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El Borracho

en Gays

Una noche salí con unos colegas a tomar unas copas. Sobre las 4 de la madrugada emprendí camino a casa y justo unos metros antes de entrar en la portería, observé un hombre junto a un arbol. Me llamó la atención ya que partecía estar orinando. Así que decidí pasar por su lado.
Era un hombre de unos 40 años y aproximadamente 1.90. Su aspecto era algo desastroso y por supuesto estaba borracho. Al pasar por su lado vi que estaba orinando y poseía un pene exageradamente gordo ( no muy largo pero gordo como nunca había visto antes). Eso me produjo cierto morbo y pasé por su lado un par de veces. Él ni se inmutó, así que decidir ponerme a su lado y orinar yo también. No podía dejar de observar aquella hermosura hasta que se dirigió a mi diciendome: - Te gusta mi polla??. Yo le dije que si, y que era muy gruesa. Para entonces yo estaba muy caliente y era evidente mi erección. Acto seguido se guardo su miembro y emprendió la marcha calle abajo. Yo me quedé sorprendido, me armé de valor y le seguí. A los pocos metros se paró frente una portería, sacó una llaves e intentó abrir sin conseguirlo. Yo me acerqué y le ofrecí ayuda. Tomé sus llaves, abri la puerta y entramos los dos. Una vez dentro me dió las gracias y me explicó que estaba muy borracho y que no sabía lo que hacía. Esa ultima frase me excitó lo suficiente y sin pensarlo dos veces le puse mi mano en su paquete. El reaccionó de forma brusca lo cual me asustó, me cogió la mano y la apartó. Antes de que se formara un escandalo salí a la calle a toda prisa. mi sorpresa fue cuando al girarme, ví como salía de la portería diciendo: - Eh tú, no te vallas!!. Yo me quedé petrificado al oirlo, me di la vuelta y ví como mientras me llamaba con una mano, con la otra se cogía fuertemente el paquete. Esa situación me hizo retroceder lentamente y al llegar a su altura dijo: - Te apetece pajearme? Yo asentí con la cabeza y entré enla porteria. Se sacó su polla y me la ofreció. Comencé a pajearle, y sentí ganas de chupar aquel rabo tan gordo. Acerqué mi boca y se la empecé a chupar. A los pocos minutos noté como se corría, me la saqué y un gran chorro de leche salpicó toda la pared. Sonrió, se guardó su instrumento y comenzó a subir las escaleras sin mediar palabra. Nunca más le he vuelto a ver pero hoy día, despues de un año, todavía me masturbo pensando en aquella mamada casual. Si os apetece intercambiar opiniones sobre mi relato, esta es mi dirección : mansiegut@hotmail.com. Un saludo.