lamió mi capullo para dejarlo limpio del engrudo que tuvo imposible ser eyaculado sobre ella, previo a ello fue bebiéndose lo descargado en su boca, parte de lo de su cara y tetas que fue recogiendo con un dedo como una golosina de preciado valor. Cuando acabó me dijo chupeteándose los dedos…

–  Bueno ahora si basta por hoy, y recuerda, ni una palabra de esto a nadie. Desde hoy tienes todo mi permiso para mirarme y masturbarte, pero no más de dos pajas al día distanciadas ocho horas como mínimo ¡¿De acuerdo?!

Sí mamá no te preocupes….

¡Anda dale un beso a tu madre! Y ve preparándote para ir al Instituto, o ¿es que acaso pensaste que yo era boba y no sabía que tenías clase hoy?

Ella se quedó allí sentada en el inodoro aliviándose la vejiga en una meada tan fuerte que se oyó durante quince segundos sin parar desde mi habitación. Yo me fui a cambiar para irme al Instituto, y justo sobre la mesa del aparador de la entrada me encontré un justificante firmado por mi madre por haber estado enfermo ese mañana, no quería que simplemente expusiera cualquier excusa por la llegada tarde,  o tal vez fue para que no se me ocurriera decir al profesor que llegué tarde porque mi madre me estaba dando clases de fornicación… ¡¡Me estaba enseñando a follar!!

CONTINÚA...

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Alicia y el abuelito. (Parte 3)

Alicia y el abuelito. (Parte 4)

Alicia y el abuelito. (Parte 2)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 5)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 1)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 3)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 2)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 4)

De cómo me preñaron de mis dos hijos. (Parte 3)

De cómo me preñaron de mis dos hijos. (Parte 2)

La prima de riesgo. (Parte 2)

De cómo me preñaron de mis dos hijos. (Parte 1)

La prima de riesgo. (Parte 4)

La prima de riesgo. (Parte 1)

La prima de riesgo. (Parte 3)

Todo queda en casa

Volviendo a sus orígenes. Parte 5

Volviendo a sus orígenes. Parte 2

Volviendo a sus orígenes. Parte 3

Volviendo a sus orígenes. Parte 4

Volviendo a los orígenes. Parte 1