Es la historia de como se inicio un triangulo amoroso entre una madre una hija y quien les escribe.
Generalmente la hora de colacion o el almuerzo es para alimentarse... pero en otras...
Imaginate estar en un lugar relajante con tus primas teniendo sexo y observandolas en su intimidad.
Tras las discretas paredes de los moteles, pasábamos las horas entregados a la lujuria y el desenfreno.
Aquella era una tarde de agosto como otra cualquiera...
Insistió en acompañarme en mi viaje, pues no quería quedarse sin mi verga, y todo el trayecto se nos hizo corto tratando de calmar nuestros deseos.
Estábamos unidos por el deseo constante de disfrutar de nuestros cuerpos, y nos entregábamos a nuestra pasión desenfrenadamente.
Despues de ver la soledad de mi vecina decido brindarle mi gran compañia.
El relato de como conoci a esa madura tan caliente en un bar, una relación que duraría más de dos años...
La contratamos para limpiar y planchar en nuestro piso de alquiler compartido. No pensaba al principio que aquella mujer madura pudiera interesarme...
Luego de la sesión de sexo en el living de mi casa, con mi clienta nos fuimos a mi dormitorio a seguir dandonos.
Esto sucedió con mi tía en mi casa de Santiago de Chile despues de una fiesta que me vina antes que mi familia.
En unas vacaciones con los padres de mi novia, conocí lo que era una mujer de verdad.
Mis ardientes momentos con una madura complaciente, que me hizo disfrutar al máximo de los placeres del sexo.
Jorge y su amigo disfrutan de una velada de sexo con maduras.
Mi socio se fijó en la nueva clienta, pero ella se fijó en mí.
Nunca supe su edad y nunca quise preguntárselo. Eso no me importaba, ni su edad ni su aspecto físico. Lo que me traía loco era su perfume, y su rostro, el más dulce que recuerdo.
La sorpresa que me lleve cuando nos fuimos a coger con su marido...
La segunda cogida que nos dimos entre la madura y yo...
Nunca imaginé que mi suegra y yo...Ambos lo necesitábamos y todo gracias a una amiga.
Ella de pronto puso su mano en mi pene sobre el pantalón y lo acariciaba torpemente, no sabia que hacer con el, me daba igual, estaba en la gloria yo le enseñaría.
Lo rico que me la pase cogiendo con una señora que tenia la edad de mi madre, muy rico que ma la pase.
Todo se debió a una camiseta de Beckam que adquirí en Internet.
Le pregunte ¿cuánto hace que no te corres una juerga? Dos años, muy suave en la oreja le dije esto hay que arreglarlo y la fui empujando a su dormitorio.