No hubo una despedida, palabras de aliento, agradecimientos ni incómodos silencios innecesarios Así debería ser el sexo, una transacción que procure un placer sin acarrear amargura.
Al llegar, me despojé de toda mi ropa y creo que también de mis inhibiciones. No sabía que hacer y mucho menos que haría, lo único que era consciente es que aquello lo deseaba con toda el alma.
~Hoy desperté con ganas de que me pierdas el miedo~
~Desearía que mi ropa tuviera un solo propósito: Tu excitación al arrancármela.~
"Hoy entró el verano, adoro el calor. Me gustaría que lo supieras." Porque todos hemos fantaseado con nuestro mejor amigo.