miprimita.com

Cincuenta contra veinte parte 2

en Sexo con maduros

El celular de Michelle suena con una melodia famosa de una pelicula de Disney, Michelle estaba en su cama con las piernas entreabiertas y flexionadas sobre la  cobija, una mano apretando su pecho derecho y la otra acariciando con firmeza su vulva, el sonido obligo a MIchelle a abrir los ojos, estaba en medio de un gemido sordo cuando se vio interrumpida, con la mano derecha, aun mojada por sus jugos vaginales se estiro por el celular, era  un mensaje de Roberto, indicandole que estaba en la esquina de su calle, que bajara rapido, el corazon de la chica es acelero aun mas, pero la distraida se dio cuenta de que no se habia cambiado, no se habia puesto algo decente que roberto pudiera ver, se paso los 15 minutos masturbandose y masajenadose las tetas pensando en la voz tan madura y grave de roberto diciendole que era una chica linda con labios lindos y voz linda, se acomodo el brasier como pudo, se subio los shorts y busco rapidamente algo para sus pies descalzos, lo primero que encontro fueron unas sandalias rosas para salir del baño, se las puso, cubrian solo una parte de los dedos, dejando ver las bien cuidadas uñas de sus pies y por debajo sus rosados deditos, intentando no hacer ningun ruido Michelle bajos las escleras chancleando, su corazon se aceleraba mas a cada escalon, y al llegar a lapuerta de entrada se comporto como un gato furtivo, cerro la puerta tras de ella y la fresca brisa golpeo su blanca y suave piel, se sintio expuesta afuera de su casa practicamente en paños menores, su corazon se descontrolo pues eran contadas con los dedos de una sola mano las veces en que la nena se habia atrevido a salir de casa con algo que no le cubriera la totalidad de sus piernas, el fresco sobre las piernas y los brazos de michelle hicieron que le dejara de importar caminar a hurtadillas, se dirigio con mas diligencia hacia la esquina de su casa, no podia creer que lo estaba haciendo, se estaba comportando como una verdadera mujerzuela, iba a encontrarse con un hombre practicamente desconocido que tenia mas de 10 años del doble de su edad que solo deseaba follarsela, pero todo eso solo logro que los cosquilleos en su entrepierna se sintieran mas fuertes, al punto que temia que el short podria dejar ver la cantidad de jugos que su vagina expulsaba.

Dio vuelta en a esquina y ahi estaba ese auto, antiguo y de aspecto baraton, bien cuidado y limpio por fuera, pero por dentro contenia a un hombre que podria perfectamente ser la persona mas sucia del mundo, Michelle estaba cada vez mas dispuesta a averiguarlo, la puerta de auto se abrio y la chica dio unas miradas sospechosas a los lados, no queria que hubiera algun vecino insomne y fisgón por ahi, cuando todo parecio tranquilo, tomo un fuerte respiro y subio.

Roberto estaba vestido con el mismo pantalon de la mañana solo que sin camisa, ahora traia una playera interior y olia a cigarro, se le quedo viendo con esa mirada burlona de nuevo a Michelle, quien se sintio incomoda y no lo podia ver fijamente a los ojos, se abrazo los brazos, se mordio los labios nerviosamente y voltio a verlo con una mirada confundida

M: -Hola...-

R: -Hola, tienes las piernas mas hermosas que he visto, lo sabias?-

M: -No te creo, en los videos que vez todas las chicas estan bien...

Roberto pone su mano sobre el muslo suave y blanco de la joven

M: -Ayhhhhh...-

Michelle lo voltea  aver como los ojos abiertos completamente al sentir esa enorme mano dura y apretarla de una manera que nadie la habia apretado nunca, Roberto acaricia toda su pierna, de su rodilla hasta casi su ingle, metiendola un poco por debajo de el diminuto short, Michelle pone su mano encima de la de roberto que es casi de la mitad de su tamaño, Roberto ahora se ve incluso mas grande de tamaño, asi como mas maduro, la chica de pelo castaño ahora acomodado en una desucidada coleta se le queda viendo a los ojos, el hombre se le acerca subitamente y se le pone encima tomandola de la cara y besandola con una pasion que tenia reprimida desde hace años, Michelle no puede hacer mas que soltar gemidos, la boca de roberto es muy grande y se siente que se come sus carnosos labios, Roberto acaricia toda la pierna de Michelle, luego ambas piernas, por entre sus muslos e incluso la acerca a su sexo, Michelle al sentir eso dice entre susuros -No- Alejando sus labios de los de Roberto, entonces siente la saliva del hombre en toda su boca, Roberto suelta una risotada y comienza a besar su terso cuello, entonces la toma de los pechos y se los acaricia ambos, con fuerza, como reclamandolos como suyos,  el señor no se estaba comportando como caballero para nada, no era como Michelle estaba acostumbrada a que la tocara un hombre, este se notaba agresivo, dominante, incluso un poco desesperado, a la joven le estaba encantando, se limitaba a cerrar los ojos y permitir que ese hombre explorara sus jovenes pero desarrolladas curvas, sintiera toda su suavidad, Roberto entonces se alejo, de ella y se incorporo de nuevo en su asiento, La chica se quedo con cara en extasis viendolo, ya tenia las piernas abiertas y la espalda recta como ofreciendo el pecho, Entonces ella dijo -Que paso?- Roberto le responde: -Enseñame las tetas-, Michelle se sube la blusa y la sostiene sobre su pecho, entonces con otra mano se baja el brasier, exponiendo sus grandes pechos, se veian pesados, redondos, un poco caidos pero completamente apetecibles, eran blancos como la leche, de aspecto suave y terminaban en punta con pezones bastante grandes, ocupando casi un tercio de toda la superficie de sus tetas, tenian un color rosado oscuro, de esos que el borde de la aureola se difumina con la piel del seno, Roberto estaba extasiado con esa imagen, nunca habia tenido tan cerca un par de tetas tan deliciosas, su boca se hizo agua y no lo penso dos veces antes de lanzarse a mamarselas, michelle al verlo venir sostuvo su pecho izquierdo el cual estaba mas cerca de el y era un poco mas grande que el otro y se lo apunto a la cara, entonces sintio la boca de roberto alrededor de su pezon, su calor y su saliva hicieron que la chicuela soltara otra gemido, y encorvara la espalda, comenzo a acariciar la cabeza canosa del hombre mayor, mientras este se aferraba con fiereza a su teta, el señor duró un rato succionando y mamando y relamiendo ese rico pezon, michelle sentia su lengua jugueteando y acariciandolo muy deliciosamiente a veces en circulos y a veces en rectas y a veces sentia que succionaba tan duro que el pezon se haria parte de roberto, el hombre podia sentir toda la superficio de esa deliciosa y aceitosa tetilla, podia sentir las rugosidades que lo componian y podia degustar el delicado sudor que emanaba, despues de un rato Michelle comenzaba a sentir dolor, pero eso duplicaba su placer y le daba miedo, pero no se atrevia a decir ni una palabra, las succiones de roberto era cada vez mas fuertes y podia sentir sus dientes rozando su pezon, asi que michelle como pudo lo alejo de su teta y le ofrecio la otra, Roberto antes estiro el brazo por debjo del asiento de michelle recostandolo, la chica subitamente quedo acostada, y el hombre que pesaba tal vez el doble que ella se le echo encima, concentrandose completamente en su otro seno, lo lamia, lo besaba, lo succionaba, apretaba sus labios fuerte contra el pobre pezonsito y luego lo estiraba, Michelle estaba comenzando a retorcerse del placer, no contuvo ni un solo gemido, y sus piernas se abrieron solas, puso un pie sobre el tablero del auto y roberto paso su mano izquierda por debajo de su muslo y luego en su sexo, sin dejar de mamar su teta, con la otra mano se puso a jugar con el otro pecho, pero mas que juego parecia una juguetona tortura, lo pellizcaba, lo apretaba y lo golpeaba con el dedo, sin que le importara voltear a ver a la cara de la chica para notar si le incomodaba, pero los gemidos cada vez mas fuertes y explicitos decian todo lo contrario, Michelle comenzo a decirle papi, mi amor, sigue asi, me encanta, y todas las palabras que le nacian y que habia aprendido gracias a los videos que veia de vez en cuando.

El hombre mayor encantado se solto de su teta con un tronido que la jalo, se incorporo un poco a su asiento y comenzo a desabrocharse el pantalon, Michelle tambien se sento, volteándose hacia el lado de Roberto, bajo el pie del tablero y se quito lla blusa y el brasier, sus regordetes senos se sentían adoloridos, inflamados, y llenos de saliva de hombre adulto, sus pezones estaban pulsando, lo que era para ella indescriptiblemente placentero, quedo con cara de inocente viendolo atentamente mientras se bajaba el pantalón, Roberto se saco el pene y mientras lo sostenia de manera altanera apuntado hacia la veinteañera le pregunto si alguna vez habia mamado verga, Michelle le dijo que no mientras observaba detenidamente ese enorme falo, seria mentira decir que era un falo bonito, pero definitivamente llamba la atención, media alrededor de 18 centimetros, no era demasiado grande en longitud, pero en anchura era descomunal, casi parecía una lata que terminaba con un rojo e hinchado glande cubierto por una gruesa capa de prepucio, tenia densos vellos canosos hasta la mitad de la extensión y los vellos púbicos sobresalían del pantalón acompañándolo, aunque la piel de Roberto no era oscura, por alguna razon su pene lo era, era casi negro, su glande era de un color rojo vinoso y en general un aspecto sucio y amenazante, Michelle quedo mutada al observar tremenda pija digna de video porno, en cuanto se lo saco del pantalón un amargo olor de mezcla entre pescado, orines, la loción del hombre y humedad invadieron las fosas nasales de Michelle, lo cual la hizo sentir una extraña mezcla de emciones entre asco y una excitación animal a la cual era completamente ajena, los genitales de su novio tenían un olor mucho mas tenue, Roberto noto la cara de Michelle y se rio a si mismo, le dijo –Vamos nena, no te quedes viendo como estupida, mamamela-  Michelle no dijo nada y no quiso hacerle notar a Roberto que le habia encantado que la ofendiera.

Se acercaba lentamente a ese pene obeso, apollando las rodillas sobre el asiento del coche y las manos una en el tablero y otra en la pelvis de Roberto, al estar casi sobre la verga el olor era intenso y Michelle inconscientemente lo olfateaba como perra en celo, Roberto notó como las gordas tetas de Michelle estaban colgando en esa posicion, casi como ubres de vaca, enrojecidas e hinchadas listas para ordeñarse, eso prendio como semental a Roberto y le solto una palmada fuerte en la teta izquierda, haciendo que rebotara como péndulo bruscamente, -AAHHHHYY- Michelle  solto un alarido de dolor, para lo que Roberto tomo con una mano como pinza la cara de Michelle por los cachetes fuerte y dolorosamente, inmovilizándola y con la otra apretó esa teta casi con coraje, acerco la cara deformada de la chica por el apretón y la beso tiernamente, Michelle sentía que no podía mover nada de su voluptuoso cuerpo y realmente no quería hacerlo, le estaba encantando ser sometida a tal punto, Roberto dijo: -Espera, no quiero ensuciar estos hermosos labios con mi sucia verga aun, estos labios son para besarme con amor verdad princesa?-, Michelle: -Shi phaphi- Roberto acerco la teta atrapada cual presa por depredador hacia su cara, y le escupió, los hilillos de saliva cayeron de la tetilla al pantalón del hombre, soltó la cara de Michelle, y tomo su pene lo acerco entonces al pezón mojado y maltratado y comenzó a frotar su sucio y maloliente glande con los sensibles tejidos mamarios de la chica.

El momento era extasiante para ambos, Roberto tenía entre sus garras a la dulce Michelle, la nena de su jefe, aquella chica callada que siempre tenía un tono dulce para referirse a todos, pero tan distante y misteriosa que te dejaba pensando todo el dia en ella y estaba haciendo que disfrutara como perra en celo de todas las crueldades que el deseara hacerle, Por su parte Michelle por fin estaba sintiendo el extasis que todas aquellas chicas de los videos que tanto le gustaban sentían, se sentía libre, estaba siendo totalmente entregada a un hombre todo en pro del placer, no tenia en mente complejos ni apariencias que sus padres tanto la obligaban a seguir. Tomando un poco de iniciativa, Michelle se acomodo bien en la parte media del auto y tomo con la mano izquierda el pene de Roberto y con la derecha tomo su obeso seno, que casi se escurria en su manita y asi ella misma continuo haciendo la tarea que Roberto estaba disfrutando tanto, Michelle se encantaba de que ese hombre disfrutara su desarrollado cuerpo, Roberto no perdió tiempo y continuo realizando obscenidades sobre este cuerpo de puta ahora con su culo, estiro su mano derecha libre y comenzó a picarle la cola sobre el short, lo único que quería era faltarle el respeto a esa nena, era delicioso todo lo que le podía hacer, y esa noche era de los dos para hacer lo que quisieran, la nena comenzó a frotarse el pene del hombre contra su pezon como si tuviera coraje con este, como si con el pene quisiera marcarse el nombre de Roberto en su pecho por siempre, se presionaba tanto que a ambos les dolia, pero les excitaba como locos,  la hercúlea mano de Roberto continuo haciendo desastres con la zona intima de Michelle por todo el rato, apretaba, nalgueaba, pellizcaba su vulva, picaba con dos dedos, todo por encima del short e incluso asi parecería que los olores de ese sexo se impregnarían en sus dedos invasores por días.

Asi fue que el placer y el dolor continuaron por incontables minutos, perfectamente pudieron haber pasado horas llenas de gemidos y humedad, la teta derecha de Michelle contra el pene de Roberto, luego la teta izquierda, luego eran los dedos pellizcando fuertemente sus pezones mientras Roberto la besaba apasionadamente, luego era de nuevo el pene para pasar a succionar el seno izquierdo, ambos estaban como desesperados necesitados de sentir todas las sensaciones posibles que esos jóvenes y deseosos senos pudieran ofrecer.

Roberto sentía su pene congestionado y petrificado, necesitaba tener los carnosos y pecaminosos labios de la nena mamandolo, mientras Michelle estaba entretenida besándole el cuello con pasión digna de la mas experimentada amante, Roberto jala su sedoso cabello castaño hacia atrás y se pone cara con cara con la joven , quien solo se limita a entreabrir sus labios y mirarlo con expresión de sumisión, Roberto entonces de la manera mas altanera y déspota escupe en la boca de Michelle, la chica cierra los ojos y suelta un sollozo angustiado, la expresión que pone no se distingue entre melancolía y gozo contenido, sentir esa saliva caliente mojar repentinamente sus labios, sobre su nariz y un poco haber entrado en su boca es un estado de sumisión total, todos los olores, todas las sensaciones, todo el dolor y la entrega hacen que su cabeza se nuble, ella solo puede soltar un –Gracias señor-, Roberto sonríe y bruscamente empuja la cabeza de la joven contra su necesitado pene

R: -Mmmmm si puta, ahí tienes lo que querias, ahora mamame el rabo como buena ramera-

M:- Mhhhhm hhmhmm mhhhh- Michelle suelta gemidos mientras siente contra su cara ese miembro gordo, caliente, maloliente y mojado, abre sus enormes labios  carnosos y rosados y comienza a lenguetar y degustar esa verga

La inexperta lengua de la joven se siente como el cielo, Roberto quiere tomarse su tiempo para disfrutar cada aspecto, se puede notar que los labios de la joven son enormes y muy suaves a la vista, pero el sentirlos alla abajo tan esponjosos, húmedos y resbalosos era diez veces mejor de lo que esperaba, Se toma un momento para observar el paisaje, tiene a ese joven cuerpo encima mientras el esta sentado en el asiento del piloto, la cara de la chica esta justo sobre su miembro, su espalda desnuda y curvilínea como una escultura de mármol blanco, decorada por un lunar en la zona de la escapula izquierda, al final ese regordete culo redondo, censurado por un booty short negro que entre los arrebatos se habia bajado un poco exponiendo coquetamente unos centímetros de la raja del trasero, la acaricia desde la nuca inquieta por la actividad oral, pasa por toda la espina hacia abajo, se topa con la linea de la raja y la acaricia tambien con el dedo medio, luego masajea sus gigantescas piernas suaves y calidas e incluso le hace un poco de cosquillas en sus pequeños pies deslcazos,

Sin darse cuenta Michelle ya habia comenzado a meterse todo el glande en la boca y cada vez iba mas profundo, los movimientos de su cabeza eran ahora un sube y baja, la jovencita estaba casi en trance, los ojos semiabiertos con la mirada perdida y los labios dispuestos a alabar a ese pene en cada mamada, sus movimientos eran instintivos sin embargo no sabia aun controlar bien su garganta por lo que cuando bajaba demás las arcadas la obligaban por reflejo a alejarse, Roberto al empezar a sentir todo el placer tan húmedo y caliente de la boca de la muchacha estiro el torso y las piernas en el pequeño espacio donde estaban, uso su mano izquierda para ayudar a la chica a luchar contra sus reflejos y el acto duplico la cantidad de saliva expulsada asi como la frecuencia y la intensidad de las arcadas, Roberto estiro la cabeza sobre el respaldo y apretando los ojos comenzó a dejar salir una serie de gemidos con esa aspera voz de hombre mayor, cosa que prendio como loca a Michelle asi que una de las pequeñas manos de la nena se escurrio hasta su sexo y comenzó a masajear su vulva y clítoris apasionadamente, mientras la mano derecha del hombre, asi grande y dura, se dispuso a castigar el sobredotado culo de la chica a nalgadas –MGHHHH MGHHHG GMMHHHH- Michelle comenzó a gemir de dolor en cada golpe, pero era incapaz de separarse de ese pene, algo en ella le indico que lo único que podía hacer era premiar a su papito por ese castigo tan rico que le estaba regalando, por lo que la pasión de las mamadas se multiplicaba a cada nalgada –Mmmmmm si! Asi! Asi mi rica puta! Eres una nena sucia! Mama fuerte esa verga que te encanta puta!- Roberto comenzó a descargarse en insultos contra la núbil chica, y entre peor era el insulto peor se ponían las nalgadas, el culo de Michelle temblaba y se sacudia fuertemente,  bofeteaba los muslos, las piernas, le daba palmadas en la vagina y le apretaba los pies, la chica lo agradecia con besos mas apasionados y parando mas el culo, la escena era fuerte y sumamente humeda, la prosa lasciva no falto y mucho menos los gemidos, los minutos pasaron hasta que una sensasion eléctrica recorrio a Roberto de la punta de los pies hasta el culo, de la espina hacia el pene, este solto unos ruidos sordos con la boca bien abierta y oprimio la tierna cara de la chica contra su pelvis con fuerza, era incapaz de saber cuando semen estaba saliéndole pero de haber contado las eyaculaciones probablemente se acercarían a diez, ni Michelle fue capaz de calcular los borbotones de leche espesa, amarga e hirviendo que le pasaban en la boca, sentía que la inundaba, sentía asco, sentía vergüenza, se sentía degradada, pero sentía que le encantaba, sentía que su boca habia sido creada para tener esa verga eyaculándole siempre.

Michelle cerraba la puerta de su casa detrás de ella con la cautela de un felino, a lo lejos se podía escuchar el auto de Roberto alejándose por una calle, La chica tuvo que mirar dos veces para reconocer su sala e identificar donde estaba, los pensamientos en su cabeza daban miles de vueltas, aun se sentía lampareada por la situación, estaba saturada de un fuerte olor a intimidad de hombre en su cara, su cuello y su pecho, ese sabor amargo de semen de 50 años no se iba de su boca y aun se relamia su propia lengua para seguir saboreándolo, tenia que controlar su respiración, nadie debía saber que se habia ausentado por aparentemente dos horas, tenia las pantunflas de baño en una mano para no hacer ruido, sus plantas descalzas se movían ligeramente y con cautela por su sala, hasta las escaleras comenzó a subirlas, aunque no rebotara los hipersensibilizados pechos de la chica dolían en los movimientos los cuales eran un poco torpes porque sus piernas aun temblaban, fue prácticamente una odisea de sensaciones el llegar hasta su habitación, al llegar se acostó en su cama, se tapo, miro al oscuro techo, en la soledad el dolor en sus pechos era mucho mas evidente, el olor de semen y pene en su cara era tan fuerte que podría llenar toda la habitación y las piernas mallugadas y temblorosas se sentían completamente débiles, Michelle cerro sus ojos mientras una pequeña lagrima salio de la comisura hasta la almohada y pensó –Mi mama tenia razón-

Roberto se alejaba por la autopista sin haberse guardado el pene aun, con una mano sujetaba el volante y con la otra utilizaba el brasier que la descuidada jovencita habia olvidado en el asiento para limpiarse su pene empapado en saliva de nena de 20 años, se acariciaba esa calida prenda en todo su miembro para después olerlo profundamente y soltar una maliciosa sonrisa.

CONTINUARA