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Mi historia con Pilar III - Su ropa

en Sexo con maduras

La ropa femenina, o más bien la ropa de mi madrina Pilar, ¿desde cuándo me ha excitado?, no lo sé con exactitud, pero la experiencia de sentir su sujetador en mi polla tuvo mucho que ver, yo quería repetir esa sensación.

Como he dicho en el capítulo anterior yo me fijaba mucho en la ropa que llevaba mi madrina y así un día la vi aparecer con un vestido azul, un vestido azul maravilloso porque su escote recalcaba sus tetas y mostraba su canalillo.

También oí el comentario que sobre dicho vestido un día le hizo a mi madre, no le gustaba, precisamente por eso porque enseñaba el nacimiento de sus pechos.

Un día que fuimos a la piscina se llevó el vestido que tenía un cinturón, dejó éste encima de la mesa y yo lo toqué, era de una tela sedosa, suave, a partir de ese día decidí que tenía que sentir en mi polla esa suavidad.

Por cierto, que el bañador de Pilar, también era increíble para mí, era de una sola pieza, pero el volumen de sus tetas hacía que se le quedara medio pecho fuera. Uf, increíble.

¿Que cuando fue la primera vez que me masturbé con su ropa? No lo sé con exactitud, peto el primer recuerdo que tengo es el de una noche que estaba con su hijo, íbamos a dormir en su casa porque sus padres no estaban y él se fue al servicio.

Yo confiado en que me diera tiempo y en oír el sonido de la cisterna, me fui al dormitorio de mi madrina y abrí su armario, buscaba sujetadores (luego descubrí que los tenía en su mesita de noche) o el maravilloso vestido azul que no encontré, lo debía llevar puesto, en cambio vi in montón de vestidos y faldas que me llevé a la nariz para olerlas, excitándome al instante, entre todas las prendas elegí una falda roja abotonada por delante que Le había visto hacía poco puesta y hacia la que dirigí mi polla., al notar el roce de la telas me estremecí de gusto y empecé a sobar e con el oído puesto en la cisterna del baño.

Pilar estaba sentada en el sofá del cuarto de estar con la falda de botones.

- ¿Te gusta mi falda?

- Ya sabes que sí, madrina, todas tus faldas me encantan y más si las llevas tu puesta.

- Mira, es muy práctica, dijo, empezando a desabrocharse los botones.

Yo miraba como iban apareciendo sus muslos y al final su peludo coño, no llevaba bragas.

- Te estaba esperando, Javi, estoy muy caliente.

- Ya lo veo, deje acercándome mientras desabrochaba mi pantalón y sacaba mi polla. Yo también lo estoy.

Pilar se abrió el coño con las manos y se tumbó yo me puse sobre ella y se la metí hasta las pelotas.

- Fóllame, Javi.

- Si Pilar, si, te voy a llenar con mi semen, dije mientras le apretaba las tetas por encima de la camisa.

- No llevas sujetador, guarra.

-No porque se cómo te ponen mis tetas.

Me iba a correr, en ese momento sentí el ruido de la cadena, quité mi polla de la falda y toda mi leche calló al suelo, lo limpié como pude y salí al salón en el momento en que mi amigo entraba por la otra puerta.

- ¿Qué hacías?

- ¿Yo?, nada, vamos a acostarnos.

Nos acostamos, pero yo no hacía nada más que pensar en repetir la experiencia con más tranquilidad y vaya si lo hice y no una vez, sino varias, aprovechando que mi madrina nos dejaba las llaves cuando se iba de vacaciones.

- Joder, ahora tengo que ir a casa de Pilar a regale las plantas, dijo mi padre.

- Si quieres voy yo, dije solícito, pensando en regar otra cosa.

- ¿De verdad no te importa?

-No, papá, si quieres me encargo yo a partir de hoy de las plantas de Pilar.

- Gracias, hijo porque es un engorro.

Yo cogí las llaves y me fui a casa de mi madrina que está a unos cien metros de la nuestra, llevaba tal erección que no podía ni andar.

Cuando llegué me dirigí al dormitorio en busca de un sujetador y unas bragas, ya sabía que en el armario no estaban, así que abrí el cajón de la mesilla y allí estaban las prendas íntimas de mi madrina, cogí unas bragas de encaje y un sujetador azul, me tumbé en la cama de matrimonio y me saqué la polla.

Puse las bragas sobre mi nariz para olerlas y metí la polla en la copa del sujetador imaginando que la tenía entre las tetas de Pilar que eran ideales para hacerse una buena cubana.

Mi intención era aguantar, pero era tanta mi excitación que a la segunda sacudida me corrí en el sujetador de Pilar, lo limpié como pude con el pañuelo y lo dejé en el cajón con las bragas.

Decidí hacer tiempo para que se me volviera a poner tiesa regando las plantas de mi madrina, quería hacerme otra paja, a ser posible con su vestido azul o con alguna de sus faldas.

Así lo hice, y según iba regando las plantas, el pensar en lo que iba a hacer a continuación hacía que mi polla aumentase de tamaño, cuando terminé tenía una erección considerable y me dirigí al dormitorio, al armario.

Lo abrí y busqué el vestido entre la gran cantidad de ellos y de faldas que tenía mi madrina y allí estaba el maravilloso vestido azul, tan suave, invitando e a pasar mi rabo por él.

No lo pensé, me bajé los pantalones y los calzoncillos y agarré mi polla con la falda del vestido, era tremendamente excitante sentir la tela en el capullo de mi tiesa polla.

En esta ocasión imaginé que metía mi miembro en el coño peludo de Pilar, vestida con ese mismo vestido y tumbada en la cama que tenía al lado.

-Me encanta este vestido, guarra, Le dije metiéndole la mano por el escote y tocándole las tetas.

- Por eso me lo he puesto.

Se lo levanté y metí la cabeza entre sus piernas para comerle el coño.

- ¡Oh, Javi, oh, que gusto!

-Así, así

Pilar se estremecía encima de la cama, sentí un sabor salado en la boca, mi madrina se había corrido y yo estaba a punto de hacerlo en su vestido, retiré la polla rápidamente y con una última sacudida eché mi lefa al suelo del dormitorio.

Saqué el pañuelo y lo limpié, cerré la puerta del armario y volví a mi casa satisfecho.

Muchas veces he repetido la experiencia, cada vez que se iban de vacaciones y yo iba a su casa aprovechaba para masturba e con su ropa, incluso buscando en la lavadora alguna prenda usada para tener su olor y algún pelo de su pubis. Era maravilloso pensar que luego esa ropa manchada con mi semen iba a estar en contacto con su cuerpo.