miprimita.com

Mi viaje en el autobús

en Confesiones

No sé qué pasa por mi cabeza, o que me hicieron de niña, bueno si recuerdo algunos manoseos, pero eso es otra historia, me encanta ser deseada por hombres y porque no, por mujeres también, me encanta vestir sexy, provocativa, toda la vida ha sido así, tengo 43 años soy bajita, un poco gordita, pero con unas nalgas bien formadas y mis pechos siempre llaman la atención, soy casada, pero cuando ando salgo del trabajo, me gusta provocar y a mi marido le encanta la idea, mas cuando cada noche al llegar del trabajo le comento lo que me sucedió, lo que me dijeron y una que otra noche le invento una historia sucia para verlo loco de excitación.

El asunto es que una vez no tuve que inventar la historia, del trabajo a mi casa son aproximadamente hora y treinta minutos en autobús, generalmente me siento atrás, me pongo mis auriculares, saco un libro o una revista y así gasto el tiempo, en estos viajes he visto muchas cosas excitantes.

Como me gusta que me vean acostumbro usar minifalda generalmente de telas suaves, sandalias de tacón alto que por supuesto calientan a cualquier hombre, y blusitas escotadas o bastante transparentes. Estando sentada en el autobús de reojo he visto como el pasajero del asiento del otro lado, toca su pene sobre su pantalón sin dejar de mirarme, la mayoría ven mis pies y mis piernas con miradas tan sucias que a veces me da miedo, pero más que darme miedo hace que moje mucho mi vagina. En una ocasión pude ver como el tipo con el rato de manosearse tuvo movimientos extraños y luego de eso dejo de tocarse, obviamente había eyaculado en su pantalón, ese día hasta el asiento del autobús quedó mojado cuando me levante, me mojé tanto al ver eso que imaginaba que se sentaba a mi lado y yo mamaba ese palo delicioso mientras él me tocaba de la manera más pervertida posible. También los he visto acomodar su teléfono y tomar fotos o grabar videos, cuando veo esto, me acomodo de manera que mi falda se suba y se muestre más de mis piernas, me excita tanto pensar que llegaran a su casa a masturbarse con esas imágenes o bien que se cogerán a su esposa pensando en mí, mmmmmmmmmmmmm de solo imaginarlo me mojo.

Una noche me puse mi falda blanca, que por el color dejaba ver el mini hilo que llevaba puesto, mis tacones negros, y una blusita escotada y tallada que mostraba bien la forma y el tamaño de mis pechos, sentada en mi asiento de costumbre, me puse mis auriculares para escuchar música, ya oscurecía y llovía bastante, en el autobús, viajábamos cerca de 10 personas por lo que había muchos espacios desocupados, probablemente nadie sabía que yo iba atrás ya que por ser bajita el respaldar del asiento me tapaba por completo. Un hombre sentado en el ultimo asiento era el más cercano, decidí cerrar mis ojos para descansar ya que había sido un día cansado en el trabajo, algo que me llamo la atención fue un hombre sentado en los asientos del medio que no quitó su mirada de mi cuando me dirigía al asiento, y que aun al voltearme para acomodarme seguía mirándome.

En algún momento del recorrido sentí un golpe raro en mis ojos y al tratar de abrirlos no pude alguien me los tapaba con algo desde el asiento de atrás, mi primera reacción fue levantar las manos para quitarme eso de encima, pero al levantarlas, otra persona me las sostuvo, en ese momento sentí a alguien sentarse en el asiento del lado mío, y decirme que me quedara callada o me mataría, lo primero que pensé fue que estaban asaltando el bus, y claro en mi bolso estaba mi teléfono y mi cartera, el cual inmediatamente me quitaron de las piernas, en esos segundos no sabía qué hacer solo atiné a obedecer y mantener silencio, nadie hablaba y el bus seguía su curso, el que estaba sentado a mi lado comenzó a tocar mis pechos y besar mi rostro, y tocaba mis piernas con desesperación, mientras me decía que tenía mucho tiempo deseándome, en ese instante supe que no se trataba de un robo, sino que ese tipo quería tocarme, abrió mis piernas y metió su mano hasta llegar a mi vagina, mientras los otros me sostenían la venda en los ojos y la manos, no voy a mentir que sentí miedo pero ese miedo al cabo de unos minutos comenzó a excitarme, el seguía tocándome toda, diciendo toda clase de vulgaridades, cuando de pronto bajó mi blusa y con su lengua recorría el espacio entre mis pechos, y pasaba suavemente a mis pezones, lamiéndolos fuertemente, en ese momento ya yo no oponía resistencia a mis manos, podía sentir esas manos tocando mis pies y mis sandalias, de pronto otras manos tocaban mis tetas, y mis manos estaban libres, pero decidí no bajarlas, sino mas bien mantenerlas arriba para que pudieran seguir tocándomelas, sentí como me quitaban la venda de los ojos pero decidí no abrir los ojos y disfrutar del momento, mi falda ya estaba muy arriba y unos dedos acariciaban mi clítoris, por lo que decidí acomodarme mejor para que pudieran penetrarme con esos dedos, me decían que como era posible que estuviera tan mojada, que era una gran puta y yo solo callaba, pero mis suspiros me acusaban, en una ocasión abrí los ojos un poco y pude ver al hombre sentado a mi lado con su pene afuera del pantalón, era exquisito, en ese momento solo deseaba tenerlo en mi boca, lo cual no se hizo esperar pronto estaba chupando ese palo duro, grande y grueso, en ese momento ya estaba prácticamente recostada a la ventana con las piernas sobre los asientos, los otros dos seguían manoseando todo mi cuerpo metiendo sus dedos en mi vagina empapada, y de vez en cuando rozaban mi ano, y eso me hacia retorcer de placer mientras seguía chupando ese palo delicioso, cuando sentí el líquido preseminal en mi boca quise quitarme para que el hombre eyaculara pero con más fuerza lo empujo hacia mi boca, y empecé a sentir como chorros llenaban mi boca, de tal forma que no podía tragarlo todo, tuve que abrir mi boca para que saliera algo, cayendo un poco sobre mi pecho, a lo cual una mano lo esparcía por todo mi pecho, mientras me penetraban con los dedos sentí como se venía en mi un orgasmo, y simplemente contraje mi vagina apretando esos dedos y dejando fluir el placer, vaya sensación fue un orgasmo increíble, largo y fuerte, en ese mismo instante sentí un liquido caliente caer por entre los dedos de mis pies, y supe que mis pies habían provocado una eyaculación, sin esperar mucho sentí otro chorro caer sobre mis pezones, que estaban sumamente duros, pero esta vez fui yo quien lo esparció por mis pechos, de pronto me tomaron y me pusieron en cuatro patas, un pene recorría mi rostro por lo que yo sacaba mi lengua tratando de chuparlo, pude notar cómo empezó a endurecerse y lo introducían en mi boca, mientras uno de los que estaba atrás recorría con su lengua toda mi vagina e intentaba meter su lengua en mi ano, era tan excitante sentir esa lengua en mi culo, queriendo penetrarme, de pronto siento un pene duro queriendo entrar en mi vagina, lo metía y lo sacaba con movimientos que casi me hacían venir en otro orgasmo, mientras seguía chupando ese pene el hombre lo sacó y sentí como toda su leche caía en mi cara y en mis manos, el otro ya me penetraba duro y podía sentir como se hinchaba mas ese pene y al sacarlo sentí salpicarme las nalgas con esa lechita caliente, casi sin haber terminado otro pene hacía fila para entrar en mi vagina, pero de un golpe lo metió en mi culo, haciéndome gemir de dolor, pero del dolor placentero mientas me bombeaba por el culo otro masajeaba mi clítoris y yo sin poder contenerme me venía en orgasmos deliciosos, ya había perdido la cuenta, de cuantos llevaba, de pronto ese hombre sin salir eyaculó dentro de mí y sentí como los chorros me llenaban el culo, no podía pensar en nada solo disfrutaba, de pronto no hubo mas, abrí los ojos y  ya no había nadie a mi lado, me enderece, y para ser sincera pasaba la mano por mi pecho y chupaba mis dedos llenos de semen, semen de desconocidos, vi mis pies y estaban totalmente mojados de semen, eso volvió a calentarme por  lo que decidí masturbarme ahí mismo y en cuestión de segundos estaba llegando a otro orgasmo. Quien iba a pensar que una violación seria algo tan excitante y rico.

Me acomodé la ropa y volví a mi posición, al llegar a casa ya estaba mi marido, por lo que decidí excitarlo y contarle una historia, no pude terminar de contarle porque me tomo como un animal y me dio una cogida de las mejores que hemos vivido, algún día le contaré que la historia fue real pero por el momento lo dejaré pensando que solo lo dije para calentarlo, y mientras tanto yo sigo esperando que se repita pronto.