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ESA SEÑORA QUE ME AYUDA (y II)

en Sexo con maduras

Si, quizás mi imaginación se estaba desbocando, pero la situación, la conversación, la imagen de esa señora en la ducha, no ayudaban a que me tranquilizara.

- Pero el pasado no debe dirigir nuestro futuro, nos ayuda a no cometer los mismos errores pero nada más, solo aprendemos.

- Y yo he aprendido, contestó ella, nada de viejos jajajajaja, y su tremenda sonrisa me excito un poco más aún.

- Jajajajaja, pues claro, nada de viejos, replique instintivamente, ahora te lo tienes que buscar más jovenes y con mucha energía.

Vaya creo que me estaba insinuando o no, pero seguí.

- Y además de jovenes y con energía, con educación y que tengan ducha en casa jajajajajaja

Si parece que me estaba insunuando.

- Ay, José Luis, que cosas me dice, una ya esta vieja para esas cosas...

La corte de inmediato.

- Vieja? en absoluto Maggie, le recuerdo que hace un rato la he visto..., me paré de repente, si seguía por ahí puede que la asustara. Bueno, perdón, no quería ser grosero.

- No se preocupe, no lo es. Y se perfectamente como me ha visto jajajajajaja. Otra vez esa sonrisa.

Se acomodo nuevamente en el sofá, veía sus muslos, definitivamente el vestido se había subido un poco más. Se había ahuecado y dejaba entrever ese tremendo "canalillo", la verdad es que no podía dejar de mirarla, de intentar desnudarla nuevamente aunque fuera solo con la mirada.

Cambio de posición sus piernas, cruzandolas, y el vestido aún dejo más al aire sus muslos, estaba coqueteando conmigo? Me lanza mensajes no verbales que no estoy entendiendo o como siempre voy a ser el último en enterarse que una mujer me "habla" y yo no me entero? No sé, a mi edad y a veces aún en la edad del pavo.

Ella hablaba pero no la escuchaba, estaba absorto en mis pensamientos.

- si lo de la ducha no es mala idea....

- ya estoy vieja...

Escuche entrecortado.

Reaccioné.

- Vieja? que va, aún tiene muchos años por delante para disfrutar de los placeres que da la vida. Seguro que si se lo propone tendría a cualquier hombre que quisiera y se lo digo de corazón.

Ya no podía parar, era ahora o nunca.

- Vamos que si por mi fuera hoy no se iba de aquí tan facilmente jejejeje

- Pero que está diciendo jajajajaj. Ahora ella era la que estaba nerviosa. lo notaba, creía atisbar una mejillas ruborizadas.

- Lo que escucha Maggie, que no me importaría ser yo quien le enjabonara la espalda.

Se hizo un silencio sepulcral. Joder, quizás me habido pasado tres pueblos pero estaba deseando verla desnuda nuevamente, tocarla, disfrutar de esas curvas.

- Vaya, me parece que está intentando ligar conmigo.

- Pues si eso le ha parecido es que me he expresado bien jejeje

Nuevamente un silencio que me pareció eterno.

De repente vi como se soltaba el cinto que sujetaba el vestido a su cuerpo. Lo abría levemente y me dejaba ver algo más de sus pechos.

Me levanté como un resorte y me senté en el sofa junto a ellla.

Realmente estabas muy nerviosos los dos, no me atreví a tocarla pero nuestros cuerpos lo estaban deseando, nos mirabamos sin hacer nada ninguno. Nuestras miradas estaban fijas el uno en el otro, dos estatuas confrontadas, sin tocarse.

- Besame, me dijo, y eso fué el pistoletazo de salida.

Me acerque suavemente y besé sus labios con delizadeza, sujeté su cabeza con mis manos mientras lo hacía y poco a poco nos reclinamos en el sofa.

Era algo dulce, suave, tranquilo, no voy a decir que era un enamoramiento a primera vista, pero lo estabamos disfrutando los dos como si lo fuera.

Pronto mis manos se deslizaron por sus pechos, note como rapidamente sus pezones reaccionaban a mis caricias, eran grandes pero no era de extrañar con ese tamaño de pechos. Notaba sus leves estremecimientos cada vez que mis manos los recorrían.

Deje de besar sus labios y baje lentamente por su cuello, estaba encantando, deseaba a esa mujer, mis labios apenan rozaban su piel y ella reaccionaba a cada beso.

Separé totalmente el vestido y segui besando su cuerpo, sus reacciones a cada uno de mis movimientos eran patentes aunque apenas se movía, en aquellos momentos creo que su cuerpo estaba recordando sensaciones ya olvidadas pero que en algún momento si había sentido.

- Maggie, te voy a desnudar complentamente y quiero que tu me desnudes a mi. Le dije y la ayude a incorporarse mientras le quitaba el vestidito y lo lanzaba lejos, su ropa interior, obviamente, no era lo más sexy para el momento pero no me importaba.

Se incorporó del sofa y se puso delante de mi, se bajo lentamente las bragas dejando al descubierto ante mi un sexo rosado y que brillaba por los flujos que mis caricias habían provocado.

Me sujeto con delicadeza la cabeza y la atrajo a él, hundí mi cara y mi lengua fué directa a su clitoris, y el estremecimiento de Maggie fue notable, y apretó aún más mi cabeza contra ella. Estaba difrutando, se le notaba, y a mi también se me notaba, mi pantalon estaba a punto de explotar y eso que casi ni me había tocado.

Separó mi cabeza de su sexo y observé como un pequeño hilo de su flujo bajaba por uno de sus muslos. Me levantó del sofá, me desabrocho la camisa, me soltó el cinto y me bajo el pantalon. Mi boxer apenas tapaba la tremenda erección que tenía, me lo bajo con delicadeza dejando por fin libre mi pene.

- Creo que ambos necesitabamos esto, me dijo mientras me besaba en los labios.

Me hizo sentarme en el sofa nuevamente, se acercó a mi, se puso de rodillas encima mía abriendo las piernas, sujeto mi pene erecto y poco a poco fue bajando, mientras entraba en ella, como a camara lenta, muy despacio. Cuando lo tenía totalmente dentro se abrazó a mi y empezamos a besarnos delicadamente sin más movimientos.

Eran besos largos, humedos, se separaba de mi levemente y volvía a besarme.

Estabamos muy excitados pero nuestros movimientos solo se limitaban a nuestros labios, se juntaban y se separaban, se volvía a separar y se volvían a juntar.

Era un extraño y dulce baile.

Notaba las palpitaciones de mi pene en su vagina, nuestra excitación, a pesar de la lentitud, iba increscendo. Sus liquidos corrián por mis muslos.

Esa mujer me estaba matando, sin apenas movimiento alguno me estaba llevando al climax, no quería llegar al orgasmo, la quería hacer disfrutar, que iluso era, ella también disfrutaba simplemente que controlaba su pasión y la mía a la vez.

Fué acelerando sus besos y sus ojos estaban fijos en los mios. Sus brazos cada vez me abrazaban con más fuerza, sus pechos se apretaban contra mi pecho con fuerza, sus pezones casi me hacían daño, disfrutabamos.

- Maggie... y no pude decir nada más un espasmo nos recorrío a los dos, un tremendo orgasmo nos invadió al unisono, nos abrazamos aún con más fuerza, dejandonos extasiados.

Aquello fué tremendo, único. Seguimos largo rato abrazados, dejando que nuestros cuerpos se relajaran, su cabeza reposaba sobre mi hombro, no hablabamos, no nos movíamos, solo disfrutabamos del contacto que nuestros cuerpos tenían.

Al cabo de un buen rato, Maggie se separó de mi, dejando que mi pene flacido saliera de ella, me cogió de la mano y me levantó del sofá.

- Y ahora me vas a enjabonar la espalda.

Y nuestras risas debieron de oirse a muchos kilometros a la redonda.

Ni que decir tiene que aquel fué un largo fin de semana en el que dormimos poco y aún comimos menos, el sexo fué el eje central de nuestras vidas. Nuestros cuerpos se econtraban una y otra vez, cualquier situación, cualquier habitación, cualquier comentario nos llevaba a disfrutar el uno del otro. A veces con una pasión desenfrenada que hacía peligrar nuestra integridad física, a veces con una suavidad, delicadeza y lentitud que parecía que hasta se detenía el riego sanguíneo por nuestras venas.

[Bueno lectores y esto ha sido todo, espero que os guste, y el futuro ya se verá]