miprimita.com

Venganza (Ana)

en Hetero: Infidelidad

Estoy harta de ti y tus malos tratos, siempre subestimas todo lo que hago por ti, desde hace un tiempo que todo lo que hago está mal para ti, me tratas como si fuera basura y el colmo ha sido hoy. Es nuestro aniversario, Miguel, tengo semanas preparándote una sorpresa que fuera suficiente para mostrarte que te sigo amando como el primer día y que los malos momentos de los últimos meses los podemos superar... Pero el desayuno que te preparé no te gustó, la corbata que elegí con tanto cuidado para la cena que vamos a tener con tu jefe la siguiente semana, no te gustó y hasta te molestó que escogiera el "color rojo espantoso de la empresa" para un regalo aunque eso solo era una parte de tu regalo, cuando me mostré debajo de la bata que suelo usar en la casa, ni siquiera te fijaste en que compré la lencería que vimos la otra vez en el centro comercial, esa que vimos a una chica escogiendo y que te quedaste babeando al verla, pensé que era por la lencería, ahora veo que era por ella, ¡que tonta fui A mi me ignoraste por completo y solo dijiste que tenías que llegar temprano al trabajo... otra vez. 

He hablado con Paty, mi amiga, y al escucharme llorando, te ha insultado y ha dicho que eres un cerdo que seguramente me está siendo infiel y, ¿sabes qué? Parece perfectamente lógico, desde que empezaron los problemas cada vez estás más distante y a nuestra casa ya solo llegas a dormir, haciendo memoria, la semana pasada no creo que hayamos cruzado ni 10 palabras y últimamente no permites que lave tu ropa, ¿estás ocultando algo? ¿no quieres que huela el perfume de otra mujer entre tu ropa?

Bueno, Miguel, no estoy dispuesta a que me tomes por idiota ni a asumir el papel de víctima y deprimirme por esto, hasta aquí llegó tu esposa linda y sumisa que trataba de arreglar las cosas, si haz decidido que aquí acabe todo, entonces que acabe de una vez. Todo lo que he sufrido lo vas a pagar, empiezo a pensar en todas las formas en que te puedo lastimar, cada una de las opciones me parece fallar, ninguna parece abarcar todo lo que he tenido que pasar en estos meses, así que llegó a la alternativa exacta, hacerte pasar por lo mismo, los mismos malos tratos, la misma actitud de pasar de ti y de tener cosas más importantes que hacer que estar contigo y, claro, pagarte también con la misma moneda, la infidelidad. 

Pasan semanas y empiezas a notar el cambio, ya no preparo la comida para ti, ahora te encuentras con comida instantánea o comprada y veo en tu rostro que comienzas a preguntarte por qué ese cambio. Por las noches, cuando llegas de trabajar, ya no al rededor de ti molestándote para que te dignes a ver una película conmigo o que me cuentes cómo te fue en el trabajo, ahora me ves todos los días salir con ropa que no me habías visto antes, te lanzo un beso para no levantar sospechas aún y te digo que no me esperes (como todos los días desde que mi plan empezó), pasan por mi mis amigas pero realmente no sabes a dónde voy, solo me ves salir y seguro que te preguntas a donde voy pero que te quede claro, cariño, no tienes derecho a preguntarme nada y estoy lista para ti si quieres discutir por eso, lo he pensado y planeado todo. 

Más tarde, cuando regreso, estás dormido, no te ha importado donde estuve, te mantienes en la rutina de los últimos meses demostrándome que realmente ya no te importo, no pareces notar el olor al alcohol que me he bebido ni las sosas colonias de los hombres con los que baile y esto me hiere aún más, el que todo esto ni siquiera te importa, así que finalmente lo he decidido, hasta ahora el último paso me daba miedo y he rechazado a varios hombres que he conocido en estos días pero ahora sé que ni siquiera te molestaría saber que lo haga con otra persona. Simplemente ya no te importo. 

Hoy me he levantado una vez más sabiendo que ya no te encontraré en la cama que compartimos, toda esta semana te haz ido aún más temprano, ya ni siquiera desayunas conmigo y tampoco es que tenga tantas ganas de hacerte el desayuno pero al menos me hubiera gustado que demostraras un poco de interés pero no, otra vez estoy sola. Es sábado, hoy deberías salir temprano y no trabajar mañana pero no me hago ilusiones, sé que otra vez estaré sola en la casa sin siquiera tener noticias tuyas... o no. No, decido que hoy no me quedaré esperándote, si a ti no te importa, a mi tampoco, iré al salón de belleza, me arreglaré y me compraré un vestido bonito que para eso trabajo, tal vez no sea algo tan importante como lo tuyo pero mi trabajo como escritora me da suficiente para no depender de ti, me iré por la noche con mis amigas al bar de siempre y lo que hoy pase, ya no importa. 

Me he pintado el cabello de un color chocolate precioso, la verdad es que ya lo tenía un poco descuidado y ahora me veo mucho mejor, me compre un vestido corto, rojo y bastante ceñido al cuerpo, un par de zapatos negros y un coordinado de lencería a juego. Esta vez si que parece que voy buscando ligue, aunque pensándolo bien, creo que de hecho es así. Cuando pasan mis amigas por mi, ni siquiera estás aquí pero ya no me importa, tomo mi bolso y me voy tratando de no pensar demasiado las cosas. 

Al llegar al bar me he topado con ese compañero tuyo que estaba con nosotros en la cena de navidad de tu empresa del año pasado, parecía nervioso, ni siquiera me saludó y volvió a una mesa corriendo. Lo seguí con la mirada y ahora entiendo la razón de como actúa, ahí estás tú a lado de una mujer que no logro ver bien, solo percibo su cabello rubio a la altura del hombro y que lleva una blusa de tirantes, se ven platicando animadamente, ¡y tú que decías que estabas trabajando hasta tarde! ¿será ella...? Eso tiene sentido, ahora entiendo porqué pasas tanto tiempo en la oficina, seguro que es ella. Me dirijo a la barra con mis amigas y pido un tequila derecho, me hace falta para recuperar el color de mi cara, haré como que no te he visto y seguiré mi noche como normalmente lo haría.

Después de un shot de tequila más, me dirijo a la pista con mis amigas y empezamos a bailar, justo quedo de frente a donde estás pero tú no puedes verme, te haz separado un poco de la chica rubia cuyo rostro sigo sin ver, me fijo más en las personas que están contigo, debe ser una reunión de gente de tu trabajo, reconozco a varios de la cena de navidad, incluso tu jefe está aquí.

Sé que lo odias un poco, claro, ¿cómo no odiar a un chico más joven que tú que llega a quitarte el empleo por el que tanto te haz esforzado y sólo porque es sobrino del dueño de la empresa? Sin embargo, creo que es guapísimo, alto, de tez clara, cabello oscuro y ojos verdes, además he hablado un poco con él en la cena, iba con una chica guapísima y aún así se tomo un momento para disculparse con nosotros por haber tomado el puesto y ponerte en una posición incomoda, tú pensaste que fue una manera de humillarte pero para mi fue un gesto de humildad pese a todo, más tarde, estando solo nosotros dos, incluso se volvió a disculpar y hablamos un poco más, en dos ocasiones sentí como sus ojos se desviaban a mi escote pero tal vez fue solo idea mía. 

Poco después un hombre de unos cuarenta y tantos se acerca a mi y me pide bailar, parece que va un poco borracho pero acepto simplemente por tratar de no pensar en ti y en la rubia. El bar es un lugar de salsa bastante conocido pero este hombre se nota que no tiene idea de como bailarla, me pisa un par de veces y ha intentado varias veces agarrarme del culo. Entonces, finalmente, me haz visto y llegas hasta nosotros, le agarras el brazo al tipo y lo empujas justo antes de que lo haga yo, el tipo se cae, lo insultas y él, algo intimidado, se levanta y se va. Me preguntas si eso es lo que hago todas las noches, te respondo que eso obviamente no te importa, así que me tomas de la muñeca y me pides que nos vayamos para no hacer una escenita pero estoy demasiado enojada contigo, me zafo de tu agarre y te digo que vayas tú y la puta rubia, me voy hacía el baño con lagrimas en los ojos porque es el único lugar que se me ocurre donde no me puedes seguir. 

Entro en un cubículo y me limpio las lágrimas con un pañuelo de mi bolso, no puedo creer que aún lloré por ti, me repito que ya lo sabía todo y que no tengo porque ponerme mal, que ya todo está acabado y que sólo queda afrontarlo pero primero quiero algo de venganza, puede que me hayas visto la cara por meses pero ahora va la mía, una de cal por las que van de arena, como dicen. 

Acabo de secarme las lágrimas cuando el coraje empieza subir a mi cabeza, estoy decidida a hacerlo hoy, ya pasó suficiente tiempo. Al salir del baño me tropiezo con alguien, es tu jefe, se sorprende de verme y me dice que justo te acabas de ir, él nota mis ojos rojos y me pregunta si estoy bien, claro que él lo nota, ¡cualquiera lo nota! ¡Cualquiera menos tú! Le respondo que no pasa nada pero esa simple señal de reconocimiento basta para que mis ojos se vuelvan a llenar de lágrimas, él me abraza y yo lucho con todas mis fuerzas para ahogar las lágrimas y que ninguna corra por mis mejillas. Huelo su colonia, huele a hombre, es diferente de como hueles tú, su colonia es más fuerte, ese olor varonil llena mis fosas nasales, mis senos están apoyados en su pecho, el olor a hombre y el tiempo que he pasado sin sexo, además de su increíble apariencia hacen mella en mi, siento mis pezones poniéndose duros y seguro que él lo nota también, me acerca un poco más a mi, parece gustarle, ¿o son ideas mías?

Después de un largo abrazo nos separamos, él propone que tomemos un trago y volvemos a la mesa donde estabas antes pero ya no hay nadie, lo han dejado solo según me dice, un mesero se acerca a darle una cuenta y él le tiende una tarjeta de crédito al tiempo que pide una botella de tequila y dos vasitos de shot, parece que adivina mi bebida favorita o tal vez me ha visto al entrar, aunque lo dudo, yo no tengo nada especial y, por lo que tú dices, él está acostumbrado a estar con mujeres hermosas.

El mesero nos lleva lo que él pidió además de algunos limones cortados en rodajas y un poco de sal. De shot en shot la primera botella se acaba mientras hablamos de todo y de nada, es un sujeto muy agradable, nos reímos mucho, tenemos muchas cosas en común, incluso empiezo a pensar que tengo más en común con él que contigo, noto que su mirada pasa de vez en cuando por mis labios y mi escote. Le propongo hacer el jueguecito ese del limón, la sal y el tequila, dice que nunca lo ha hecho así que me pongo un poquito de limón en el cuello y luego un poco de sal, le explico que la tiene que lamer, después tomarse el tequila y por último comerse la pulpa del limón, empieza a lamer la sal pero no de una sola pasada, empieza a recogerla con su lengua de a poco, haciéndome estremecer, ahogo un gemido en mi garganta porque no quiero que note que eso me ha encantado, después sigue los pasos que le indiqué pero, en cuanto se toma el shot de tequila, lo beso en los labios y tomo de su boca un poco del tequila. Le sonrió ante su cara de sorpresa y le digo que se me antojaba compartir. Él se levanta y me asusta, pienso que se ha enojado pero no, me rodea y me invita a bailar con él, nos dirigimos a la pista, él si que sabe bailar, aunque se pega mucho a mi, siento sus manos rozando mi cuerpo mientras bailamos pero sin tocar ningún lugar demasiado indiscreto. El simple roce de sus manos ya me excita demasiado, tengo que admitirlo para este momento me encuentro un poco borracha y cachonda. 

Bailamos un par de piezas más y él nota que mi equilibrio no es el mejor en estos momentos, así que me acompaña de regreso a la mesa y me propone llevarme a mi casa, no creo estar en condiciones para buscar a alguien para llevar a cabo mi plan así que le digo que si, él pide la cuenta y paga las dos botellas aunque de la segunda no tomamos ni la mitad. Salimos del bar, un valet le lleva su auto, ni siquiera me he despedido de mis amigas, le envió un mensaje a Paty para que no se preocupen, él me abre la puerta tras agradecerle al valet y yo subo a su auto en el asiento del copiloto, esta vez si que lo descubro viéndome las piernas, las separo un poco, él sonríe y cierra la puerta antes de subir él al auto. 

Me lleva a casa en total silencio, aunque noto que de vez en cuando lanza una mirada a mis piernas. Al llegar aparca el auto al frente de nuestro edificio, seguro que le parece que no es tan bonito como el suyo pero no nos falta nada, tal vez no tengamos lujos pero vivimos bien. Suspira y me dice que tal vez tenemos que hablar de lo que pasó, dice que entiende que estaba enojada contigo y que sabe que no va a pasar nada y que sin embargo... "¿Sin embargo...?" le pregunto, él me confiesa que le he gustado desde que me conoció, dice que le parezco muy interesante, una mujer guapísima y poco valorada por ti pero que entiende que somos un matrimonio joven y que tal vez solo te haga falta madurar, lo interrumpo y le cuento mis sospechas con una cara de total amargura, él apoya su mano en la mía y dice que lo siente, que la rubia es una cliente de la empresa con la que haz tenido que trabajar mucho últimamente y que ya en la empresa se rumorea que tienen un amorío porque ella te trata de una manera muy cariñosa. Él acaricia mi mano sobre mi pierna y después seca con su pulgar la única lágrima que escapa de mis ojos, se acerca a mi y besa mi mejilla, después mis labios de una manera muy suave, le respondo el beso mientras su mano vuelve a acariciar mi pierna, sube la falda de mi vestido un poco y y yo, de manera instintiva, separo mis piernas lo más que puedo aun en el asiento de su auto, cuando él comienza a acariciar mis muslos. Sube su mano acariciando mi costado hasta llegar a mi pecho, baja el tirante de mi vestido mientras aún me besa de manera apasionada, acaricia mi hombro antes de seguir bajando el escote de mi vestido, se encuentra con mi brassier de encaje sin tirantes, se aparta de mi para verme y me dice que estoy guapísima.  Muerde y besa mis senos por encima del bra, esos senos que tanto te gustaban. 

Recorre su asiento lo más atrás que se puede y me ayuda a subir a horcajadas sobre él poniendo mis pechos en su cara para seguir con lo que hacía, con sus manos empieza a sobar mi trasero, mi tanga se lo permite y me deja a mi sentir como su miembro crece dentro de su pantalón, bajo mis manos de sus hombros para desabrochar su cinturón y el pantalón, meto mi mano en sus pantalones y lo acaricio por encima del boxer, su miembro es más grande que el tuyo, gimo sin poder evitarlo al sentir que desnuda del todo mis senos y enseguida succiona uno de mis pezones mientras acaricia mi otro pecho. 

Me toma por la cintura y me levanta un poco sin sacar mi pezón de su boca, yo saco su pene de la ropa y lo coloco en la entrada de mi vagina, él empuja levemente y clava su miembro en mi lentamente haciéndome gemir, me apoyo en sus hombros sintiendo su verga clavada por completo en mi y sus dientes en mi pecho, con sus manos aun en mi cintura empieza a movernos para darme embestidas largas y profundas, suelta mis pechos y me mira directamente a los ojos, muerdo mi labio para evitar gemir, acelera el ritmo, muevo cada vez más mis caderas sin poderlo controlar, me encanta el deseo en su mirada, baja sus manos a mi trasero, lo aprieta y me da una nalgada antes de decirme que me mueva como la zorra que soy, acelero el ritmo todo lo que puedo y, sin poder evitarlo, llego al orgasmo al tiempo que él vuelve a tomar el mando, me abraza pegando su pecho al mio y me susurra al oído que seguro que con el pendejo de mi marido nunca había gozado así, no cede ni un poco en el ritmo y mi orgasmo se enlaza inmediatamente con otro al tiempo que él estalla en mi interior. Me besa apasionadamente mientras su pene va perdiendo dureza aun en mi interior. 

Me ha ayudado nuevamente a colocarme en el asiento del copiloto para reacomodar nuestra ropa y recuperar un poco el aliento, nos despedimos e intercambiamos números, él quiere volver a verme y creo que yo quiero volver a verlo a él. Me abre de nuevo la puerta y me ayuda a bajar del auto, antes de irme me quito la tanga y se la doy con un beso. Entro a nuestro edificio y subo hasta nuestro departamento. Al entrar a nuestra habitación descubro que te haz dormido, no te importa y ahora tampoco me importa que hagas esto, me doy una ducha y me acuesto a tu lado como si nada hubiera pasado. Todo ha acabado entre nosotros, Miguel, ahora mi venganza está completa.

***Nota: Esta es la primera parte de dos que subiré de este relato, si te gustó esta parte, espero que también leas la que sigue. Gracias.