Después de casi romperme una pierna, con una capsulitis en el hombro por culpa de un partido de rugby, tocaba ir al médico. Lo que no sabía era que de una simple revisión, pasaría a ser el mejor polvo de mi vida.
Estaba en el metro de camino a casa. Había terminado el instituto por hoy, así que tocaba repasar y prepararme para mis exámenes en la tranquilidad de mi hogar. Pero ese día iba a tener de todo menos tranquilidad.