Era un sábado cualquiera en nuestro departamento, estábamos allí mis dos amigas, Claudia y Judith, ambas muy atractivas y Yo Carlos.
Entonces comenzó todo!. Gigi exclamó: Lo siento, pero no aguanto más, cerró la puerta con los tres adentro se bajó el calzón y se sentó en el toilet.
Me sentía loco. No sé en que momento comenzé a tener esta desesperante fantasía pero día día...