¿Seria yo capaz de olvidar mis principios, de enterrar mis valores y de hacer caso omiso a lo que me dictaba la moral?, ¿Acaso tenía el valor y el descaro suficientes para convertirme en prostituta?, sabía que de aceptar ese camino no habría marcha atrás, anhelaba tener sexo de nuevo, ¿Pero sería capaz de hacerlo con quien fuera?, ¿Seria placentero, aburrido o repugnante?...no supe ni cómo ni cuándo tome una decisión al respecto, tan solo mecánicamente me arrastre hacia mi cama y me quede profundamente dormida.
“Me nombre es Mirielle Beltrán, mexicana de nacimiento y con 55 años encima no me da vergüenza o miedo el confesar mi edad, sobre todo cuando considero que, gracias a una sana alimentación, disciplina, ejercicios y a una benevolente genética; puedo presumir de tener una figura envidiable y de atraer miradas masculinas como si tuviera tan solo 20 primaveras…y quizá muchas más de cuando tenía esa edad. A la fecha (2019) casada, madre de tres hijas y un hijo, con un marido que adoro y que me ama; quien me permite hacer lo que me gusta y me apoya incondicionalmente, disfrutando de una posición económica holgada y de una hermosa residencia en un barrio pudiente y tranquilo…Si, lo se….hasta aquí mi historia puede sonar como la de miles de otras amas de casa que encuentran la felicidad, una más entre millones…Y quizá lo sea, salvo que el camino que he recorrido para llegar a este punto es…Bueno…Eso es precisamente lo que les quiero contar.”
Mis pensamientos se interrumpieron al tiempo que Alfredo me besaba en la boca, decidí guardar mis miedos, tabúes y demás para otra ocasión y me dispuse disfrutar y tratar de aprender ya que yo era una neófita en las artes amatorias...
Al empezar el mete-saca rabioso, el dolor que sentía fue dando paso a un placer nuevo y extasiante, el trataba de meterme su verga con sus huevos incluidos en cada embestida, mientras me abría las nalgas por completo al sodomizarme...
-Mire usted está muy guapa señorita, tiene un cuerpo muy bonito, ¡Caray no es justo que tenga que sufrir tanto!, le repito no me lo tome a mal por favor, solo pretendo ayudarla pero en ese tipo de trabajo se gana muy buen dinero y pienso que su condición económica cambiaria para bien drásticamente
.La verdad si tenía algo de miedo y quizá más que miedo indecisión, lo que estaba viviendo había desatado mi decisión al respecto, es decir era más mi furia que mi lujuria en esos instantes, pero por otro lado sentía bastante morbo, el sexo era algo que me atraía desde la adolescencia, cuando a