Mi amiga de 18 años empieza a sentir curiosidad por el sexo, pero aun tiene algunos miedos para iniciarse. Tal vez su lado juguetón le permita relajarse con un momento de ocio que nos lleve hasta lo que ambos deseamos. Juguemos al escondite.
A veces me gusta escribir mis sueños humedos y compartirlos con su protagonista. En este caso soñe con disfrutar del sabor de mi amiga Jimena.
Una cita con una chica que necesitaba consejo acabó con una complicidad que me permitió saborear y disfrutar de todo su cuerpo.
Todo había sido preparado esa mañana para compartir un poco de comida con mi amiga. Era un momento que esperaba con impaciencia. El erotismo de su boca mientras masticaba y como todo nos iba a llevar a dejarnos llevar por nuestros sentidos.
Estando a solas con alguien que deseaba, la repentina oscuridad me ayudó, con la ayuda de un poco de roce casual, a llevar a cabo mis fantasias con ella.
Domingo por la tarde de un día de invierno. Uno de esos días en que estando con la persona que deseas prefieres no salir de casa y ver una peli... O más bien la peli es una excusa para aprovechar el tiempo en dejarse llevar por las fantasias. ¿Todos hemos usado esa excusa, no?
Alguien con quien tenía una aventura pendiente me visita en mi nueva casa donde celebro que empezaré a vivir por mi cuenta. Si nadie nos interrumpe podremos acabar lo que siempre quisimos que pasara entre nosotros.
Una buena amiga visita mi despacho y, estando el edificio vacio nos dejamos llevar... pero cuidado que nos pueden descubrir.
Como estando en un hotel a solas con aquella mujer que me encantaba, un pequeño reloj de arena me dio algo de tiempo para besarla. Un tiempo que con un poco de picardía conseguí extender para que los dos pudiéramos dejarnos llevar por nuestros deseos.