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Una putita de vergas maduras. 5ª parte

en Amor filial

Aunque pareciese increíble nos marchamos de Madrid esa misma mañana, almorzamos por el camino y tras la vuelta del campeonato mi vida cambió definitivamente para siempre. Aquel viaje me hizo madurar y centrarme en mi familia, olvidándome de todos esos viejos vedes. Ahora No pasa un día en que no tenga un encuentro con mi hermano o con papi. Y cada vez el sexo es más intenso y placentero. Lo mejor es que me he olvidado de todos ellos y no los echo de menos desde que tengo a mis dos amores follándome. Cuando volvimos ese mismo día del campeonato de Getafe, tenía claro que mi hermano se había convertido en mi mejor pecado y mi padre el mejor aliado de mi sexo. Pero mi padre quería hablar seriamente conmigo ¿De qué…? Eso me intrigó todo el tiempo. En realidad no fue tan grave, solo quería disculparse por no confiar ciegamente en su responsable hija…, una mujer madura que pronto sería mayor de edad.

A veces me pregunto, ¿qué pasaría si comienzo una nueva familia sin él? Porque hace años me prometió caminar a mi lado hasta el altar. Tengo 18 años le dije entonces, lo que no sabía mi padre era que el amor de mi vida es mucho mayor que yo. No fue amor a primera vista, sino de los que se hacen a fuego lento con los años, y no puedo dejar de amarlo. Hemos pasado los mejores días, incluso años juntos. Nos encanta viajar por el mundo y conocer nuevos lugares. Con él aprendí a amar, aprendí a perdonar, aprendí que la vida es para ser felices, pero no siempre es fácil, por eso me recuerda cuánto debo luchar por mis sueños hasta lograrlos. Odio sus vicios… Esos cigarros infinitos y ni hablar del café, he perdido la cuenta de cuántos se bebe durante el día. Por eso le hecho prometer que se moderaría en fumar y tomar cafeína. No obstante Amo su forma de ser, su liderazgo, sus detalles, su sarcasmo, su vitalidad, su forma de ver la vida y sus ganas de ayudar. 

25 años nos separan, ¿suena mucho, no? Pero sin importar los años él ha sido mi cómplice en todo momento, incluso en los momentos malos en los que he querido dejarlo e irme corriendo. Para ser sincera lo he abandonado alguna vez, le engañado y ya no tiene remedio, ¡Cuánto me hubiese gustado que me desvirgase y ser solo suya! Pero No, no llegó a tiempo a que aquel hijo de puta se sedujera a una chica indefensa de 18 añitos. Pero aquello ya da igual, al final del día siempre regreso a sus brazos, porque me conoce y yo a él.  Podemos pasar horas sin hablar o días hablando de cualquier tema y siempre me recuerda lo grandiosa que soy y que puedo llegar a ser, justo como lo es él, un ser maravilloso.A veces me pregunto, ¿qué pasaría si lo perdiera, si no lo pudiera abrazar una vez más? ¿Qué pasaría si comienzo una nueva familia sin él o sin mí?

Hace muchos años me prometió caminar a mi lado para siempre. No sé qué vendrá para nosotros en un futuro ni cuántos años más lo tendré a mi lado. Lo único que sé es que él, a quien llamé papá desde el momento en el que aprendí a hablar, a quien festejo cada día del padre, a quien amo por sobre todas las cosas y seguiré amando, siempre será el amor de mi vida. Por eso ocurrió lo que compartiré con vosotros. Aquella fue mi primera vez con mi padre con 18 años, una gran experiencia que en principio se me hizo devastadora por estar enmarcada entre los tabúes sociales, pero el tiempo me ha dado la certeza que fue un tanto aleccionadora y me ha dado a pensar que fue hasta necesaria… De alguna manera esto me ha servido como atenuante de culpas…de mis devaneos con señores mayores de todo tipo por mi afición a las grandes y viejas pollas veteranas. Mi padre divorciado desde hacía más de diez años, sé que sentía la falta de mamá o de una hembra permanente en su cama. Tras la separación cambio de carácter, callado y enojado con su propia sombra. Después se repuso haciendo frene a su responsabilidad con dos criaturas de apenas 6 años, porque la despendolada de su esposa se desentendió  de nosotros por completo, quedándose papá con la total patria potestad, nuestra educación y crianza.

Todo pasó un día que mi hermano se marchó a casa de la abuela durante unos días, solo habían pasado unas semanas de cuando me desvirgaron, me atraían los hombres mayores y papá lo era. No tenía filtros, así que no lo discriminé, simplemente mi subconsciente aprovechó para tratar de estar más tiempo con papá. Acordamos ver una película en Netfix, dejé que él escogiera la película, le gustan las de género de acción. No le di la contra para que no se molestara… Pidió que la viéramos en su cuarto para estar recostados en la cama los dos… A la media hora caí adormecida acurrucada a su pecho… Continuamos viendo el film y no sé en qué momento me quedé totalmente dormida… Desperté cuando sentí entre mis muslos lo que al parecer era el gran pollón erecto de mi padre, su brazo estaba sobre mi cintura… Sorprendida tomo su brazo para retirarlo e irme, lo siento literalmente muerto, o sea que estaba en un profundo sueño erótico… Por mi cabeza pasaron pensamientos uno tras otro sin orden, más bien confusos… Que debía despertarlo o simplemente retirarme, y otro donde recordé que una ocasión mi madre me comentó que papá la despertaba en plena madrugada para hacer el amor obligándola a follar para desahogar su furia cargada de testosterona… Esta última me llenó de sentimientos encontrados, por un lado papá debe tener enormes deseos de fornicar con tanta abstinencia, sabiendo que cada pocos días se les llenan los huevos de leche a los hombres… por otra mi pasión por los maduros y para colmar las contrariedades era mi padre y lo amaba sobre todas las cosas.

Lógicamente no está bien que permita eso por mucho que me gusten los maduros o los viejos pollones… Finalmente decidí por lo primero, lo dejaría dormir como esta al fin que solo era contacto entre las telas de nuestros pijamas. Terminaba de pensar esto, cuando siento que empuja suavemente como si lo estuviera haciendo…, en sueños mi padre me estaba follando. Me enterneció tanto y a la vez se me hacía cómico lo que estaba pasando. Mi padre era aún joven, tenía treinta y ocho años, es guapo y tiene cuerpo espigado y fuerte, además de una voz muy varonil. Esto lo menciono porque sé que debe tener su "pegue" pero también puedo pensar que no ha estado con muchas mujeres desde su divorcio, ninguna por casa.

Sus movimientos eran de unos dos o tres empellones y luego duraba estático algunos minutos y luego repetía nuevamente. Mis discretas sonrisas de lo que pasaba, se transformaron en un mar de lágrimas al pensar de su gran sequía sexual, me apenaba su extrema necesidad y no poder darle mi coño para que se desfogara cada día con su nena. De pronto retira su brazo de mi cintura y la dirige a desabrocharse las cintillas de su pijama, para luego bajarme todo, inclusive mis bragas… Nuevamente su mano la lleva a tomarse su virilidad y la pasa varias veces por los labios vaginales que ya empezaban a mostrar una gran humedad. ¡Estaba excitada!, si debo confesar que mi pensamiento no reparaba de conciliar que aquella gran vera era de mi padre. Poco a poco fue penetrando, dejándome hacer permitiendo que entrase sin dificultad, hasta sentir su vello púbico en mi trasero, lo sentía enorme y grueso el falo dentro de mis entrañas.

Los movimientos que hacia eran lentos y suaves, que me hacían retumbar todos mis sentidos… Yo misma arqueaba mis caderas y empujaba al punto contrario de sus embestidas clavándomelo más dentro con ganas y deseos inconfesables de que vaciase sus ganas en mí… Su mano izquierda estacionada sobre mi cintura, la deslizó bajo mi camiseta holgada para masajear mis tetas, mis pezones reaccionaron de inmediato al endurecerse. A esas alturas, tenía la certeza de que papá estaba despierto, porque luego le dio más velocidad a las estocadas manejando sus caderas diestramente… todo un formidable follador. Mi excitación se elevó exponencialmente sabiendo de su consciencia al follarme, mis quejidos reprimidos, se ahogaban en mi garganta con sonidos casi inaudibles, la respiración de papá era acelerada, como sus empellones…. En esos momentos solo pensaba dejar que disfrutara y que se “corriera dentro de su niña”. Pero era imposible hacerlo, ya que yo también lo estaba disfrutando en demasía, así es que era un gozo mutuo.

Mi vista se nublaba por la gran sensación experimentada… era mi segunda follada vaginal, y este era mi propio padre. Por instinto me acomodó en forma fetal, para dar mayor presión a mi clítoris con mis piernas y disfrutar más aún del mete y saca brutal de aquel macho, que al hacerlo su gran verga rozaba mi "Perlita del Placer" cuando no pude más y de mi garganta salió un gemido portentoso de gran placer, al experimentar un prolongado orgasmo… Mis contracciones vulvares atenazando el duro falo de papá, y la gran carestía de orgasmos de su parte, provocan en segundos que el semental inunde mis entrañas con interminables chorros hirvientes de semen, acompañado de resoplidos de aire que emanaban de su boca como un búfalo…Noto como clava su tranca acompañando a cada chorretón de espeso esperma, ahonda y eyacula en el mismo conducto uterino de su hija…cinco y seis chorros de lefa se contaron dentro de mi vagina. Después un silencio total, como la noche. Baja su mano nuevamente a mi cintura y se queda inmóvil, sin sacar su falo… Sin saber el tiempo que transcurrió, el sueño me venció llena de carne paterna y su gran lechada, después de estar a la espera que la sacara y se reacomodara. Por la mañana desperté cuando la luz del sol iluminaba mi cara, papá se había ido a trabajar… Pensé que había sido un sueño, pero al ir al baño me di cuenta de que todo fue real… aun tenía la muestra espermática de la enorme y copiosa corrida de mi padre dentro de mi coño.

Bajé a la cocina y en la cafetera había un recado de mi padre…Perdón por lo sucedido, sé que será difícil de persuadirlo, pero usemos el (No pasó nada), pero también podemos hablarlo, porque ya no te seguiré viendo solo como mi hija. No te envuelvas en culpas, el único responsable soy yo. Si no te apetece hablar de ello Jamás tocaré el tema”. En los días subsecuentes, me daba vergüenza estar frente a él, no nos vimos por mucho tiempo… Después de varios días nos invitó a mi hermano y a mí, salimos a comer la familia y sentí a mi papá súper relajado y bromista conmigo y Sebas… En un momento de descuido de Sebastián, me acerqué al oído de mi padre y le dije que me había complacido hacer el amor con él, que por favor se volviera a repetir muchas más veces, y que no tuviese pena por mí ¡Me había encantado! Lo deseaba más que nada en mi vida. A él se le dibujó una sonrisa permanente y a partir de ese día siempre encontrábamos la manera de follar como posesos ¡Me enamoré de su verga! Era lo único que me falta de amar de mi padre.

Ya había tomado una determinación con respecto a mis sementales, todos esos viejos que me acosaban serían ignorados por mí quedándome con el material que tenía en casa. Como ya sabéis mi hermano y yo nos tenemos una confianza grandísima, aunque a mis amigas se les hacia extraño mi cercanía con él, la verdad es que nunca habíamos pensado o imaginado que tanta confianza nos pondría en la situación que ahora estamos viviendo…, y no es porque sea su hermana, pero es un chico muy apuesto, tanto es así que son muchas las chicas que andan detrás de él. Pero el es muy selectivo en cuanto a sus conquistas, nos contamos todo. Multitud de veces nos hemos visto semi desnudos y en pelotas desde que éramos bebés hasta hace bien poco de manera natural y habitual, y no solo con él me prestaba natural, con papá ocurría lo mismo… o sea, muchas veces les he podido ver su polla en diferentes estados de erección, ellos mi trasero, mis tetas y mi caliente coñito también han tenido la oportunidad de verlo cuando me ducho, me rasuro o me baño en la piscina en pelotas. Dormimos en la misma habitación y no es porque no hayan más dormitorios sino porque tenemos costumbre desde siempre y nos gusta dormimos contándonos nuestras cosas y muchas otras bobadas. Pero a pesar de todo esto jamás en la vida llegué a tener algún pensamiento con él hasta que me empezó a picar con los viejos y maduros .

Desde hace poco tiempo soy modelo juvenil y me encanta tomarme fotografías y mi hermano es un buen fotógrafo amateur con pensamiento de ser profesional, o por lo menos eso es lo que él quiere dedicarse,  así que siempre nos ayudamos mutuamente en ese aspecto, sin contar que compartimos mi deporte favorito en el que mi padre lo incluyó con calzador… el bádminton. Con tantas cosas en común estamos juntos muchas horas, desde las clases del instituto a compartir habitación, pasando por nuestras aficiones. Mis amigas siempre me dicen que tanta confianza con mi hermano iba a terminar en algo incestuoso, pero yo jamás le hice caso a sus palabras proféticas. Y es que no teníamos otros ojos para vernos entre los dos. Es más él muchas veces me había tomado fotografías semidesnuda y alguna que otra vez estando eufórica y muy cachonda me deje fotografiar desnuda por él. Pero entre risas y burlas no pasaba más nada sin no contamos con alguna paja o mamada. Hasta que una vez tanta confianza iba a terminar por jugarnos una mala pasada incentivados por el cabrón de nuestro entrenador. Mi facilidad por dejarme convencer hizo que ocurriera, como ya sabéis acabé follándome a mi hermano e incluso a mi padre, de ahí que me considera a mí misma una Ninfómana.

Una mañana de domingo estaba en mi cuarto en una facha casera normal. Estaba recién levantada así que llevaba puesto mis braguitas blancas y una especie de camisón largo, aunque no lo es en el sentido estricto de la palabra porque más bien es una camiseta de baloncesto. Estaba chateando con una amiga la cual me contaba su faena de la noche anterior lo cual me hizo excitar como una perra. Ella que es bien putona me decía todo con pelos y señales a sabiendas que eso me ponía a mil a mí también. No podía resistir tanta excitación por lo que me empecé a masturbar. Mis dedos se abrían paso en mi rajita increíblemente húmeda. Uno que otro gemido se me escapaba, saque mis tetas de la camiseta dejándolos al aire libre. Mis pezones estaban durísimos completamente empitonados. Me los pellizcaba mientras con la otra mano jugaba con mi coñito con un exceso de frotación sobre el capuchón de mi clítoris. Cuando de repente veo a mi hermano parado en la puerta de la habitación con la verga en la mano mirándome.

- ¿Qué haces ahí…?  - Viéndote hermanita. ¿Necesitas ayuda?

Era tanta las ganas de sentir un hombre dentro de mí, que no me importó que fuera mi propio hermano el que relajara mi tensión sexual… si hubiera sido mi padre mejor, pero me tendría que conformar con un adolescente a cambio de una buena verga dura de un veterano semental.

­- No te quedes ahí parado… anda pasa y quítame este ardor ¡VEN Y FÓLLAME!

Estaba perdida de la excitación. Mi hermano estaba igual, algo normal en un macho tan salido con las hormonas a flor de piel… parecía que su glande estallaría. Estaba rojo como una manzana. Pero lo que más me sorprendía era el tamaño que cada vez era mayor. Era inmensa o eso me lo parecía de mente nublada por la excitación. Me tomó de los hombros haciéndome arrodillar. Sabiendo sus intenciones le agarro su enorme falo por la base y con mi lengua empiezo a lamerlo de raíz hasta la cabeza. Luego lo tomé firmemente metiéndolo en mi boca la cual estaba hecha aguas. Con mi otra mano seguía frotando mi coño encharcado, incidiendo en mi pepita erecta. Él acariciaba mi cabello y me decía…

­- Esto es una locura Sebas. Lo sé mi amor. Pero no pensemos en eso. Las palabras sobraban, no quería hablar. Después de algunos segundo me levanté y acostándome en la cama. ­- Hermanito quiero que me comas.

- Claro nena. Prepárate para sentir mi verga. Hoy tengo los huevos bien cargados y es todo para ti.

Abriéndome las piernas lo suficiente se monta encima de mí para poquito a poco meterme su enorme verga sin necesidad de guiarla, solo con su cadera y la rigidez de la tranca me la enfila a la boca de mi conejito hambriento y todo para adentro…entró fácil por mi excesiva lubricación y su musculosa virilidad indómita. Lo miraba a los ojos y no podía dejar de ver en sus ojos la lujuria de follarse cual fuese la primera vez a su hermana melliza, a la PUTA ninfómana de su hermanita. Lo besé y le dije que no tenia porque preocuparse por nada, quería que se corriese bien hondo de mi útero, y me hiciese sentir lo zorra que soy. En estado de transcendencia solo somos un hombre y una mujer hambrientos de sexo del que nadie sabrá jamás. Empezó las embestidas con fuertes y duros empujones de su cadera contra mi entrepierna despatarrada, dándole todo el acceso para que entrase los más profundo y fuerte posible.

¡¡Wow qué pollazo!! Más demoró él en acomodarse sobre mí apuntalándose todo el cuerpo con sus fuertes brazos que yo en tener un orgasmo súper agresivo. Froté duro mi clítoris…Solté un chorro de mis jugos casi como cuando un semental eyacula. ¡Fue tremendo! Su estomago estaba empapado al igual que casi todo su pecho, pero el apenas se detuvo en las embestidas metiendo hasta la raíz, sin dejar nada fuera de mi coño, a excepción de su gloriosas pelotas que rebotaban en mi coño cual si fuera la pared de un frontón. Se separó elevándose de mi cuerpo y estirándome por completo en la cama se acostó sobre mí dándome un beso que me hizo temblar. Solamente movía su parte pélvica mientras nos acompañábamos por unos gemidos súper intensos, los míos eran gritos en cada punzada en mi fondo vaginal. Era divino, como divinas eran las sensaciones que me colmaba… su olor, su fortaleza, su tacto muscular, su agresividad y su conocimiento de mi cuerpo… lo tenía a punto, se lo notaba. Entonces noté su hinchazón y endurecimiento venéreo, justo cuando me lo hizo saber…que se corría.

- Hermanita me voy a correr ya… joder estoy a punto y no lo puedo retrasar más. ¡Te voy a preñar!

- No importa dale Sebas, dámelo todo en mi coño que yo me cuido. ¡Quiero sentir tu lefa en mi útero! ¡LLÉNAME! Cada día me estremecía más notar los aldabonazos de leche en mi coño.

A penas terminé de decírselo cuando siento que me vagina se inunda de un espeso y caliente semen. Me miraba y sonreíamos al compás de cada movimiento de él, cada convulsión un chorro de leche, cada esténtor una clava profunda vaciándose los huevos, mandando su esperma directamente de sus testículos a mi cérvix. Debieron ser cinco o seis lechazos, pero yo sabía que solo era la primera parte de la gran follada que me suele dar mi hermano, y ese día lo veía muy inspirado…Después de el esfuerzo se separo de mí y me dijo que habíamos hecho algo fantástico, que era la más sexy y puta de todas la que se había follado en su vida, pero se preocupaba por si me dejaba preñada….

- No te preocupes hermano, es mi responsabilidad si me preñas. Solo te puedo decir que me ha encantado y sé que a ti también por la cantidad que has eyaculado. Y no quiero que esta sea la última vez esta noche. Quiero que me sigas follando mientras te queden ganas de mí.

Le agarro su polla aún en un estado de semi erección y empiezo a lamerlo, cuando lo tenía entre mis manos pude sentir como nuevamente empezaba a crecer dentro de mi boca, a ponerse rugosa cuando estuvo erecta a plenitud… Me monte sobre él. Con mi mano derecha lo acomodaba entre mis labios vaginales mientras que con la mano izquierda le acariciaba su rostro, le costaba un poco, la solté y milagrosamente se mantuvo erguida con el capullo frente a mi coño, en tanto me abría los labios vaginales para que ese glande se enterrase en mi conejito anhelante. Cuando ya me pude sentar sobre su verga, y empezó a entrarme, puse mis dos manos sobre su pecho y empecé a cabalgar tragándome su mástil hasta los huevos.

Sus manos en mis tetas se desplazaban a su antojo apretando y pellizcando mis pezones empinados. Esa posición me gustaba mucho y nuestras miradas se cruzaban y solamente podíamos sonreír ante tanto placer. Subía y bajaba procurando que fueran solas las caderas bailándole una samba, mientras él inmóvil solo me acariciaba mis tetas y mi culo. Pero me cansé pronto así que le pedí que cambiáramos la pose. Él enseguida me puso a cuatro patas sobre la cama y colocándose detrás de mí me dio a pensar que quería follarme por el culo. Pero no fue así. Tomándome por las caderas me halaba hacia él y como un pez en el agua su gran verga corría deslizándose por la vagina. Sentía como entraba y salía esa enorme verga de mi vagina calenturienta con un ritmo infernal, vertiginoso… haciéndome correr nuevamente. Esta vez él acercó su boca a mi chocho y comenzó a chupármelo haciéndome ver estrellas, ¡Dios mío flotaba! Era el mejor sexo oral de mi vida, nadie me lo hacía a mitad de follarme, y este cabrón de mi hermano, sí que sabia como hacerlo. Luego de un rato volvió a poner su estoque en la entrada de mi coñito, y tomándome nuevamente por la cintura me halo hacia él y comenzó a invadirme. Luego me metió uno de sus dedos pulgares en mi culito haciéndome brincar de gozo.

- Hermanita quieres que te la meta por tu culito rico.

- Si hermano fóllame a tu gusto. ¡Escoge el agujero que quieras… fóllamelo!

- ¡Wow! sí que me sorprendes. Cada día estás más puta y cómo me gusta la idea…Nunca pensé que me dejarías follarte y ahora ya te ves…NO ME IMPIDES QUE ME CORRA DENTRO DE TU COÑO o te dé por el culo… ¿Quién te desvirgó para que haya convertido en tan zorra…?

- Sí hermanito, pero no me preguntes nada, solo hazme lo que se te antoje… ¡CALLA Y FOLLA!

Y es que cuando estoy follando no puedo pensar en otra cosa… no me gusta que me pregunten si pueden hacer cosas, solo que hagan lo que se les antoje con mi cuerpo, con cada uno de mis agujeros y los llenen de carne dura y semen. Sin esperas ni más dilaciones, me la sacó del estuche de mi conejo y empezó a meterla por mi culo. Se sorprendió que entrara tan fácilmente, y es que mi mellizo no sabe las trancas que suelo alojar en él casi a diario, de esos viejos con pollones anchos y duros a reventar.

- ¡Wow si lo tienes súper abierto! ¡Qué fácil te ha entrado zorra!

- Un poquito. Es que tengo el ano muy flexible…

- Lo que pasa es que a ti te gusta que te den por detrás…

- Toda la vida. Solo que tú nunca supiste ver mi necesidad y no te aprovechaste… Venga ahora es el momento que pruebes el culo de la puta zorra de tu melliza…

Mi hermano no podía creer que su hermanita fuera tan zorra, pero yo tampoco podía creer que él tuviera tanta resistencia, ya se había corrido y esperaba la segunda avenida de esperma recién fabricado de sus gónadas. Era por mucho el hombre que más tiempo había durado follándome sin venirse por segunda vez. Al rato cambiamos la pose. Los dos de pie, me levanta la pierna hasta el cabezal de la cama, dejándole una hermosa vista de mi culo el cual no dudo en seguir penetrando con la gran abertura que ya tenía. Me abrazaba por detrás y me sobaba las tetas mientras me besaba por el cuello con ternura, pero con mucha pasión… me la caló suave hasta notar su pubis contra mi culo, y de repente el sonido de mi móvil nos hace parar. Dios era mi padre quien llamaba.

-  Hola papi…

- Hola nena ¿Cómo estás… qué haces?

- Nada papi, aquí viendo la tele con mi hermano el tontaina… Entonces sentí una inserción que tuve que ahogar tapando el micrófono y empujé fuera de mi lado al follador de la pradera.

- Nena, siento que no pude comprar lo que me pediste, se me echó el tiempo encima en la reunión… se nos fue de las manos.

Mientras hablaba con mi mami mi hermano se hacia una paja tremenda ante mis ojos. Hablar con mi padre lo había puesto a mil y a mí también… el morbo de saber que sus dos hijitos mellizos se lo estaban montando mientras él se dejaba la piel trabajando. - Papi espérame un poco, aguanta al teléfono.

Tape el micrófono del teléfono de nuevo y le dije a mi hermano que se sentara sobre la cama. El muy obediente se sentó y luego yo de manera perversa me senté sobre su cipote, en tanto él los sujetaba por la base para que entrase dentro de mí. Era algo que siempre había querido hacer… FOLLAR mientras mi padre hablaba conmigo por el móvil. Pero jamás pensé que sería con mi hermano con quien iba a tener ese affaire. Empezaba a subir y bajar sobre ese trozo de carne increíblemente duro y caliente mientras continué con la llamada.

- Ya papi… ¿Decías?

- Nena le dices a tu hermano que lo que pidió por Amazon llega en una semana por agotamiento de stock.

- Ok papi yo le digo, pero si quieres hablar con mi hermano te lo paso…

- Si ponlo al teléfono por favor.

Era increíble la sensación, mi hermano solo sonreía ante mi hazaña. Me levanté desincrustándome su gran falo de mi coño calenturiento, para posicionarme de frente con él y me la volví a clavar. Lo miraba mientras le hablaba a mi padre. Le puse el teléfono a mi hermano mientras me acomodaba para hacerlo una mamada monumental, lengüeteaba todo el falo venoso. El trataba de hablar pero casi no podía hacerlo. La situación lo puso tan a punto que me lleno la boca de semen. Trataba de contener los gemidos mientras hablaba. Era súper jocoso, pero increíblemente excitante para ambos. Cuando corto la llamada solo pudimos reírnos como locos. Continuamos la mañana con mucho sexo hasta que ya no podíamos más por el cansancio y sus cojones quedaron exhaustos y secos. Nos acostamos abrazados hablando de lo que había ocurrido.

La monotonía en casa no se encontraba por ningún sitio, siempre tenía algo que hacer y a uno u otro para darme placer… os cuento como creo que me preñó papá. Yo ya contaba con 19 añitos y pensaba continuar con mis estudios, no muy bien tenía claro que especialidad concreta…, como podéis imaginar ya no era nada inocente, a esa edad con la carrera de sexo de años atrás y mucho más años sin penetración. Papá era un hombre entrado en la cuarentena muy bien conservado, con quien no tenía pudor alguno de compartir mis baños. Así que comencé a desnudarme delante de él y me metí en la ducha, como noté que papá todavía continuaba arreglándose tras el afeitado, me di la vuelta para verlo y lo sorprendí mirándome el culito, (que por cierto lo tengo bien respingón y carnoso… la locura de los chicos de mi instituto, todos me querían sobar pero no los dejaba)

Se sonrío pidiéndome perdón… ¿por…? le dije yo, y sin decir nada salió del baño. Era temprano y nos habíamos quedado solos en casa…comencé a ayudarle con las cosas de la casa y le pregunté si no tenía que trabajar, contestó que se tomó unos días vacaciones. Bueno al rato terminamos y nos pusimos a leer… él sus libros y yo con el ordenador portátil…lo noté callado y pensativo, como afligido, me contó que extrañaba tener a una mujer en casa como a mamá… quise consolarlo… y esa fue mi perdición. Todo sucedió muy rápido, yo me acerqué y lo abracé. Él sentado en un sillón leyendo, como es muy grandote estando yo sentada en reposa brazo, mi cara quedaba a la altura de la suya, le di un beso en la mejilla y sentí su olor a colonia de después del afeitado.

Era un olor agradable y masculino, me dio las gracias por ser tan cariñosa con él y rodeo mi cintura con su fuerte brazo, pero al hacer eso, con su mano rozo mis nalgas y yo me estremecí, parece que se dio cuenta porque enseguida corrigió su mano y la apoyo directamente en mi culo, ¡Me encantó su iniciativa! Yo no decía nada pero tampoco lo soltaba. En esos momentos usaba un pantalón cortito con una camiseta barriguera de una tela muy finita que se me pegaba al cuerpo… sentía toda su mano acariciando mi culito. Me estaba excitando a esas horas de la mañana, así que le pregunté si quería que me lo bajara, no hubo respuesta oral, solo gesticular. Lo baje un poco, su mano pudo recorrer todo mi culo desnudo y con el dedo corazón recorría mi rajita y me tocaba mi agujerito…alternativamente amasaba las nalgas pero con ternura, yo lo dejaba hacer porque me encantaba lo que hacía sin premura, poco a poco con todo amor. Así eran los maduros y me encantaban como me hacen caldo a fuego lento.

Aproveche y le di otro beso en la mejilla junto a la comisura de sus labios, en la posición en que estaba podía ver como se frotaba la bragueta con la otra mano… me preguntó si quería ver como la que tenía, y como ya estaba loca por verle su cipote, dije que sí. Se bajo el pantalón deportivo y sacó su gorda polla y morena, es tan gruesa que al agarrarla con mi mano, los dedos de la misma no se tocaban al circundarla…. Entonces preguntó si quería probarla, afirme mis deseos lujuriosos. Me llevó hasta el sillón más grande y se recostó y me dijo que me subiera sobre él de forma que mi culo quedó a la altura de su cara y su polla a la altura de mi coñito en un excitante 69. Comencé a pasarle la lengua por su polla como si fuera un rico helado y trataba de comerla pese a no poder meterla entera en mi boca, mientras tanto el me mordía suavemente mis cachetes y exclamaba ¡Que hermoso culito tienes Carol! Pasaba su lengua tibia por toda mi rajita y la metía en mi agujerito, eso me enloquecía y más le mordisqueaba esa verga gorda morena, ¡Quiero que seas mi putita! Me decía y yo le contestaba ¡Sí papi, sí! A todo esto el me metía sus dedos en mi ano para dilatarlo y prepararlo para lo mejor. Notaba todo mi culito lleno de saliva tibia y notaba como sus dedos resbalaban con facilidad para el interior de mi ano.

Un momento después me bajó y se sentó con sus pies apoyados en el suelo y sus pantalones por los tobillos, yo ya no tenía el mío puesto, solo me quedaba la camiseta cortita puesta, me pidió que me acercara y que me sentara encima de su polla que palpitaba como si tuviera vida propia. Me coloqué dándole la espalda y con sus piernas entre las mías, comencé a bajar despacio, pero el cabronazo no espero mucho, me levantó con sus brazos y me fue ensartando en esa hermosa verga empujando hacia debajo de mi cintura. Al principio sentí un poquito de ardor, pero estaba tan caliente y dilatado que me entró toda la verga con cierta facilidad hasta los huevos, sentí toda su carne caliente dentro de mí, noté la musculada verga de papá llegar a mis entrañas de un solo envión… creí que me iba a desmayar de placer al percibir sus pelotas llenas de lefa frotar mi clítoris. Él me hablaba con ternura y me decía que mi culito era lo más rico que se había comido en años y me besaba el cuello y las orejas, eso hacía que yo me retorciera y más me ensartaba en su polla en mi útero. Con una de sus manos me agarraba mi clítoris que era muy chiquito pero poco a poco fue creciendo poniéndose duro…me masturbaba, eso era delicioso sentir la palma de su mano frotando suavemente mi coñito.

No sé cuánto tiempo pasamos así pero yo no me quería bajarme de su mástil por nada del mundo, y el parece que tampoco, ya que lo disfrutaba igual que yo, con uno de mis brazos le rodee el cuello de modo que mi espalda quedo pegada a su pecho, entonces por primera vez esa mañana, me besó en la boca como yo nunca había besado a nadie, así que me sorprendí cuando hundió su lengua en mi boca…, su boca sabia a menta y chocolate. Estaba a su merced, con su lengua penetraba mi boca y con su verga mi conejito hambriento, me levantaba suavecito y me bajaba de nuevo clavándome su duro ariete…, su verga era como un pistón que entraba y salía del coñito, ¡Qué rico papi! Le decía y eso más lo calentaba. Todo lo que me hacían sus manos sobre mi febril cuerpo me gustaba mucho…, sobre todo como me sobaba las tetas tirando de ellas para insertarme más hondo su badajo…y de pronto me dijo – ¡Carolina estoy a punto de correrme! Apreté muy fuerte contra él para que me llenase, arrecié los mete saca, no deseaba que se derramase fuera y un segundo después de un bufido de toro, pude sentir como inundaba mi interior con un líquido tibio.

Percibía cada espasmo de su verga en mis entrañas, me energicé con lo caliente que estaba también acabé con una buena corrida que le empapó su verga, y los huevazos que se vaciaban por momentos llenándome hasta las trompas de Falopio. Nos quedamos un rato así, él rodeándome con sus brazos y dándome besos en mi cuello y boca…, yo pretendía que ese momento no terminara nunca. Me pidió que no contara nada a mi hermano y a nadie. Papá era tan dulce conmigo que nunca podría romper eso tan bello que teníamos solo para nosotros. Como os podéis imaginar, sino era mi hermano era papá quien me llenaba de su copiosa lefada de rico semen, me encantaba recibir el néctar más preciado que un hombre posee, y por partida doble, así que no fue mucho de esperar que un día amaneciera con molestias estomacales, náuseas y vómitos, el malestar propio de quien está engendrando un bebé dentro de su vientre…nueve meses después nació Isabel la hija de cualquiera de mis hombres, mis amantes y sementales. Ahora vivimos felices los cuatro como dice la canción.

FIN 

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