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En mi etapa de profesor uterino... 3ª parte

en Hetero: General

Para las clases de matemáticas, llegaba a la hora acordada y Laura me recibía de la misma manera que la primera vez, pero las cosas ya habían cambiando mucho después del affaire imprevisto en la playa nudista, y la follada en casa, comenzábamos a tener una enorme complicidad… entre nosotros se notaba la gran confianza al tener gustos comunes, como los nudistas, la música y la manera de divertirnos… y lo mejor era que mi petición sobre prepararme a las niñas, atendiendo a su promesa calenturienta en la playa surtió efecto, ahí comprendí el nivel de sumisión a mi falo por parte de aquella madura esplendorosa y posteriormente de sus niñas.

– Hola, Fernando, pasa, las niñas te están esperando en su cuarto. Ya lo tienen todo preparado para la clase de hoy. Como ya te imaginas, estamos solitas con mi marido de viaje por las islas griegas otra vez como de costumbre… Lo dijo con ese deje de “Estamos esperando a un buen macho que nos cubra”

Al entrar en la habitación me quedé completamente pillado al descubrir que lo que Laura me ofreció en la playa no era un farol, sino toda una realidad… Ese día mis dos alumnas estaban semidesnudas, una con un pequeño pantaloncito de pijama y un top que solo le cubría las tetas a duras penas y otra con tan solo unas minúsculas braguitas tipo tanga sin nada que cubriese sus tetas.

– En este piso hace mucho calor y no tenemos aire acondicionado para toda la casa, por eso vamos así,me aclaró Laura. – Si quieres puedes ponerte fresquito tú también, eh. Ahí tienes una silla donde puedes poner tu ropa y de esa manera nos vemos todos igualados…os dejo ya solos. Yo estoy dándome una duchita mientras y preparando algo en la cocina. Si necesitas algo no dudes en venir a decírmelo. Laura se marchó del cuarto y las dos niñas se acercaron a mí para saludarme con un beso. Estaba claro que su filosofía del nudismo lo llevaban a buen término en todos los aspectos de su vida privada y encontrar un profesor al uso de esas costumbres les vino como anillo al dedo, era su profe ideal…de matemáticas y aficionado al naturismo, así que no tendrían que ocultar su forma de vida ni dando clases.

– Hola, profesor. Ya conocía a Lorena, sin embargo no conocía a su hermana antes del primer día… ni siquiera me sonaba de haberla visto por los pasillos del instituto.

– Hola profe, dijo Silvia, la mates no le dan muy bien.

Las dos tenían un cuerpo sensacional dignas de su madre… sensuales adolescentes que cuando las ves piensas que siempre están calientes. Lorena era morena y guapísima, tenía unos pechos ya formados y muy levantaditos, con unos pezones redondos y sonrosados. Llevaba un pantaloncito corto de pijama muy bajado, tanto que se le veían algunos pelitos del coño. Silvia era rubia, con unas tetas pequeñas todavía en formación, con unos pezones pequeños e infladitos. Llevaba unas braguitas pequeñas y apretadas que resaltaban su culito respingón y su pubis hinchadito. No podía evitar mirarlas y admirarlas.

– Bueno, Fernando, ponte fresquito y vamos a empezar, que tenemos ganas de que nos enseñes muchas cosas, dijo Lorena no sé si con doble sentido.

Silvia se sonrió con la picardía de quien va a hacer una travesura y no a estudiar la sobrias matemáticas. Con tanta insistencia no me quedó más remedio que quitarme la ropa y quedarme en bóxer, y justo ese día llevaba unos blancos de esos que marcan paquete. Las dos niñas clavaron su mirada en él. Al principio estaba cortado, pero poco después no le di importancia, al menos Lorena ya había gozado con la vista de mi verga en la playa nudista. Lo malo vino cuando Lorena se sentó abierta de piernas, de tal manera que se le veía completamente el coñito aterciopelado. Eso, unido a que Silvia no paraba de tocarse las tetitas, hizo que mi verga aumentara de tamaño, y las dos miraban asombradas el fenómeno. Silvia acercó su mano y la puso sobre mi bulto crecido sin cortarse lo más mínimo.

– ¡Uauuu! Esto es la primera vez que lo veo. Se te nota grande y suculenta… ¡y sigue aumentando! Ya me habían a hablado muy bien de ella… jajaja. En efecto, mi polla no dejaba de crecer, ya casi no podía retenerla dentro del bóxer, cuando se me empalma me cubre hasta el muslo y me es difícil disimularlo.

– ¡Sácala que la veamos! Pedía desesperadamente Lorena. Y nosotras te enseñamos nuestros chochitos.

Pensaba que lo dejaríamos para después de estudiar las ecuaciones de primer grado, pero veo qué vais al grano de primeras. Vuestra madre es muy incauta al dejaros solas…

En vista de la situación, opté por salir del cuarto a ver si se calmaba la cosa. Aproveché para ir al cuarto de baño, y al abrir la puerta vi a Laura saliendo de la ducha, toda desnuda con el cuerpo mojado, lo que me excitó más todavía. – Perdona Laura, me excusé. No me acordaba de que estabas aquí.

– No pasa nada, Fernando, contestó mientras se percataba del tamaño de mi paquete que todavía pugnaba por liberarse. – Pero ya que estás aquí pasa y me ayudas a secarme la espalda y a echarme crema. Ah, por cierto, has manchado un poco el bóxer. Quítatelo, anda.

Efectivamente, con tanta excitación se me había escapado un poco de líquido seminal. Me quité el bóxer y al fin liberé mi verga de tanta apretura, de todos modos esa familia hacía nudismo y por lo que veía en casa el naturismo lo tenían muy asumido todos y en especial las hembras por tanto tiempo abandonadas por el cabeza de familia. Le sequé la espalda a Laura y también las nalgas, duritas y riquísimas. Me dio crema para extenderla por su espalda, lo que hice con suavidad. Ella daba respingos de gusto. Luego le froté bien el culo sin dejar ningún hueco por acariciar. Finalmente llegué al mismísimo agujero, que lo tenía dilatado. Le metí el dedo y ella se sometió echándose hacia delante y ofreciendo su intimidad para que yo hiciese lo que quisiera. Como la tenía completamente dura y erecta no me lo pensé y se la metí en el coño. Gracias a la crema entró fácilmente. Mientras la penetraba le acariciaba el clítoris por delante para que disfrutara aún más…

Laura tiene la misma rutina en esos días tan calurosos de verano… Ha llegado a casa, cansada del trabajo, pero se ducha dejando que el agua recorra su cuerpo, durante un rato, se deja caer hacia la pared, y se va acariciando suavemente, mientras se pone un aceite de esencia que hace que sus manos se deslicen mejor, y se deja llevar por tu fantasía. Sigue en la ducha, está tan bien acariciándose que pierde la noción del tiempo, tiene ganas de estar con alguien y piensa en un hombre que le atrae, que desea pero no puede tener… o tal vez sí, porque Fernando ha entrado en su vida como un torbellino y tiene que hacer lo que sea por retenerle.

Laura está dispuesta a ofrecer a sus dos hijas en prenda, a cambio de obtener de mí su ración de rabo…son dos niñas pero ya han tenido su experiencia sexual en familia, su esposo se encargó de hacerlas mujeres y ahora ya están preparadas para gozar del sexo abiertamente, sabe que si tengo a Lorena y Silvia a ella tampoco la dejaré. Había salido de ese cuarto donde dos gatas en celo me acorralaron para algo que no estaba previamente preparado… follarme a esas dos niñas me parecía casi surrealista, necesitaba aire fresco y pensar un poco en la situación, solo era un profesor de matemáticas sin mucho sexapil que disponía de tres hembras solo para mí. Salí al aseo para refrescarme, entonces fue cuando me encontré con Laura…

En esos momentos estás muy, muy excitado, piensas en ellas pero te encuentras con su madre dentro del aseo, ya no puedes más y buscas su boca en sus labios, tu lengua sobre la suya… le pasas suavemente tu boca por su cuello…mientras estas teniendo una erección vital, brutal… Sigues bajando hacia sus tetas y te detienes, vas mordisqueando sus pezones, succionando apretando…con tu lengua… Escuchas sus gemidos de placer…eso te excita más, recorres su cuerpo con tu lengua…acaricias con tus dedos jugueteas con su clítoris…ella está mojada…tus dedos resbalan entre su vagina, estas que no puedes más… deseas penetrarla con fuerza, pero prefieres esperar a que ella te lo pida…

Sin darme cuenta mi polla se había puesto tremenda en pocos segundos, yo mantenía la distancia, pero sin poder remediarlo la punta de mi capullo tocaba su cuerpo. Estaba muy apurado pensando que ella se volviese y me dijese algo sobre mi verga tiesa. Estaba muy excitado ante un cuerpo tan sensual, con unas tetas maravillosas, un coño depilado con los labios abiertos mostrando impúdicamente el clítoris, un vientre  cuasi liso, una cintura estrecha, unas caderas exuberantes, un culito respingón y unas piernas largas, delgadas y sedosas. Yo le frotaba el trasero, manoseando delicadamente y jugando con sus nalgas…, las frotaba y amasaba a la par. Como estaba un poco abierta de piernas, pude llegar hasta su chumino, me pareció apasionante.

- La esponja está áspera cariño, ¿por qué no me frotas con tu mano?

- Como tú quieras nena, así mejor”.

- Mucho mejor mi cariño.

Cuando le acariciaba el culo, ella se abría más de piernas y se inclinaba hacia delante…, no podía creerlo, cada día era más puta… me estaba ofreciendo descaradamente sus agujeros. Mi polla lo sabía, por eso estaba cada vez más duro. Mi mano se adentro en un territorio indómito pero no menos deseado, recorrí la raja del culo hasta su ano que presioné. Entraba en su raja vaginal mientras ella daba pequeños gemidos de gusto. Como el que no quiere la cosa le metí un dedo en su orificio anal…, le tuvo que gustar mucho, porque se retorcía. En un acto reflejo se llevó la mano a su vulva para masturbarse, encontró su clítoris y se friccionaba con decisión. Ninguno de los dos decíamos nada, nos dejábamos llevar deslizándonos sobre nuestros deseos como si nada pasara más allá y todo fuera normal. Sucedió tan rápido que no me dio tiempo a pensar, un ataque por sorpresa o simplemente un acto casual dentro de la convivencia familiar ¡No lo puedo definir! Antes de que mediera cuenta me agarró la verga, bajo el prepucio liberando el glande y se puso a mamarla mirándome a los ojos. Me ensalivaba desde el capullo a las pelotas, hasta que decidió metérsela dentro…, me dedicó una chupada a mi glande pajeando el resto del tronco durante dos minutos. Se elevó y se dio media vuelta sin soltar mi polla que atrajo hacia su culito, yo solo tuve que empujar un poco y gracias al gel mi rabo entró fácilmente, poniéndome a cabalgarla con frenesí. Los jadeos eran cada vez más fuertes y no pensábamos que pudiesen escucharnos. Cuando estaba con la verga a punto de reventar.

Laura me pidió excitadísima… - ¡Sácala, sácala!

Pensé que se había dado cuenta de lo que estábamos haciendo y quería terminar con aquello, sin embargo lejos de eso lo que quería era terminar de follar en otra posición. - ¡Métemela por delante! ¡Quiero que me folles el coño! ¡Quiero ver tu cara cuando te corras dentro de mi útero!

Sus palabras llenas de lujuria eran órdenes para mí…, la saqué del culo me la limpió con gel y agua y se la enchufé por la vagina abriendo sus calientes labios rosados. Cara a cara, aprovechamos para chuparnos la boca y restregarnos las lenguas metiéndolas hasta el paladar ¡Nunca pensé que una madre de familia fuera tan puta! La contemplación de aquel cuerpo prohibido, me excitaba tanto que me puse frenético. Yo no paraba de meter y sacar mi largo estoque, aplastando mis huevos contra sus labios vaginales. Ella no paraba de segregar líquido vaginal, más y más. Al cabo de unos minutos no pude retener más la eyaculación. Me corrí de forma bestial dentro de ella, ni siquiera fui capaz de sacarla y correrme fuera…, ella tampoco lo quiso evitar pegándose a mi pelvis. Durante años había deseado llenarle el coño a una zorra tan maciza, esta ocasión se llevó una abundante chorreada de lefa. Nos abrazamos, besamos y acariciamos, con la verga aún dura en su intimidad, ella misma se la sacó como si no hubiese entrado. Nos terminamos de duchar y nos secamos. No tardamos en corrernos, las niñas estaban esperándome en el cuarto. Le puse el coñito lleno de esperma a rebosar mientras jadeábamos de gusto. Rápidamente y volví de nuevo a la habitación de las chicas y con la prisa de la excitación no me di cuenta de que estaba completamente desnudo.

– ¡Qué guay! Fernando nos ha hecho caso. Ahora nosotras tenemos que cumplir nuestra parte del trato. Se quedaron las dos completamente desnudas.

Tenían sus chuminos idénticos, afeitaditos y muy cuidados, con unos pelitos por la parte superior del pubis. Me empujaron a la cama y antes de que pudiera reaccionar Silvia cogió mi verga y se la metió en su boca. Me la chupó como no lo había hecho nunca antes ninguna otra chica. Con su lengua hacía maravillas. Entre tanto, Lorena se sentó a horcajadas sobre mi boca para que le lamiera el chochito. No quise contrariarla y le chupé el pubis, los labios vaginales, el clítoris y finalmente le metí la lengua en la vagina follándomela con la lengua. No sé que se echaba ahí dentro pero estaba riquísimo. Así estuvimos un buen rato.

– Bueno, fin de los preliminares. Ahora te vamos a follar. Dijo la pequeña como si aquello fuera lo habitual.

Se pusieron las dos a cuatro patas encima de la cama delante de mi verga erecta. Lorena la cogió guiándola a su coñito, en nada se la metió abriéndose los labios vaginales con dos dedos a modo de apartarlo y no estorbasen para que el buque de gran calado entrase en su dársena encharcada para que la follarse a todo trapo. Luego se comenzó a mover para que la polla entrara y saliera bien lubricada y cada vez alcanzar mayor profundidad. No duré mucho dentro de Lorena, me hubiera gustado estar al menos un cuarto de hora horadando ese coñito tan angosto y placentero con la panorámica del culo moreno, con unos ligeros tonos más claros debido al corte del bañador, aún le faltaban horas de exposición en la playa nudista. Era una gozada ver como mi ancho y largo cipote salía y entraba en la apretada vagina de Lorena. Quien me iba a decir a mí que esa chiquilla que apenas pasaba desapercibida a mis ojos, sería tan puta y caliente follando… que ese verano me la follaría junto a su hermana menor con el consentimiento explícito de la madre…, una mamá a la que también le daría lo suyo y bien dado. El caso es que no pasaban diez minutos cuando vi a la pequeña desesperada por probar mi verga. Se acercó acariciando mi cuerpo, mi culo y hasta me agarraba de los huevos dándole un buen sobo, en tanto la polla entraba y salía desde la punta a las pelotas una y otra vez en el útero de Lorena.

–Creo que ya me toca,dijo Silvia porque también quería probar mi verga.

Con un empujón, la sacó del coño de su hermana, y me puso tendido boca arriba. Antes de decir nada, la niña con su juventud, tenía una habilidad sexual pasmosa… se acopló a mi cuerpo sentándose en cuclillas sobre mi mástil amarrado con su manita derecha. Poco a poco se fue sentando metiéndose mi musculada polla dentro de su coñito abriéndose los labios de igual manera que hizo su hermana. Aquello era para reventar de gusto al sentir el conejito de una niña tan apretada e impúber, y nunca mejor dicho, porque después de cinco minutos de fornicación, percibía que el semen se me escapaba a borbotones. Veía como su coñito se tragaba cada centímetro de mi tranca con todo el desparpajo de una madura experimentada en mil folladas. Descubría cada pliegue de sus paredes y los gemidos consternados en jadeos de la chiquilla.

Me sentía el marajá de Brunei con tres hembras dispuestas a dármelo todo, dejándose follar a pelo sin el menor recato. Después de la follada a Lorena, aquello me excitó sobremanera con una complicada capacidad de retención por mi parte para no acabar en una gran lechada dentro de ese coñito enjuto. Sus tetitas temblorosas, sus agilidad para subir y bajar de manera portentosa, sus jadeos con pequeños gritos al notar mi glande aporrear el fondo vaginal en su pared sin llegar a poder contener toda la longitud de mi polla, el olor a sexo femenino dulce empapando mi sentido gustativo y la entrega sin compasión de esas niñas con su vaginita succionándome la verga, se perfilaron como los detonante de mi segunda corrida de la tarde. Y no lo avisé, solo agarré a Silvia de las caderas y la mía comenzó a apuntalar contra su coño en arremetidas cada vez más rápidas. Aquello la niña sabía de qué se trababa porque gemía sin suprimir mis embates hasta que finalmente me derramé en largos y cuantiosos chorros de leche, no tan espesa como la que inoculé a su madre media hora antes dentro de su abnegado coño.

– ¡Ay qué rico! ¡Cómo siento la leche calentita en mi chocho! ¡Dámela como se la das a mamá…! ¡Umm que buena! ¡¡No sabes cuánto me gusta sentir la lefa en mi coño!!

Tras acabar de convulsionar mis cinco o seis lechazos en buenos chorros dentro de su útero, la extraje y ambas se volcaron en limpiar la polla con sus lenguas. Me la dejaron baldeada y reluciente. Fue la clase de "Mates" más excitante y divertida que había dado en muchos años… y recibido también.

– Mañana me toca a mí la lección… ¡Quiero que me inundes el coño de leche, como a mi hermana! Me susurró Lorena al oído mientras me agarraba la polla.

Era ya la hora de terminar la clase. Me puse mi ropa y me despedí de las chicas hasta el siguiente día. Fuera estaba Laura con su camisón de ir por casa. – Ya has acabado con la clase a las niñas… Espero que tengan sus frutos para el curso que viene,dijo la madre sin saber muy bien en qué sentido lo decía.

– Si siguen a ese mismo ritmo e interés puede que ambas saquen algo bueno de dentro de ellas.

– Eso espero. Sin embargo no te cebes demasiado con las nenas…, son muy jóvenes e impulsivas y dale algo de cuartel entre rapapolvo y rapapolvo, no me las vayas a traumatizar con tanta integración y derivación. Ya en la puerta se despidió de mí acabando de decir… – Bueno el próximo día toca por delante. Quiero sentir tu leche dentro de mi coño otra vez. ¡Está tan rica!

****

 

Cuando al fin me fui, no sabía si volver… parecían ninfómanas insaciables. Pero el morbo era mucho. Y volvería a cumplir con mi trabajo docente, estaba dispuesto a obviar las insinuaciones de esas niñas calientes y su madre. La cabeza de mi polla ganó a la cabeza del raciocinio…pero me tomé un par de jornadas relajadas para asimilar aquello que me estaba pasando. Nunca me ha visto como un ganador, pero me lo estaba creyendo. Comencé a ver fotos desde que era adolescente hasta hoy…las comparaba para ver las 7 diferencias y al cabo de un buen rato analizándolas, descubrí que con los años había adquirido cierto sexapil con algunas canas y una barba de varios días, dándome un aire de malote castigador. Ahí debía de estar la diferencia y en mi gran badajo la clave para esclavizar a todas esas zorras ninfómanas… Arranqué mi viejo coche y me fui a la playa nudista a relajarme.

Ese día coincidí con una compañera en la playa, tuve un affaire inesperado un día como otro cualquiera…Mi trabajo como profesor me permite tener un horario bastante flexible, especialmente cuando llega final de curso con el calorcito, así que me gusta cogerme un rato por la tarde después de comer y desconectar antes de volver a la vorágine de mi estudio con mis tareas de preparatorias. Una de las opciones para ese rato es acercarme a la playa nudista del Saler, que está escasamente a 10 minutos en coche de donde vivo, y tumbarme a tomar el sol bajo una carpa que filtra los rayos UVA tan perjudiciales para la piel, y allí en pelotas me tumbo escuchando música. Normalmente me pongo alejado de la orilla, tras las dunas, porque se está más tranquilo, además de protegido del viento que normalmente a esa hora suele girar y se vuelve un poco más incómodo. Pues bien, aquel llegué como de costumbre y me puse en el sitio de hábito. Me desnudé, monté la carpa tipo iglú en cero coma segundos y me tumbé sobre la toalla con los cascos para escuchar música, sin ninguna otra intención que pasar el rato tranquilo hasta que se hiciera la hora de volver a trabajar en casa. A los diez minutos de estar allí una sombra sobre mi cara que me tapó el sol me hizo abrir los ojos.

– ¡Hola! me dijo alguien… Se trataba de Clara, una compañera de trabajo. Clara es pelirroja, con el pelo rizado, no muy alta ni muy agraciada, pero simpática como un cascabel con buen polvo. Con poco pecho, no obstante siempre me había fijado en ella porque tiene un culo respingón y precioso, que normalmente acompaña con unos vaqueros ajustados y unos tacones altísimos. – Hola, contesté. Mi primera reacción fue taparme instintivamente, reacción absurda porque se trata de una playa nudista.

– ¡No te tapes, hombre! ¡Que ya te he visto de sobra!!!! Jajajaja

– Pues tienes razón, contesté.

– ¿Qué haces por aquí?

– Esta tarde me he propuesto ponerme moreno donde nunca me da el sol… por eso he venido a pasar la tarde a la playa.

– He visto tu coche aparcado allá, dijo, señalando hacia la zona de parking disuasorio.

– ¡¿Conoces mi coche?! Pregunté un tanto incrédulo.

– ¡¡Pues claro!! ¿Tú no conoces los de tus amigos…? Y también sé que vienes muchas tardes a esta playa... ¿Te importa si me pongo aquí?

Extendió la toalla, dejó la bolsa que llevaba en el suelo y comenzó a quitarse la ropa. Se quedó enfundada en un bikini de color ocre, con la parte de abajo muy pequeña tipo tanga, y se sentó en su toalla. Ahí iniciamos una conversación de lo más banal que incluyó trabajo, hábitos a la hora de comer, estado meteorológico, sequía y lluvias previsibles…. Al rato se levantó.

– Me voy a bañar. ¿Estoy muerta de calor, Vienes?

– Creo que no, gracias. No me apetece, contesté

– Está bien, como quieras. Me voy al agua.

Se quitó el bikini y lo dejó en la toalla. Pude ver sus tetas pequeñas, con pezones pequeños y el coño depilado con una fina hilera de vello en vertical. Y efectivamente, el culo era perfecto. Respingón, grande, yo diría desproporcionado para su cadera de avispa… como a mí me gustan, y con un poco de celulitis. Vamos, cuasi perfecto. Mi polla empezó a animarse y comenzó a adquirir tamaño, pero decidí volver a la toalla porque no quería que me viera en ese estado cuando volviera del agua. Al poco rato volvió. Se sentó en la toalla y, con descaro, me dijo…

– ¡Parece que se te ha animado! Ja,ja. Efectivamente, mi polla aún estaba grande, no con una gran erección pero sí grande. – ¿Eso no será porque me he quitado el bikini, verdad?– No creas, suele pasarme con frecuencia, mi polla tiene su vida propia independiente de mí, contesté. “No poco”, pensé yo.

– ¡¡Oh vaya!! Dijo riendo. – Tu verga te ha hecho una DUI (Declaración Unilateral de Independencia)

– Sí algo así

– Seguramente no me esperabas ver en esta playa, pero me enteré de tus hábitos y me animé a venir yo también…hace tiempo hice nudismo cuanto tenía un novio muy animado, medio hippy. Fue mi época rebelde y libertina.  

– Se ve que has tenido una vida muy intensa…

Se tumbó en la toalla boca abajo, pero mientras lo hacía se puso a cuatro patas durante tres o cuatro segundos buscando las gafas de sol en su bolsa de la playa. La vista de su coño y su culo por detrás fue lo que necesitaba para que mi polla volviera a crecer un poco más, adquiriendo mayor dureza y llegara a una buena erección. Volví a tumbarme y a ponerme la música cerrando los ojos intentando llevarlo con normalidad. La verga con una buena extensión se posaba en mi pubis llegando al ombligo. Eso debió de ser el detonante que le llamó la atención y al poco rato noté como ella se movía en la toalla y abrí los ojos. Se había puesto de rodillas a mi lado y miraba mi polla. Alargó la mano y la puso encima de ella.

– Me gusta la buena polla que tienes, es muy grande. Nunca pensé que tuvieras un cipote tan recio, dijo. ¡Se te ve tan normal! Ninguna de las profes hubiéramos a posado por ti, y ya ves tiene la polla más enorme que he visto en mi vida…Jamás había tenido tan cerca una de este calibre.

– Pues que sepas que ahora sí que es por tu culpa, contesté. Me estás poniendo muy cachondo despertando a la  bestia. ¡Te advierto que llevo semanas sin follar…!

Mirándome coqueta y lasciva empezó masajear mi polla, primero con una mano un largo rato, luego con las dos, subiendo y bajando mientras aquello ya se me había puesto como una piedra y hasta doloroso. La moví con el fin de colocar su coño encima de mi cara para empezar un 69…, ella me ayudó facilitando la posición y en un instante su coño sabía rico en mi boca, salado por el mar, y rezumando flujo, lo cual denotaba lo salida que se hallaba Clara. Mi polla se hundía en su boca mientras yo le lamía el coño y subía hasta mojarle con la lengua el culo centrándome en su cerrado anito que electrificaba su cuerpo por las convulsiones que le notaba. Aquello me gustó, y a ella mucho más de ahí que me levanté y le pedí que se pusiera a cuatro patas con las piernas separadas…, no opuso resistencia ni tiempo alguno en pedirme explicaciones, simplemente lo hizo a la velocidad del rayo hincando sus rodillas en la arena bajo el palio de mi carpa que nos daba cierta intimidad.

Me puse detrás y empecé a chupar su ano, que recibía mi lengua contorneándolo e incluso entrando y saliendo levemente con la punta de mi lengua. Me levanté y se la enfilé abriéndole los labios carnosos de su vagina, encontré la boca de su conejo hambriento y se la metí muy despacio por el coño notando como se expandían las paredes vaginales al paso de mi glande en el empapado, caliente y angosto conducto uterino. Poco a poco fui aumentando la intensidad de las embestidas asumiendo mayor profundidad a cada acometida. Tenía el coño pequeño y mi polla no le cabía bien por longitud, habría que comprobarlo y por anchura esparciendo su vulva de manera sustancial, pero ella se movía y empujaba buscándola toda cada vez con más energía y decisión, se encontraba loca por zamparse todo el trozo musculado de mi cipote venosamente endurecido. Yo estaba detrás de ella empujando con contundencia, con las rodillas hundidas en la arena follándomela por el coño gozando de su coño. Varios minutos estuvimos así hasta que empezó a gritar…

– Me corro!!!!! Tuvo espasmos en el coño que se transfirieron a todo su cuerpo, agitaba las caderas frotando con fortaleza sus paredes dilatándose y contrayéndose de manera frenética, a la vez que soltaba chorros de flujo salpicándome mi entrepierna con la pujanza que salían. En todo ese tiempo no la solté, bien agarrada del culo la embutí más dentro dándole duro como ha de darse a una perra en celo, porque eso era Clara en esos instantes que rozaba el paraíso del placer. Al cabo de su orgasmo, se dio la vuelta y dijo…

 – ¿Seguimos? Me has puesto muy cachonda. Ahora sí que me has puesto bien PUTA.

En ese momento se dirigió a su bolsa y sacó un bote de lubricante (el Durex del envase color naranja con efecto calor). Puso una buena cantidad en su mano y me la extendió por toda la polla. Luego cogió más y esta vez se puso de nuevo a cuatro patas y se lo extendió por el coño a la vez que se metía un poco con dos dedos por dentro impregnándolo de una buena cantidad. Me arrodillé detrás y acerqué mi polla a su culo, ella lo puso en pompa poniéndolo respingó con ambos aguajeros con total acceso a su macho, Clara estaba desconocida completamente ofrecida y sumisa a que la empalase como fuera, pero bien duro. Empecé a empujar despacio pero el lubricante hizo efecto y aquello hizo que fácilmente entrase mi polla hasta la raíz pegándole mis huevos a su vulva. Le entraba con facilidad pese al tamaño de 21 cm de larga y 6 de anchura, se movía bien para encajársela y sus gritos de placer eran cada vez más fuertes se perdían en la inmensidad de las dunas. Durante un rato estuve metiéndola y sacándola del todo de su coño profundo, haciendo que mis bolas rebotasen sin cesar…cada vez que volvía a entrar, ella daba un grito de placer hasta que volvió a anunciar que se corría. ¡Joder con Clarita doña orgasmos! Hacía varios días que no eyaculaba, y mis pelotas se hallaban repletas de esperma ansioso por aventarse, y eso iba a ser rápido con las contracciones vaginales de mi puta compañera…

– Sííííííííííí´!!!!!! Me corro otra vez!!!!!!  ¡Cabrón que buen polla tienes y qué bien me follas! Dame duro y fóllame como a una puta…

Esta vez no hubo el chorro de flujo tan enorme de la anterior pero sus espasmos fueron igualmente intensos. No pude contenerme y arrecié las embestidas duras y profundas, mis ganas de correrme me anestesiaban todo el cuerpo y el cerebro dio la orden de abrir las compuertas… la hundí hasta su pared vaginal sintiendo la dureza de su fondo y allí mismo se contrajo la próstata soltando un largo chorro de leche que inundó su cérvix, después un segundo aún de mayor grosor, seguidos de hasta cinco chorros más de lefa que lograron llenar la angosta cavidad vaginal de Clara… ¡Era increíble la cantidad de semen eyaculado dentro de su coño! Pocas veces había visto antes una corrida tan copiosa y con tantas ganas de inseminar a una hembra como en esa ocasión. Caímos los dos sobre la toalla, exhaustos y satisfechos. Su vagina entreabierta por mi gorda polla, destilaba un pequeño reguero de la llenada de mi leche y su culo se veía impregnado con lefa circulando despacio como lava. Estuvimos sin hablar un buen rato hasta que miré el reloj y vi que era la hora de volver a casa a iniciar mi trabajo vespertino.

– Me voy. ¿Te quedas o quieres que te acerque a algún sitio?

– No gracias, voy a tomar un rato el sol, que al fin y al cabo es a lo que he venido, jajaja! Este polvo ha sido muy terapéutico y relajante… me va a venir muy bien para echar una buena siesta en la playa. Cuando me alejaba me dijo… – ¿Repetiremos verdad…?

– Claro que sí, es una gozada follar con una hembra como tú… Me encanta follar a pelo con una tía tan buena… Y hemos repetido, ¡Ya lo creo que sí! En verdad me sorprendió tremendamente, porque nunca imaginé que una mujer tan recatada como Clara fuera tan efusiva y abierta en el sexo… mucho menos que se hubiera fijado en un “Don nadie” del montón como yo. Empecé a convencerme que eso es lo que piensan todas, hasta que descubren el ariete que tengo entre las piernas y se aficionan a tratar con ÉL.

****

Pasados dos días volví a casa de mis alumnas veraniegas, para intentar enseñarles algo provechoso para septiembre. Volvió a abrirme Laura, la madre de las niñas, que esta vez iba prácticamente desnuda, con tan solo un tanguita y unas sandalias de dedo. Cada día más atrevidas e insinuantes

- Pasa, Fernando, las niñas están deseando empezar la clase, no sé cómo lo has hecho, pero dicen que les encanta que les enseñes matemáticas. Por cierto, cuando quieras descansar cinco minutos, dejas a las niñas y me buscas…voy a estar por aquí… me dijo indicando la puesta de la habitación de matrimonio. - ¡No te imaginas lo que mi coñito necesita alimentarse de tu leche! Me espetó al oído como si fuese un secreto en aquella casa.

-Será un placer, Laura, con ese cuerpazo que tienes estoy deseando clavarte mi estaca si las niñas me dejan respirar hoy.

- Pues no les dejen que te avasallen, ponles ejercicios y vente conmigo a relajarnos poco, ¡¿No…?!

Entré en la habitación de las chicas. Lorena estaba completamente desnuda, echada en la cama y dándose gusto con un consolador. Silvia estaba sentada junto al ordenador, con tan solo unas braguitas verdes preciosas con los libros de matemáticas preparados haciendo un repaso.

- Hola, guapísimas, las saludé. Hoy vamos a intentar aprovechar la hora…Espero que seáis buenas conmigo.

- Sí, sí, por supuesto que seremos muy buenas…, me contestó Lorena. Pero primero quítate la ropa rápido y ven a sustituir a este cacharro de goma china, por tu verga de caballo semental.

- Ya te vale Lorena, ese no era el trato. Me miró con carita de niña pervertida necesitada de cariño de papá y no lo pude resistir. ¡Te echo un polvo rápido que te debo, y luego nos ponemos a estudiar!

- Por supuesto profe no queremos suspender tu materia en septiembre…Con lo buen profe que eres.

Nada más despelotarme, la verga cogió la forma idónea para penetrar chochitos adolescente presto a ser invadidos por trancas tan robustas como la mía. Me eché en la cama haciendo rebotar los muelles y su inquilina de manera divertida…Silvia se nos quedó mirando cómo se producía la acción. En nada Lorena se abrió de piernas completamente despatarrada y yo me subí encima de ella, arqueé mi cuerpo dejando que ella me amarrase la polla y se la enchufase en su coñito mojado tras la sesión de consolado que se había dado previamente…y se la metí a Lorena bien adentro de un solo envión. La chica emitió un gemido al sentir mi bálano en lo más hondo de su vagina…me puso bien duro plenamente dispuesto a que se corriera como una perra, así que se la metía y sacaba frotando bien sus finos labios vaginales con toda la longitud de la orografía irregular por lo infladas de mis venas. Entre tanto ella se masajeaba su clítoris, y toda su vagina era colmada de placeres, mientras le acariciaba el pubis con mi vello al insertarla a fondo. Por si era poco, también lamía sus preciosos pezones succionándolos viciosamente queriendo sacarle la leche que aún no tenían. Silvia dejó sus tareas al ver que la follada a su hermana era un entretenimiento mejor y quiso pillar algo. Se me pegó por detrás, frotando su almejita contra mi culo y sobándome los testículos y el cipote cuando salía del coño de su hermana. Una de las veces se salió, circunstancia que aprovechó la putilla pequeña para cogerlo y metérselo en la boca para chuparlo.

- ¡Oye, lista! Le increpó Lorena. Que el profesor me estaba follando a mí, así que ya estás sacándotela de la boca y me la vuelves a meter, ¡Eh!

 -Vale, vale, te la enchufo otra vez, egoísta.

La excitación fue en aumento. Mientras follaba a Lorena, le frotaba el coñito a Silvia. En poco tiempo nos íbamos a correr los tres a la vez. Lorena, ella misma puso su cara sobre la almohada para que no se oyeran los gritos de placer que estaba profiriendo. Yo aguantaba los jadeos y la cabalgaba con mis manos puestas en su cintura. Tenía un cuerpo suave y tierno, apenas le metí poco más de mi glande donde mi polla cambia de rosado a más oscuro…, su ano no aguantaría una dilatación tan grande como el grosor de mi verga. Al poco de estar jodiéndola por detrás me pidió, igual que su madre que se la metiese por delante. Me eché de espaldas y senté a Lorena  encima de mi verga, que estaba dura como un martillo pilón. De lo mojada que estaba le entró fácilmente. Como esperaba, ya no era virgen, seguro que se la había ventilado algún cabrón salido adolescente. Intrigado por su prematuro desvirgue le pregunté mientras fornicábamos… - ¿Cuándo perdiste la virginidad? ¿Has follado con muchos tíos? la respuesta me sorprendió…

- Hace varios años…, pero solo he follado con un hombre… bueno mejor decir hemos follado Silvia y yo… nuestro padre. Una tarde noche me metí en su cama cuando no estaba mamá y una cosa nos llevó a otra y follamos. Él no estaba muy convencido pero soy muy persuasiva cuando quiero algo.

- A mí me pasó algo parecido, pero en presencia de mamá y de mi hermana… esa tarde fuimos tres mujeres para un solo hombre. ¡Pero papá no tiene una polla tan grande com la tuya!

- Sois unas niñas muy perversas y merecéis un buen castigo por ser tan putitas…

A pesar del estupor que sentí, no podía dejar de clavarla, incluso me aumentó el morbo imaginando la escena con su propio padre. Siguió diciendo… - Al final me echó dos polvos, lo pasamos fenomenal desde entonces prefiero que me follen a masturbarme…Sobre todo si son hombre mayores que saben follar.

- Entonces ¿Te gusta cómo te estoy follando? Me miró mordiéndose el labio inferior, esos gestos que las adolescentes aprenden en las revistas “Súper Pop” o “Cosmopolitan”, para estar más sexis cuando follan…

- ¡Me encanta como me lo haces! estoy pensando que tú follas mejor que mi padre, tu polla es más grande y más gorda. ¡Sabes! Cuando está de permiso, mamá nos deja solas con él una noche por semana y nos llega a echar un par de polvos por lo menos a cada una.

- ¿Y os folla a pelo como lo estamos haciendo ahora?

- ¡Siempre!, no nos gustan los condones, se quedan por ahí y alguien los puede ver. Mientras la empalaba mi nabo fue cogiendo profundidad, llegando a golpear con mis pelotas en su culito. Ella proseguía charlando entre jadeos y gemidos diciendo…

- Podría pedirle a mamá que te quedaras un poco más de tiempo dándonos clases…seguro que aprenderíamos mucho más… ¡Estás muy bueno y nos encanta follar contigo…! La muy zorrilla le había cogido el gusto a follar en una familia tan abierta de nudistas, mi presencia era un aliciente al fornicio constante. Me hubiera encantado quedarme mucho más tiempo pero el verano pude llegar a ser corto…

- La verdad es que tenéis un cuerpo precioso y me volvéis loco…, os estaría follando todas los días, pero no va poder ser por mi salud… y ya no pudimos seguir hablando.

Llevaba diez minutos clavándola y el ardor llegaba a su clímax, era tal que casi perdimos el sentido. Finalmente, Lorena se corrió como una perra en celo y yo no pude aguantar mucho más. Me vino un aluvión de semen que descargué en su interior sin miramientos…, poco me afectaba que se quedara preñada mi alumna, si a su padre no le importaba preñarla, ¡¿por qué a mí?¡ Tanta era la cantidad que le rebosaba por su estrecha vagina, resbalando por sus preciosos muslos mezclado con los jugos vaginales del orgasmo. Pegué un bufido y comenzaron a salir chorros de leche sin parar al fondo de su útero, y ella encontrando su clímax gritaba de puro gozo convulsionando como loca, en un orgasmo compartido… No pudimos evitar gritar de placer, tanto que sobrepasando las paredes de aquella habitación. Al escucharnos, la madre de las niñas entró en el cuarto, y con simulada indignación nos espetó…

- ¿Qué ocurre aquí? ¿Qué estáis haciendo los tres ahí desnudos…? Fernando, ¿no te habrás follado a mis hijas? El trato era darles clase de matemáticas nada más…

- Lo siento, Laura, ha sido todo muy rápido. Me pusieron muy cachondo con sus cuerpos adolescentes y no he sabido sostener la polla. Pero solo se la he metido a Lorena.

-¡Ja,ja,ja! Se rio Silvia. Eso es porque se lo debía… ¡A mí me folló ayer!

- Deberías avergonzarte al follártelas antes de cumplir con tus objetivos como profesor, continuó Laura. Un hombre de tu edad follando con dos niñas inocentes, en especial Silvia que acaba de empezar secundaria.

 - De inocentes nada, repliqué. Que tus dos hijas son unas putonas de cuidado. Han salido a su madre de quien han tenido de aprender a follar tan bien. Además a Lorena me la ofreciste en la playa ¡¿o se te ha olvidado?!

- ¡Encima nos faltas al respeto! Pues te vamos a dar un escarmiento pervertido, por llamarnos PUTAS, amenazó Laura. – Vas a empezar a follarte a la madre y después con las nenas si te quedan fuerzas…

Y antes de que pudiera reaccionar me cogieron atenazándome sobre el colchón y me ataron con sus pies y manos a la cama como si yo quisiera escapar de aquella prisión dorada de la lujuria. Quise impedirlo mentalmente, pero mi afición a la hembras pudo conmigo. Entonces la madre se quitó las braguitas que llevaba y hábilmente se colocó sobre mi verga.

- Ahora niñas, os voy a enseñar lo que es follar de verdad a un semental. ¡A este aún le queda leche!

Ella enredó sus manos con mi cabello y nos besamos apasionadamente. De nuevo me empalmé, al verla con una sonrisa pintada en su cara…llevó su mano a mi cipote, yo le correspondí zambullendo mi mano entre sus piernas. Comprobé que efectivamente estaba bien mojada, retomé su culo y le metí un dedo en su ano, después de follarle el culo con mi dedo índice mientras ella me bajaba y subía el prepucio, pase a acariciar enérgicamente su culo y luego deslicé mi mano hacia su coño otra vez. Acaricié su monte de Venus despoblado de vellos y enseguida metí un par de dedos dentro de su raja…, estaba muy, muy mojada, y me empapé los dedos de sus jugos vaginales para llevármelos rápidamente a la boca. Mientras los estaba saboreando me di cuenta que ella no había perdido el tiempo y se estaba ya metiendo mi polla erecta dentro de la boca enseñando a sus niñas como debía de ser mamada una verga de este tamaño.

Su lengua juguetona untó toda mi polla de saliva, y mientras yo le acariciaba la cabeza ella empezó a moverla hacia adelante y hacia atrás mientras miraba mi cara de placer. Al cabo de un rato se montó sobre mí con los pies encima de la cama y agachada en cuclillas, con su mano cogió mi polla y la condujo hasta su coño, entonces apretó con fuerza y se la empaló en el acogedor, cálido y acuoso coño de la Madonna. Laura cerró los ojos y suspiró profundamente. La agarré de las caderas y le ayudaba a  subir para empujarla después hacia abajo. Una y otra vez y cada vez más rápido. Sus suspiros se convirtieron en una respiración fuerte y acelerada. Sus tetas botaban alocadamente. Tenía unas tetas grandes y preciosas. Las agarré con las dos  manos y las aprisioné, notando los pezones erectos que se le pusieron a la puta de la madre por la excitación. Las nenas solo miraban sin apenas participar, donde su madre y yo éramos el centro de atención de aquella lección de sexo. Acerqué mi cabeza para lamer los empitonados pezones, y luego mordisquearlos ligeramente. Ahora Laura estaba más dilatada y ya la podía meter hasta el fondo aprisionando mis pelotas contra su culo. Ella tenía los ojos cerrados y empezó a gemir a la vez que empujaba contra mí más rápido y más fuerte, yo en cambio, no podía dejar de mirar ni un segundo su cara de placer y las de las niñas a ver a su madre follando como una ramera. La madre parecía absorta pensando en lo que tenía metido entre las piernas, así que la agarré de nuevo de las caderas para ayudarla a conseguir su objetivo a la vez que arqueaba mi cuerpo tanto como podía que entrara aún mejor.

Me agarraba fuerte a ella para intentar contener mi placer que pronto sería irremediable reprimirlo. Cerré los ojos y noté como todo mi cuerpo vibraba. Ella me susurró que quería que me corriera dentro de ella. Empezó a agitar su culo hacia un lado y hacia otro, haciendo que las paredes cavernosas de su coño acariciaran el glande de mi polla de una forma deliciosa. Su cuerpo se contorneaba encima de mí de manera demencial que me estaba llevando al Olimpo de los dioses… me provocaba un placer muy intenso. Le advertí que no tardaría en correrme, que mis pelotas estaban hirviendo a punto de explotar, y ella me dijo que también ella estaba a punto, que aguantase como un buen cabrón. Apoyé mis manos contra el colchón agarrando de las sábanas para poder impulsarme y tirar hacia arriba a la vez que ella bajaba con fuerza…pensaba en otra cosa que no fuera correrme. Cada vez que chocábamos nuestros cuerpos, los dos soltábamos un grito conjunto que cada vez se volvía más fuerte y continuó, entonces yo cerré los ojos y grité…

- ¡Me coorrrrroooo! Entonces ella se aferró a mí posando sus tetas sobre mi pecho e hincando todo el falo dentro de sus entrañas…

Mientras eyaculaba toda mi leche dentro de ella notaba como succionaba con su coño mi endurecida y musculada polla. Nos quedamos unos segundos abrazados y sin movernos dejándome de acabar la corrida y ella la suya, yo metido dentro de ella disfrutando del calor que sentía en sus entrañas. Fueron diez minutos de movimientos frenéticos y lujuriosos en los que estuvimos fornicando duramente en aquella cabalgada. Laura se levantó y salió del cuarto. Mientras, las chicas me chupaban los restos de semen que quedaban en mi verga. En eso entró de nuevo Laura con un pequeño látigo en la mano.

- ¿Alguna se lo quiere follar por última vez antes de darle su merecido?

Al escuchar esto me acojoné. Me iba a azotar con un látigo… Silvia se colocó encima, pero mi polla no respondía por cuestiones obvias…el temor y las dos lechadas en menos de media hora.

- No voy a poder follármela ya, necesito un receso de unos minutos ¡Joder no soy una máquina!

- Lo tú necesitas es una de estas pastillita azules que le van tan bien a mi esposo cuando nos tiene que follar a las tres… ¡Quítate Silvia y tráele un vaso de Jack Honey! Le ordenó su madre. Verás cómo se le pone dura con un severo correctivo de alcohol y química azul. Y la tía se lió a darme latigazos. Menos mal que no eran muy fuertes. - ¡Te voy a dejar en carne viva, cabrón!

Luego de darme unos cuantos le dejó el látigo a Lorena para que siguiera… era más un simulacro que una realidad y yo le seguí el juego. Silvia trajo un vado de whisky y me tomé la pastilla… no tardé más de quince minutos en estar de nuevo en forma…

- Pero, Lorena, le decía yo. Si yo no te hecho nada que no quisieras. Te he follado porque tú me lo has pedido… y a tus hijas, tendrías que haberlas visto como se han insinuado desde el primer día…

- Ya, pero es que me gusta el rollo este del sadomasoquismo, ja, ja, ja. Y les tengo que enseñar…

Lo cierto es que a mí también me excitaba todo aquello, y la verga se me puso tiesa de nuevo.Me soltaron para tomarme la pastilla con whisky, y nada más tomar el brebaje le ofrecí a la niña ducharse y ella me lo agradeció con un beso…nos metimos juntos en la ducha. Con tanto ajetreo y frenesí no había podido contemplar detenidamente el cuerpo que tanto deseaba follarme, solo era cuestión de darle al cuerpo un poco de tiempo de recuperación y asimilación de la química del amor. Me quedé absorto mirándola mientras se enjabonaba y se me empalmó la verga de nuevo. Ella ahora también parecía complacida al contemplarme empalmado, y me dijo que si aguantaba el tipo, ella tenía cuerda para rato. Salimos de la ducha, y sin apenas secarnos, nos dirigimos a la habitación de sus padres. Silvia se tumbó en la cama y yo me puse de rodillas a su lado. Empecé a besarle en el cuello y subí después hasta la oreja y le lamí el lóbulo. Me tumbé encima de ella mientras ella recorría todo mi cuerpo con sus manos y me lo acariciaba. Ella me dijo entre suspiros que estaba muy excitada…, le metí la lengua dentro de la oreja y empecé a contornearla para lamerle todo su interior, entonces gimió. Le susurré en la oreja si quería que la follara yo esta vez… se mostró sumisa a mis decisiones… - ¡Siii, Siii, fóllame lo quiero! Su madre y su hermana eran ahora las meras espectadoras del show con la nena pequeña. Me puse de rodillas enfrente de ella, separó ligeramente las piernas y me puso a mi entre ellas yo la agarré por la parte superior de los muslos y le levanté un poco las piernas. Contemplé su precioso conejito abierto. Arrastré su cuerpo hasta pegarlo a mí, entonces puse mi polla erecta y caliente entre los labios de su coño. Empecé a menearme hacia adelante y hacia atrás, acariciando su clítoris con el glande y todo el prepucio remangado. Daba mucho gusto notar como mi polla se deslizaba y resbalaba por su húmedo coño y los labios acariciaban el glande de mi polla.

Noté como se le hinchaba el clítoris y se hacía grande, y entonces me ayudé con dos dedos para acariciarlo más  deprisa, ella mientras no dejaba de mirarme mientras se acariciaba los pezones y soltaba resoplidos. Su coño estaba a punto de caramelo y estaba todo empapado, entonces le eché las piernas un poco adelante y la penetré hasta el fondo de golpe. Ella soltó un gemido y contrajo todos sus músculos, y yo sacudía mis caderas adelante y atrás, adelante y atrás, adelante y atrás… No era fácil llegar hasta el fondo porqué ella cerraba mucho sus piernas, pero daba muchísimo placer, además ella cada vez gemía más y más fuerte…me rodeó con sus piernas y me apretaba contra ella, entonces yo levanté las rodillas de la cama para poder empujar con más fuerza, en un alarde gimnástico de flexiones calando todo el rabo hasta los huevos una y otra vez, ante la atenta mirada de su madre que me acariciaba el culo y Lorena las tetas de su hermana en alivio a mi perforación vertical. Se oía un chasquido cada vez que la penetraba porqué chocaban con fuerza mis huevos colgandero con sus nalgas.

Entonces su coño empezó a palpitar… - ¡¡OOohhh, cielo. Me corrooooooo!!! Y luego soltó un grito apasionado.

Yo me tumbé encima de ella y nos abrazamos fuertemente. Su cuerpo se estremecía y temblaba, y su coño seguía palpitando todavía más fuerte con mi polla dentro. Yo no paraba de bombear con mi pistón acerado para compensar su convulsión, mientras su madre me decía… - Sigue papi, sigue… ¡No te pares de follártela! Ahora es cuando más te necesita… ¡Fóllatela fuerte y llénala!

Sin parar ni un segundo, alenté el ritmo para besarla y hacerle arrumacos. Silvia me sonrió complacida y me dijo que era increíble. Su cuerpo dejó de estremecerse y yo volví a incorporarme para poder metérsela mejor. Ahora mi polla se deslizaba muy suavemente por dentro de la vaginita de la niña…, yo me moría de placer sin creerme lo suertudo que era… ¡¡Follar con estas increíbles hembras y a pelo!! Notaba que aguantaría mucho más con las anteriores descargas y el endurecimiento de la viagra haciendo su efecto en todo su esplendor…aceleré de nuevo el ritmo condicionado por mi excitación. La agarraba por la cintura y la empujaba fuertemente contra mí, entonces Silvia volvió a resoplar pasado no más de cinco minutos, y a gemir mientras Lorena animaba diciendo…

- ¡¡Más, más rápido...Más rápido!!!!!

Seguidamente cerró los ojos y soltó un gemido eterno y profundo, mientras su coño volvía a palpitar enérgicamente en un orgasmo brutal… ya iban dos corridas en menos de cinco diez minutos. Yo empujaba fuertemente entre sus paredes cavernosas que se contraían fuertemente para correrme a la vez que ella en la siguiente vez, y lo hice. Le empujaba con contundencia, a la niña la desplazaba por completo en cada inserción de lo pequeña que era, como si un toro se follase a una tierna ternerita. Su madre la alentaba procurando que aguantara las embestidas abriendo bien las piernas y que dejará mi verga se hundiese a fondo en su coñito impúber. La complicidad de las tres hembras atentas a mi hazaña con la nena pequeña me ponía súper cachondo. Y le llegó el tercer orgasmo, y en medio del mismo no pude aguántame, ni quise hacerlo…derramé todo mi semen dentro de ella fieramente, con las mismas ganas de un semental con su hembra queriéndola preñar. Me tumbé encima de ella y nos abrazamos fuertemente mientras nos revolcábamos hacia un lado y otro de la cama inmersos de placer. Percibía cada contracción con cada chorro de lefa que descargaba en el fondo uterino de la pequeña…La corrida fue apoteósica. Los gritos de los dos debieron escucharse en todo el edificio. Me limpiaron las tres con sus lenguas, sin que mi verga dejase de estar rígida, joder con la pastilla azul, su efecto perduraba y me tuve que volver a follar a la madre con la intervención más explícita de las hijas, a las que también penetraba alternativamente. Nunca me había visto en una orgía tan brutal… Terminé con la polla encarnecida de tanto follarme los tres coños.

Tras el último polvo, y debía de ser el quinto de la tarde caí exhausto sobre la cama, creía morir en una nube de placer… Nos pasamos algunos minutos tumbados en la cama los cuatro haciéndonos arrumacos y caricias. Todos coincidimos en que había estado genial, a los que se unió la madre y la hermana mayor en tal afirmación, y después ella me confesó que la primera vez, a pesar de haber estado muy bien, ella no había llegado a sentir lo mismo pese a haber disfrutado mucho, pero a partir de la segunda, hubo sido con creces los mejores polvos de su vida, o al menos que ella pudiera recordar. Yo también admití que no había sentido lo mismo con ninguna de mis amantes y mucho menos en un cuarteto tan lujurioso como ese. Durante esos dos meses de verano sin el patriarca, Laura y sus hijas nos hicimos amantes y lo pasamos en grande siempre en una relación de respeto, pasión y cariño. Y si una cosa me enseñó Laura, es que el sexo entre una mujer madura con sus hijas y un maduro, puede ser la cosa más grande y placentera. No llegó a Navidad cuando vi a Lorena un poquito rellenita, la aparté en el departamento y le pregunté por ella, su madre y por Silvia. Tras varios minutos de interrogatorio me confesó que tanto ella como su hermana y su madre estaban preñadas, pero que no quería que su madre lo supiera yo… convencieron al padre que su abuso incestuoso, logró preñarlas a las tres. No deseaba hacerme cargo y me desentendí, no dándome por enterado, prosiguiendo con mi vida de follador…

FIN

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