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Harry Potter One Shot: El Torneo de los Tres Magos

en Parodias

Harry llegó por fin, después de ducharse y cambiarse, todavía dolorido, a la sala común de los dormitorios masculinos de Gryffindor, y se derrumbó en el sillón al lado de Ron, frente a la chimenea, palpándose con gesto de dolor los lastimados laterales de su cuello. Hacía horas que el efecto de las branquialgas de Neville había pasado, pero aún notaba dos moratones donde antes habían estado sus temporales agallas. Era de noche y todos dormían, salvo él y Ron, que estaba esperándole, como siempre.

 

  • Este maldito torneo va a acabar conmigo -suspiró mirando fijamente la chimenea- si me hubieran dicho que iba a echar de menos la primera prueba con los dragones, no me lo hubiera creído.

  • ¿Contigo? -contestó Ron, sin moverse, tirado en el sofá, con la vista también puesta en el fuego- Tú al menos estás inscrito y habías entrenado. Yo me he encontrado atado en el fondo del lago rodeado de sirenas cabreadas sin comerlo ni beberlo. Ni que hubiera metido mi nombre en el maldito Cáliz de Fuego. Usar a espectadores debería estar prohibido. Joder, qué fría está el agua del puñetero lago.

 

Un ruído en la ventana les distrajo a ambos, que vieron cómo un pequeño y delicado pájaro blanco entraba por ella, y lanzaba dos pequeños sobres que fueron a parar a sus regazos, antes de volver por donde había venido.

 

Ambos sobres eran idénticos. De un delicado papel granulado, esmeradamente doblados y rematados con pequeños lacitos de seda azul celeste. Se quedaron dos segundos estupefactos mirandolos antes de comentar lo obvio:

 

  • ¿Qué puñetas es esto? -dijo finalmente Ron-

  • A mí no me mires, ni siquiera sabía que.. jilgueros, o lo que sea eso, podían entregar correo, creía que sólo podían ser lechuzas.

  • Huelen… -Ron olía su sobre-.. Bien. Como a rosas o algo así, están perfumados. Esto tiene toda la pinta de ser de alguna tía.

  • ¿Serán de Padma y Patil? -dijo Harry asustado de repente ante la idea-

  • Espero que no… -Ron lo pensó mejor- No. No lo creo, si las Patel nos mandan algo será una paliza o algo así, después del baile que les dimos.

  • Abrámoslos.

 

Ambos abrieron sus sobres y leyeron en voz baja el escueto mensaje, escrito con esmerada y cursiva caligrafía. “Ambos quedáis gentilmente invitados a la sala común del dormitorio de huéspedes del Ala Sur. Acudid ahora mismo y solos.”

 

  • ¿Pero que..?

  • Esto no me huele bien ¿Tú que crees?

  • Tiene pinta de pista para el torneo o algo así -dijo Harry, pensativo- Hay mucho secreto entre bambalinas. Esta segunda prueba la he sobrevivido gracias a Cedric, de hecho.

  • ¿Diggory te ha ayudado?

  • Si

  • Bueno, entonces sea lo que sea, tenemos que ir. Tu vida en la tercera prueba podría depender de eso.

 

*****

 

El corredor de piedra del Castillo estaba en tinieblas. No se veía absolutamente nada. Sin embargo, se escuchaban dos voces entre susurros, dirigiéndose a la puerta de los dormitorios de huéspedes del Ala Sur.

 

  • Esto ha sido una mala idea -gimoteaba Ron, pegado a Harry bajo la capa de invisibilidad- Si ya de por sí andar por el castillo de noche es complicado, ahora tenemos a dos escuelas más durmiendo aquí, Harry, ¡A dos! Ya es bastante malo si nos pilla Filch, ¿Que nos pasará si nos coge la mujer esa enorme, la tal Madame Maxime? -de repente se quedó aún más blanco- ¡O el de los húngaros! ¿Qué nos pasará si nos pilla Karkarov, Harry? ¡Igor Karkarov!

  • ¡Joder, Ron, cállate ya! -replicó Harry, cada vez más asustado también por las palabras de Ron- Ya casi hemos llegado, creo.. Sí. Ya estamos aquí.

 

Con extrema cautela abrieron lentamente la puerta de la estancia. Era casi idéntica a la sala común de Gryffindor que acababan de abandonar, salvo porque el fuego de la chimenea estaba un poco más tenue, y los tapices, en lugar de lucir el emblema de Gryffindor, mostraban sobre fondo añil el escudo de armas de Beauxbatons. No había nadie. Entraron y cerraron la puerta tras de sí.

 

  • No.. no hay nadie -dijo Ron-

  • ¿Hola? -susurró Harry un poco más fuerte- ¿Hay alguien aquí?

 

Una voz femenina sonó alta y clara tras ellos, dándoles un susto de muerte.

 

  • Bonsoir. Bienvenues, chicos.

  • ¡Joder! -exclamó Ron- Qué susto.. Espera, tú eres… tú eres…

  • Fleur Delacour -sonrió ella, encantadora- ya nos conocemos.

  • Si.. sí, esto.. Señorita Delacour, Ron sabe.. Perfectamente quién es, sólo estamos un poco… bueno, desconcertados, no sabemos…

  • Sentaos -espetó ella con voz firme-

 

Ambos obedecieron. No sabían qué les intimidaba más, si la increíble belleza de la chica, el que fuera varios años mayor que ellos, el que fuera una cuarta parte veela, o estar de madrugada al otro lado del castillo de donde se suponía que tenían que estar. Sin rechistar, se sentaron uno al ladito del otro en el sofá de enfrente de la chimenea. Fleur Delacour caminó distinguidamente hasta situarse de pie frente a ambos. Vestía el uniforme de su escuela, un gracioso sombrerito a juego con una sobrevesta azul celeste y con cuello de camisa, que daba cierto carácter formal al atuendo que cubría, un ceñido vestidito de raso azul que por aquellos días traía por el camino de la amargura a todos los estudiantes masculinos de Hogwarts con los que se cruzaba. Medias del mismo color y pequeñas bailarinas de tacón mediano estilizaban aún más, pero innecesariamente, la ya de por sí esbeltísima figura de la joven. Ambos tragaron saliva.

 

  • Os he llamado para dagos las gacias por salvag a mi hegmanita pequeña. -dijo mirando fijamente a ambos, con su gracioso acento francés-

 

Ambos se miraron, y murmuraron aceptaciones atropelladamente.

 

  • No.. no pasa nada, no es necesario, fue un placer, de verdad..

  • Eso, lo importante es que ella esté bien, es algo que cualquiera hubiera hecho…

  • Además, ya nos diste las gracias allí en el muelle así que…

 

Ambos callaron de repente cuando ella habló, sacando su varita.

 

  • En el muelle -dijo lentamente mientras la movía en el aire- había mucha gente, así que no os lo pude agradeceg de manera lo suficientemente… apropiada. ¿De vegdad creíais que un beso y un “gracias” es bastante por salvar la vida de mi hegmanita pequeña Gabrielle?¿De ma petite sœur?

 

Conforme hablaba y agitaba su varita, su uniforme se transformó: El corpiño del vestido se retrajo mágicamente hasta ser sólo un corsé mientras que la sobrevesta se volvió más y más fina hasta ser de un azulado transparente que dejaba ver ahora los preciosos y esbeltos pechos de la joven. La falda del vestido hizo lo propio y no solo se volvió igual de transparente, sino que se abrió por la parte delantera dejando ver los muslos de Fleur y un precioso y diminuto tanga de delicado encaje de seda.

 

  • Así que… por lo que veo, ¿No habíais visto la lingerie estándar del uniforme de las alumnas de Beauxbatons? -dijo divertida, ante los dos chicos boquiabiertos-

 

Acto seguido, sensualmente se puso de rodillas en el sofá de cara a ellos, con una rodilla entre las piernas de cada uno de ellos. Primero se acercó a Harry, y le cogió con fuerza de la corbata con los colores de Hogwarts. Le miró un segundo antes detirar de ella y plantar sus labios en los de él, y darle un húmedo beso con lengua que dejó aturdido al joven mago. Antes de que éste reaccionara, se volvió hacia Ron, le miró fijamente a los ojos, y acercó más y más su cara a la de él. Los latidos de éste le resonaban como tambores, con la preciosa carita de la francesa a un centímetro de la suya, cuando ella le agarró de la nuca y le metió la lengua hasta la campanilla, dándole un beso de tornillo que casi hace al pelirrojo eyacular en su ropa interior allí mismo.

 

Se separó de Ron y miró traviesa a ambos alternativamente, antes de sonreír y alargar los brazos. Se dispuso a desabrocharles los pantalones a los dos hábilmente con ambas manos.

 

  • Estoo…

  • Espera, Fleur, yo no sé si… -ambos parecían levemente incómodos, seguramente más por la presencia del otro que por las atenciones de Fleur-

  • Sssshhh -les mandó callar- Tais-toi. Sólo quiego oígos si lo que digáis hace que disfgutéis más, ¿Compris?

  • Sí -se apresuraron a contestar ambos-

  • ¡Super! Alors… -dijo, y les sacó a ambos las pollas, ya considerablemente grandes y duras- ¡¡¡Oh là là!!! -dijo sorprendida al verlas, mirando alternativamente sus rabos duros, y luego, con cara de viciosa, a sus caras-

 

Sin más, Fleur se agachó y se metió la polla de Harry en la boca comenzando a mamarla, mientras con la mano derecha pajeaba a Ron, al que le había dejado sus caderas apoyadas en el regazo. Ron no sólo disfrutaba del tremendo pajazo que le estaba haciendo la francesa, sino también de su precioso culito en primera fila.

 

  • ¡Oooh! ¡Joder, cómo chupa, Dioss!

  • ¡Pues anda que las manitas que tiene! Y mira esto -dijo Ron magreando a la vista de Harry el culo de Fleur, y tirando de su tanga-

  • Joder, es perfecto… parece esculpido, es una obra de arte…

  • Puuff, pues quién tuviera esa boquita chupándosela.. -dijo Ron mirando la polla de Harry entrar y salir de los labios de Fleur-

 

Ésta se la sacó, pajeando a ambos.

 

  • ¿Tú también quiegues que te la chupe, Ron?

  • ¡Sí, por favor!

  • Pues venga, juntaos

 

Ambos se miraron un poco azorados.

 

  • Yo.. no sé…

  • ¡Buuff! -bufó Fleur- Estos ingleses… ¿Quiegues que te la chupe o no?

  • ¿Y vosotros sois amigos, no? ¿Des meilleurs amis, si?

  • Si, pero…

  • Pues juntaos

 

Fleur los juntó a ambos bien cerca en el sofá y se arrodillló frente a los dos. Agarró sus pollas y se las metió juntas en la boca, comenzando una mamada tan brutal que ambos se agarraron del escalofrío de placer.

 

  • ¡¡¡Jodeeeer!!!

  • ¡¡Dios, quién lo iba a pensar!! ¡Le caben dos en esa boquita, Harry, dos!

  • ¡¡¡Aaah, no hace falta que lo jureees!!!

 

Fleur se las sacó y las pajeó con ambas manos, lamiendo sus cipotes alternativamente, y mirándoles a los ojos, viciosa, antes de seguir.

 

  • Mmmm, qué par de pollas para mí solita… Os voy a recompensar por haber salvado a mi preciosa hegmanita Gabrielle… seguro que a ella le hubiera gustado dagos las gracias en persona, pero... no hubiera podido con deux garçons comme vous y vuestros enormes rabos… parece voy a tener que hacerlo moi-même

 

Dicho esto volvió a metérselas en la boca. Fleur mamaba ambas pollas mientras con las dos manos les cogía sendos escrotos y masajeaba sus testículos. Al cabo de un rato los notaba más hinchados y pesados, sin duda aquello les estaba poniendo a cien, ambos gemían cada vez más y sin control… decidió parar. Se sacó las pollas de la boca, y se puso de pie, agarrándolos por las solapas y levantándolos a ellos también. Primero se dirigió a Harry, levantando el dedo índice, severa.

 

  • Ni se te ocurra moverte de aquí.

 

Harry no había tenido tiempo de contestar cuando Fleur se volvió y empujó a Ron contra el sofá, sentándolo. Se apartó la parte delantera de sus delicadas braguitas, y se puso a horcajadas del pelirrojo, mirándole a los ojos, disfrutando de la alucinada expresión de placer de éste mientras ella se dejaba caer, clavándose en su polla.

 

  • ¡¡Aaaaahh!!! ¡¡Fleeeuuur!! ¡¡Joderrrr!!

  • ¡Ooohh, ouiii! ¡¡No esta nada mal, rousse!!  -- Fleur también gimió al notar la durísima polla de Ron penetrándola hasta los huevos.

 

Fleur empezó a cabalgarlo sensualmente, y fue incrementando el ritmo conforme aumentaba su expresión de placer. Al poco se lo estaba follando con todas las de la ley. Ron tenía una indescriptible cara de delirio y felicidad, mientras gemía. Al poco, Fleur se volvió y miró a Harry. Estaba de pie mirándolos, con su miembro en la mano, completamente erecto. Brillantes gotitas de líquido preseminal brotaban de su rojo y babeante cipote. Fleur se relamió mirándolo.

 

  • No te quedes ahí, Harry, haz algo… ¿No se te ocurre nada? -le dijo, juguetona, y se volvió a Ron, poniéndole sus delicados pezones en la boca mientras le decía- Ron, chéri, sé un buen amigo y agárrame bien fuegte del culo y ábremelo para Harry

 

Ron, disfrutando al máximo la follada de Fleur, no dudó en agarrarla con ambas manos de sus nalgas y atraerla más aún hacia sí para comerle las tetas. La francesa gemía desatada follando con el pelirrojo mientras le chupaba con avidez los pezones. Harry contemplaba la escena desde atrás. Las manos de Ron, agarrando con fuerza los cachetes de la chica, los separaba… dejando a la vista la delgada tirita de seda celeste de su tanga, a los lados de la cual se veía su sonrosado y cerradito ojete. Ella se volvió de nuevo, sonriéndole lasciva. Ahora lo comprendió.

 

Sin necesitar más confirmación, se situó justo tras ella y separó apenas dos centímetros la tirita de su tanga. Apoyó su cipote a la entrada de su ano, y agarrándola de las caderas se la clavó sin contemplaciones, penetrándole el culo hasta que sus testículos chocaron contra las pequeñas y redonditas nalgas de Fleur.

 

  • ¡¡¡¡Oooohhh, oooohhh, mon dieu, MON DIEEEUUU!!!! -aulló Fleur en un gemido largo y desangelado-

 

No pudo evitarlo más y se corrió gritando, con los ojos en blanco, al notar las dos pollas durísimas de los chavales la empalaban por ambos agujeros. Contoneó las caderas follándose el coño con la de Ron para correrse mientras la de Harry no sólo aprovechaba el movimiento de ella, sino que la petaba activamente, haciéndoselo con su culo.

 

Ron era completamente indiferente al orgasmo de Fleur. Estaba en el séptimo cielo disfrutando del polvazo que la francesa le estaba echando. Su tierno y estrecho coñito le daba un placer sin límites en la polla mientras que él se centraba en disfrutar del sabor dulce de las tersas tetas de la hermosa bruja mientras la seguía agarrando del culo. No se podía creer tocar un culo así. Duro, redondito y suave, lo magreaba tanto como podía. Harry por su lado la cogía de sus estrechas caderitas con una mano y tiraba fuertemente hacia atrás de su rubia coleta con la otra, y la petaba por el culo egoístamente, haciéndoselo con él sólo concentrado en el gusto que se daba.

 

  • ¡¡Harry no aguanto más, me voy a correeer!!

  • ¡¡¡Yo también, dios, que culo, me corro, me voy a correeer!!!

 

Fleur se separó de ambos y sentó a Harry de nuevo al lado de Ron les cogió ambos rabos con las manos y los pajeó con fuerza, poniendo su carita con expresión viciosa a escasos centímetros de los cipotes de ellos, mientras les hablaba mirándoles a los ojos.

 

 

  • ¿Cuanta lefa os habéis sacado pensando en nosotras desde que llegamos a Hogwarts, eh, chicos? ¿Os pajeais mirándonos por las ventanas, a que si?

  • ¡¡Joder, siiii!! -gritaron ambos-

  • ¡¡Yo casi me la casco en cuanto aparecisteis en el salón principal la primera noche meneando vuestros culitos, zorras gabachas!! -gritó Ron-

 

  • ¡¡Entonces allez, cabrones, correos en mi carita!! ¡¡Quiero que me déis toda la lefa que tenéis de los cachondos que os ponemos!! ¡¡Vamos, os voy a vaciar los huevos dans ma bouche!! ¡¡Me ponéis muy cerda, vamos, mes petits, dadle semen a vuestra zorrita sedienta de lefa!! ¡¡Je suis votre puuute!!

 

 

No pudieron más y se corrieron a chorros encima de Fleur, eyaculando lefazo tras lefazo en su pelo, sobre su cuerpo, sus tetas, en su preciosa lencería.. Ella abría la boca y sacaba la lengua hasta el paroxismo, recibiendo en ella todo el semen que podía para relamerlo y tragarlo.

 

  • ¡¡¡Me corro puta francesa, me corro en tu puta cara, tomaaaa lefa perraaa!!!

  • ¡¡Toma lefa zorra toma todo mi semen, guarraaaaaAAHH!!

 

Ambos se corrieron hasta la última gota, y quedaron exhaustos sentados en el sofá. Miraron embobados cómo ella se levantaba sonriendo satisfecha, preciosa y elegante aún con la lencería descolocada, y absolutamente pringada de semen viscoso por todos lados,  y se inclinaba sobre ellos dándoles un casto besito en la frente a cada uno.

 

  • Merci beaucoup, mes mignons… bonne nuit

 

Y se retiró semidesnuda, meneando su culito mientras caminaba con elegancia, hacia la parte privada del dormitorio.