Se llama Daniel, mi amiga me lo había presentado en aquella fiesta de año nuevo. Él era alto, atlético, tenía el pelo semilargo y una sonrisa realmente encantadora que, junto con su físico, era potencialmente petable. Congeniamos bien pero teníamos vidas muy diferentes. Aquel día habíamos hablado...
Apenas tenía unos minutos para recomponerme, José Antonio estaba subiendo ya por las escaleras de mi portal, cada día, como cada vez que quedaba con él, los nervios se adueñaban de mi estómago, ese hombre me atraía de una manera infernal, era tal mi atracción que mi piel quemaba con cualquier...