miprimita.com

Follando con Patri

en Fantasías Eróticas

 

Era medio día. Acabas de dejar al enano con su padre, el mío vivía con su madre porque ese finde no me tocaba, y habíamos quedado para tomar una cerveza.

Hacía unos meses que nos habíamos separado los dos y ahora ya podíamos disfrutar por fin el uno del otro aunque cada uno por el momento conservaba sus casas.

 

Mientras tomábamos esa cerveza decidimos acercarnos a la playa. Hacía calor y seguro que a estas alturas del año no habría mucha gente. Te mire Patri con cara de pillo y te propuse ir a una nudista, propuesta a la que no dijiste que no. Y para allí nos fuimos, pasando antes por tu casa a embadurnarnos un poco de crema.

 

Al rato llegamos a destino y efectivamente, no había mucha gente allí. No perdía detalle de tu cuerpo mientras te desnudabas. Esas tetas que te habían quedado tras el embarazo me traían de cabeza. Estuvimos un rato tumbados al sol, charlando y viendo a las parejas que paseaban y a los chicos solos que había por allí. ¡Lo que te gusta mirar una buena poya! No le quitabas ojo a ninguna jaja

 

Nos fuimos al agua a darnos un baño.  Nos adentramos un poco aunque tú ya no hacías y te abrazaste a mí rodeándome con tus piernas. Te tumbaste hacía atrás sin soltarle y la visión de esas retas flotando y el poco pelo rubio de tu pubis me estaban empezando a calentar. Tire de ti, nuestras miradas se cruzaron, me sonreíste y nos comimos la boca. Sabías que me tenías caliente, hacía falta poco, bajaste tu mano hasta mi poya, la pusiste en la entrada de tu coño y te sentaste con suavidad. Hacías movimientos suaves para intentar que no se notase que me follabas, pero las parejas que había en el agua perfectamente sabía lo que pasaba... Fue algo rápido, el morbo de saber que nos miraban hizo que nos corrieramos en poco tiempo. Te desmontaste de mi y fuiste a la toalla dejándome allí dentro mientras me bajaba la erección.

 

Al rato salí, más relajado y fui junto a ti. Se nos iba a pasar la hora de comer así que decidimos irnos de vuelta a casa. Te pusiste el vestido de tirantes que llevabas pero no te deje ponerte nada debajo, tenía ganas de seguir jugando.

 

Cuando ibas a abrir el coche, te quite las llaves y te dije que lo llevaba yo. La media hora hasta casa iba a ser divertida...

 

Arrancamos y allí nos fuimos. Alternando la vista de la carretera a tus piernas, y la mano de la palanca de cambios a tus muslos. Iba subiendo y bajando la como si no quiere la cosa, rozando tu coño, tus labios pero sin frotar fuerte. Tu respiración se agitaba, tus pezones intentaban atravesar la tela del vestido y tus piernas cada vez se abrían más. Era divertido verte cachonda e intentar disimular mientras ese motorista se dio cuenta de lo que pasaba.

 

Estabas encendidisima y nada más llegar a casa te abalanzaste sobre mi y me desnudaste con desesperación. Me comías la boca mientras agarrabas mi poya y empezabas a pajearme. Pero quería disfrutar el momento, quería tenerte para mí deleite y poner aún más caliente. Separándote de mi baje los tirantes de tu vestido para dejarlo caer a tus pies y cogiendote de la mano nos fuimos a la ducha.

 

Bajo el agua caliente seguían los besos, los magreos, los sobeteos. Eche jabón sobre mis manos y empecé a frotar tu cuerpo. Tus brazos, cuello, tetas, tu tripa, tus muslos, tu coño, tu culo, incluso mis dedos se perdieron dentro de tu ano, sabías que hoy iba a disfrutar de el. Tus pequeños gemidos se ahogaban bajo el agua de la ducha.

 

Salimos y te envolví en la toalla secándote despacio hasta salir del baño. Ahora sí, era momento de disfrutarnos.

 

A los pies de la cama te hice arrodillarte delante de mi. Mi poya quedaba a la altura de tu boca aún morcillona. La abriste y sacando tu lengua empezaste a lamerla. Dese la base al capullo. Suave. Hiciste el amago de ayudarte con tu mano para sujetármela pero no te deje. Quiero que solo uses tu boca.

Seguiste lamiendo, empapándola, jugando con punta y con mis huevos rasurados hasta que te la metiste en la boca. Hacías lo posible por meterla cada vez más mientras clavabas tus ojos en los míos. Esa mirada de cachonda me vuelve loco. Puse las manos sobre tu cabeza, moviendo mis dedos acompasando tus movimientos con manos. Cada vez más rapido, cada vez más fuerte hasta que literalmente estaba follando tu boca. Se lo que te gusta que te folle esa boquita tuya mientras las babas caen sobre tus tetas. Una imagen y unas sensaciones que hacen que no aguante mucho y me derrame en tu boca. Varias sacudidas de semen salen de mi que no te quedan más remedio que tragar...

 

Pese a que te has estado tocando mientras me la comías sigues caliente. No te has corrido. Necesitas más. Ambos lo sabemos.

 

Recobro algo de aliento. Te levanto y te arrodillo en el borde de la cama. A cuatro patas con el culo bien fuera. Ahora soy yo el que se arrodilla tras de ti. Tus dos agujeros a mi alcance.

 

Un azote en una cacha. Un azote en la otra. Alternado una y otra vez. Alguno fuerte y otros más suaves igual que tus gemidos. Tu culo se enrojece. Te doy un lametón fuerte desde el clitorix hasta el ano. Estas empapada perra. Otro lametón antes de comenzar a comerte el coño. Juego con tus labios, con tu clitorix. Lo lamo, mordisqueo y succiono. Mero mi lengua en ti, te follo con ella. Ginés. Te agitas. Dejo caer saliva en tu ano. Lo beso, meto mi lengua. Te gusta. Te doy un fuerte azote antes de ir a la mesilla a coger un pequeño plug anal que tenemos.

 

Quieres darte la vuelta pero no te dejo. Paso el plug por tu ano, por tu coño, lo mojo con is flujos y poco a poco lo voy introduciendo en tu culo. Estas bien lubricada y entra suave. Tu mano se ha posado sobre tu coño y la mueves con firmeza. Me incorporo y meto despacio mi poya en tu coño. Estas llena. Me detengo un instante. Ginés, casi gritas al sentirte penetrada doblemente. Te encanta. Tu mano frota tu coño fuerte, rápido, mientras comienzo a follarte. Cogemos ritmo, nos acompasamos. Te la meto entera. Hasta el fondo. Presionando cada vez el plug más adentro. No te crees todo lo que sientes. Tiemblas. Te estás corriendo. Tu coño se cierra y abre sobre mi poya. Quiero follarte el culo.

 

Salgo de ti y te doy la vuelta. Tienes la mirada perdida. Sigues caliente. Tu pecho sube y baja con tu respiración agitada. Estas al borde de la cama. Tu culo casi fuera. Dobló tus rodillas ofreciéndome bien tu sexo y te lo empiezo a comer mientras voy sacando el juguete de tu culo. Quiero follartelo mientras nos miramos.

 

Pongo tus piernas sobre mis hombros. Me acerco y te beso. Entrelazamos nuestras lenguas mientras acerco mi poya a tu culo empujando suave pero con firmeza. Va entrando poco a poco. Gimes besándonos. Te gusta. Me separo de tu boca y tiro de tus pezones. Están duros, rígidos. Sujeto tus piernas y comienzo a taladrarte. Hasta el fondo. Con calma. Sintiendo como tú culo me aprisiona. Mis dedos comienzan a jugar con tu clitorix. Tus manos con tus tetas. Nuestras miradas puestas en los ojos del otro. Sudados. Huele a sexo. Esa visión, esas sensaciones hace que aumente el ritmo de la follada mientras venimos cada vez más fuerte hasta que no puedo más y me corro dentro de ti. Ufffff.

 

Me quedó inmóvil. Besándote. Mientras nos vamos calmando. Me separo de ti sacando mi poya empapada y viendo cómo mi semen comienza a salir de tu culo. Me agacho y te lo como. Lamo mi corrida. Me gusta. Me miras y la llevo a tu boca para saborearla juntos.

 

Nos queda mucho fin de semana por delante aunque ahora deberíamos preparará algo de comer.