Verano, a la hora de la siesta, en mi habitación. Hacía tanto calor que no lograba dormir. En vez de eso, ensueño. La cama ya no es mi cama, es una mesa de madera vieja en un jardín desconocido. Tengo tanto calor porque estoy intentando huir de las personas que me sujetan, desnuda de cabeza a pies.