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La gatita pelirroja, que compañera de trabajo! IV

en Trios

Podéis leer la primera parte, aquí:

https://www.todorelatos.com/relato/145127/

La segunda parte:

https://www.todorelatos.com/relato/145559/

Tercera parte:

https://www.todorelatos.com/relato/146846/

 

Parte IV:

Entramos, y yo que iba primero me dirigí hacía una de las butacas de delante de la cama, Mrs Cousins llevaba de la mano a la chica del tren, he… ¿cómo se llamaba? Así pues lo dije en voz alta, a lo que ella respondió con una voz dulce pero tímida:

- Esme.

Mientras, Paula cerraba la puerta, Mrs Cousins la dejó de la mano y enfrente de la cama , quedándose así, mirando lo que sucedía, cómo yo. Entonces fue cuando Mrs Cousins, se sentó en la cama, se quitó los zapatos con delicadeza mientras observaba la chica, se levantó y se quitó los pantalones con maestría, de perfil, para que pudiéramos ver sus hermosas piernas y espectacular culo, que curvas nos enseñaba, Paula se me acercó y también estaba a la expectativa. Entonces Mrs Cousins, se sentó en la puntita de la cama y se dejó caer hacia atrás mientras levantaba las piernas, bien firmes, juntas, una vez bien arriba, las abrió, mientras se incorporó y se metió hacía ellas, separó el hilo de su tanga blanco y… había alguna cosa en su coño, después de acariciarlo unos segundos, con los dos dedos, se sacó un consolador que estaba formado por cuatro o cinco bolas, de mayor a menor tamaño, diría que flexible, pero con todo eso… no me había fijado, y yo el primero, estábamos todos de piedra, diría que al igual que yo, ellas también estaban cachondas. Mrs Cousins pidió:

- Paula, por favor, ¿puedes limpiarlo?

- Si claro –respondió ella.

Entonces Mrs Cousins se levantó y se acercó a Esme, la cogió de las dos manos y la fue acercando hacia la cama, giraron a la vez que le hecho un morreo, dónde sus bocas se fundían entre el deseo y la excitación. Paula veía algo, hacía una pequeña pasa para ir mirando mientras lavaba el consolador. Mrs Cousins la tiró en la cama y se puso encima de ella, besándola nuevamente, hasta que fue bajando por su cuerpo, la acarició, cogió de su cintura, su sudadera y se la quitó, no llevaba camiseta pero si un sujetador, negro, deportivo, se le veía unos senos firmes y redondos, no muy voluptuosos, y muy ricos. Le desabrochó el sujetador y se quedaron al aire, Mrs Cousins no tardó en manosearlos y poco después, se los pellizcó, ella estaba a su entera disposición, arqueó la espalda y gemía mientras se mordía tímidamente su labio inferior, acto seguido ya les estaba lamiendo.

Mi calentura era de tal envergadura que ya no cabía en los pantalones, así pues, me dispuse a sentarme no sin antes desabrocharme los pantalones y dejándolos caer a medio culo, por así, acariciarme bien, por ahora por encima de los calzoncillos.

Paula por su parte, ahora lo veía perfecto, estaba terminando de secarlo mientras se acercaba a la cama, Mrs Cousins bajó al siguiente nivel, le dio unos besos por la zona del ombligo y el costado de las costillas, en lugar de darle cosquillas ella se retorcía de placer e iba gimiendo, intentaba no hacer mucho ruido, puso su dedo índice delante de los labios pero simplemente se rozaban. Le quitó los pantalones sin vacilación, volviendo a meterse entre sus piernas, se miró a Paula y la invitó a la cama, bajó su cabeza para volver a besar la zona del ombligo y poco después se deslizó hasta meter la cabeza entre sus piernas. Paula, se puso de rodillas encima de la cama y se inclinó, mientras iba observando los senos, Esme se quedó mirando, frente a frente, Paula se dispuso a besarla, ella lo estaba deseando, a la par de que Mrs Cousins ya le daba besitos delicados y despacio entre sus muslos interiores, eso hacía que Esme tuviese algún que otro calambrazo que recorría todos su cuerpo, cuando Paula se dispuso a darle un largo y profundo beso, Mrs Cousins empezó a lamer los jugos atrapados en las braguitas, eso hizo que se arquease completamente y se fundiera en unos tres largos calambrazos, mientras Mrs Cousins no le dejaba de lamer y Paula de besarla y acariciarle un pecho con la mano.

¿Y yo? Con la palma de mi mano frotando mi verga de arriba a abajo por encima del calzoncillo, me doy cuenta que no estoy precisamente cómodo, así que me levanto, y me quito toda la ropa, dejando mi verga tiesa al aire, me vuelvo a sentar con el culo adelante, para que pueda tocarme bien mientras contemplo ese espectáculo. Entonces me doy cuenta que me gusta el voyerismo, una cosa es hacerse pajas viendo porno, pero esto, verlo en directo y algo que nunca se me había pasado por la cabeza, la remota posibilidad que me pasase a mí. Estaba cómodo con ese papel, además, Paula no me dejaría terminar solo, o al menos eso intuía. Así pues estaba gozando poco a poco, me lo tenía que hacer durar, empecé acariciando un poco la polla, con la palma de la mano de arriba a abajo, sin agarrarla, y alternando jugar con mis pelotas, que están ahí, colgadas y bien finitas, sin un pelo.

Ellas tres siguen a lo suyo, ahora Esme se ha relajao y Mrs Cousins sigue a lo suyo, Paula se incorpora y se quita la parte de arriba, dejando sus senos colgando libremente, cuándo se vuelve a inclinar, ahora para besar sus pechos, Esme, aprovecha para magrearlos con una mano mientras va gimiendo de placer, ahora ya no se contiene, sin chillar, pero se la escucha bien. Al cabo de un rato, Paula va jugando entre sus senos, su cuello y orejas, Mrs Cousins que esta en plena faena, le pone las manos por debajo de sus glúteos levantándola y así poder penetrarla hasta el fondo con la lengua, hasta que al cabo de unos segundos, Esme vuelve a correrse, esta vez arquea suavemente, pero en lugar de unos calambrazos parece que se esté electrocutando.

Mrs Cousins después de dejarle la concha bien limpia de todos los jugos que sacó, se levantó de la cama y al observar su entorno se da cuenta que estoy ahí en la cama, cañón en mano, se pone a reír, coge el consolador que Paula había dejado en la cama y se lo da en una mano a Paula, ella estaba besandole los senos, se va para arriba a fundirse con un beso y la tía aprovecha para meterle la punta dentro del coño, Esme no se lo esperaba, abrió los ojos e intentó hacer algún gesto de sorpresa, al ser presa de Paula, lo único que pudo hacer es girar un poco de lado su cuerpo para acariciar mejor los bellos pechos de Paula con las dos manos, entonces Paula se estiró a su lado no sin antes meterle más de la mitad del consolador dentro y jugar con ella.

Mrs Cousins mientras, se me acercó, vi que se me iba a arrodillar pero le hice un gesto cómo que no, me levanté yo rápidamente por su sorpresa, la cogí de una mano y la estiré para que se sentase en el sillón se me quedó parada no sabía que decir, hasta que puso una cara de rareza y me dijo:

- ¿Es que no te… – la corté y le repliqué:

- Si que me gusta, pero ya has trabajado suficiente, ahora te toca gozar –mientras reía y bajaba hasta su coño, se veía húmedo, con un color entre rosado y rojo cereza por la zona interior, le sujeté las piernas bien arriba, y me dispuse a empezar por la altura de los tobillos a darle besos tiernos, bajando despacio e intercambiando de pierna. Mientras, se quitó cómo pudo la parte arriba del traje, cuando llegué, me encontré con un tanga blanco, completamente húmedo, seguramente ya se había corrido la muy cabrona, empecé a buscarla con la lengua, hasta que le aparté un poco las bragas y pude lamerle esos jugos espesos y algo amarillentos, tenían un olor muy fuerte a sexo y al chuparlos, tenían un toque a amargos, no me gustaba mucho, pero me daba igual, la iba a hacer gozar con un buen cunnilingus, una de la manos dejó su pierna y se fue directo a su coño, a ayudarme a hacerla gozar, estaba decidido a poner todo mi cariño y experiencia en ella, iba a ser una noche para el recuerdo y seguramente, irrepetible.

Pues ahí estábamos, Paula en la cama con Esme jugando, follando o no sé qué, y yo haciendo un cunnilingus a Mrs Cousins, le gustaba, esta cómo medio loca, iba diciendo palabras en inglés, no la entendía que decía exactamente, mi nivel de inglés no es avanzado, pero estaba seguro que no decía guarrerias o insultos, no sé que tipo de morbo le iba, le dejé la otra pierna para dedicarme al completo a ella, bajo su pierna para enrolarse en mi espalda, a la vez, para evitar que saliera, acto seguido, con la mano del mismo lado, me agarró de la cabeza y me la apretó hacia su sexo, mientras con la otra se acariciaba y se pellizcaba los senos.

Estaba con la lengua penetrando su coño a la vez que lo hacía con el dedo índice de la izquierda, y con la mano derecha le medio cogía el culo y me iba acercando y acariciando alrededor del ojete del culo, se estaba retorciendo de placer y se puso a gemir como una posesa, hasta que se corrió, y flipé!!!… nunca había visto esto en una chica, le bajaron un montón de jugos, hasta me mojó y eso que me tiré para atrás por la sorpresa, era cómo una meada corta, pero de jugos, claro, por la tarde había hecho correrse a Paula de forma descarada, mojando toda mi polla y sus jugos goteaban por sus piernas, pero compararlo no se puede, la de Mrs Cousins si que fue corrida, corrida, con Paula me lo pudiera haber lamido todo, pero con ella, imposible.

También tuvo unos calambrazos, pero continuo, con subidas y bajadas de tensión continuas, estuvo así un par de minutos, y tardó otro minuto para recomponerse.

Yo que estaba delante suyo, de rodillas en el suelo y sentado encima de mis pies, cómo los japoneses, además tenía mi polla en la mano a medio camino entre acariciar y pajearme mientras la contemplaba, viendo esa bella mujer madura, desecha por el deseo y la lujuria. Entonces me miró, se le puso una sonrisa en la boca, se levantó, giró, y se puso a cuatro patas en la butaca, y me dijo:

- ¿A qué esperas? Soy toda tuya, ¡dame!

Me levanté, con una mano le cogí una mejilla del culo para tirarlo arriba y con la otra, polla en mano, empecé a restregar mi capullo por alrededor de su sexo, con doble intención, por una parte, mojar mi polla para que así pudiera entrar más rápido, y por otra parte, jugar un poco con ella, la estaba esperando, se estaba impacientando, no paraba de moverse, hasta que una mano se la llevo a su sexo para acariciarse un poco la punta del clítoris, pero no tardó mucho en ordenarme que entrase inmediatamente, y así me dispuse, apunté, entre un poquito y al ver que era fácil, la metí hasta el fondo, las primeras dos o tres fueron tranquilas, pero la excitación me embriagó, y subí el ritmo de las embestidas, con las dos nalgas en manos, le hacía ‘comerse’ el reposacabezas ya que no podía sujetarse muy bien con una sola mano, ya que la otra aún la tenía abajo, acariciando su sexo, la notaba de vez, rozaba con mis huevos al llegar al fondo de las embestidas. En algún momento, miré lo que hacían Paula y la chica del tren, estaban completamente desnudas, haciendo un 69, me fijé que la chica del tren llevaba el consolador medio metido en culo, mientras Paula le comía desde de abajo el coño.

Mientras yo seguía a lo mío, ahí, dándole por detrás, decidí que era momento de cambiar de posición, saqué la polla, y le escuché levemente cómo gruñía, no quería que parase, le hice bajar la piernas de la butaca pero sin levantarse, ahora si, necesitaba las dos manos para aguantarse, se la volví a meter, de golpe, siguiendo el ritmo anterior, además, ahora, acerqué una mano a acariciarle el ano, lo tenía dilatado, fue, hasta diría fácil que entrase mi dedo, entonces giró la cabeza de golpe y me miró con una cara de perversión, lo deseaba, quité el dedo, y le metí dos, ahí me costó más, entonces Mrs Cousins, con una de las manos se agarró la mejilla estirándola hacía arriba, mientras con la otra estaba intentando no perder la postura, me miró y me dijo:

- ¡Go! ¿A qué esperas?

Saqué la polla de su sexo, la cogí y la dirigí hacía su ano, sin vacilar la fui metiendo, no se estaba tan apretadito como en el culo de Paula, en cierta medida me gustaba así, y empecé a bombear, cada vez más fuerte, hacía unas exhalaciones que parecía que hiciese una maratón, por su parte, Mrs Counsins, iba gimiendo cada vez más fuerte.

En algún momento hasta escuché reír a Paula y a la chica del tren, supongo que debían gozar de la follada que nos estábamos metiendo, en algún otro momento me giré para ver que hacían en la cama, y vi a Paula con la cabeza y el pecho tocando la cama, sus manos acariciando su pelo, pero sus piernas estaban flexionadas dejando así su culo y su coño a baja altura, perfecto para que des de fuera la cama, la chica del tren hiciese con ella lo que quisiera y en lugar que quisiera. La chica del tren estaba con una rodilla en el suelo, una mano acariciando suavemente el entorno del coño de Paula mientras con la otra mano sujetaba el consolador mientras lo lamía, ¿lamía?, se estaba comiendo su propia corrida, que guarra la tía, pensé, eso me puso más cachondo, así que volví a lo mio, agarré con las manos su culo bien fuerte y bombeé tan fuerte cómo pude, hasta que me vine, pero, por mi sorpresa, justo antes de venirme, Mrs Cousins se apartó, yo reaccioné diciéndole:

- ¡Mrs Cousins! ¿pero que hace?

Sin mediar palabra ni atención hacia mí, se arrodillo delante mio, cogiéndome la polla, y empezó a pajearme fuerte. En pocos segundos, pasé primero de la gloria a la nada, cortándome el rollo, no me lo esperaba, pero fue solo un espejismo que no duró ni un par de segundos, Mrs Cousins sabia perfectamente lo que estaba haciendo, volví a la gloria en pocos segundos y me corrí encima suyo, entre sus enormes tetas, acto seguido se dispuso a relamer toda mi polla y dejarla como los chorros del oro.

Estaba agotado, después de follar todo el día, me senté en la butaca, Mrs Cousin terminaba de limpiarse de mi corrida, se sentó en mi regazo, me abrazó y yo la cogí de la cintura, nos dimos unos besos, con delicadeza, sin prisa, ella también estaba agotada, hasta que tuvimos de girar la cabeza, alguien se estaba volviendo loca, se oían unos gemidos que seguro que los vecinos la escuchaban. Vimos a Paula en la misma posición que la había visto antes, y la chica del tren, espera… la… Esme, ¡Eso!, estaba sentada en el suelo, con la espalda en el lateral de la cama y la cabeza inclinada hacia atrás, chupando y metiendo su lengua hasta el fondo, y con las manos que tenía el consolador se iba follando el culo de Paula. Eso no era la primera vez que lo hacía, a esa chica le iba la marcha.

Por nuestra parte seguíamos observándolas, de vez en cuando, Mrs Cousins me hacía algún besito, hasta que me dijo:

- Por favor, me puedes llamar Samantha o Sam, como prefieras, no hace falta que me trates de usted después de esto.

Entonces fui yo quién la besó, con pasión, hasta el final de su garganta, le gustaba y mucho, hasta que me paró. Y me dijo:

- Sabes dar muy buenos besos –puso cara de felicidad y se levantó, se estiró en la cama, al lado de Paula, quería ver de cerca su cara, cómo se retorcía de placer, ella tardo un rato en darse cuenta.