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The Plumber

en Hetero: General

No sé por qué lo hice. Estaba cachonda, aburrida, quería sentirme deseada y poderosa. Investigar mis capacidades. Investigar el morbo.

Viene esta tarde y yo llevo alrededor de dos horas masturbándome, fantaseando con el momento. Me llama. Se retrasa un poco. Tiene una voz agradable, quizás es atractivo.

Por favor, no tardes mucho más, estoy a punto.

Llaman al timbre y me levanto de la cama. Con esto será suficiente: una camiseta grande y unas braguitas que dejan ver más de la mitad de mis nalgas. Estoy nerviosa y excitada.

Abro arriba. No está mal.

- Hola. Perdona la tardanza, quería ver primero cómo era la gotera de los vecinos de abajo.

- Hola… No importa. Pasa. – Me hago a un lado y le dejo pasar. Le explico el problema que hemos tenido y dónde podría estar la avería. Entre la cocina y el baño.

- Bien, revisemos primero el baño.

Entramos. El cuarto es estrecho, y él se dirige a la ducha. Se agacha. Espero:

- Sí, parece que hay una fuga aquí.

- ¿Ah, sí…?

Me acerco. Me inclino junto a él. La camiseta, aunque es básica, es tan grande que me hace un pronunciado escote. Al agacharme, noto que su mirada se desvía brevemente a mis tetas, sin sujetador.

- Sí, bueno, ahí… La avería podría ser por eso.

- Sin embargo… yo creo que ha venido de la cocina. ¿Podemos revisarlo también? – Me incorporo y me doy la vuelta. Subo la camiseta de forma descuidada, dejando ver mis nalguitas mientras dirijo mis pasos a la cocina. Miro por el rabillo del ojo. Me sigue. Durante un breve instante, se recoloca el paquete.

Una vez está junto a mí me agacho junto a la nevera, señalando.

- La semana pasada había agua ahí… No sé si tiene algo que ver.

Se sitúa tras de mí observando el punto al que señalo.

- S…sí, podría ser eso. – Noto su voz ligeramente nerviosa y oigo un resoplido.

- Mmmm… sí, puede ser. – Me dirijo al salón para dejarle hacer.

Estoy tirada en el sofá, con la puerta abierta, mirando mi móvil. De vez en cuando mis dedos juguetean entre mis bragas y suelto un gemido apenas audible. Le oigo trastear varios minutos, ir de la cocina al baño, carraspeos, resoplidos… Finalmente le veo en el marco de la puerta del salón:

- Bueno… – sonríe – Tendrías que firmar el parte. ¿Tienes… un bolígrafo?

- Claro… –  Me levanto del sofá y empiezo a buscar entre los muebles del salón. Abro el armario que hay junto al televisor, me agacho y rebusco en los cajones. Estoy inclinada hacia delante, mi culo en pompa y apenas cubierto por mis bragas. – Esto puede servir… – Me incorporo con un rotulador en la mano. – Mmmm… ¿tú crees que servirá?

- S…sí, supongo que sí.

- Mmm… vale. – Me acerco a la mesa del salón, ha dejado un papel encima. Me inclino sobre ella y le quito el tapón al rotulador. Alzo la mirada. – ¿Dónde tengo que firmar?

Se acerca y me señala un recuadro al final de la hoja. Muevo la cadera y le rozo levemente.

- ¿Aquí…?

- Mmmm… pff… – Resopla levemente. – Sí, ahí. – Se aproxima desde atrás a mis nalgas y roza su entrepierna por ellas. – Ahí.

Gimo suavemente y me coloco más en pompa. Noto como aprieta sus caderas contra mi trasero. Meneo la cadera, a un lado y a otro, frotándome contra el bulto que nace entre sus piernas.

- ¿Así está bien? – Pregunto, jadeando.

- Uffff… sí, muy bien. – Me agarra las caderas y empuja su paquete contra mi culo. Jadea y se restriega como un animal en celo. Sus manos sujetan mis nalgas, las manosea mientras da golpes secos de cadera. Adelante y atrás.

Se inclina sobre mí y pega su boca a mi oído:

- Que dura me la has puesto… joder.

- Ya veo… – me río.

- Ufff… que rico. No esperaba encontrarme… esto. Mmmm dios, me la has puesto como una piedra. – Sus manos se cuelan debajo de mi camiseta y empieza a sobarme las tetas mientras me muerde la oreja y se frota sin descanso contra mi culo en pompa. – Ufff… quiero follarte enterita, zorra.

- Mmmm… adelante. La verdad es que estoy muy, muy mojada. – Hablo mientras aprieto las piernas, excitada, con voz de perra, empujando mis nalgas hacia ese bulto duro y grande.

- ¿Ah sí, perra? – Baja una de sus manos a mis bragas y la cuela dentro, acariciándome con las yemas de sus dedos. – Vaya… Sí que estás cachonda. ¿Te pone cachonda calentar pollas?

- Ahá… – Clavo mi mirada en la suya y asiento, mordiéndome los labios.

Baja mis bragas de un tirón y espero mientras se desabrocha el pantalón. Pone una mano en mi hombro, manteniéndome reclinada sobre la mesa y con su polla tantea la entrada de mi coño. Se frota, yo gimo, y me la mete de golpe.

- Uffff… que bueno. – La deja entera dentro y luego la saca despacio. Vuelve a embestirme. Gimo.

Se agarra a mis caderas y empieza a embestirme como loco.

- Mmmm… dios… te gusta ¿eh? ¿Te gusta eh, zorra? Uffff… que rico, que mojadita estás joder… – Me habla al oído mientras me agarra del pelo y me embiste con fuerza.

- Sí… dios, dame más. Dame más fuerte… aah… no pares… – No paro de gemir. Estoy tan cachonda… Es un completo desconocido y he conseguido ponérsela bien dura.

Me agarra de los hombros follándome sin parar.

- A… azótame, por favor.

- Joder… – Me suelta un fuerte azote en una de mis nalgas. – Ufff… ¿así te gusta? Mmmm… que zorra eres, me encanta… – Me azota de nuevo. – Así, putita, gímeme.

Aumenta el ritmo y yo no paro de gemir y de pedir que me dé más. La siento muy dura, dentro, bombeándome, y me pone a cien oírle jadear cachondo y decirme guarradas.

- Uffff… así, dámelo todo. – Pongo mi mejor voz de zorra y empujo mi culo hacia atrás cada vez que me embiste, buscando su polla.

- Joder, puta… vas a hacer que me corra.

- Ummm… sí, córrete para mí… – Me agarro una de las nalgas mirándole. – ¿Por qué no te corres en mi culo?

- Ufffff joderrrrr… joder… – La saca y empieza a machacársela contra mis nalgas, mientras las manosea con la mano que le queda libre y les da azotes. – Me voy a correr, zorra… Joder, te voy a llenar ese culazo de leche… ahhh…. Dios…

Noto como el semen sale disparado hacia mis nalgas, él está tras de mí, sin parar de masturbarse y con la cabeza hacia atrás. Bufando y resoplando.

No sé por qué lo hice pero fue de las situaciones más morbosas de mi vida. Y volveré a hacerlo.