Déjame ser una huella en tu camino
Déjame ser un vacío en tu lienzo
Déjame tener secretos que nunca diré
Ser una extraña sensación en tu cuerpo
Permite que pueda respirar profundo
Que guste de un triunfo ajeno
Que conozca la victoria de todos los hombres
Y que retenga mis temores en un estante polvoriento
Que cierre la cripta de todos mis miedos
En vastas esperanzas egoístas que nublan los cielos sobre mí
En un día de ciudad, en un paseo por el parque
En las estaciones de tren, cerca de los faroles que no se enciende ya
Déjame tomar tu mano
Aparentar que somos amigas
Esconder el fuego que jamás se olvida
Cubrir besos dados en una oscuridad cómplice
Caricias adornadas de silencios y suspiros
Disimular los tiempos entregados en el lecho
Esos instantes en que la luna se sonrosó mirándonos
Aquellas armonías que subían y bajaban
Que se fundían en movimientos rítmicos
Conocer a través de tus ojos la belleza
El germinar de la naturaleza en primavera
Los segundos de una fuerza magnética
Una gravedad que me atrae hacia ti
Que me impulsa en órbitas más intensas que yo
Perdona la rapidez de mis anhelos
La insistencia de mis sueños por despertarte
No los puedo acallar, se rebelan contra mí
Se escapan de sus praderas y buscan un lugar a tu lado
Luchemos una contra la otra
Seamos mareas de otoño, ráfagas de un viento helado
Satélites que danzan en prístinas galaxias
Seamos el corazón del mundo, las fuerzas del hombre
Seamos el caos fecundo de eones pasados
Dejemos de fingir y bésame donde todos nos observen
Es un campo de luces nocturnas, nuestra majada fértil
Déjame ser solo tuya
Déjame ser el aliento en tu boca
Las manos en tu cintura, los besos en tu cuello
El contacto con el resto de la piel
En amor un que ya no se puede esconder
En ritual de una desnudez que cruza una línea delgada
Que sigue los pasos de los eternos, que crece y sigue adelante
Es un sendero que me lleva a través de ti
Donde solo importa tu esencia
Donde soy arrebatada por las fuerzas de tus deseos
Donde muero al sentirte, al tenerte
Déjame ser solo tuya