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Una vida fuera de lo común... 3ª parte

en Amor filial

UNA TARDE DE PISCINA de hace poco tiempo con mi sobrina, la hija menor de mi hermana... te estoy hablando de una nena deliciosa, bellísima, morena clara, de aproximadamente 1.65 metros de estatura, de cabello negro, largo y lacio, carita de nena picara, hermosa, y un cuerpazo que siendo delgado, tiene las formas más exquisitas que se puedan imaginar a pesar de su corta edad… unas tetas medianas, carnosas, pero bien paradas y firmes, con pezones grandes, una cinturita muy delgadita, unas nalgas preciosas, redondas y respingonas rematadas con unas piernas firmes, torneadas, producto de ejercicio y deporte. Pues bien, resulta que se vino a pasar unos días por capricho con su abuela… mi madre. Es sin duda la más consentida de mi madre por ser la menor. De este modo, mi pequeña sobrinita es totalmente como mi hija, el trato entre ella y yo siempre es exactamente el de padre e hija, sin ninguna diferencia. Yo nunca la había visto de otro modo, pese haberme follado a su hermana mayor hace unos pocos años y a su madre cuando tenía su edad aproximadamente… Pues la verdad no la había visto de esa manera y mucho menos como mujer, pero  con el paso de los años, la niña se empezó a convertir en una deliciosa adolescente con las características antes mencionadas. Ella era como reducto sin explorar completamente aislado y virgen. El trato entre ella siempre fue muy amigable y respetuoso como de un padre e hija, a pesar de no existir ese parentesco que se sepa oficialmente, porque de unas vacaciones en el camping de la playa en la que me follé a mi hermana… a los nueve meses nació ella… al menos sospechas tengo. En muchas ocasiones hablamos de muchas cosas con un trato normal entre parientes al uso. Mi madre trabaja como maestra en un colegio de la ciudad, y su turno es de mañanas, pero al dar clase de preparación a opositores también trabaja los sábados, motivo por el cual mi sobrina y yo nos quedamos solos en casa esos días en total normalidad. Muchas veces hemos salido a pasear, al cine, a cenar… como lo haría un padre con su hija, además ella casi no sale sola por el pueblo por no tener allí a sus amigos…, En casa de la abuela es muy hogareña y le gusta pasar tiempo con nosotros. El evento motivó este relato que sucedió un sábado, estando solos en casa, como es normal… mi madre en la capital y mi padre en su negocio.

Ese día estaba yo en la sala, viendo una película y ella estaba arriba en su cuarto. En un momento dado la vi pasar corriendo para salir al jardín, donde está localizada la piscina, ya que para salir al jardín de la casa tiene que pasar por un extremo de la sala y el comedor, y salir a través de una puerta grande de cristaleras corredizas, con persianas verticales. No alcance a verla al detalle cuando paso para meterse en la piscina, pero alcance a distinguir que iba vestida con un bikini minúsculo de uso normal cuando no se quieren tener marcas de bronceado, así que no le di importancia al hecho. Pasaron varios minutos, después de los cuales me levanté para ir a la cocina a coger un refresco. Después de tomar la bebida del refrigerador, sin fijarme me paré en la puerta de grandes cristaleras, alcanzando a ver hacia afuera por entre las hojas de la persiana. En ese momento me di cuenta que ella estaba tranquilamente jugueteando alegre en el agua. Estando donde yo estaba, se suponía que ella no alcanzaba a ver mi presencia ahí de pie mirándola, pero lo que hizo a continuación me hace aun pensar que si me vio y quiso provocarme, aunque hasta la fecha no estoy seguro de ello y no he tocado ese asunto con ella. Tranquilamente tomaba la bebida, viéndola jugar alegremente en el agua, cuando de repente hizo algo que me dejó impactado, y a continuación sabrás el por qué. Repentinamente ella se salió del agua, parándose a la orilla de la piscina para volverse a zambullir, pero al hacer esto, quedo completamente de espaldas a donde yo estaba…, ahí fue cuando me di cuenta que se había puesto un bikini demasiado pequeño, uno que ya no usa porque es de cuando tenía doce años y por lo tanto ya no le queda a la medida, dejando al descubierto más de lo debido, agregando a esto que al estar totalmente mojada la tela, la pieza de abajo del bikini se le metió por completo entre ese par de hermosas y carnosas nalgas, dejándolas totalmente al descubierto y a mi vista, sin ocuparse ella en lo más mínimo de sacarse la braguita y cubrirse el culito. Como te imaginarás, me quedé impactado ante tal visión, la cual duró poco, porque enseguida ella se lanzó al agua zambulléndose como una sirena.

Me quedé ahí de pie sin atinar a reaccionar, la verdad me dejó impresionado la visión de su cuerpo casi desnudo, y más la vista de sus nalgas descubiertas, y viéndola así de espaldas, era como ver el cuerpo de otra mujer y no el de mi sobrinita “casi hija”. Repito, creo que lo hizo con esa intención, porque enseguida empezó a repetir la misma acción varias veces, dejándome ver semejante espectáculo cada vez que se salía del agua y se ponía de pie dándome la espalda. Repitió esto unas cinco veces, hasta que atine a reaccionar y me retiré de ahí, pero sintiéndome verdaderamente perturbado ante la perspectiva de ese cuerpo de mujer totalmente hecha y derecha. Empecé a caminar como león enjaulado por la sala, hasta que mi razonamiento se nubló y decidí tener algún acercamiento con ella, para satisfacer el morbo de verla casi desnuda, aunque hasta ese momento aun no pensaba en follármela, en verdad con mi madre y desde hace unos meses Carmina, la amiga especial de mi madre, me sentía bastante satisfecho como macho, pero un incentivo juvenil como ella no es para desperdiciar… Me cambié y me puse un pequeño bañador para meterme a la piscina. Salí al jardín y la miré contenta en el agua, preguntándole que tal estaba la temperatura. Me contesta que estaba muy rica y enseguida me metí, quedando en la orilla opuesta a donde estaba ella. Empezamos a hablar primero y después se inició el jugueteo, como es normal en estas situaciones, aunque esta vez el ambiente estaba cargado de tensión sexual por la actitud provocativa de ella, o al menos así lo percibía después de los hechos.

El juego se limitaba al principio a estar arrojándonos agua y riéndonos, como tanteando nuestras reacciones, para después pasar al juego de contacto, haciendo ella como que se escapaba de mí, y yo la alcanzaba para atraparla en medio del alboroto del agua. Inevitablemente empezamos a tener contacto físico total, estando así los dos casi desnudos, tocando nuestros cuerpos al estar forcejeando y riéndonos divertidamente, hasta que poco a poco los roces se empezaron a volver más prolongados y más cercanos, llegando a rozarnos con nuestras partes íntimas como por accidente, aunque no lo era, al menos por mi parte… cosa que hacía que ella se riera más de nervios que por diversión cuando sucedía. Este juego lujurioso se prolongó por unos minutos, sin saber ninguno de los dos como reaccionaria el otro si se hacía notar abiertamente la excitación que ya nos poseía, lo cual podía yo notar en ella por su mirada con ojos entrecerrados y mirada vidriosa por la excitación. Hasta que en una de esas que la abracé por detrás para sujetarla, no pude evitar apretarla contra mí, tomándola de su cinturita deliciosa, con mis manos muy cerca de su vientre, dejándole sentir la enorme erección que tenía en ese momento. Me lancé sin paracaídas pensando si me había follado a su madre cuando tenía su edad y a su hermana mayor antes de cumplir los 19 años, Elena debía de tener los mismos genes calenturientos que su familia directa y más con el antecedente de PUTA que es mi madre. ¡Así que esta niña no podría ser menos putita que todas ellas!

Ella se quedó como petrificada al sentir eso y dejo de reírse de golpe, pero sentí que ella misma se pego más sus tremendas nalgas contra mi cuerpo, quedando el bulto de mi erección justo entre sus nalgas descubiertas, con su bikini metido entre ellas, de una manera deliciosa. Al hacer esto, ella giró la cabeza para mirarme con sus ojos nublados por el deseo y su boquita entreabierta, la cual busque para besar, sin pensar mucho en lo que estaba haciendo, dejándome llevar por los acontecimientos… En ese momento perdimos la cabeza y dejamos de ser como sobrina y tío o como padre e hija, para pasar a ser solo un hombre y una mujer increíblemente hermosa, deseando tener sexo completo. Empezamos a besarnos con toda la desesperación del deseo contenido, de tal vez tiempo atrás sin darnos cuenta de la atracción física que existía. No eran besos románticos, eran besos de pasión desenfrenada entregándonos nuestras lenguas en un beso francés sin término, como queriendo comernos a besos uno al otro, enredando nuestras lenguas de una manera deliciosa dentro de una boca y después la otra, en tremenda lucha de placer, mientras nuestras manos volaron, acariciando nuestros cuerpos semidesnudos sumergidos en el agua hasta la cintura. Como ocultos bajo el agua, todo era más fácil y mucho menos desinhibido, por eso nos entregamos tan rápido. Sin poder contenerme, fulminante le deshice el nudo de la pieza de arriba que ocultaban solo los pezones de sus maravillosas tetas, dejándolas al descubierto. Eran unas rotundas tetas de jovencita, totalmente firmes, erguidas, con unos pezones bien erectos de aureola hinchada…perfectos para mamar, los cuales empecé a besar y succionar sin pensarlo, arrancando de ella tremendos gemidos de excitación que no se esforzaba en callar, a pesar de estar en el jardín de casa y que mi padre podría volver en cualquier momento, habiendo más casas alrededor y con riesgo de ser escuchados, aunque usualmente nadie se mete en la vida de los vecinos. No sé si alguien atraído por los gemidos de ella,nos habrá espiado en esa piscina esa tarde.

Continuamos con desenfreno besándonos como locos, nuestras lenguas se enredaban en caliente lucha, pasando de una boca a la otra, mientras nuestros cuerpos se frotaban uno contra otro ardiendo de deseo… yo me daba un banquete con esas deliciosas tetas y mis manos acariciaban el resto de su cuerpo, en especial su cintura y sus nalgas, llegando hasta su coñito por encima de su enjuta braguita que apenas tapaba nada. Ya para entonces mi verga estaba al tope, durísima, gruesa y lista para invadir aquel cuerpo virginal, aunque en ese momento yo no estaba enterado de su virginidad, y mucho menos teniendo ese cuerpazo de locura, ¡Quien iba a dejarla escapar a esas alturas! Seguí besándola metiéndole los dedos en su rajita apretada para excitarla y prepararla bien. Le besaba su cuello, pasaba a sus pechos firmes, duros, besando y succionando fuerte sus pezones, arrancándole gemidos de placer mientras inconscientemente ella empezaba a menear sus caderas. Ella me bajo el bañador de un tirón torpemente y desesperada, saltando mi verga durísima entre sus manos. Ella al sentirla, empezó a agarrarla entre sus manos, con poca maestría, tratando de frotarla, haciéndome sentir la gloria. Era una situación exageradamente excitante, más por el morbo del contexto al ser la más pequeña de la familia y de estar fuera en el jardín. Totalmente fuera de nuestro raciocinio, sin darnos cuenta realmente de lo que iba a suceder. Ya desesperado, le agarré de los pequeños nudos de los lados de la braguita y se la quité perdiéndose entre sus piernas dejando que se lo llevara el agua, ¡Quedó íntegramente desnuda! Como yo, pegada a mi cuerpo, cosa que nos hizo gemir profundamente al hacer contacto total su coñito depilado con mi verga erecta, mirándome ella con su cara muy cerca de la mía, con su mirada totalmente perdida y vidriosa excitada. Por instinto, ella empezó a frotarse contra mi cuerpo, meneándose riquísimo y apretando tanto sus nalgas que se le ponían más duras de lo que las tiene, mientras yo se las sujetaba con ambas manos, flotábamos magreándonos como animales previo al apareamiento. Así abrazados, la llevé hacia una de las orillas de la piscina, poniéndola recargada de espaldas a la orilla, con sus codos apoyados en el borde me ofrecía su coñito despatarrada frente a mí. Le aparté sujetándola un poco de las piernas con mis brazos, para colocarme bien entre sus carnosos muslos y coloqué la punta de mi verga justo entre sus pétalos, sintiendo el calor que emanaba del delicioso coñito.

A pesar de estar metidos en el agua fresca se percibía la tibieza de su coño ardiente… Era evidente la enorme excitación que en ambos se estaba produciendo. En ese momento acomodé bien sus piernas en mis brazos, mientras con mis manos la sostenía elevándola de sus nalgas, y empecé a empujar mi polla contra su coño para clavársela de una vez por todas, esperando que se le deslizara completa hasta el fondo. Mientras la empecé a partir en dos, ella abrió enormes ojos al sentirla justo en su entrada, pero apenas había entrado un poco la punta de la cabeza, cuando sentí el choque en su virginidad y ella hizo gesto de dolor. Pensé que la había colocado mal y me reacomodé para volver a empujársela, volviendo a pasar lo mismo. ¡Ahí fue cuando me di cuenta de lo que pasaba en realidad…! No podía creer que mi hermosa sobrinita aún fuera virgen a su edad con semejante cuerpazo, cuando a los 16 años no queda una niña virgen, sin embargo ella siendo mayor aún lo era, y yo el afortunado que la estrenaría. Todo eso me hizo enloquecer y enseguida la sujeté más seguro de sus nalgas, para empezar a empujar duro tras romper su virgo. En principio noté como su chochito virgen iba retrayendo el prepucio hacia atrás por lo ajustado de esa vaginita, ella hacia gesto de dolor y gemía en un dolor placentero. Sentía que mi verga iba entrando en una cueva demasiado estrecha, tenía que sostenerla fortísimo de sus nalgas para seguir avanzando, despacio pero firme y constante gracias a mi enérgica rigidez viril. Era un espectáculo digno de una película pornográfica, ella recargada con sus codos apoyados en la orilla y sus piernas alzadas en mis brazos, totalmente desnuda, con su deliciosa piel morena perlada de gotas de agua, su cabeza extendida hacia atrás con su larga y negra cabellera chorreando agua, mientras emitía profundos y largos gemidos colocado entre sus muslos penetrándola sin compasión, en el instante que le rompí el himen.

En ese momento noté que el avance se atoró, y sin pensarlo más, le di un fuerte empujón, ella pegó tremendo grito cuando le abrí el virgo rompiendo el Himen y el coño de manera definitiva… mi verga resbaló de golpe hasta el fondo de manera deliciosa, haciéndome sentir que me iba al cielo… a medida que mis huevos le aporreaban en su recién coñito desvirgado ¡Había convertido en mujer a mi sobrina ahí mismo en la piscina de casa! Ya con mi verga completamente dentro de su coño, y mis testículos pegando en sus nalgas, nos quedamos quietos unos momentos para que ella se recuperara del dolor, gimiendo y jadeando, mirándonos de cerca, con su mirada perdida, sintiendo su delicioso aliento en mi boca y besándonos apasionadamente. Luego espontáneamente ella sola empezó a menearse poco a poco, aumentando gradualmente la velocidad y sus gemidos también, por lo que supe que ya no le dolía. Empecé a embestirla primero despacio y después sin piedad aumentando de manera paulatina… ella se movía en forma increíble, mucho mejor que muchas mujeres más experimentadas que conozco…, lo hacía en círculos, delante y atrás, arriba y abajo. Era increíble sentir ese cuerpo delicioso entre mis manos meneándose así, escucharla gemir y gritar de placer mostrándome lo mucho que le gustaba… me pedía que diera más, que la volvía loca desde hace mucho tiempo esperando que la desvirgara. Yo le acariciaba las tetas con una mano y con la otra la sujetaba de las nalgas sin dejar de martillear su coñito con mi martillo pilón. Estábamos completamente enloquecidos follando como animales llenos de lujuria, solo se escuchaban los gritos y gemidos de ambos, el chapoteo del agua y el ruido de los cuerpos chocando fuerte a cada embestida.

Después de rato la cambié de posición levantando más sus riquísimas piernas sobre mis hombros y penetrándola profundamente. Luego la giré de espaldas a mí, agachándola sobre el borde de la piscina y sujetándola con mis manos de su cintura, para ensartarla en el agua como a una perra. Después acostada con sus nalgas en el borde de la piscina y más tarde cargada en mis brazos con sus piernas alrededor de mi cintura… Estábamos tan enloquecidos de lujuria y morbo, que queríamos gozarnos al máximo, sin saber si sería la única vez que follaríamos así. Al final volvimos a terminar con ella apoyada de codos en el borde y fue entonces que sentí que se corría. Empezó a moverse muy rápido, apretándome muy fuerte, los gemidos se volvieron gritos descontrolados de placer, sus tetas saltaban de locura y de repente su cuerpo se tenso al máximo, grito muy ronco y sentí que su coño apretaba mi verga como queriéndola arrancar en sus succiones, mientras le salía abundante liquido caliente bañando mi verga. En ese momento ya no pude mas y empecé a taladrarla fuerte, más y más hondo. Ella se quedó suelta abrazada a mí gimiendo, pero en ningún instante dejé de follarla durísimo. Yo no soy de piedra, y tras más de 15 minutos jodiéndola con el espectáculo de su corrida, no pude resistir mucho más. Ella de pronto se dio cuenta que iba a correrme. Me pidió y suplicó al oído que la sacara, que no terminara con mi leche dentro de su útero, pero en esos momentos un macho semental se siente obnubilado por la situación enfermiza de cubrir a la hembra, y poco importaba preñarla o no. Solo necesitaba vaciar mi leche en lo más hondo de su coño, así que la sujeté fuerte de sus duras y preciosas nalgas y seguí dándole hasta que mi verga se endureció hinchándose dentro de ese chochito inflamado, en un flash, mi polla se estaba poniendo dura y gorda al límite de reventar. Ella gritó una vez más al sentirme explotar en una eyaculación feroz disparando chorros de lefa caliente dentro de su más íntimo conejito recién desflorado, inundándola completamente de esperma. Terminamos en medio de convulsiones de placer con tremendos orgasmos y dejándole no menos de siete u ocho lechazos de rico semen. Nos quedamos unos momentos así relajándonos, pero después de unos minutos, cuando mi verga se aflojo y empezaron a salírsele los fluidos de ambos, ella reacciono de una manera inesperada.

Al pasar la fiebre de la lujuria, se dio cuenta de la gravedad del asunto, se despegó de mí de repente, sacando mi verga de su coñito y retirándose espantada, me miró con los ojos desorbitados gritándome… ¡QUE ME HAS HECHO CABRÓN…! ¡SEGURO QUE ME HAS PREÑADO! Yo solo pensé que tampoco sería la primera de la familia a la que le hiciera un hijo, la niña no sabe que su hermano mayor es hijo mío… y tal vez ella también. Me quedé relajado sobre el agua de la piscina, en tanto ella salió avergonzada, así desnuda cubriéndose sus tetas y su coñito con las manos, corriendo hacia dentro de la casa. Yo me quede ahí en el agua totalmente concentrado imaginando lo que podría pasar. Pensé que ella le diría a su hermana acusándome de abusar de ella, éstas a su madre y finalmente a la abuela. Me deduzco la reacción cuando una a una le digan que todas han probado de mi néctar y que poco les importa si de ese polvo sale preñada, puesto que no usamos condón dado que la goma le quita la esencia de follar, por eso mi madre, mi hermana y mi sobrina mayor saben lo mucho que me encanta follar a pelo y correrme dentro de ellas. Con esas mismas mi cuñado se ha hecho cargo de dos de los hijos con los que he preñado a mi hermana. Al cabo de un buen rato salí de la piscina y me cambié de ropa. Subí a buscarla encontrándome acostada en su cama, boca abajo, llorando desconsoladamente. Me senté junto a ella y le acaricie su cabeza, empecé a hablar con ella, diciéndole que no se sintiera mal, que no fue culpa de ninguno de los dos, que todo paso por la situación y que no pudimos evitarlo, que nos dejamos llevar por lo que tal vez sentíamos desde antes… Ella me pregunta angustiada que va a suceder si sale preñada porque le eché todo el semen de mis huevos bien adentro, y no fue poco la verdad. Ahí le explique acerca de la pastilla del día después. Ya con eso se empezó a calmar un poco y el alma me empezó volver al cuerpo. A la vuelta de la farmacia con la milagrosa pastilla, la encontré un poco más calmada… menos nerviosa. Después de tomar la pastilla continuamos hablando de lo mismo y empezó a hacerme ciertas preguntas de cosas que ella no sabía en cuanto al sexo. Más relajados, y le dije que si no lo deseaba…nunca más iba a repetirse. Ella iba seguiría siendo como mi hija y que todo sería igual que siempre.

Pero al seguir hablando del mismo tema, nos empezamos a calentar otra vez, concluyendo en el asunto que ella ya estaba protegida por la pastilla que acababa de tomar. Así que lo usamos como pretexto para volver a la carga, máxime cuando su coñito ya no era novato en tales lides… íbamos a volver a repetir lo mismo, para decirnos que lo haríamos como despedida para siempre. Ambos nos engañábamos para quedarnos tranquilos, sabiendo que solo era solo un pretexto para fornicar y darnos de nuevo el gran gustazo de aparearnos como animales. De esa manera nos pusimos follar a en la cama, un lugar completamente distinto… más seco donde la fuerza de la gravedad ejerce su ley rigurosamente. Follamos otra vez ya sin complejos y de manera desinhibida varias veces durante la larga tarde, lo cual fue nuestro mejor día conociéndonos íntimamente…, gozamos como locos de su iniciación a la vida sexual. Hay que mencionar que tuvimos que lavar las sabanas llenas de líquidos de ambos, y también tuvimos que revisar la piscina, para sacar del agua los bañadores para asegurarnos de que no se notaran rastros de lo que ahí había sucedido esa tarde. Afortunadamente nadie se enteró y ella quedó satisfecha, lo que a día de hoy no sabemos si está preñada o no (pues en verdad yo no estoy seguro si la pastilla funciona al 100%) De lo que sí estoy completamente seguro es que la nena logró ser desvirgada por alguien con experiencia y disfrutar al máximo de su cuerpo y de su primera práctica coital, no como ocurre en la gran mayoría de las chicas, que hablan de una nefasta primera vez con alguien egoísta y bruto… mi sobrinita me confesó que fue muchísimo más bueno de lo que ella esperaba, que no se imaginaba que el sexo fuera así de bueno, lo cual quiere decir que lo tengo bastante fácil para follármela una próxima vez… ¿O a ti que te parece? Pues así ocurrió hace unos días el fin de semana antes de Semana Santa, el “Domingo de Ramos”.

EN LA PUESTA DE LARGO EN “LA SOCIEDAD” pasó insólito fuera de lo común. Quisiera contarte lo sucedido esta semana pasada en la fiesta de “La Sociedad”, donde entran a formar parte de ella nuestros hijos, y por supuesto este año le tocó el turno a mi sobrinita Elena. Después de haberla desvirgado rompiéndole el himen en la piscina, ahora coincidimos para que le rompiese el culito… debo decir que la niña tiene 27 años menos que yo ¡A mi sobrina le encantan los hombres maduros!, según deduzco por sus maneras de relacionarse con todo ese mundo de hombres mayores, muy diferente a como lo hace con los de su edad. Es una chica alta con un culito que muchas de sus amigas morirían por tener y eso le hace sentir muy bien y segura de sí misma. Pues bien, El Domingo de Ramos su padre la invitó a esa fiesta anual donde los padres presentan a sus hijos para que estos se relacionen y formen parte del elenco de nuestra sociedad…yo iba a llevar a mi hijo pero por razones que no vienen al caso se marchó con su madre dejándome solo. El evento comenzó con una comida, justo cuando comienzan las vacaciones de Semana Santa…, ese Domingo su padre decidió que era el momento de la más pequeña de la casa… mi cuñado siempre se preocupa por su familia y la proyección de todos y cada unos de los miembros. Cansada de ir de allá para acá con chicos que avergonzados no le dirigían siguiera la mirada se acercó a mí y le prometí a su padre que la llevaría a casa pronto. Me dijo que la fiesta era tal y como le había dicho su padre, pero un poco más patética al no haber ningún chico de su edad que le atrajese…, como ya he dicho los integrantes de “La Sociedad” llevan a sus hijos e hijas, y había varios chicos de su edad que más bien parecía catetos retraídos, nada que estuviese al nivel de lo extrovertida que es Elena… así que no se sintió para nada incomoda a mi lado disfrutando de mi humor y agradable conversación.

Vestía con unos pantalones ajustados que resaltaban a la perfección sus nalgas y una camiseta de tirantes ya que hacía calor. De inmediato noté que la gente bebía mucho vino y todos estaban entrando en ambiente, además a lo lejos la vi extremadamente atractiva. Inmediatamente comencé a lanzarle miraditas, a lo que ella me respondía de una manera coqueta e insinuante. De pronto su padre se le acerca y le dice que le va a presentar a unos amigos con los que dura más bien poco y menos con los chicos que acompañaban a sus padres… para mi sorpresa llega hasta mí un poco hastiada de entre mis amigos. Le dije que estaba muy guapa y que hoy no iba a poder venir su primo, así que estaba solo en la fiesta de “La Sociedad”, se quedó a hablar conmigo sobre lo bien que le iba el curso y su proyección para el siguiente, de sus amigos y cosas así, aunque de vez en cuando notaba que se me perdía la mirada viendo con disimulo el culo y las tetas de mi sobrina…ella lo captó.

La invité a una cerveza, pero ella no estaba segura que a su padre le agradara que estuviera tomando alcohol, así que le preguntó para obtener su consentimiento si era sin alcohol… tomó una. La charla seguía y seguía y en el transcurso ya hubo tomado tres cervezas dos sin y la tercera normal para las seis de la tarde (comenzó la fiesta como a las tres) en ese momento se acerca su padre y como él tenía otras cosas que hacer se tenían que retirar ya. Yo estaba allí escuchando la conversación y me ofrecí a dejarla en casa ya que a la fiesta había llegado un grupo musical e íbamos todos a bailar…, mi cuñado pero al ser su tío pensó que la dejaba en buenas manos y que la trataría como a su hija. Para redondear la convicción de su padre, ella le insistió en quedarme y yo le prometí que a las ocho de la noche la dejaría en casa a lo más tardar a las nueve como prometió a mi hermana antes de salir. Así que se quedó en la fiesta y entonces sucedió… le sugerí que nos sentáramos en una mesa aparte para hablar, ella encantada ya que le gustaban los maduros de conversación agradable…, hablamos de muchas cosas cuando toqué el tema de lo guapa que se veía, que seguramente debería tener muchos novios, a lo que respondió que no tenia novio pero que los chicos de su edad no le interesaban mucho ya que los consideraba inmaduros y que no sabían tratar a una mujer. Comencé a mostrar mayor curiosidad y fui llevando el tema hasta preguntarle si a había estado con alguno de sus amigos o novios anteriores así íntimamente después de que la desflorara en la piscina. Me contestó que no, que después de haber estado con un hombre mayor tan macho como yo, era difícil que buscara algo en los imberbes de su edad…

Se nota a la legua la diferencia, me dijo.

Aquello me emocionó y excito sobremanera, así que manteniendo el tema seguí preguntando sobre esto, hasta que me confesó que tuvo un polvillo con un profesor para subir nota en el segundo trimestre. Esa confesión, sinceramente me puso un tanto nervioso pero siguió mi juego, así que sin miramientos le propuse que fuéramos a otro lugar, le confesé que desde que entró al salón llamó mi atención y quería estar a solas con ella. Pensé que se negaría pero me dijo —"Mientras lleguemos a mi casa a las 9" Me despedí con la excusa de que tenía que llevarla a su casa temprano y salimos de ahí como a las seis de la tarde, en el coche le fui diciendo que si se sentía cómoda con la situación, ella me dijo que a ella también le había gustado verme en la fiesta…y sin más ni más le puse una mano en su entrepierna buscando el coñito caliente de mi sobrina… comencé a tocar su muslo por encima del pantalón, como ya estaba oscureciendo, aproveché la luz roja del semáforo para desabrocharle el botón del pañalón y tocarle por encima de su braguita tanga, a mi eso me ponía muy excitado y creo que a ella también. Con su mano acarició por encima de mi pantalón, ¡¡¡Dios!!!! Sentía mi verga durísima debajo y yo un chochito caliente enjuto…eso me calentó mucho, así que le dije que en la calle no era buen lugar para estos toqueteos. Nos dirigimos entonces a mi piso, ella nunca había estado aún, la trataba como a una amante más…

— Tío contigo no me da nada de vergüenza… me encanta que me sobes el coñito… solo el hecho de pensar ser penetrada por ese miembro me excita como una perra. Lo único que quiero es estar aquí

Le sobaba la rajita notando como se iba mojando de solo pensarlo, al bajarnos entrando en el portal, inmediatamente le di un beso intenso, y nada más traspasar la puerta comencé a desvestirme poco a poco, primero quité su camiseta y besé sus tetitas, chupándolas tan rico que quería que no se acabara ni ella que yo me detuviera. Se recostó en la cama todavía con el pantalón puesto y me abalancé sobre ella besándola toda y deteniéndose en su ombligo, con cuidado desabroché su pantalón y se lo quité tirándolo hacia un lado de la cama, al ver su tanga parecía me volviera loco y comencé a besarle su coñito sobre las bragas, comiéndole todo de abajo arriba acariciándole las nalgas, apachurrándolas fuerte. Me dijo que le quitara la tanga y cuando lo hice me sorprendió al no ver un solo vellito en su pubis…

— La verdad es que me encanta tenerlo así, a los hombre maduros sé que os gusta follaros los coñitos que parezcan de niñas pequeñas…limpios y bien rasuraditos, me dijo al ver mi cara emocionada o sorprendida… y la verdad que es así como ella dice, porque parecía el chochito de una muñeca.

No lo pensé más y metí mi lengua en mi rajita chupando su clítoris muy rico, sentía sus esténtores de excitación, pensé que en esos dos o tres minutos había conseguido su orgasmo y me detuve, bajé mis pantalones y me quité el bóxer. Al ver esa verga que gasto dura mirándole a los ojos, alargó sus mano y la abarcó manoseándola desde la raíz al glande remándolo del arrastrando el prepucio hacia abajo. Con el capullo libre empezó a darle chupeteos con la lengua, que buenas mamadas me daba y que gusto tenerla chupándome la polla con su boquita, apretando con sus labios poniéndomela aún más dura, tan dura como una piedra, tan grande, tan caliente…, dudaba si le cabria dentro hasta la raíz en su garganta, porque en su coño si le entró pese a ser un poco estrechita. Rebusqué en mi mesilla un condón pero me dijo que no hacía falta, que la follara como la primera vez… igual que me follaba a su abuela y a su madre…que se la metiera al natural, deseaba sentirlo de nuevo, no importaba si la preñaba…podía correrme dentro de ella las veces que deseara, porque era su putita…

— Soy tu puta, me gusta serlo no lo niego y sentir tu verga de macho dominante. Me gustan los sementales que saben cómo sodomizar a la mujer, que saben cómo hacerme sumisas para obedecerte. Joder tío como tienes esa verga, es una barra de carne tan dura y mágica que me domina. Desde que me desfloraste acepto todo lo que te guste y desees, porque para eso somos las mujeres para diversión de los machos como tú.

Después la recosté en la cama y le abrí las piernas, mi cipote estaba tan rígido que no hubo que guiarlo para ir directamente a penetrarla. Lo hice poquito a poco, suave, ella solo soltaba gemidos al notar su ano dilatarse por mi cabezota dura y deslizante. Iba ganando centímetros en su culo haciéndole tragar un tercio del rabo. Esperé a que su anillo se adaptara al grosor del febril falo y tras unos segundos, de pronto le dije…

Ya no aguanto más Elenita, te la voy a meter hasta los huevos…

Y se le clavé todo el pedazo que restaba de un solo golpe haciéndola desaparecer…fue doloroso al principio para ambos pero después comenzó el vaivén con deslizamiento apretado. Entraba y salía tan bien que ya no se quejaba, sino que todo lo contrario lo gozaba como una perra sodomizada, la cual apretaba las nalgas con sus manos buscando la sincronía con mis empujones. La estaba partiendo de todo gusto viendo como culo se tragaba los 18 centímetros de tranca sin recato alguno… estuvimos así unos diez minutos y entonces…

—Quiero follarte por el culo viéndotelo, mi amor, date la vuelta.

Obedeció ipso facto, poniéndose a cuatro patas, observé lo abierto de su ano justo al sacarla, pero mágicamente se cerró a su estado natural…me sorprendió la facilidad de recuperación de sus esfínter, pero poco le duró, porque sin más ayuda que la rigidez del cipote la penetré desde atrás tomando sus nalgas con fuerza empujándola hacia mi verga... ¡Qué bien sentía el culo de mi puta sobrina adaptándose a mi grosor! Siempre pensé que Jésica sería una gran zorra desorejada, puta de mil machos, pero resultó que con 21 años era una chica formal con novio para toda la vida, sin embargo ese puesto vacante lo ocupó la sensible y mojigata Elenita, que se me desveló como una magnífica folladora sin pudor. Al lado derecho había un espejo y podía verla a gatas siendo penetrada por ese hombre 27 años mayor que ella, que casi le doblaba en envergadura…, al ver la imagen me excite más porque se veía delgadita y culona de nalgas respingonas dándome una mejor embocadura a su culito, a fin de dar buena cuenta de la hincada…, por otra parte Yo me veía fuerte y maduro, ¡¡Qué sensación!! Era como si un gorila de espalda plateada se follara a una monita, mi ancha polla era desproporcional al abierto culito de Elena. Me avivaba al ver como entraba y salía de su agujerito ensanchado a través de la expedita raja de su culo. De pronto las embestidas fueron más fuertes y ella solo repetía mi nombre como si aun fuera una niña pequeña llamando asustada a su papi…

— Tito, tito ¡Mmmmmm me corro amor! 

Yo continué ahondando en su interior sin compasión, forzando toda la verga gruesa y venosa en su esfínter queriendo llegar al estómago. Mientras ella se corría por segunda vez convulsionando y gritando como una perra en celo… No pude más y mis pelotas acabaron por abrir las compuestas en un estallido de leche, al mismo tiempo que berreaba cual si fuera un semental en celo expulsando todo el aire de mis pulmones, al tiempo que los largos chorros de lefa llenaban de esperma caliente el culito de mi sobrina, quien hacía rato tenía una mano en su coño tocándose el clítoris para intensificar el orgasmos al máximo… Qué bien estuvo el rompimiento de su culo, el segundo desvirgue que le hice a mi sobrina. Nos acostamos rendidos y exhaustos acariciándole el cabello y su culo redondeado y firme. Unos minutos después comencé a tocarle la vaginita sin pelitos diciéndole que me encantaba y besándola con la lengua que ella no me rehusó dándome sin comedimiento. Como ya eran casi las nueve nos duchamos juntos en mi baño y nos vestimos, la llevé a su casa…

Llegó a la hora indicada, más tarde como a las 9:30 le llamó su padre al fijo de casa para verificar que ya estaba allí, así que le dijo que sí, que su tío Sancho se había portado muy bien con ella toda la noche y me había divertido de lo lindo antes de llevarla a casa. Nada más colgar me envió una mensaje de voz por WhatsApp diciéndome que la vaginita le ardía de solo recordar nuestro encuentro... desde ahora en adelante era solo mía por ser quien la había desvirgado por ambos agujeros… de ahí, solo quedaba que la preñase para tener de mí todo. Esta Semana Santa ya no lo he visto pero hemos quedado para la próxima en repetirlo en la habitación de hotel frente al mar, donde llevé a su hermana hacía unos años… ya te conté como me fue, justo ahora estoy pensando en ese coñito de Jésica que me hizo gozar tanto, atravesado por mi verga… Pero si hay algo que se salió de madre en mi vida, fue lo que ocurrió el verano pasado… y esto nos lleva a la íntima amiga de mi madre Carmina, esta historia la contaré en “Reventando a Carmina”.

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