Elena entra con su paso firme habitual, enfundada en esos vaqueros que obligan a cualquiera a voltearse y contemplar esas piernas y ese culo.
Belén, se que te gusta saber que pienso en ti cuando me masturbo, se que te gusta que te dedique mis pajas. Ayer, después de charlar por Messenger contigo, de terminar excitado y caliente como siempre en nuestras conversaciones me tumbé en la cama y te la dediqué.