miprimita.com

Bambi (III)

en Intercambios

Como veréis he tenido unas cuantas aventurillas y seguiré contándolas todas a vosotros para que mi marido se sienta todavía mas orgulloso de mí. Esta es mi tercera vez e igualmente que en la segunda se produjo mientras estábamos de viaje, después de un largo periodo de trabajo mi marido me recompensó con una semana de vacaciones a las islas Canarias, algo que a mi me ilusionó mucho ya que nunca había estado allí y la verdad es que nos hacían falta unos días de relax.

Era nuestro penúltimo día de vacaciones y todavía no había encontrado ningún momento para poder hacerle una sorpresita a mi marido, yo lo había calculado todo para hacerle la sorpresa en el habitación del hotel subiéndome a algún camarero y darle la sorpresa de que me pillara en la cama con otro, pero no había manera sólo había dos camareros en todo el hotel y uno no me gustaba para nada y el otro sólo lo vi dos veces; cuando llegamos y cuando nos fuimos, así que ya casi estaba resignada a no hacer nada de nada cuando una maravillosa tarde después de un largo paseo de ir a visitar lugares decidimos pararnos un ratito en una playa que aunque estaba muy lejos de nuestro hotel teníamos tanta calor que no resistíamos más, así que aparcamos el coche, cogimos nuestras toallas y nos dispusimos a caminar para encontrar un buen sitio donde tumbarnos.

Después de un largo rato de caminar le dije a mi marido que no podía más que estaba cansada y que me daba igual que yo me quedaba allí no me importaba llegar a la zona nudista ya estaba harta, pero como siempre mi marido me convenció que ya quedaba poco y que sólo teníamos que caminar dos minutos más, gracias al cielo encontramos pronto donde empezaba la zona nudista, la verdad sólo había dos personas completamente desnudas pero a mí no fue eso lo que me llamó la atención, muy curiosa, como casi todas las mujeres, le pregunté a mi marido por qué se veía gente a unos doscientos metros detrás de unos arbustos con caminos se llegaba a una especie de bosquecillo con árboles no muy altos, le pregunté si aquello era para ir a dormir la siesta a la sombra o para comer, mi marido se echó a reír, me dijo que no, que allí iba la gente para follar. ¿Para follar?, le dije yo asustada pero si ahí puede verte cualquiera que pase caminando. Pero mi marido me contó todo, normalmente allí se sabe a qué se va, la gente normal no va por allí, todo aquel que va sólo busca sexo, o exhibirse o simplemente mirar a otras parejas, pero yo como es lógico le dije a mi marido que no me lo creía que yo también quería ir a mirar si era verdad, así que sin más cogimos nuestras toallas y nos dirigimos hacia aquel lugar, aprovechando dijo mi marido te haré algunas fotos un poco más eróticas de lo normal, es decir desnuda del todo entre los matorrales, si le dije yo emocionada vamos a ver.

Llegamos al sitio y yo empecé a colocarme en pose para que mi marido me hiciera las fotos pero tan torpe fui que sin darme cuenta detrás de mí había una pareja haciéndolo, me puse roja como un tomate y salimos casi corriendo de allí, pero no muy lejos encontramos otro lugar tapados por los matorrales y asegurándome primero de que no había nadie por allí cerca empecé otra vez a colocarme, desnudándome lentamente mientras mi marido me fotografiaba, cuando de pronto sin darme cuenta sentí una mano que me tocaba el culo, me giré con la mano ya lista para pegarle un guantazo cuando oí a mi marido que decía te gusta mi mujer y otra voz respondía sí mucho, cuando terminé de girarme tenía ante mí a un morenazo de esos que te caen para atrás. Se disculpó diciéndome que no había podido resistirse a tocarme el culo, que era muy guapo, estaba haciendo footing y ya nos había visto desde lejos. Mi marido le dijo que si yo le gustaba podía hacer lo que quisiera conmigo, así que sin pensármelo dos veces terminé de desnudarme totalmente ante él mientras mi marido seguía haciéndome fotos, le dijimos que si quería hacer algo conmigo podía hacerlo pero que mi marido mientras tanto nos haría algunas fotos, siempre sin sacarle la cara a él claro, el chico aceptó enseguida, así que, coloqué mi toalla en el suelo y me tumbé ofreciéndole todo mi cuerpo para su disfrute, pero la verdad que el que más disfrutaba de aquella situación era mi marido.

El chico se colocó al lado mío y empezó a chuparme las tetas mientras me iba metiendo un dedo poco a poco, a mí la verdad es que un dedo sólo no me bastaba ya que estaba tan excitada. Después de un buen rato haciéndomelo con la mano y de lograr que me corriese empecé yo a hacerle disfrutar a aquel desconocido, me tragué su polla entera y empecé a chupársela con mucho gusto, mientras mi marido no paraba de hacernos fotos y sacar primeros planos de mi cara chupándosela a un completo desconocido, se la chupé hasta que conseguí que se corriera, por desgracia no pudimos hacer nada más ya que, no disponíamos de condones en aquel momento, nunca me habría imaginado que me saliera una oportunidad así, pero aunque no hubo penetración nos lo pasamos súper bien los tres.

Cuando hubimos acabado la sesión el chico se limpió nos dio las gracias y nos dijo que continuaba su camino que aún tenía que buscar a su mujer que seguramente estaría haciéndose follar de alguien por allí cerca, se despidió con otro toque en mi trasero y se fue tal como había venido, haciendo footing.

Cuando alcé la cabeza estaban tres o cuatro hombres mirando, yo no sabía dónde meterme de la vergüenza pero no podía decirles nada al fin de todo el que iba allí sabía a lo que se enfrentaba no, me vestí lentamente ante la atenta mirada de aquellos hombres y nos fuimos saludando a todos y deseando que hubieran pasado un buen rato con el show.

Ahora cada vez que voy a una playa y veo que hay arbustos me acuerdo de aquellas maravillosas vacaciones y de lo bien que nos lo pasamos, también tengo las fotos para recordarlo, la verdad que es muy bonito poder ver la cara que pongo cuando se la estoy chupando a otro hombre, como dice mi marido tengo una mirada de viciosa que es demasiado. Me encanta mirar las fotos y recordar, aunque no he vuelto a hacer nada más en la playa estoy deseando que llegue otra vez el verano para ver si cae algún hombre entre mis redes y puedo hacerle otra sorpresita a mi marido, con fotos o sin ellas.

UN BESO BAMBI.