El otro día estaba tan caliente que me puse muy sexy y fui a dar una vuelta. Quería que la gente me mirase, provocar Pero se me fue de las manos y acabé en un callejón, haciendo algo que en el fondo deseaba
Sabía que era lo que pretendías con ese juego y aún así acepté. No sé muy bien porqué, pero nunca he sabido negarte nada.