Esta vez había quedado con un amigo y aunque no lo había experimentado delante de hombres no quiso rechazar la llamada del placer.
Tenía dos horas libres el sábado con lo que decidió ayudar a estudiar a una amiga que lo necesitaba muchísimo.
Aprovechó un fuerte dolor de espalda de la empleada para exhibirse desnudo delante de ella, dispuesto a darle unos masajes.