miprimita.com

Claudia y mi viaje a Madrid

en Hetero: General

Acabo de bajarme del avión, son las 5 de la tarde y estaba nervioso, por fin la iba a conocer en persona. La había conocido meses antes y después de muchas horas de charlas amenas y divertidas y otras más subidas de tono, habíamos decidido conocernos. Se llamaba Claudia y era una preciosa chica madrileña. Solo la había visto en foto, pero aquellos ojos verdes me habían vuelto loco desde que los vi por primera vez. Recogí mi maleta y salí al exterior del aeropuerto. Saque el móvil y la llame para ver donde estaba, y me respondió al momento diciéndome que estaba esperándome en su coche enfrente de la terminal. Gire la vista y ante mi estaba ella. Y lo que me encontré fue mucho mejor de lo que esperaba. Era una diosa, además de aquellos ojos verdes maravillosos, un cuerpo de infarto los acompañaban. Tenía unas piernas largas y bien cuidadas, un culo levantado y respingon y un par de tetas que se veían levantadas y duras. Y para que hablar de esos labios, que a su vez formaban una sonrisa preciosa, eran gorditos y sensuales, daban ganas de morderlos.

Me acerque hacia ella y su sonrisa ilumino su cara, llegue hasta ella y nos dimos un beso. Mmmmm que maravilla de labios tenia, solo sentir el roce de sus labios mi cuerpo empezó a hervir. Nos montamos en su coche y nos dirigimos hacia su casa. Durante el camino no podía dejar de mirarla, aquellos ojos me tenían hipnotizado. Deseaba verlos muy de cerca……Además llevaba una camisa con un gran escote y podía ver casi la mitad de sus pechos y aquello me estaba poniendo a cien, cosa que ella pareció apreciar y que le alegro, pues no dejaba de mirarme el paquete en todo el viaje. Estuvimos hablando sobre como había ido el viaje, me comento que sus padres no estaban y que tendríamos la casa solo para los dos, que alegría me dio escuchar aquello. La tendría solo para mí.

Llegamos al chalet y era bastante grande, una piscina mediana que apetecía probar y un jardín grandecito, una gozada de casa en definitiva. Entramos en la casa y subimos a la primera planta y entramos a una habitación grande donde deje mi maleta, era la habitación de invitados. Me estuvo enseñando la casa hasta que llegamos a su habitación. Era amplia y bastante luminosa, tenía una cama de matrimonio grande. Estaba girado de espaldas a ella y sentí sus manos en mi espalda y seguidamente sus labios entraron en contacto en mi cuello, aquello me estremeció al momento. Sentí su lengua recorriendo mi piel, a la vez que sus manos bajaban por mi espalda hasta llegar a mi culo. Lo apretó y llevo sus manos hasta mi cintura y llego hasta mi paquete que ya estaba crecidito gracias a sus caricias. Recorrió lo largo de mi polla por encima del pantalón. Me susurraba al oído las ganas que tenia de que llegara ese momento, que me deseaba desde que tuvimos aquellas conversaciones en las cuales le hacia el amor sin parar. Sus manos seguían recorriendo mi cuerpo y me bajo los pantalones. Se arrodillo detrás de mí y empezó a morderme el culo por encima del boxer. Lo apretaba entre sus dientes, me gire y mi polla cubierta por la tela del boxer quedo a la altura de su cara. Saco su lengua y empezó a jugar en mi bulto que estaba a punto de explotar. De repente bajo la prenda de ropa y cogio mi polla con una mano, se la llevo hasta la boca y empezó a lamerla como si fuera un helado, primero por la punta y seguidamente toda la longitud hasta llegar hasta mis huevos. Se los metía en la boca y jugaba con ellos, me estaba dando un placer increíble. Sentía que como siguiera así me iba a correr en su boca, pero yo no quería acabar así la primera vez. La levante y empecé a besarle los labios, metí mi lengua dentro de su boca y nuestras lenguas empezaron a jugar. Mis manos no se quedaron quietas y empezaron a recorrer su cuerpo, abrí su camisa y ante mi aparecieron dos tetas impresionantes. Llevaba puesto un sujetador de encaje que las alzaba más si cabe. Estaban muy apetecibles, pase mis manos por su espalda y desabroche el sujetador que cayo al momento al suelo. Ante mi aparecieron su tetas, tenia unos pezones pequeños y muy duros, estaban muy excitados. Empecé a lamérselos con pasión, succionándolos y mordiéndolos cosa que pareció gustarle porque empezó a gemir con pasión. Sus pezones crecían en mi boca a medida que jugaba en ellos. Sus manos se apoderaron de mi polla y empezó a masturbarme con pasión, me estaba dando un placer increíble. Tuve que dejar de comerle los pezones porque la velocidad con que me estaba masturbando estaba a punto de provocar que m corriera. La gire y la apoye contra la mesa que había en su habitación, ella misma abrió un poco sus piernas y yo cogiendo mi polla empecé a pasársela por la rajita y de golpe se la metí hasta el fondo. Los dos soltamos de golpe un gemido de placer increíble, fue una sensación increíble sentir el calor de su coño a lo largo de mi polla. Estaba muy húmeda en su interior y aquello ayudaba a que las embestidas de mi polla llegaran hasta lo más adentro de ella. Mis manos jugaban en sus pechos, pellizcaba sus pezones y besaba su espalda. Entraba y salía una y otra vez sin parar, mi polla parecía crecer en cada empujón, la sentía mas dura y caliente que nunca, aquella mujer m volvía loco. Sus gemidos crecían en cada empujón y la sentía muy cachonda, me pedía que no parara y que siguiera dándolefuerte. Cogio una de mis manos y empezó a lamerme los dedos como si fuera mi polla. Me miraba a los ojos con cara de vicio, estaba disfrutando mucho y se le notaba en la cara de alegría que tenia. Le propuse cambiar de posición y me tumbe en la cama. Quería dejar que me montara y que disfrutara lo máximo que pudiera. Quería verla gozar. Se sentó a horcajadas sobre mi, cogio mi polla y empezó a restregársela primero por su rajita y luego se la paso por su ano, intentaba dilatarlo y por lo visto lo estaba consiguiendo, mi polla ya conseguía entrar la cabeza y ella lo disfrutaba al máximo. Se agachaba, me besaba y me mordía los labios con pasión. Se levanto y ahora se metió la polla en su coño, que maravilla de coño que tenia, estaba bien caliente y húmedo y aquello me volvía loco. Empezó a montarme una y otra vez, botaba sobre mi polla que entraba hasta lo mas profundo de su coño, a la, misma vez empecé a meterle un dedo en su ano cosa que le agrado pues me pidió que no parara. Con la mano que me quedaba libre empecé a jugar en su clítoris y aquello la volvió loca, de repente empezó a gemir y convulsionarse, arqueo su espalda y llego a un orgasmo fenomenal. La abrace contra mi y empecé a besarla mientras ella acababa de disfrutar de su orgasmo, quería que se sintiese especial. Después de recuperarse me miro a los ojos y me dijo algo que jamás olvidare:” Quiero tu semen dentro de mi, quiero notar tu leche calentita recorriéndome por dentro”. Aquello me hizo recobrar las fuerzas que pudiera haber perdido. La tumbe en la cama, abrí sus piernas y me coloque entre ellas. Dirigí mi polla hasta la entrada de su coño y empecé a penetrarla lentamente, no quería que aquello acabara nunca y pensaba disfrutarlo al máximo. Empecé a bombearla lentamente, sentía como estrujaba con su coño mi polla, lo sentía como se estrechaba en cada movimiento que hacia. Mientras la penetraba, besaba sus labios y jugaba con sus pechos. Comencé a aumentar el ritmo de penetración y ella empezó a gemir más y más alto. Sentía como aceleraba su respiración y se acerco a mi oído y me dijo: “Métemela hasta fondo y lléname con tu leche calentita”. El oír aquellas palabras me enloqueció y empecé a penetrarla con pasión, sentía mis huevos chocar contra su culito. Empecé a notar como estaba a punto de explotar y se lo dije, me apretó contra ella y me pidió que me corriera, quería mi leche dentro de ella y asi lo hice. Me abracé a ella y me corrí como nunca había hecho en mi vida.  Sentí como salían de mí, chorros abundantes de semen que fueron recorriendo su interior. La abrazaba contra mi y la besaba suavemente, los labios, sus hombros……..Y aquello solo había sido la bienvenida.