Un bar nocturno, una caperucita al acecho, un lobo convertido en presa y un par de tragos. Salir de cacería nunca había sido tan divertido, ni dulce.
No pude evitar reírme con sus palabras. Mientras una de mis amigas se había rendido en la búsqueda, yo había podido disfrutar y encontrar lo que tanto me faltaba en medio de una de las mejores experiencias eróticas de mi vida. El probador de una tienda nunca antes había sido tan caliente y divertido