Pablo y yo fuimos a la playa, a disfrutar del mar por última vez al término del verano. Pero algo ocurrió, algo que me cambiaría para siempre, algo que ni no yo misma termino de creer a día de hoy.
No me seducía la idea de hacer un trío. María me propuso una idea: intercambiar los novios. De esta forma podríamos follar los cuatro juntos: En igualdad de condiciones y sin celos de ningún tipo. ¿Podéis imaginar lo que pasó después?
A pesar de mi corta edad, tan solo 18 añitos, mi vida sexual avanzaba a pasos agigantados. Pero desde que fui desflorada por detrás, un mundo nuevo de posibilidades de obtener placer se abrió ante mí. Gracias a esto puedo afirmar a día de hoy que ¡¡Por detrás me gusta más!!
Él estaba empeñado en follar a toda costa. Durante varios días planeé darle algo que no olvidara nunca. De esta forma le hice la mejor mamada de su vida. Desde entonces practicar sexo oral con Pablo fue algo diferente.
La relación con Pablo cada día iba a mejor pero, como todo en la vida, siempre hay una primera vez. Esa primera vez es especial para cualquier chica y para mí no iba a ser menos. Me estrené ¡¡Y de qué manera!! Cuando tomé impulso ya no pude parar.
En este relato cuento la historia de la primera vez que me masturbé. Explico los motivos y las circunstancias que me llevaron a ello y como la disfruté plenamente. Jamás me arrepentiré de haber dado ese paso.