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Mi amor platónico me folla

en Hetero: Infidelidad

Nos conocíamos desde niños, nuestras madres han sido amigas toda la vida. Él es más grande por 4 años que yo y desde chico fue un perfecto cabrón. Era el típico niño que las mamás de las niñas odiaban, perverso y perfecto. De tez blanca, cabello oscuro, unos ojos verdes divinos y una sonrisa que moja a cualquiera.

Desde que jugábamos estaba enamorada de él, pero nunca se lo dije. Cuando estábamos en la secundaria con él fue mi primer beso. Fue increíble, pero nunca pensé que pasaría a más. Pasaron los años y seguíamos en contacto, de vez en cuando besándonos pero nunca más allá. Él me seguía viendo como una niña delicada, hasta que un día mientras nos besábamos tome sus manos y las coloqué en mis tetas. Él se sorprendió muchísimo puesto que tampoco se animaba a hacer algo así. Desde entonces empezamos a cachondear más intenso, nos mandábamos fotos, nos masturbábamos por teléfono, a veces nos grabábamos videos pues él vive en una ciudad a cuatro horas de donde yo vivo. Ahí sabía que tenía novia, pero no sabía más. Yo tenía novio, pero él siempre ha sido mi debilidad.

Seguían pasando los años hasta que un día me dijo que tenía que hablar conmigo; paso por mi a la universidad, yo mojadísima creyendo que por fin me haría suya y mi sorpresa fue que me anunció que se casaba. Estaba devastada. Sería prohibido para mi. JAJA tonta e ingenua. En su luna de miel me marcó para decirme que había soñado que me cogía riquísimo. Desde ese día no podía pensar en otra cosa mas que tener su polla en mi concha. Todo el día pensaba en saborear ese delicioso, grueso y enorme trozo de carne que tiene entre sus piernas. Me dedeaba pensando en él.. Un día vino de visita y me trajo unos recuerdos de su viaje; Ese día el universo conspiro para que mi mayor fantasía se hiciera realidad. Estábamos solos en mi casa, mis padres habían salido de viaje. Cuando llegó, yo estaba en un short de pijama y una playerita de tirantes, mis grandes pezones, duros por el aire se marcaban. Cuando abrí la puerta su mirada se dirijió inmediatamente a mis tetas. Siempre le han encantado y vi como se relamía los labios. Me mojé en instantaneo. Lo invité a pasar y sabía como iba a terminar todo. Mi alma condenada al infierno por gozar con el hombre que más he deseado.

Ni bien puso un pie dentro de la casa cuando me tomo por la cintura y comenzó a besarme. Sus labios carnosos me comían la boca con una destreza mientras nuestras manos se alocaban intentando encontrar nuestros sexos. Su polla ya estaba comenzando a endurecerse y mi concha estaba mojada como nunca. Le saqué el cinturón, le abrí el pantalón y contemple ese bulto perfecto, grueso, enorme, con leche espesa y tibia esperado a ser comido por mi boca... se lo froté mientras el comenzaba a jadear. Me encanta dar sexo oral, y sabía que esa sesión sería mejor si el estaba cómodo, pues quería saborear cada milímetro lo más que se pudiera. Él resiste mucho, no se viene luego, lo que hace que sean largas sesiones y riquísimas. 

Al subir a mi habitación fui desnudándome. Le encanta ver que lo haga lentamente. Deje salir mis tetas, que rebotaban con cada paso y yo veía como el se jalaba la polla viéndolas. Lo acomodé en mi cama y le dije que me esperara. Fiu a ponerme un liguero negro, con medias negras y uan tanga. Esas cosas lo vuelven loco. Me vio salir y vi como ese pedazo le crecía más.. no me contuve, no podía con las ganas de sentirlo. Le pedí perdón a todo el universo por condenarme así, pero me volvía loca. Me abalance sobre su polla y comencé a mamarla. 

Le di un beso en su capullo, rosa, brilloso, que ya empezaba a sacar jugo y me lo fui introduciendo poco a poco en la boca. Era más grueso de lo que esperaba pero era tanto mi deseo que no importo ahogarme. Sus manos en mi cabeza me estaban haciendome sentir muy puta y eso me estaba excitando tanto. Me la comí completita, la sentía hasta lo más profundo de mi garganta y verlo retorcerse de placer hizo que comenzara a escurrir. 

Me la saqué y comencé a lamerle las bolas.. perfectas, me metí primero una a la boca, la jugué, luego la otra... mientras lo masturbaba. Me fije y mi concha estaba escurriendo increíblemente. Moría por acostarlo y sentarme en su cara. Embarrarle mi chochito jugoso y que me diera una buena comida, pero queria seguir comiendome su verga. Seguí lamiendo todo, lo abrí bien de piernas y se las alce. Le empecé a lamer el ano y eso lo puso como una bestia... no aguantó más y me tomo de los brazos, me aventó en la cama y me clavo su gorda y enorme verga en mi concha. 

Yo no podía pensar. Me penetró con fuerza, como me gusta. Me penetró una y otra y otra vez. Puso mis piernas en sus hombros y sentía su polla llegar hasta lo más profundo. Empecé a gritar como puta y eso lo puso peor. Su cara de deseo me estaba volviendo loca y no podía creer que al fin me hiciera suya, y que yo estuviera cogiendome a un casado. Me volteó y me puso a 4 patas. Me empezó a penetrar así y le pedí que me diera nalgadas. Aún cuando me tenía bien clavada, sentía como era delicado conmigo y yo quería que me pegara fuerte, que me hicera gritar, que dejara sus manos marcadas en mis nalgas. El fue midiendo poco a poco que tan fuerte podía pegarme... por fin me daba con ganas, me azotaba, me jalaba el cabello, me arañaba la espalda. 

Comencé a gritar que yo era su puta, que era su perra y el me azotaba cada que lo decía.. Estaba en el cielo. De pronto, sentí lo más rico de mi vida. Su verga palpitaba dentro de mi concha, y sentí como toda su leche espesa y tibia hinundaba mis entrañas. Gritó delicioso, pero yo no me había corrido aún y al parecer, tardaría mucho en venirme. Estaba tan caliente que quería que me cogiera varias veces más. 

El sabía que no me había corrido, me volteo de nuevo y me abrió de piernas y de pronto clavó su cara en mi concha. No podía con lo que estaba pasando. Su lengua recorría mi chocho hinchado y lleno de su leche. Tomé su cabeza y la aprete contra mi concha y comencé a restregarme en él. Resultó que a el también lo vuelve loco hacer orales y su objetivo era que yo me corriera en su boca, que le diera su leche y mis jugos mezclados. 

Y tuve una idea, lo amarre a mi cama y me le senté en la cara... ÉL gritaba de placer y yo me convulsionaba con cada lamida. Su lengua me penetró y yo la cabalgue delicioso. Sentía como mis jugos empezaban a aparecer y el estaba extasiado. Mientras me frotaba en su cara yo le juagaba la verga con una mano y me pellizcaba los pezones con otra.. Estaba tan duro a pesar de haberse venido tanto que me acomodé para comermela. Fue un 69 perfecto y no pude más. Empecé a correrme. Cuando me vengo saco jugos cremosos y él le encantan mis corridas así. Se comió todo. Mis jugos, sus mecos, todo.. Me dejó la concha limpia e hinchada. El ya no se vino, tenía que recargar fuerzas, asì que nos quedamos acostados un rato, nos acariciabamos, nos recorriamos el cuerpo con los dedos cuando su esposa empezó a llamarlo. La pbre niña ilusionada con que estaba trabajando su marido, y su marido llenando de leche a otra y comiendose sus jugos. 

Me sentí mal por un momento, pero cuando volví a ver su polla dura, se me olvió el detalle que era casado. Verla totalmente parada es lo más rico, la escupí y volví a mamarla. Esta vez lo masturbé con mis tetas. Me acomodó en la cama boca arriba, suió una de mis piernas y se acomdó. Me penetró de nuevo. Su verga entraba y salía de mi hoyo con tanta facilidad, y no tardó mucho en correrse, solo que esta vez le dije que me la diera en la boca y así hizo. Cuando sintió que ya venia su chorro de leche, me la metió en la boca. Me llenó jhasta que se me escurrió, sabía delicioso, estaba espesa y caliente como me encanta y me la trague toda. Le dije que el ya se había venido dos veces y yo una, y entendió perfecto.

Volvió a comerme la concha hasta que me escurrí. Esta vez saque mucho más crema. Su esposa volvió a llamar. Nos quedamos de nuevo acostados mientras el hablaba por telefono y se le ocurrió algo, quería esperar un rato, recargar fuerzas y marcarle. Iba a cachondear con ella mientras me cogía a mi. La idea me parecio perfecta. Me haría así su puta oficial y sentirme puta me excita. 

Nos dormimos y cuando le marcó empezó a decirle que tenía muchas ganas de jalarse la polla, ella se sacó de onda, por lo visto no cojen muy seguido, pero le gustó la idea. Ella no decía muchas cosas sucias o cachondas, y él, intentaba hacerlo creativo mientras yo se la mamaba.. no paso mucho antes de que ella lo aburriera y le dijo que ya se había venido, que limpiaria el desastre y le volvía a marcar; pero no era así, me tenía entre sus piernas, ahogandome con su verga y mi concha piendo más. Esta vez ya no sacó leche, lo había dejado seco de tanto. 

y así fue como empezó nuestra aventura. Vendrá a verme en estos días y mi conchita pide a gritos que ya sea cogida. 

Después les cuentó como nos va en esta visita.