La complicidad del vecino que se ha follado a su mujer hace que le ofrezca a su hermana, un buen putón verbenero. Pero no tanto como la esposa que se tira al vecino delante de sus narices y en su propia cama, ofreciéndole el culo como regalo final.
Esta es la continuación del relato de EL ASENSOR Y MI MUJER.
Una pareja sale de cena, se toman unas copas y ella se va al servicio de señoras. Tarda en volver y el marido al buscarla presencia como se la están tirando dos hombres y ella disfruta como una loca.
Un marido observa cómo su mujer es follada por el joven y apuesto vecino, dentro del ascensor. Al llegar a casa remata el trabajo tomándola contra la pared, en la entrada de la casa.